Reproducción humana: Desde nuestro origen hasta nuestro futuro...
Mi amigo y colaborador de Sinapsis, Isidoro Bruna es experto en reproducción humana. Más abajo se resumen aspectos de su currículo. Hace pocos meses publicó en la Revista Iberoamericana de Fertilidad un artículo que recogía una conferencia dada por él sobre el apasionante tema de la reproducción humana, las nuevas técnicas y el futuro (ya muy cercano) en el que ya nos estamos adentrando. Es un artículo que ha compartido con nosotros y os animo que leáis atentamente y también si os parece que escribáis comentarios sobre el mismo ya que todos saldremos enriquecidos. La conferencia fue brillante.
DESDE
NUESTRO ORIGEN HASTA NUESTRO FUTURO…
Isidoro
Bruna Catalán
Director Médico de HM Fertility Center
I.- DE ALDOUX
HUXLEY…
Les enseñó el
sencillo mecanismo por medio del cual, durante los dos últimos metros de cada
ocho, todos los embriones eran sacudidos simultáneamente para que se
acostumbraran al movimiento. Aludió a la gravedad del llamado trauma de la
decantación y enumeró las precauciones que se tomaban para reducir al mínimo,
mediante el adecuado entrenamiento del embrión envasado, tan peligroso shock. Les habló de las pruebas de sexo llevadas a cabo en los alrededores
del metro doscientos. Explicó el sistema de etiquetaje: una T para los varones,
un círculo para las hembras, y un signo de interrogación, negro sobre fondo
blanco, para los destinados a hermafroditas.
- Porque,
desde luego -dijo Mr. Foster-, en la gran mayoría de los casos la fertilidad no
es más que un estorbo. Un solo ovario de cada mil doscientos bastaría para
nuestros propósitos. Pero queremos poder elegir a placer. Y, desde luego,
conviene siempre dejar un buen margen de seguridad. Por esto permitimos que
hasta un treinta por ciento de embriones hembra se desarrollen normalmente. A
los demás les administramos una dosis de hormona sexual masculina cada
veinticuatro metros durante lo que les queda de trayecto. Resultado: son
decantados como hermafroditas, completamente normales en su estructura, excepto
-tuvo que reconocer- que tienen una ligera tendencia a tener barba, pero son
estériles. Con una esterilidad garantizada. Lo cual nos conduce por fin
-prosiguió Mr. Foster- fuera del reino de la mera imitación servil de la
Naturaleza para pasar al mundo mucho más interesante de la invención humana.
Se frotó las
manos. Porque, desde luego, ellos no se limitaban meramente a incubar
embriones; cualquier vaca podría hacerlo.
- También
predestinamos y condicionamos. Decantamos nuestros críos como seres humanos
socializados, como Alfas o Epsilones, como futuros poceros o futuros... -iba a
decir futuros Interventores Mundiales, pero rectificando a tiempo, dijo-
futuros Directores de Incubadoras…
Este párrafo corresponde a la novela “Un mundo feliz” (Brave new world), publicada por Aldous
Huxley en 1932. Todavía es considerada como una obra de ciencia-ficción, pero
también de crítica social. Huxley describe en la novela un
mundo futuro, dentro de 600 años, donde el desarrollo compulsivo de la
eficiencia, junto con los avances tecnológicos, crean una “benéfica tiranía de
la Utopía”. Un mundo feliz de Aldous Huxley es una de las distopías más famosas de la literatura
del siglo XX, junto con la obra “1984” de George Orwell. El dibujo de la
derecha corresponde a una lámina incluida en una de las primeras ediciones de
la obra. Sí… Es pura “ciencia ficción”…
II.- DE NUESTRO
ORIGEN…
El homo sapiens
es el producto de unos 3.500 millones de años de evolución de los organismos
vivos sobre la tierra. Los humanos somos vertebrados superiores, mamíferos, del
orden de los primates, de la familia de los homínidos, del género homo y de la
especie sapiens sapiens. En nuestra evolución hasta homo sapiens han
intervenido dos factores fundamentales:
·
La SELECCIÓN: la naturaleza
realiza una selección constante, anulando a las especies con genes
desfavorables para sobrevivir y manteniendo solo aquéllas cuyos genes son más
aptos para adaptarse al medio.
