Cine. Reseñas y comentarios (2)

Este verano he visto varios filmes que os comento a continuación. A pesar de los matices individuales de cada uno, ha merecido, como casi siempre, pasar unas horas disfrutando del séptimo arte.
Las películas vistas fueron: Dolor y Gloria, Rojo y El peral salvaje.

Hoy solo dedicaré mis observaciones a la primera, Dolor y Gloria de Pedro Almodóvar. Las próximas semanas comentaré las otras dos películas

Dolor y gloria








Título original
Dolor y gloria
Año
Duración
108 min.
País
España España
Dirección
Guion
Pedro Almodóvar
Música
Alberto Iglesias
Fotografía
José Luis Alcaine
Reparto
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Productora
El Deseo. Distribuida por Sony Pictures Entertainment (SPE)
Género
Drama | Cine dentro del cineAños 60HomosexualidadDrogasInfancia
Web oficial
https://www.netflix.com/title/80998991
Sinopsis
Narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, y otros recordados, como su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad, así como el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única terapia para olvidar lo inolvidable, el temprano descubrimiento del cine, y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando. "Dolor y Gloria" habla de la creación, de la dificultad de separarla de la propia vida y de las pasiones que le dan sentido y esperanza. En la recuperación de su pasado, Salvador encuentra la necesidad urgente de volver a escribir.

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 'Dolor y gloria', además de "la última de Almodóvar", se presenta como su película más personal, y la expectación habitual ha venido precedida de un interés renovado por entrever entre los fotogramas los paralelismos con la trayectoria pública —y privada— del director. Sin embargo, hay algo de desnudo casto, de exceso de pudor, como un espectáculo de 'striptease' en el que el 'stripper' se deja puestas prendas íntimas para evitar el desnudo total.

Según la comentarista de cine, Marta Medina, 'Dolor y gloria' cierra la trilogía que iniciaron 'La ley del deseo' (1987) y 'La mala educación' (2004). Como la primera, de nuevo el protagonista es un cineasta turbado, pero ya la pulsión sexual y la efervescencia de la juventud han dejado paso a una especie de apatía autodestructiva, concretada en una inesperada y tardía adicción a las drogas duras. Como la segunda, Almodóvar recupera a través del recuerdo de otro cineasta la España áspera, seca y miserable de la dictadura, esta vez desde el punto de vista luminoso de una infancia relativamente feliz a pesar de las carencias. Es esta parte de la evocación de la niñez donde la película provoca una ternura genuina a través de la mitificación natural de esos momentos que, con la distancia, se reconocen como trascendentales: el primer deseo, la mirada de una madre, aquel coleccionable de cromos de actores y los recuerdos del cine de verano.

Se entiende que Salvador Mallo, interpretado por Antonio Banderas, es un 'alter ego' del cineasta manchego, con elementos de realidad adornados de ficción e hipérbole, una forma que sirve de herramienta para representar sus inquietudes y obsesiones, en las que subyace esa búsqueda de verdad. Y si bien los momentos en los que el protagonista recuerda su infancia emocionan, el relato en torno a la crisis de un creador en decadencia, aislado por sus enfermedades y su neurosis, peca de cierto ensimismamiento y no produce empatía alguna.

En el camino del Salvador adulto (interpretado por Banderas) van cruzándose, como apariciones, amistades perdidas —Asier Etxeandia dando cuerpo a la intensidad de las relaciones entre el director y sus actores, que ha acabado en ruptura tajante y pública en varias ocasiones— y amantes perdidos —Leonardo Sbaraglia como uno de los amores fundamentales del protagonista—, que hablan de una época pasada bullente y fértil de un hombre atemorizado ante la decadencia de su cuerpo y de su arte. Este encierro y la pérdida de contacto con el exterior hacen que la única forma de mirar sea hacia dentro.
La emoción reaparece, sobre todo con aparición del personaje de su madre.
Precisamente, para recordar que el cine, que 'Dolor y gloria', es un juego de representaciones y anticipándose a las especulaciones del espectador sobre cuánto de realidad y cuánto de adulteración hay en la película, Almodóvar termina con una secuencia que hace evidente el artefacto, en una de las ideas más interesantes y brillantes del filme, que a la vez constituye una coraza más, una muestra de que aquí hay desnudo, pero no tanto.

Resumiendo, os diría que en el filme hay cierto sello de Amodóvar (colorido, relaciones interpersonales…) pero no es de sus mejores películas.  El personaje, interpretado correctamente por Banderas, es un “ya visto”, que no conecta emocionalmente con el espectador en ningún momento. Es un entretenimiento para ver una tarde en casa a falta de un programa mejor pero no creo que sea una película destacada del cine español. Lo que si es destacable la buena intervención de Antonio Banderas.

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