Rincón literario en Sinapsis

En esta nueva sección de Sinapsis daremos participación a cualquier persona que quiera hablar o exponer algo referido a la literatura. En esta primera entrada lo hará una colaboradora muy joven ya que está en 1º de bachillerato y lo que aporta son dos comentarios de texto realizados en clase sobre dos poetas importantísimos en la literatura estadounidense. Me refiero a Walt Whitman y Emily Dickinson. Antes de los poemas y sus respectivos comentarios se resumen aspectos biográficos de ambos poetas.
La joven colaboradora es Marta Herrera Marcelino de 17 años. Primer premio del Concurso de Relatos para jóvenes de Málaga de 2017- Fundación Coca Cola.

Walt Whitman




Walt Whitman (1819-1892),fue un poeta, ensayista, periodista y humanista estadounidense.
Su trabajo se inscribe en la transición entre el trascendentalismo y el realismo filosófico, incorporando ambos movimientos a su obra. Whitman está entre los más influyentes escritores del canon estadounidense y ha sido llamado el padre del verso libre. Su trabajo fue muy controvertido en su tiempo, en particular por su libro Hojas de hierba, descrito como obsceno por su abierta sexualidad.
Considerado como el padre de la moderna poesía estadounidense, su influencia ha sido amplia también fuera de ese país. Entre los escritores que se han visto marcados por su obra figuran Rubén Darío, W. Stevens, León Felipe, D.H Lawrence, T.S Eliot, Fernando Pessoa, Federico García Lorca, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Ernesto Cardenal, Allen Ginsberg  y Emily Dickinson, entre otros.

Nacido en Long Island, trabajó como periodista, profesor, empleado del gobierno y enfermero voluntario durante la Guerra Civil estadounidense. Al inicio de su carrera, también produjo una novela, Franklin Evans (1842). Su obra maestra, Hojas de hierba fue publicada en 1855, costeada por él mismo. 
El libro fue una tentativa de tender los brazos hacia el ciudadano común con una épica americana. La obra fue revisada y ampliada durante el resto de su vida, siendo publicada la edición definitiva en 1892. 
En 1865 escribió el famoso poema O Captain! My Captain! ( ¡Oh, Capitán! ¡Mi capitán! en homenaje a Abrahan Lincoln después de su asesinato.

Luego de un ictus al final de su vida, se trasladó a Camden, Nueva Jersey  donde su salud empeoró. Murió a los 72 años y su funeral se convirtió en un espectáculo público multitudinario.


Emily Dickinson




Emily Dickinson (1830-1886) fue una poeta estadounidense, su poesía apasionada la ha colocado en el reducido panteón de poetas fundamentales estadounidenses junto con Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman. 
Dickinson procedía de una familia de prestigio y poseía fuertes lazos con su comunidad, aunque vivió gran parte de su vida recluida en su casa. Tras estudiar durante siete años en Amherst Academy, asistió brevemente al seminario femenino Mount Holyoke antes de regresar a la casa familiar en Amherst. Sus vecinos la consideraban excéntrica; tenía predilección por vestir siempre ropa blanca, era conocida por negarse a saludar a los invitados y en los últimos años de su vida, por ni siquiera querer salir de su habitación. Dickinson nunca se casó y la mayoría de amistades que tenía dependían completamente de la correspondencia.
En la intimidad de su hogar Dickinson era una prolífica poeta; sin embargo, durante su vida no se llegó a publicar ni una docena de sus casi 1800 poemas. No obstante, los poemas de Dickinson son únicos en comparación con los de sus contemporáneos: contienen líneas cortas, por lo general carecen de título, contienen rimas consonantes imperfectas [half rhyme] y una puntuación poco convencional. Muchos de sus poemas se centran en temas relacionados con la muerte y la inmortalidad, dos temas también recurrentes en las cartas que enviaba a sus amigos.
Los conocidos de Dickinson probablemente sabían de sus escritos pero no fue hasta después de su muerte, en 1886, cuando Lavinia, la hermana pequeña de Dickinson, descubrió los poemas que Emily guardaba y se logró hacer evidente la amplitud de su obra. 

Su primera colección de poesías se publicó en 1890 por conocidos personajes como Thomas Wentworth Higginson y Mabel Loomis Todd, aunque alteraron significativamente los originales. El erudito Thomas H. Johnson publicó en 1955 una colección completa de Dickinson, la primera de su poesía, y en su mayoría sin cambios. A pesar de que tuvo una crítica y recepción desfavorable y escéptica entre finales del siglo xix y principios del xx, Emily Dickinson está considerada de forma casi universal como una de las más importantes poetisas estadounidenses de todos los tiempos.


POEMAS COMENTADOS

“O Me, O Life” de Walt Witman

¡Oh, mi yo! ¡oh, vida!
de sus preguntas que vuelven,
Del desfile interminable de los desleales,
de las ciudades llenas de necios,

De mí mismo,
que me reprocho siempre (pues,
¿quién es más necio que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
De lo malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,

De los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve - ¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, Oh, mi yo, Oh, vida ?