· Las MUTACIONES: los caracteres de los organismos
experimentan variaciones hereditarias por efecto de las mutaciones, que se
producen al azar y son relativamente frecuentes. De hecho, no existen humanos “genéticamente
perfectos”. Todos portamos
entre 3 y 50 mutaciones significativas o más…
La teoría de la
“supervivencia de los más aptos” de Darwin es realmente un caso especial de una
ley más general relativa a la supervivencia de lo estable. Las formas
primarias de selección natural fueron, simplemente, una selección de formas
estables y un rechazo de las inestables.
Así la evolución ha llegado al desarrollo de la cadena de genes más
“sofisticada”: el DNA humano. Nos constituyen unos 20-25.000 genes
(3.164.700.000 bases nitrogenadas), compartimos el 89,6% de nuestros genes con
el chimpancé, el gorila y el orangután, y solo tenemos unos 13.000 genes más
que una mosca. De una manera muy sintética, las cadenas de DNA realizan dos
funciones esenciales:
· Supervisan la fabricación de las proteínas.
· Se replican, es decir, hacen copias de sí mismas. Pero
si las copias se hacen a partir de otras copias, las cuales, a su vez, fueron
hechas de otras copias… los errores pueden empezar a ser acumulativos…
Los genes son los
responsables de su propia supervivencia en el futuro, ya que ésta depende
de la eficiencia de los cuerpos que
habitan. La selección natural favorece a los genes “replicadores” que son
eficientes en construir “máquinas de supervivencia” (organismos vivos). Pero
los genes carecen de previsión. No planifican con antelación. Los genes simplemente
existen… Es decir, hemos llegado
a ser sapiens gracias a una selección de genes replicadores y gracias al azar en las mutaciones genéticas.
Hasta 1978 la
única vía de reproducción de la especie humana eran las relaciones sexuales. Nuestros
“apareamientos” tienen por objetivo perpetuar la especie mediante la creación
de un individuo con una nueva composición genética, con una nueva mezcla de
genes… Porque desde un punto de vista evolutivo, los propósitos de la vida son
claros: la supervivencia y la reproducción. Si fallamos en cualquiera de los
dos, nuestros genes se van con nosotros a la tumba… En la medida en que un gen
particular o un grupo de genes confieran una ventaja en términos de
supervivencia o de reproducción, ese gen se extenderá. Es decir, que hemos llegado a ser sapiens no solo gracias
a una selección de genes replicadores y al azar en las mutaciones genéticas, sino también gracias a que en nuestro
cerebro reptiliano está impresa la necesidad de extender nuestros genes y
perpetuar la especie….
III.- DE LOS
TRATAMIENTOS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA (TRA)…
El nacimiento de Louise Brown el 25 de julio de 1978, conseguido después de más de 100 intentos fallidos
de Fecundación in vitro (FIV) gracias al talento científico y la perseverancia de
Robert Edwards y Patrick Steptoe, marca el advenimiento de los que hoy
conocemos como medicina de la reproducción o, simplemente, reproducción
asistida (1).
En la
rueda de prensa en la que ambos científicos comunican el nacimiento de Louise,
Robert Edwards pronunció una frase cargada de futuro: “Louise Brown no es el principio del final. Más
bien creo que representa el final del principio...”. En efecto, a día de
hoy la reproducción asistida cumple un valor social no solo porque represente un conjunto de
tratamientos que intentan superar una disfunción de la salud reproductiva
llamada “infertilidad” y ayuda a las parejas con dificultades a hacer
perdurable la especie (a perpetuar sus genes…), sino porque tras la
generalización del Diagnóstico Genético Preimplantatorio (DGP) y del Cribaje
Genético de Aneuploidías embrionarias (PGT-A), introduce un nuevo valor social,
ya que su objetivo es el tratamiento preventivo de las enfermedades hereditarias
en la descendencia.
Tras 40 años de FIV, la reproducción asistida ha
pasado de lograr el nacimiento de una niña concebida en un laboratorio, en un
ciclo ovárico no estimulado y mediante la obtención laparoscópica de un solo ovocito,
a diversificarse de manera exponencial. Gracias a esta pluralidad de técnicas y
procedimientos ya han nacido más de 5 millones de niños en el mundo tras la
transferencia de embriones en fresco o criopreservados, tras donación de óvulos
o semen, tras la obtención de espermatozoides del testículo, mediante GIFT,
ZIFT, ICSI, cultivos secuenciales, eclosión asistida, transferencias
citoplasmáticas o nucleares, hasta llegar al nacimiento de un bebé mediante
transferencia mitocondrial. Y sin
la FIV nunca se hubiera llegado a desarrollar la clonación. Se estima que en el
mundo hay ya más de 300 mamíferos clonados. Un tercio de ellos son vacas,
ovejas y cabras, el resto ratones. Y se mantiene la investigación con primates
y perros.
