Sociedad: un gran problema


¿La sociedad en retroceso?

A la luz de los acontecimientos actuales podríamos decir que la sociedad inmersa en nuestra imperfecta civilización occidental está en retroceso.En sentido muy amplio podría considerarse civilización como sinónimo de cultura. Esta debería surgir y desarrollarse contribuyendo al bienestar de los ciudadanos y en un equilibrio y respeto del medio ambiente. Debería estar sustentada en la libertad, los derechos y en el conocimiento científico que favoreciese el desarrollo de la convivencia humana en armonía.  
Las ideología creadas y sustentadas por las comunidades humanas han funcionado en ocasiones como un freno al progreso humano y generalmente con un gran coste de sufrimientos a las poblaciones que las han padecido.
En el último siglo los totalitarismos emergentes de algunas ideología crearon a los monstruos del nazismo, del estalinismo y del fascismo que destruyeron millones de vidas y ocasionaron enormes sufrimientos a las sociedades que los padecieron.
Tras varias décadas de esos acontecimientos pareciera que los ciudadanos comenzasen a olvidar lo pasado.
En Europa actualmente han crecido de forma alarmante los movimientos populistas, la xenofobia, el racismo, el yihadismo y los nacionalismos identitarios excluyentes supremacistas.
Hace solo treinta años nadie hubiese pensado que en una de las regiones de España más progresista, rica y culta se pudiese elegir en un parlamento como presidente a Joaquim  Torra, un xenófobo racista que es casi una caricatura del hombre primitivo, inculto, tribal que desea a toda costa la confrontación y que piensa que más de la mitad de los ciudadanos de esa región son de una categoría inferior, lo que a él le produce furia y desprecio.
Individuos ignorantes, racistas y violentos que incumplen las leyes de un estado de derecho han existido siempre en las diferentes sociedades avanzadas pero el resto de la comunidad a través de sus fuerzas políticas tenían a estos elementos controlados.
Sin embargo ahora, y esto es lo más grave, observamos que esas fuerzas políticas sustraídas de la razón por emociones nacionalistas tribales votan y apoyan a la presidencia de Cataluña a un xenófobo beligerante.
Lo más sorprendente, donde está el signo mayor del retroceso en esa sociedad, es que ese presidente admirador de fascistas y xenófobo sea votado y apoyado por dos fuerzas políticas que hasta ahora se decían de izquierda: Ezquerra de Catalunya  y la CUP. Es triste, lamentable y avergüenza a todo ciudadano progresista.

Espero que pronto los españoles y los catalanes despierten unos del letargo y otros de las ensoñaciones fascistas nacionalistas y evitemos todos juntos repetir otras trágicas y dolorosas historias ya vividas en nuestro país.
El monstruo del fascismo crece de prisa pero sin embargo después es muy lento y duro el proceso de su derrota y la reconstrucción de la armonía en la sociedad. En un tiempo en el cual el presidente del país más poderoso del mundo es Donald Trump nos hace ver un panorama muy sombrío para el futuro.
Debemos implicarnos en la resistencia a esta actual involución social. No olvidemos que tanto Trump como Torra han sido elegidos  por ciudadanos como nosotros. Necesitamos firmeza democrática dentro del estado de derecho, unidad y no permitirles ni un paso más fuera de la Constitución. 

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