¿Tontos útiles? ¿Desinformación?
La inteligencia engañada
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Personalidades que intervinieron en el vídeo de Ó, Cultural |
Hacer creer a alguien que algo falso es verdadero, es engañar. Después de ver en un video de Òmnium Cultural expresarse a destacadas personalidades internacionales sobre la realidad catalana me lleva a la conclusión que esas personas han sido engañadas.
A lo largo de la historia hemos visto muchas veces sucumbir a la
inteligencia bajo los argumentos emocionales de un relato que de sentido a la
existencia.
Al parecer el homo sapiens necesita de un “relato” que de
contenido a su vida y le permita enfrentarse grupalmente a los avatares de la
supervivencia.
Conocemos relatos de creencias religiosas, del fascismo, del
comunismo y también de los nacionalismos.
El nacionalismo suele manejar medias verdades, exalta el
victimismo y da contenido a la vida marcando casi siempre rasgos de
superioridad o de singularidades basadas
en argumentos que hoy en día no resisten a los conocimientos de la historia, de
las ideologías políticas, de la ciencia y de la teoría de la evolución.
Cuando el objetivo es el enaltecimiento supremacista-victimista,
la mentira es una de las muchas armas que se emplea desde esta ideología.
Me pregunto cómo Noam Chomsky, Jody Williams, Ángela Davis y otros,
han creído que en España se están vulnerando los derechos humanos de forma
sistemática, que existe opresión y que la consigna correcta para este país es justicia y libertad.
Estas dos últimas palabras cierran el video que mencioné anteriormente en el que estas personalidades apoyan las tesis victimistas independentistas.
Estas dos últimas palabras cierran el video que mencioné anteriormente en el que estas personalidades apoyan las tesis victimistas independentistas.
Por supuesto que no vivimos en un estado idílico y los derechos y
las libertades siempre hay que defenderlas y avanzar en ese sentido. Al igual
que en otros países hay errores, abusos y leyes que deben ser mejoradas, pero
España es un estado de derecho, democrático, avanzado, donde existe un altísimo
grado de autonomía en sus regiones (más que en muchos países federales) y como
es coherente con todo lo anterior, existe la división de poderes.
Hoy en Cataluña algo menos de la mitad de la población presiona, intimida
y segrega al resto de la sociedad. Me pregunto ¿habrán conocido Chomsky y Davis los escritos y
opiniones xenófobas y racistas del actual presidente de Cataluña?. ¿Conocen que
los actualmente políticos presos conculcaron todas las leyes del estado de
derecho y la Constitución de este país? ¿Saben que fueron reiteradamente
advertidos? ¿Saben también que muchos de ellos huyeron de la llamada de la
justicia a otros países dando una imagen distorsionada del estado democrático
español? ¿Conocen que los políticos presos acusados de delitos gravísimos gozan
de todas las garantías legales para su defensa?.
Entonces ¿por que estos “influencers” de la política apoyan las
mentiras del independentismo?.
Quizás por que les han expuesto a ellos un relato mejor que el casi
nulo realizado por el estado español a nivel mundial. Los independentistas
mostraron una realidad que no existe y la hicieron creíble, incluso con
técnicas goebbeslianas como lo del
ayuntamiento de Vic en Barcelona.
Algunos “influencers”, según su ideología, también son más
sensibles a opinar cuando se le muestran supuestas conculcaciones de los
derechos humanos. Desgraciadamente, algunos intelectuales de izquierda suelen
caer con facilidad en esta trampa. No sería la primera vez. Ya hubo
personalidades internacionales que amparaban los asesinatos etarras.
También es cierto que en ocasiones desde el extranjero queda la imagen
de la sociedad española en mal lugar cuando se exhiben las agresiones y
maltrato a los animales en la mayoría de las fiestas de los pueblos o cuando
nos observan que aún seguimos sin poder quitar del Valle de los Caídos al
dictador Francisco Franco después de
cuarenta años de democracia.
El que seamos una sociedad
tolerante, libre, con avanzadas leyes en igualdad de género y de protección
social y que estemos primeros en el ranking de transplantes de órganos, que
haya respeto y ejercicio de libertades plenas, pasa a segundo plano por estas estampas
minoritarias de atraso histórico. La falta de una exposición mediática real de
la sociedad española nos lleva a veces a que permitamos que se tergiverse la imagen que se conoce fuera de
nuestro territorio.
Antes fue el artista Ai Weiwei y ahora Chomsky que de forma
irresponsable y sin el debido conocimiento contribuyen a apoyar un movimiento
dirigido por un xenófobo racista que va paulatinamente llevando a la sociedad
catalana a un nivel de crispación con
alto riesgo de confrontación civil.
Los “influencers” de la política tendrían que ejercer su necesario
papel con más conocimientos, responsabilidad y auténtico sentido de la
justicia.
JP
JP
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