Todo esto nos da pie para
reflexionar acerca de hacia dónde se dirige el destino reproductivo de nuestra
especie.
IV.- DE LA
SECUENCIACIÓN DEL GENOMA HUMANO, PASANDO POR LA NEO-OVOGÉNESIS Y EL
CRISPR-Cas9…
Una de los grandes logros
biomédicos en lo que llevamos de siglo XXI ha sido conseguir secuenciar el
genoma humano. El 15 de febrero del 2001 se publicaba en la revista Nature el
primer borrador del genoma humano por el “International Human Genome
Project” (2).
Un día más tarde, la revista
Science publicaba un segundo borrador obtenido por la compañía norteamericana Celera
Genomics (3). En ambos casos, los datos se obtuvieron mediante la
tecnología capilar de Sanger, capaz de detectar unas 500-600 bases de un total
de 96 reacciones en 10 horas, de forma que era posible producir unas 115.000
bases por día. Los dos primeros borradores eran muy incompletos: sólo cubrían
el 90% del genoma eucromático, tenían más de 250.000 interrupciones e incluían
muchos errores. Aun así, secuenciar el genoma humano mediante tecnología Sanger
necesitó de 13 años de investigación, la colaboración de unos 3.000 científicos
y una inversión de unos 3.000 millones de dólares. En el año 2005 comenzaron a
aparecer distintas estrategias de secuenciación del DNA mucho más eficaces que
el Sanger, a la par que se iban desarrollado potentes programas bioinformáticos
para procesar la información se iba generando. Todo ello forjó una competencia
feroz entre las diferentes compañías tecnológicas. El resultado final ha sido la
consecución de secuenciadores con mayor longitud de lectura, mayor cantidad de
lecturas por día, un incremento de la fiabilidad y una significativa bajada de los
costes. A día de hoy es factible secuenciar un genoma en 24 horas por el precio
de unos 1.000 dólares (lo mismo que cuesta un ipad). En cinco años será posible
hacerlo en 9 minutos, costará unos 100 dólares y solo necesitará del concurso
de un técnico que vigile el funcionamiento de los secuenciadores.
La secuenciación del genoma
ha dado lugar a la creación de startups que ya ofrecen por
módicas cantidades lo que nuestro DNA puede decirnos de nuestra herencia. Las
bases de datos pueden llegar a ser públicas o, por qué no, a ser hackeadas.
Es más que probable que esto acabe con el anonimato en la donación de gametos.
El desarrollo de múltiples
investigaciones ha hecho también posible la neo-ovogénesis, es decir, la
obtención de ovocitos generados a partir de la inducción de células madre somáticas
pluripotentes (iPSC) (4, 5, 6, 7). En experimentación animal se han generado
ratones gracias a ovocitos desarrollados a partir de células somáticas de la
piel. Ya es posible obtener espermatozoides de ratón por el mismo procedimiento
(8). Se ha conseguido restaurar la fertilidad a ratonas en fallo ovárico
inducido mediante citotóxicos, después de realizarles un injerto de stem cells
procedentes de médula ósea (9). Y desde el 2013 ya han nacido 3 niños en Japón
procedentes de ovocitos obtenidos a partir de la activación de folículos en
mujeres con fallo ovárico (10, 11, 12).
En 1993, Francis Martínez Mojica
tenía 30 años y no pasaba de ser un desdibujado profesor titular de la
Universidad de Alicante. Investigando cómo podían sobrevivir unos microbios en
las salinas de Santa Pola (Alicante), descubrió en su DNA unas extrañas secuencias
que se repetían periódicamente. Las bautizó como CRISPR (Clustered Regularly
Interspaced Short Palindromic Repeats; en español, Repeticiones palindrómicas
cortas agrupadas y regularmente interespaciadas). En el 2003 demostró que aquel
sistema era capaz de cortar y pegar ADN de manera eficaz, constituyendo una
defensa de los microbios para protegerse de los virus (13, 14). Hoy Francis
Mójica suena como candidato al Nobel de medicina.
