Negroponte. Interesante entrevista
Ricardo De Querol, entrevista en El País a Nicholas Negroponte, fundador y
una de las cabezas visibles del MIT (USA). (Junio 2019).
La verdad es que esperaba algo más de esta entrevista. Creo que no se desarrollan los temas, qué es algo tópica y que queda como "cortada" sin exponerse la visión más en profundidad sobre los temas abordados por parte de este investigador. Aún así creo que los conceptos vertidos en la entrevista son interesantes. Transcribo para compartir el artículo.
La verdad es que esperaba algo más de esta entrevista. Creo que no se desarrollan los temas, qué es algo tópica y que queda como "cortada" sin exponerse la visión más en profundidad sobre los temas abordados por parte de este investigador. Aún así creo que los conceptos vertidos en la entrevista son interesantes. Transcribo para compartir el artículo.
NICHOLAS NEGROPONTE
Fundador del Media Lab del MIT
“Es tarde para mí, pero no tengo duda de que mis
nietos vivirán 150 años”
“Es más fácil tener un robot abogado que uno que haga comida rápida”
“Sorprende lo poco que aporta Silicon Valley a la ciencia y al conocimiento”
“Es más fácil tener un robot abogado que uno que haga comida rápida”
“Sorprende lo poco que aporta Silicon Valley a la ciencia y al conocimiento”
Tiene motivos para presumir de dones proféticos,
porque estuvo en primera fila del despertar digital y vio con claridad lo que
vendría después. En los años ochenta y noventa, cuando la mayoría de la
población desconocía Internet o apenas se iniciaba, Nicholas Negroponte (Nueva
York, 1943), fundador y presidente del Media Lab del Massachusetts Institute of
Technology (MIT), vaticinó que íbamos a tener ordenadores en los bolsillos,
pantallas táctiles, televisión a la carta como Netflix, altavoces inteligentes
y hogares conectados, y que vendrían profundos cambios sociales. Sus artículos
en la última página de Wired o su libro El mundo digital (1995) eran seguidos
como un oráculo.
Nicholas Negroponte, en Madrid durante la entrevista. Uly Martín
El tiempo le ha dado la razón en casi todo.
Negroponte conversa en Madrid, donde participa hoy en la jornada Cruce de
Caminos, organizada por Banco Caminos y Bancofar. Sigue confiado en sus
visiones del futuro, que ahora suenan muy atrevidas. Claro que también era
atrevido lo que decía hace 30 años.
Pregunta. ¿Cuál es el próximo hito para la
humanidad?
Respuesta. El mundo digital se ha integrado en
nuestras vidas. Lo que vendrá ahora ya no serán extrapolaciones de la
informática, como las que hemos visto.
P. ¿Es la bioingeniería la siguiente revolución?
R. Esa será una de las grandes cosas que vengan,
sí. Tendremos humanos genéticamente modificados y corregiremos los errores de
la naturaleza. Será un futuro muy distinto.
P. ¿De verdad podremos vivir 150 o 200 años? ¿Lo
haremos nosotros o nuestros descendientes?
R. Eso ocurrirá con seguridad en la próxima
generación. Es un poco tarde para nosotros, porque revertir el envejecimiento
es más difícil. Pero no hay duda de que sus hijos y mis nietos vivirán hasta
los 150 años. Y haremos que los discapacitados puedan andar, luego podremos
eliminar las enfermedades raras...
P. Y se alimentará al mundo con comida artificial.
R. Crear carne que no proceda de las vacas es un
proyecto maravilloso. Podremos replicar las células de las vacas sin hacer daño
a animales, sin el CO2 que emiten, ahorrando agua, cuidando el medio ambiente,
y logrando que la gente tenga carne.
P. ¿Nos salvará la tecnología también del cambio
climático?
R. La tecnología es la única solución al cambio
climático. No hay otra. Tenemos que encontrar la forma de producir energía, no
necesariamente de fuentes renovables, como el viento o el sol, sino haciendo
que la fusión nuclear funcione. En 50 años tendremos una economía distinta y un
mundo mejor gracias a ella.
P. Usted pronostica avances enormes para la
humanidad. ¿No teme que las miserias humanas, o los intereses políticos y
económicos, impidan que lleguen a beneficiar a la mayoría?
R. Los intereses corporativos suelen frenar
algunos avances, pero no por mucho tiempo. Es bien conocido que quienes tienen
intereses en el petróleo pueden forzar un retraso en las tecnologías
alternativas. Por eso es tan difícil hacer pronósticos sobre cuándo llegarán
algunas cosas, porque a menudo los retrasos vienen de fuerzas externas que no
tienen que ver con la tecnología.
P. El 5G, el sistema que dominará las
comunicaciones móviles, está siendo el centro de esta Segunda Guerra Fría, un
campo de batalla entre EE UU y China por esa tecnología. ¿Quién ganará?
