Muñecos vociferantes en las elecciones


-->
Muñecos vociferantes

Repaso algunos de los problemas de la sociedad en que vivo y vienen a mi memoria la desigualdad social, el paro, la precariedad laboral, los nacionalismos excluyentes, el deterioro de la educación y de la sanidad, el machismo inveterado, el abandono de la investigación y de la ciencia, los populismos, el resurgimiento de la extrema derecha y la ausencia de educación en valores democráticos y solidarios entre otros muchos.
Anhelo que nuestros representantes políticos para la próximas elecciones busquen y ejecuten soluciones a todos estos problemas.
Pero mis ilusiones se desvanecen al encender la televisión y verlos actuar en el parlamento y en sus mítines.

Parecen muñecos vociferantes descerebrados que gritan insultos, descalificaciones, acusaciones muchas de ellas falsas y sin fundamentos, también mensajes apocalípticos del futuro si ellos no son elegidos y al mismo tiempo constato que nadie habla con serenidad, mesura, explica sus programas y argumentos para que podamos seleccionar una u otra opción. La ausencia de autocrítica es pasmosa.
En fin, tras ver a estos individuos robotizados  declamando descalificaciones me pregunto si en algún momento dejarán de pensar en sus mezquinas estrategias y serán capaces de lograr de forma consensuada pactos de gobierno estables para el interés de toda la ciudadanía. 
Reflexiono y concluyo que no todos son iguales y renace en mí un poco de esperanza. Creo que la democracia es uno de los avances de la sociedad y el voto una de sus formas. Por ello iré a votar pero sin la inercia acostumbrada, sino pensando qué sociedad quiero para mí y mis hijos y para el resto de la ciudadanía que clama por soluciones de los problemas del presente y también de una preparación para el futuro complejo que ya tenemos muy cerca.
Progreso, no retroceso. Educación en libertad e igualdad. Solidaridad. Ciencia. Derechos para toda la ciudadanía. Debates serenos, limpios y buscando acuerdos y consensos de estado que permitan avanzar a nuestra sociedad.
Todo esto lo tendré en cuanta al emitir mi voto. Tras esta reflexión iré más esperanzado de lo estaba tras ver a los delirantes portavoces partidarios.
El 28 de abril no es un día cualquiera. No servirá de nada quejarnos después. Pensemos, reflexionemos antes y expulsemos de nuestro cerebro prejuicios, sentimientos guerra civilistas y actuemos como ciudadanos europeos-españoles del siglo XXI.

Carlos Bustamante



Comentarios

Entradas populares