En el 2013, Emmanuelle
Charpentier y Jennifer Doudna (15), a partir del conocimiento del CRISPR-Cas, desarrollaron
una tecnología de edición genómica que permitía reescribir el genoma y corregir
genes defectuosos, con un nivel de precisión sin precedentes y de forma mucho
más económica.
Las aplicaciones del CRISPR
son “infinitas”: curar enfermedades, mejorar cosechas, modificar animales de
granja, diseñar flores de colores… Cualquier aplicación en la que pueda ser
útil eliminar o añadir un gen. Y por supuesto también, en un futuro quizás no
lejano, modificar óvulos, espermatozoides y embriones humanos para prevenir
enfermedades o alterar cualquier otra característica. Como siempre sucede
cuando los sapiens tienen a mano una tecnología disponible, dos años más tarde y
todo en el mismo 2015, en el Reino Unido un equipo científico del Francis Crick
Institute solicitó autorización para modificar genéticamente embriones
humanos. Aclararon que el objetivo no era crear bebés de diseño, sino el de avanzar
en el conocimiento sobre el desarrollo embrionario…; en China, un equipo
científico del Sun Yat-sen University (Guangzhou), dio un paso más y modificó
el DNA de un embrión humano, aunque se apresuraron a aclarar que se trataba
de un embrión no viable que no hubiera podido dar lugar al nacimiento de un ser
humano…; y en Estados Unidos, investigadores de la Universidad de Medicina
de Harvard, eliminaron mediante CRIPR--Cas genes dañinos de cerdos con el
objetivo de implementar el trasplante de órganos de animales a seres humanos… A
día de hoy la tecnología del CRISPR-Cas9 es cada vez más rápida, más precisa y más barata. Solo había que esperar un poco… En
diciembre de 2018 un equipo científico chino hizo público en los medios de
comunicación el nacimiento de unas gemelas protegidas frente al VIH mediante
una modificación genética en sus cadenas de DNA a partir del CRISPR-Cas.
Curiosamente, en mitad de la profusa controversia que ha generado el CRISPR,
algunos medios en lugar de preguntase “si es ético utilizar el CRISPR…”,
coincidían en afirmar “si sería ético DEJAR DE UTILIZAR la modificación
genética y permitir que sigan naciendo niños con enfermedades evitables y
mortales…”.
V.- DE LA ECTOGÉNESIS…
En el momento actual del desarrollo científico es excepcional que salgan adelante los bebés prematuros
de menos de 23 sem y/o 400 gramos. El caso de mayor prematuridad con viabilidad posterior recogido
hasta hoy es el de Amillia Sonja Taylor, quien nació por Cesárea el 24 de octubre del 2007 en la
21ª semana de gestación. Pesó 284gr. La UCI neonatal del Hospital Infantil Baptista de Miami le dio
de alta tras cuatro meses de cuidados intensivos. Sin embargo, los intentos por desarrollar un sistema
de incubación para el desarrollo de fetos inmaduros utilizando asistencia extracorpórea están ya
recogidos desde 1987 (16, 17).
Desde entonces hasta nuestros días se han registrado no menos de 23 estudios experimentales
intentando desarrollar sistemas de placentación artificial. El conjunto de estas técnicas dirigidas
a la consecución del desarrollo de un feto en un útero artificial, fuera del claustro materno,
se denomina “ectogénesis” (del griego ektos: "fuera de" y genesi: origen o principio de una cosa).
Este término fue acuñado en 1924 por el científico británico J.B.S. Haldane, quien predijo que para
el 2074 solo el 30% de los nacimientos humanos se producirían mediante el concepto de parto que
todos conocemos. Pues bien, en el 2017, la revista Nature Communications presentó un estudio llevado
a cabo por investigadores del Children’s Hospital of Philadelphia Research Institute en el comunicaron
a la comunidad científica el desarrollo de un cordero ubicado en un biobag a los 105 días de su
concepción, con un tamaño y un peso equivalente al de las 23 semanas de un feto humano (18).
