Ciencias y humanidades. Necesaria confluencia.
El martes pasado asistí a un conferencia-coloquio que trataba
sobre las diferencias y vinculaciones entre ciencias y humanidades. El sitio era el bonito e
interesante Museo Jorge Rando de Málaga.
Tanto el conductor y moderador de la charla, Federico Soriguer como el propio conferenciante, Antonio Diéguez Lucena, Catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia nos introdujeron en
un mundo apasionante del conocimiento, de la historia de ambas disciplinas y
por supuesto también en la realidad presente. Fue una conferencia erudita pero
con una sencillez y cercanía para el público que asistía a aquel evento que fue
un verdadero placer para el conocimiento. Pienso que a todos nos dejó con la necesidad de
estudiar sobre los temas tratados y posicionarnos ante ellos ya que la
humanidad se tiene que enfrentar a retos tan importantes como el cambio
climático, la desigualdad social, el transhumanismo y el aspectos muy ligados a
la ciencia como la manipulación genética, la inteligencia artificial y la biotecnología entre otros. Uno de los peligros del avance científico sin
controles éticos y humanísticos se podrían expresar en un incremento de las desigualdades
a nivel mundial y entre sectores de la población de un mismo país (ricos y pobres) entre otros efectos colaterales negativos.
El pretexto para desarrollar la temática de la conferencia
organizada por la Academia Malagueña de Ciencias era la conmemoración del
sesenta aniversario de la famosa charla de C.P. Snow en Cambridge en el año
1959 en la que planteaba la necesidad del trabajo conjunto de las “humanidades”
y las “ciencias” para avanzar en el conocimiento con pasos firmes en el
progreso humano. Aquella conferencia del año 1959 se tituló “Las dos culturas y
la revolución científica”.
Sin duda los increíbles avances de la ciencia de las últimas décadas
si no van guiadas por principios morales y éticos que junto a los aportes basados también en otras
disciplinas del área de la humanidades, podrían conducirnos a una ciencia elitista,
especulativa, efectista, economicista y probablemente peligrosa para el entorno
y para todos los seres vivos de la Tierra.
En esta tarde tan estimulante de la reflexión y del conocimiento
se nombraron a pensadores y sus obras tales como Aristóteles, Kant, Newton, Descartes, Darwin, Ortega, Cajal, Unamuno,
Einstein, Popper, Hawking y Harari entre muchos otros. La sencillez y erudición de Antonio Diéguez es muy destacada. He presenciado ya varias de sus charlas y os puedo decir que son muy buenas.
Todos los pensadores antes mencionados en diferentes formas y tiempos colaboraron aportando un
análisis crítico de la realidad y del desarrollo de la ciencia y de las
humanidades.
Para mí, creo que faltaba un pensador muy importante. Me refiero a
Karl Marx que junto a Darwin revolucionaron la visión de
hombre en la naturaleza y sus roles en las sociedades humanas permitiendo una
visión diferente, al menos hasta su época, de las conductas humanas social y
económicamente hablando, así como una explicación más general de los grandes conflictos que
ha deparado la historia en relación a la distribución de la riqueza entre otros
asuntos.
Se cerró el coloquio con unas ideas generales sobre Transhumanismo
ya que el conferenciante, el profesor Diéguez, es un experto y ha publicado
recientemente un libro sobre ese tema.
Como conclusión de esta interesante conferencia, desde mi punto de vista, serían la necesidad perentoria del desarrollo de las humanidades y ciencias de forma
conjunta y regulada; así como un impulso a los nuevos pensadores humanistas y
filósofos para estar al día en los avances científicos y así comprender los gigantescos cambios que se están produciendo para ejercer una influencia moduladora basada en sus conocimientos de la ética,
de la historia, el derecho y la filosofía entre otras disciplinas. Las ciencias sin el asesoramiento y la guía de las disciplinas humanísticas podría ser un peligro para la humanidad y para el planeta que habitamos.
En resumen, una tarde en el museo Jorge Rando muy placentera y
enriquecedora.
Aprovecho para sugerir la visita a sus salas donde se exponen fundamentalmente
obras de una forma del expresionismo abstracto. A continuación algunas de esas obras.
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