Bibliotecas: unos sitios para disfrutar y preservar
Las bibliotecas son una de mis visitas principales cuando conozco nuevas ciudades. Me siento rodeado de conocimientos, historias y suelen ser lugares que me provocan reflexión y estímulo para el saber. Independiente de sus contenidos algunas ya son bellísimas en sí mismas por su localización o diseños arquitectónicos. No se bien por qué pero siempre me han atraído historias en la literatura vinculadas a las bibliotecas. He buscado a muchas de ellas en internet para sumergirme aunque sea virtualmente en esos mundos. Las asocio al conocimiento, al placer de la lectura y siempre a la libertad.
En los últimos años una de las que más me gustó visitar fue la de Amsterdam ( al final del artículo comparto con vosotros unas fotos de esta biblioteca).
Días pasados un amigo me envió unas preciosas fotos de la biblioteca china de Tianjin Binhai.
Posteriormente recogí en una publicación cultural de la La Vanguardia el pequeño artículo sobre esa biblioteca que comparto con vosotros.
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En los últimos años una de las que más me gustó visitar fue la de Amsterdam ( al final del artículo comparto con vosotros unas fotos de esta biblioteca).
Días pasados un amigo me envió unas preciosas fotos de la biblioteca china de Tianjin Binhai.
Posteriormente recogí en una publicación cultural de la La Vanguardia el pequeño artículo sobre esa biblioteca que comparto con vosotros.
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La Vanguardia. Cultura.
La biblioteca más futurista de
China no tiene tantos libros como parece
Lo que parece uno de los
mayores templos para los amantes de la lectura conviva con una paradoja: la
mayoría de ejemplares no son reales
El mundo entero ha quedado sorprendido con la
última maravilla arquitectónica de China: la biblioteca Tianjin
Binhai, un lugar de 33.700 metros cuadrados que causa furor por su diseño
futurista, obra del estudio holandés MVRDV. Sus estanterías blancas, que tienen
gran protagonismo en las seis plantas del edificio, recuerdan a las terrazas
excavadas en las montañas del sur de China para cultivar arroz. Además, la
construcción contiene un inmenso auditorio esférico que se manifiesta en la
fachada principal como un gran ojo.
Llama la atención, sin embargo, que lo que parece
uno de los mayores templos para los amantes de la lectura conviva con una
paradoja: la mayoría de sus novelas no son reales. Una de las explicaciones a
lo que parece un sinsentido es que, al no tener acceso a las filas más altas,
se decidieron reemplazar las lecturas con placas de aluminio impresas, que
provocan una importante ilusión óptica.
Los libros reales, colocados en las partes
accesibles, tampoco parece que vayan a permanecer allí por mucho tiempo
Pero la controversia no acaba aquí, pues parece
que tampoco los libros reales, colocados en las partes accesibles, vayan a
permanecer allí por mucho tiempo. El director adjunto del centro, Liu
Xiufeng, aseguró a la agencia AFP que en la sala principal no se colocarán
obras: “En el plan final aprobado por las autoridades el atrio está concebido
como un lugar por el que circular, sentarse, leer o conversar... pero no para
almacenar libros”, dice.
Esto quiere decir que se tendrán que retirar los que
actualmente se están exhibiendo y colocarlos en las salas adyacentes, todas
ellas bastante más parecidas a una biblioteca convencional. Por el momento el
centro cuenta con 200.000 referencias distintas y espera alcanzar una colección
de 1,2 millones de ejemplares.
El estudio de arquitectura ha explicado que, en el
proyecto original, las estanterías más altas estaban pensadas para ser
accesibles desde las salas situadas detrás de ellas. Pero un apretado
calendario de obras les obligó a desechar la idea. Para Liu Xiufeng, el
director adjunto de la biblioteca, el diseño del edificio es un “dolor de
cabeza”. En los planos refrendados por las autoridades, el atrio estaba
concebido como un lugar por el que circular, sentarse, leer o conversar, pero
no para almacenar libros, argumenta.
Un inmenso auditorio esférico que se manifiesta en
la fachada principal como un gran ojo, en la biblioteca Tianjin Binhai, en
China (Fred Dufour / AFP)
En el plan final aprobado por las autoridades el
atrio está concebido como un lugar por el que circular, sentarse, leer o
conversar... pero no para almacenar libros”
Pero no todo son cosas negativas. En medio de la
controversia, la exposición mediática de la biblioteca ha provocado un notable
aumento del número de lectores: los préstamos diarios de libros se
multiplicaron por cuatro desde la inauguración y las salas dedicadas a los
niños desbordan de familias que recorren los álbumes ilustrados.
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