El desarrollo
extrauterino se consiguió a partir de un sistema que incorpora un circuito sin
presión de oxigenación conectado al feto del cordero a través de una interfaz
de cordón umbilical que se mantiene dentro de un circuito cerrado de
"líquido amniótico" que reproduce el entorno uterino. Mostraron que el
feto de cordero, equivalente en su desarrollo al feto humano con prematuridad
extrema, pudo recibir apoyo fisiológico en este dispositivo extrauterino hasta
4 semanas. El cordero mantuvo una hemodinámica estable, con parámetros normales
de gases en sangre, una buena oxigenación y un patrón normal de circulación
fetal. Concluyen que, con el apoyo nutricional apropiado, los corderos pueden mostrar un crecimiento somático, una
maduración pulmonar, un desarrollo cerebral y una mielinización normales. Y ya,
en este mismo 2019, un equipo conjunto de investigadores de la Universidad de Western Australia y del Centro de
Medicina Perinatal y Neonatal de la Universidad de Tohoku
(Japón) comunica que los fetos de ocho ovejas se adaptaron a una terapia asimilable al microambiente uterino (EVE: Ex-vivo
uterine environment). Se
mantuvieron durante 120 horas con una monitorización exhaustiva en tiempo real de las variables fisiológicas claves, hasta que fueron sacrificados
para su comparación histológica con fetos de ovejas de gestaciones intraútero con
la misma edad gestacional. La cesárea para ubicarlas en el
biobag se realizó a los 95 días
de gestación (gestación
a término de la oveja ~ 150 días). Siete de los ocho fetos del grupo EVE
(87.5%) completaron las 120 horas de terapia con parámetros mantenidos en un
rango fisiológico normal. No hubo diferencias significativas entre los grupos
en el peso final, altura, peso corporal normalizado, peso pulmonar y peso
cerebral en comparación con los controles (p> 0,05). No se objetivaron
diferencias biológicamente significativas en los parámetros hematológicos
(recuentos de leucocitos totales y concentración plasmática de TNF-α y MCP-1) (p> 0,05). Los hemocultivos diarios
fueron negativos para el crecimiento aeróbico y anaeróbico en todas las ovejas
del EVE. No hubo diferencias en la consolidación del espacio aéreo entre las
ovejas controles y las del grupo EVE. Tampoco se constató un aumento en el
número de células pulmonares con tinción positiva para el marcador de células T
CD3, ni hubo aumentos en la expresión de ARNm de interleuquinas IL-1, 6, 8,
TNF-α y MCP-1
en tejidos pulmonares en comparación con el grupo de control. No se observaron
casos de hemorragia intraventricular y solo se identificó una lesión en la
sustancia blanca de uno de los fetos del grupo EVE (19).
La ectogénesis abre un nuevo debate ético
sobre la reproducción humana en un futuro ya muy cercano. Los úteros artificiales
pueden ampliar el rango de la viabilidad fetal, lo que genera dudas sobre la
eticidad de leyes de interrupción de la gestación: ¿hasta cuándo dejaría de ser viable un feto…?. La ectogénesis también
plantea consideraciones bioéticas y legales inéditas hasta la fecha por sus
importantes implicaciones sobre los derechos reproductivos. Así mismo sugiere
preocupaciones teóricas como la de que los fetos que se desarrollen en un útero
artificial puedan llegar a carecer de vínculos esenciales con sus madres, que
sí tendrían el resto de los “fisiológicamente” concebidos. Distintos
bioeticistas e intelectuales han mostrado su preocupación por el cambio de
paradigma ético y moral que la ectogénesis supone. El profesor de comunicación política Stephen Coleman, de la Universidad de Leeds, en el 2004,
cuando aún la ectogénesis se contemplaba como un arcano, afirmaba en su libro “The Ethics of Artificial
Uteruses. Implications for Reproduction and Abortion” que la ectogénesis es algo “tan contra natura como jugar a ser dioses y crea una peligrosa pendiente
resbaladiza que nos conducirá a Aldoux Huxley”. Finalmente, la ectogénesis también
incumbe a los derechos de las mujeres
sobre su propio cuerpo. En “The
Dialectic of Sex” (1970) la feminista Shulamith Firestone subraya que las diferencias en los roles reproductivos
biológicos son una fuente de desigualdad de género, ya que en la
reproducción natural las mujeres son las encargadas de portar el embarazo y de
parir. Firestone argumenta en su ensayo que un útero artificial “liberaría a
las mujeres de la tiranía de su biología reproductiva".