R. Hace 15 años que EE UU se ha rendido en las
tecnologías de la telecomunicación. Los principales actores ya no son empresas
americanas. El repentino interés por el 5G, y en particular por Huawei, me
parece increíble. Porque el 5G no es tan importante como están vendiendo. Es
solo un cambio incremental sobre el 4G. El hito fue el 3G. Esto no es la fusión
nuclear. Si alguien domina la fusión nuclear, cambiará las reglas del juego. El
5G no va a ser rompedor. Y si miramos lo que hace China en áreas como el 5G,
está muy por delante de Estados Unidos.
P. Usted representa el optimismo ante los cambios
tecnológicos. Pero todo indica que la opinión pública ha ido pasando del
entusiasmo al pesimismo.
R. Sigo siendo optimista, pero eso es verdad. Hay
un creciente sentimiento en todo el mundo de escepticismo, de que la tecnología
ha creado muchos de los problemas que tenemos que arreglar. Si lo miras
objetivamente y con perspectiva, la tecnología ha traído muchas soluciones,
como en la medicina, y los problemas son sobre todo por cómo usamos la
tecnología.
P. Los gigantes de Internet son vistos ahora como
un gran oligopolio que hace negocio sin control con nuestros datos. Una especie
de Gran Hermano.
R. Pondré otro ejemplo. Cuando las revelaciones de
Snowden, muchos americanos como yo nos sorprendimos de que el Gobierno nos
estaba vigilando. Si vas a China, y acabo de estar allí, ves cientos de cámaras
en la calle haciendo reconocimiento facial y creando una casi perfecta
seguridad. Y la gente está satisfecha. Dicen: de acuerdo, quizás se viole lo
que vosotros los occidentales consideráis intimidad, pero no tenemos
delincuencia. Son cosas que se ven distintas desde cada cultura.
P. ¿Juega China con ventaja en la carrera
tecnológica por la falta de garantías para la intimidad? Allí se puede crear
una gigantesca base de datos genéticos que en Occidente no sería viable.
R. Europa es quizás el líder mundial en protección
de la intimidad. Por otro lado, hay mucha gente que muere en Alemania porque es
ilegal compartir datos que permitirían salvarlos. Es un difícil equilibrio. Si
me atropella un coche, no quiero que mis datos médicos estén protegidos, quiero
que cuando llegue la ambulancia lo sepan todo.
P. ¿Cree que los gigantes de Silicon Valley deben
ser divididos como otros monopolios en el pasado, lo que ha propuesto la
senadora Elizabeth Warren?
R. No estoy seguro de que dividir a estas
compañías garantice asuntos como la privacidad. A nadie le gusta que una empresa
crezca tanto y sea dominante, pero lo que tenemos que mirar es qué sacamos de
ellas, quién está contribuyendo más al conocimiento y la ciencia. Es
sorprendente qué poco aportan muchas de esas grandes compañías. La gente joven
quiere ser Mark Zuckerberg, no quieren ser Alan Turing. Es decepcionante.
Necesitamos gente que invente y sea imaginativa como Turing.
P. ¿Están afectando las redes sociales a la
calidad de la democracia? Allí se expanden ideas extremistas, mensajes de odio…
R. No uso mucho las redes sociales. Soy más un
observador. Está claro que están teniendo un impacto. En unas partes, están
creando democracia, en otras partes la están debilitando. El balance es
probablemente a favor de la democracia.
P. Diversos estudios alertan de la destrucción de
millones de empleos por la robotización, incluso en las actividades más
intelectuales. Esto está generando ansiedad en la población y abriendo debates
como el de la renta universal. ¿Cuál es el futuro del empleo?
R. Es más fácil automatizar la mayoría de
actividades intelectuales que la mayoría de empleos en servicios, como preparar
comida rápida. Es más fácil tener un robot abogado, o contable. El
desplazamiento del empleo no dependerá de las capacidades intelectuales. En
algún momento tendremos que repensar el concepto del trabajo. Una parte del
concepto tiene que ver con tener un sentido, un propósito. La gente siempre
tendrá un propósito, pero puede no ser llevar un salario a casa, que es lo que
define el empleo hoy.
P. ¿Vamos a tener algún día una verdadera
inteligencia artificial, que tenga conciencia?
R. Esa es la pregunta, la conciencia, y la mayoría
de la gente no se la hace. No estoy seguro de que lo vaya a ver en mi vida.
Pero antes de eso veremos máquinas que tendrán sentido del humor, y será
asombroso. Otra pregunta que no parece interesante es: ¿por qué los hombres
apreciamos la música?
P. ¿Hay que reivindicar las humanidades, o la
filosofía, en una sociedad hipertecnológica?
R. Las humanidades son la cosa más importante que
puedes estudiar.
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