Terrorismo y política


Un gran paso de nuestra  sociedad

Creo que la desaparición de ETA es un gran paso para nuestra sociedad.
La convivencia humana puede ser un martirio para las personas que viven en un entorno regido por el miedo, la delación, el acoso, el silencio impuesto, la confrontación entre los ciudadanos y los asesinatos.  Así se vivió durante décadas en Euskadi.  Los asesinos también mataban en el resto de España pero sin duda el sufrimiento mayor lo vivieron en la sociedad vasca.
Durante varios decenios hubo muertos, mutilados, heridos, huérfanos y familias rotas, todo producto del accionar de la organización etarra  independentista totalitaria.
Las personas que militaron en ETA, organización con una ideología nacionalista fascista y violenta quieren ahora  con una burda escenificación, despedirse con unas mínimas palabras de pedido de perdón restringido y además declarando, que seguirán con otros medios “luchando” por un independentismo territorial, étnico y supremacista.
Los pistoleros destrozaron sus propias vidas, la de sus familias y la de muchísimos ciudadanos. Mataron, secuestraron, chantajearon, extorsionaron, mutilaron y dejaron  huérfanos que jamás estarán consolados por este final vergonzoso que ofrecen los delincuentes derrotados. Dividieron y atemorizaron a la sociedad creando miedo y terror como siempre lo han hecho las ideologías totalitarias. Confrontaron a amigos, familiares y  vecinos desde el miedo, el odio y desde el sentimiento de falsa  superioridad ideológica.
Los ciudadanos libres y demócratas deben seguir confiando en el estado de derecho para que estos individuos desaparezcan para siempre de la vida de las personas.
Los medios de comunicación y otras organizaciones no deberían ser caja de resonancia de sus teatralizaciones falsas y oportunistas.
Han hecho demasiado daño y siguen sin pedir perdón a todas las víctimas y a la sociedad en su conjunto.
Decía Séneca, “Virtuosa actitud es perdonar a quién se arrepiente”.
Los miembros de ETA no han manifestado su arrepentimiento de todo el daño producido y ni siquiera son capaces de pedir perdón a todas sus víctimas. En su conciencia quedará el mal y la historia los juzgará para siempre. También en sus conciencias tendrán que soportar la culpa de todo el daño producido a varias generaciones de vascuences y de otras comunidades españolas.
Lo deseable es que se haga justicia dentro del estado de derecho que afortunadamente tenemos y que ellos trataron de destruir para que posteriormente desaparezcan de la vida política de Euskadi y del resto de España.
Fueron derrotados por la sin razón de sus propias ideas y por los ciudadanos y las instituciones que con grandes sacrificios consiguieron acabar con ellos.
Ahora toca que desaparezcan para siempre y que no dejen un falso "relato" de lo que pasó.
Tenemos que tener muy presente que las confrontaciones sociales y políticas que sitúan al adversario político como un enemigo, conducen siempre al odio, a la violencia y se ponen a un paso del terrorismo. Pareciera que eso es lo que se deduce de la nueva organización de "escindidos" que ahora se hacen llamar con otro nombre y que no están de acuerdo con la rendición de la organización criminal madre.
Para finalizar, aunque parezca superficial, muestro tres 
viñetas periodísticas de estos días. Dos de El País y la otra de El Periódico de Cataluña. En las dos primeras se refleja la única ideología que ha tenido la banda criminal y en  la otra el  final etarra que desearían muchos españoles. C.B




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