Cine. Reseñas y comentarios (2)
Este verano he visto varios filmes que os comento a continuación. A pesar de los matices individuales de cada uno, ha merecido, como casi siempre, pasar unas horas disfrutando del séptimo arte.
Las películas vistas fueron: Dolor y Gloria, Rojo y El peral salvaje.
Hoy solo dedicaré mis observaciones a la primera, Dolor y Gloria de Pedro Almodóvar. Las próximas semanas comentaré las otras dos películas
Dolor y gloria
Título original
Dolor y gloria
Año
2019
Duración
108 min.
País
España
Dirección
Pedro Almodóvar
Guion
Música
Fotografía
Reparto
Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia,Julieta Serrano, Nora Navas, Asier Flores, César Vicente, Raúl Arévalo,Neus Alborch, Cecilia Roth, Pedro Casablanc, Susi Sánchez, Eva Martín,Julián López, Rosalía, Francisca Horcajo
Productora
Género
Drama | Cine dentro del cine. Años 60. Homosexualidad. Drogas. Infancia
Web oficial
Sinopsis
Narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, y otros recordados, como su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad, así como el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única terapia para olvidar lo inolvidable, el temprano descubrimiento del cine, y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando. "Dolor y Gloria" habla de la creación, de la dificultad de separarla de la propia vida y de las pasiones que le dan sentido y esperanza. En la recuperación de su pasado, Salvador encuentra la necesidad urgente de volver a escribir.
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Las películas vistas fueron: Dolor y Gloria, Rojo y El peral salvaje.
Hoy solo dedicaré mis observaciones a la primera, Dolor y Gloria de Pedro Almodóvar. Las próximas semanas comentaré las otras dos películas
Dolor y gloria

Pedro Almodóvar
Alberto Iglesias
José Luis Alcaine
El Deseo. Distribuida por Sony Pictures Entertainment (SPE)
'Dolor
y gloria', además de "la última de Almodóvar",
se presenta como su película más personal, y la expectación habitual ha venido
precedida de un interés renovado por entrever entre los fotogramas los
paralelismos con la trayectoria pública —y privada— del director. Sin embargo,
hay algo de desnudo casto, de exceso de pudor, como un espectáculo de 'striptease' en el que
el 'stripper' se deja puestas prendas íntimas para evitar el desnudo total.
Según la
comentarista de cine, Marta Medina, 'Dolor
y gloria' cierra la trilogía que iniciaron 'La
ley del deseo' (1987) y 'La
mala educación' (2004). Como
la primera, de nuevo el protagonista es
un cineasta turbado, pero ya la pulsión sexual y la efervescencia de la
juventud han dejado paso a una especie de apatía autodestructiva, concretada en
una inesperada y tardía adicción a las drogas duras. Como la segunda, Almodóvar
recupera a través del recuerdo de otro cineasta la
España áspera, seca y miserable de la dictadura, esta vez desde el punto
de vista luminoso de una infancia relativamente feliz a pesar de las carencias.
Es esta parte de la evocación de la niñez donde la película provoca una ternura
genuina a través de la mitificación
natural de esos momentos que, con la distancia, se reconocen como
trascendentales: el primer deseo, la mirada de una madre, aquel
coleccionable de cromos de actores y los recuerdos del cine de verano.
Se
entiende que Salvador Mallo, interpretado por Antonio
Banderas, es un 'alter
ego' del cineasta manchego, con elementos de realidad adornados de ficción
e hipérbole, una forma que sirve de herramienta para representar sus
inquietudes y obsesiones, en las que subyace esa búsqueda de verdad. Y si bien
los momentos en los que el protagonista recuerda su infancia emocionan, el
relato en torno a la crisis de un creador en decadencia, aislado por sus
enfermedades y su neurosis, peca
de cierto ensimismamiento y no produce empatía alguna.
En el
camino del Salvador adulto (interpretado por Banderas) van cruzándose, como
apariciones, amistades perdidas —Asier
Etxeandia dando cuerpo a la intensidad de las relaciones
entre el director y sus actores, que ha acabado en ruptura tajante y pública en
varias ocasiones— y amantes perdidos —Leonardo Sbaraglia como uno de los amores fundamentales del
protagonista—, que hablan de una época
pasada bullente y fértil de un hombre atemorizado ante la decadencia de su
cuerpo y de su arte. Este encierro y la pérdida de contacto con el exterior
hacen que la única forma de mirar sea hacia dentro.
La emoción reaparece, sobre todo con aparición del personaje de su madre.
Precisamente,
para recordar que el cine, que 'Dolor y gloria', es un juego de representaciones
y anticipándose a las especulaciones del espectador sobre cuánto de realidad y
cuánto de adulteración hay en la película, Almodóvar termina con una secuencia que hace evidente el
artefacto, en una de las ideas más interesantes y brillantes del filme, que a
la vez constituye una coraza más, una
muestra de que aquí hay desnudo, pero no tanto.
Resumiendo,
os diría que en el filme hay cierto sello de Amodóvar (colorido, relaciones
interpersonales…) pero no es de sus mejores películas. El personaje, interpretado correctamente por
Banderas, es un “ya visto”, que no conecta emocionalmente con el espectador en
ningún momento. Es un entretenimiento para ver una tarde en casa a falta de un
programa mejor pero no creo que sea una película destacada del cine español. Lo que si es destacable la buena intervención de Antonio Banderas.
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