VI.- DEL POSIBLE FUTURO DE
LA REPRODUCCIÓN HUMANA AL TRANSHUMANISMO…
En 1962, el escritor y científico británico Arthur C. Clarke (autor de múltiples obras de divulgación científica y de ciencia ficción, como “2001: Una odisea del espacio”, “El
centinela” o “Cita con Rama”), publicó un libro de ensayos titulado “Profecías del
futuro” (Profiles
of the Future: An Inquiry into the Limits of the Possible). En él enuncia una trilogía de leyes sobre el futuro
que, de una manera resumida, serían las siguientes:
1ª.-
Cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia…
2ª.-
Cuando un científico propone que algo es posible, casi con toda
seguridad está en lo cierto. Cuando afirma que algo es imposible, muy
probablemente se equivoca…
3ª.-
La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un
poco más allá de dichos límites, en lo imposible…
La píldora hizo posible el sexo sin reproducción… Y
los Tratamientos de reproducción asistida (TRA) han hecho posible la
reproducción sin sexo…
Tan es así que en el 2016 el Profesor Henry T. Greely (Profesor de Genética de la Escuela de Medicina de
Stanford, Presidente del Comité Directivo del Centro de Ética Biomédica y
Director del Programa de Stanford en Neurociencia y Sociedad) publicó un ensayo
titulado “El final del sexo” (The end of
sex). La portada del libro original semeja una secuencia de bases de DNA.
En él, Greely aborda el cambio insondable que los
TRA en sus distintas modalidades está ejerciendo y va a ejercer en un futuro
muy inmediato. Asegura que dentro de veinte años, tal vez de cuarenta, una mayoría
de las personas que residen en los países desarrollados dejarán de tener
relaciones sexuales con el propósito de reproducirse. Y que, en cambio, a los
futuros padres se les informará de todo lo que deseen acerca de la composición
genética de sus embriones o de otros miles de embriones que podrán seleccionar
para su transferencia intrauterina, implantación, gestación y parto. Y que este
proceso será seguro, legal y gratuito.
Explica también las revolucionarias tecnologías biológicas, ya a nuestra
disposición, que hacen que este futuro parezca inevitable y expone los
profundos desafíos éticos y legales que la humanidad enfrenta como su resultado.
Y lo que es más amenazante desde el punto de vista ético: llega a afirmar en
una entrevista que está persuadido de que “algo que cambie la forma en que se conciban los bebés nos
afecta básicamente a todos, de manera que no es un tema que deba ser dejado
únicamente a los profesores de derecho, a los bioeticistas, a los ginecólogos o
a las clínicas de fertilidad…”. Es decir: ¡saquemos el debate de
los foros universitarios e intelectuales!. Metamos ruido social… Porque hemos
entrado en la era del transhumanismo…
El transhumanismo es
un movimiento cultural e intelectual internacional que tiene como objetivo
final transformar la condición humana mediante el desarrollo de
tecnologías ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas,
tanto a nivel físico como psicológico o intelectual. Los pensadores
transhumanistas estudian los posibles beneficios y peligros de las nuevas
tecnologías, con el fin de superar las limitaciones humanas fundamentales y
especulan sosteniendo que los seres humanos pueden llegar a ser capaces de
transformarse en seres con extensas capacidades, merecedores de la etiqueta
“posthumano”.
El Profesor de investigación del CSIC
y Director del Grupo de Paleoantropología del Museo Nacional de Ciencias
Naturales, Antonio Rosas, ha elaborado una tesis acerca de qué nos hace seres humanos. Afirma que no se puede concebir a un ser humano sin que tenga un andar bípedo,
pero la bipedestación surgió hace 6 millones de años… Que no se puede concebir
a un ser humano sin que tenga una tecnología a su alrededor, pero las
herramientas aparecieron hace 3 millones de años… Que no concebimos a un ser
humano sin que tenga un cerebro grande, una cabeza redonda, pero el cerebro
empezó a ser grande hace aproximadamente medio millón de años… Si hablamos de los sapiens, nos definen el
desarrollo exponencial de la tecnología y la capacidad de formar grandes redes
sociales… Y concluye que los sapiens seguiremos evolucionando: los fenómenos evolutivos no paran. Alguna
vez se ha dicho que habíamos dejado de evolucionar porque hemos cortocircuitado
la selección natural con el desarrollo científico y cultural. Pero evolucionaremos
por la selección genética o artificial. De hecho, ya lo estamos haciendo. El
cambio es consustancial a nuestro universo y a nuestra existencia, así que a
alguien se le ocurrirá algo para poder hacerlo…
Por apostillar este asunto, acabaré citando
una frase de Albert Einstein: Y como no sabía que era imposible... lo hizo.
