Microrrelatos y un poema para el fin de semana

A continuación transcribo dos microrrelatos de Elsa Bueno Gaona y a continuación un poema de Elvira Sastre.



L L U É V E M E

Me gusta oírte siempre; pero sobre todo así... cuando tu voz se vuelve lluvia, se desnuda dentro de mi igual que todo tú y se tiende a mi lado. Ya no necesito que digas palabras bonitas; no hace falta. Están todas ahí... esparcidas entre los cuerpos. 
(ebg)






DEJÉ QUE ME MATARA

Le hice caso a Bukowski y cuando encontré lo que amaba, dejé que me matara...
Y puede que ahora, tras el óbito, el fin y el trance, ande entre maltrecha, ida y desordenada; pero no me arrepiento de nada. Volvería a los ratos de latidos sin vida, a quedar sin respiración, a saltar sin mirar ni pensarlo, a estrellarme de nuevo en tus labios y para siempre borrarte esa boca... vital y asesina.
(ebg)


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Poema de Elvira Sastre. 

Elvira Sastre Sanz (Segovia, 1992) es una poeta, escritora, filóloga y traductora literaria española.

Quiero hacer contigo todo lo que la poesía aún no ha escrito

Cualquiera diría al verte
que los catastrofistas fallaron:
no era el fin del mundo lo que venía,
eras tú.

Te veo venir por el pasillo
como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
—en mi vida—
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa del barrio.
Te sientas
y lo primero que haces es avisarme:
No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.
Y yo sonrío
y te beso la espalda
y te empaño los párpados
y tu escudo termina donde terminan las protecciones:
arrugado en el cubo de la basura.
Y tú sonríes
y descubres el hormigueo de mi espalda
y me dices que una vida sin valentía
es un infinito camino de vuelta,
y mi miedo se quita las bragas
y se lanza a bailar con todos los semáforos en rojo.
Beso
uno a uno
todos los segundos que te quedas en mi cama
para tener al reloj de nuestra parte;
hacemos de las despedidas
media vuelta al mundo
para que aunque tardemos
queramos volver;
entras y sales siendo cualquiera
pero por dentro eres la única;
te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.
Tienes el pelo más bonito del mundo
para colgarme de él hasta el invierno que viene;
gastas unos ojos que hablan mejor que tu boca
y una boca que me mira mejor que tus ojos;
guardas un despertar que alumbra las paredes
antes que la propia luz del sol;
posees una risa capaz de rescatar al país
y la mirada de los que saben soñar con los ojos abiertos.
Y de repente pasa,
sin esperarlo ha pasado.
No te has ido y ya te echo de menos,
te acabo de besar
y mi saliva se multiplica queriendo más,
cruzas la puerta
y ya me relamo los dedos para guardarte,
paseo por Madrid
y te quiero conmigo en cada esquina.
Si la palabra es acción
entonces ven a contarme el amor,
que quiero hacer contigo
todo lo que la poesía aún no ha escrito.

 Elvira Sastre



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