Respuesta

Que estás aquí - que existe la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama, y que
puedes contribuir con un verso.

Walt Whitman


El poema “O Me! O Life” representa una introspección personal del autor que encauza una serie de preguntas existencialistas acerca de lo bueno existente en el caos, y por consiguiente, la búsqueda de sentido a la vida.
En el cuerpo de la composición, mediante una enumeración caótica, el poeta declama de forma grandilocuente sus dudas. Entre éstas, aparecen el sentido de las preguntas sin respuesta, relativas al desconcierto que le genera el sinsentido del mundo en el que vive, en el que la deslealtad caracteriza la humanidad y la necesidad abunda de manera excesiva. Tras ello, carga contra su persona considerándose el más desleal y necio de todos los individuos, y reprochándose por ello al carecer de espíritu de enmienda. 
Seguidamente, intenta encontrar lo bueno de la necesidad, de lo despreciable material, del pesimismo que caracteriza todo, de las multitudes de personas, que incansablemente actúan rodeándole en un eterno retorno de lo mismo. Vuelve a introducirse dentro de esta crítica y búsqueda de sentido al verse, dentro de un cúmulo de gente, incapaz de encontrarle utilidad al paso del tiempo, al paso de los años. 
Concluye esta parte del poema al reforzar la interrogación general que integra y vertebra todas sus preguntas, expresando su tristeza y su pesadumbre al verse incapaz de encontrar sentido a la vida, y por consiguiente, a sí mismo.
El final del poema radica en una conclusión realizada por el propio Whitman, que se responde a sí mismo. El poeta considera, realizando un desdoblamiento de su persona, que el sentido de la existencia se encuentra en ella misma, en el hecho de estar vivo y ser alguien. Mediante el tópico latino “theatrum mundi” reconduce su reflexión identificando la vida con una obra teatral, a la que él mismo puede aportar algo contribuyendo con un verso, con una parte de sí mismo al guión de la vida.

Marta Herrera Marcelino




“Poema 587” de Emily Dickinson 

Mi Corazón, vacíalo de Ti -
su sola Arteria -
Comienza, y deja allí tan sólo -
la Fecha de Extinción -

Innumerables Ondas tiene el Mar -
forman - un Báltico -
Retírate a Ti mismo, por jugar,
y no quedará nada
de mí - para guardarme -
"Yo" significa "Tú" -

Cancela la Raíz - y no habrá Árbol -
Cancélate de Mí - y no habrá - Yo -
Los Cielos quedarán desnudos -
y vaciada la bolsa de la Eternidad –

Emily Dickinson


En el “Poema 587” la norteamericana Emily Dickinson expresa un distanciamiento posiblemente vinculado al fin de una relación, mas también entrañando una interpretación en clave religiosa.
La composición puede fragmentarse en cuatro partes diferenciadas. En primer lugar, el yo poético se refiere directamente al receptor, desconocido para el lector, pudiendo tratarse del culpable de la ruptura amorosa o de Dios, apelándole y expresando una atormentada dependencia. Para ello, Dickinson se sirve del empleo de una metonimia identificando la parte por el todo, el corazón por el individuo. Designa al receptor como única arteria que da vida al corazón, que simboliza a la autora. 
Seguidamente, se introduce a esa cuestionada segunda persona en la siguiente parte, sumiéndola en una metáfora por la cual se identifica el mar Báltico, provisto de una desorbitada distancia y una desmesurada frialdad, con la circunstancia en la que se encuentra atrapada la autora. Tras ello, vuelve a referirse directamente al destinatario y protagonista de la composición, señalando cómo ambos se encuentran en un juego amoroso por el cual, en el momento en que se retire, desaparecerá todo. Esta profunda nada que envolverá todo lo antaño existente también se verá reflejada en la propia Dickinson, que se enfrenta a la situación con valentía, resignación y una enorme entereza, asumiendo las posibles consecuencias. 
En tercer lugar, mediante un paralelismo estructural y una identificación shakesperiana y petrarquista del yo con el tú, establece un símil. Éste identifica a los dos individuos con un árbol, cuya raíz, al verse cancelada supondrá la desaparición del mismo. La autora, tras esta personificación, ensalzando la dependencia que sufre de la otra persona, sea cual sea, termina la tercera parte del poema concluyendo cómo finalizará su existencia al ser ignorada. 
Finalmente, la última parte de la composición extrapola su profundo sentimiento a una visión del Universo, que quedará completamente desnudo al vaciarse la Eternidad, mostrando su estado final en una disolución completa del yo en el universo.

Sea cual sea la perspectiva que el lector disponga en la lectura del poema, bien una visión de distanciamiento amoroso bien la dependencia religiosa, la intención y el sentimiento de Dickinson son claros. El profundo desasosiego y el caos que le supondría la pérdida, quedan sumidos en la más amarga y vacía inexistencia.

Marta Herrera Marcelino



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