VII.- COROLARIO
FINAL
La
reproducción asistida no es solo un valor social porque su objetivo sea luchar contra una enfermedad llamada
“infertilidad”… La reproducción asistida, junto al desarrollo de
la genética molecular, ha transformado el concepto de “salud reproductiva” al
dirigirse a disminuir/eliminar “el azar” en la evolución de la especie
humana. Los TRA se han convertido además en una herramienta fundamental de
soporte de los valores sociales, al permitir perpetuar la especie de una manera
menos discriminada, consolidando nuevos modelos de familia. Pero el desarrollo
de la genética, la biología molecular y la tecnología han abierto un debate
sobre la eticidad de dichos avances. Y aquella primera FIV que se desarrolló
para “curar una enfermedad”, corre el peligro de acabar por convertirse
esencialmente en un medio para “para modificar el ADN al servicio de algunas
voluntades”…
Yo no sé
si la reproducción humana derivará en una “eugenesia bondadosa” en la que solo
los ricos tendrán “bebés sanos en casa” / “hermosos alfas” gracias al DGP,
CRISPR, u otros avances científicos… Lo que sí sé es que cualquier
investigación o avance científico solo tienen cabida dentro del contexto de la
bioética y que los científicos están para intentar erradicar la enfermedad y el
sufrimiento… Y lo que también sé es que nada sobre el futuro de la especie
humana es abordable sin que la premisa de partida sea el derecho capital e
insoslayable del que está por nacer…
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Dr. Isidoro Bruna Catalán. Ph D.
Director
Médico de HM Fertility Center (Grupo
Universitario HM), desde 1999.
·
HM Fertility Center del Hospital Universitario HM Montepríncipe
(Boadilla del Monte; Madrid).
·
HM Fertility Center del Hospital Universitario HM Puerta del Sur (Móstoles;
Madrid).
·
HM Fertility Center del Policlínico HM Gabinete Velázquez (Madrid).
·
HM Fertility Center del Hospital HM Vallés (Alcalá de Henares; Madrid).
·
HM Fertility Center del Hospital HM IMI Toledo (Toledo).
·
HM Fertility Center del Hospital HM Belén-La Coruña (La Coruña).
q Co-Director del Máster de Reproducción Humana de la Universidad
Complutense (Madrid)
del 2014-2018. Profesor del Máster de
Reproducción Humana de la
Universidad Complutense (Madrid), desde 2005 hasta la actualidad.
q Especialista
en Obstetricia y Ginecología. Hospital Clínico Universitario de San Carlos.
Madrid, 1985.
q Doctor en Medicina y Cirugía (sobresaliente cum laude). Universidad
Complutense. Madrid, 1991.
q Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Fertilidad
(SEF) y Tesorero de
la misma (2014-2018).
q Jefe de Sección y Jefe de la Unidad de
Reproducción del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario
de Móstoles de Madrid (1988-1998).
q Jefe de la Unidad de Reproducción del Servicio
de Obstetricia y Ginecología de la Fundación Hospital Universitario Alcorcón de
Madrid (1998-1999).
q Director Científico de Fertility
Center. Grupo Juaneda (Palma de Mallorca) (2010-2018).
q Miembro de la
Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y Especialista de Nivel IV de la
Sección de Ecografía Obstétrico-Ginecológica de la SEGO.
q Miembro de la
Sociedad Española de Fertilidad (SEF) y Miembro Fundador del Grupo de Interés
de Salud Embrionaria de la SEF.
q
Miembro de la European
Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE).
q Participante en 18 estudios
multicéntricos de investigación nacionales y europeos.
q Coordinador nacional de 5 estudios
multicéntricos en España.
q Tutor de Residentes de
Obstetricia y Ginecología del Grupo Universitario HM (2010-2014).
q Presidente o vocal en 11 Tribunales de defensa de tesis
doctorales.
q Director de 6 tesis doctorales calificadas con apto cum laude.
q Autor o co-autor de 15 artículos en revistas internacionales,
23 en
revistas nacionales, 20 capítulos de libros, 2 cursos multimedia y más de 370 ponencias en simposios
y congresos nacionales e internacionales.
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