Entrevista a distinguidos amigos (IV)

Con esta entrada retomamos las entrevistas a distinguidos amigos. Hoy cambiaremos de continente. Nos vamos a América. Entrevistamos a Juan Serra, argentino y con una trayectoria política y humana muy destacada. Para mí,  entrevistar a Juan ha sido un placer por su humanidad, conocimientos y experiencia. Aunque no comparto algunos de sus puntos de vista me ha ayudado a ver desde otra óptica diferentes aspectos planteados en la entrevista.
Al igual que en las anteriores, adelantamos un resumen de su currículo y a continuación están las respuestas a las preguntas planteadas. JP




Charla con amigos distinguidos



Hoy con: Juan  Serra

Juan Serra es argentino, nacido en la Provincia de Tucumán en 1951, de formación socio-técnica en la Universidad Nacional de Tucumán. Preso político de la dictadura argentina desde 1975 a 1982. Diplomado en Desarrollo Territorial Inclusivo y co-creador de la Secretaría de Innovación y Desarrollo Tecnológico de la Provincia de Tucumán. Trabajó durante 20 años en la actividad privada, vinculado a la industria cítrica y otros proyectos agro-industriales. En el año 2004 se incorpora al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), coordinando la Región NOA en las áreas de extensión y transferencia de tecnología al sector productivo. Actualmente jubilado, dedicado al periodismo, la comunicación y la militancia política en el Movimiento Peronista.

Preguntas sobre el mundo actual

1) ¿Qué diferencia hay entre creencias y ciencia para afrontar el mundo de hoy?

Para afrontar el mundo de hoy el conocimiento es condición necesaria si queremos hacerlo de forma responsable, y en ese sentido tanto la ciencia como las creencias aportan buenos y no tan buenos conocimientos para construir mejores modos de vida. Por ejemplo, la creencia en “La Madre Tierra” en nuestra Latinoamérica aporta tanto conocimiento como la ciencia más virtuosa. Seguramente para ambas, ciencia y creencias, vale la pregunta de quién las produce y para qué.
Lo que no aporta para mejorar el mundo son aquellas creencias y saberes científicos que exigen obediencia, sometimiento o exclusión. Me refiero sobre todo a los fundamentalismos que exigen obediencia cultural, de ideas, de dogmas, de conocimientos y de modos de vida.
Vivimos en un mundo plural y diverso (con diversas culturas, lenguas y geografías), y en esa diversidad cada experiencia social en el diario vivir produce y reproduce conocimientos, por lo que deberíamos inferir que no hay conocimientos sin prácticas y actores sociales. No hay conocimiento neutral o universal.
En esta aparente disputa entre ciencia y creencias, desde Latinoamérica vemos que una dificultad importante para resolver los problemas del mundo de hoy es que se ha transformado a la ciencia moderna como único criterio de verdad, tanto que las comunidades científicas de los llamados países desarrollados dicen poseer el monopolio universal para determinar qué saberes son verdaderos y cuáles falsos, desacreditando saberes al tratarlos de exóticos, rurales, artesanales, populares, indígenas, ancestrales, comunitarios, o que solo se trata de creencias, opiniones, magia, etc. El fundamentalismo es malo tanto para las creencias como para la ciencia. Al decir de Boaventura de Souza Santos, “La comprensión del mundo es mucho más amplia que la comprensión occidental del mundo”.

2) ¿Cree que hoy en nuestra sociedad se ha perdido la educación en valores entendiendo como tales los referentes a  esfuerzo, honradez, honestidad, altruismo, solidaridad, respeto, cortesía,  etcétera?

En Argentina la educación en los valores  a los que se hace referencia ha desaparecido, y agregaría como valores ausentes y necesarios los de libertad y autonomía.
Actualmente se educa para reproducir un modo de vida de “paradigma empresarial”, donde lo importante es  el competir, el ganar, el progreso, el lucro, la meritocracia, el hacer las cosas en función de lo que hace el otro y no de lo que quisiera uno.
Se educa para alcanzar el éxito sin importar el cómo y, para el caso, el cómo es la honradez, el esfuerzo, la solidaridad, el altruismo, etc.: se educa predicando que “el fin justifica los medios”.
También se educa con un discurso único, homogéneo, que niega la diversidad de pensamientos y culturas, impidiendo la crítica, el cuestionamiento, las preguntas, la posibilidad de indagar en nuevas estructuras y lógicas de pensamiento. Diría que, en general, se educa para reproducir un modo de vida que no requiere de ciudadanos “educados”.


3) Ante la crisis socio-económica actual de Argentina cuáles podrían ser los caminos de salida real?

No creo que haya un camino único, pueden ser diversos y a construir, ya que en el andar se van revisando las prácticas y ajustando la puntería. Lo que sí se requiere son buenos diagnósticos sobre las causas de las crisis socio-económicas cíclicas, y un acuerdo de convivencia con una mirada clara hacia dónde se quiere ir, en qué país se desea convivir.
En Argentina hay cuestiones de estructura económica como la concentración de la tierra y la extranjerización de la economía; cuestiones sociales como la persistencia de una gran desigualdad y la aparición de nuevos actores sociales con nuevas formas de trabajo; cuestiones de una democracia deficitaria que requiere reformas constitucionales para impedir que las instituciones de control sean cooptadas por el poder económico, sobre todo la justicia; y cuestiones culturales, de la subjetividad y el conocimiento, que tienen que ver con un machacar de las ideas neo-liberales por medio de un gran aparato de manipulación mediática. Este conjunto de razones, más otras que sería largo enumerar, me convencen de que se ha llegado a un límite en el Estado de Bienestar y se requiere un Estado Transformador. No basta con que El Estado intente controlar a los dueños del poder, se requiere transformar las causas estructurales de la desigualdad y la pobreza, caso contrario se repiten las alternancias de gobiernos populares que distribuyen parte de la riqueza y otorgan derechos,  y gobiernos neo-liberales que vuelven al ajuste y la pérdida de derechos, tal como fue el reciente ciclo kirchnerista y ahora el ciclo macrista.

4) El desamparo de la investigación y de la ciencia en Argentina intensificado con la crisis ¿qué  puede deparar?

En Argentina y en el mundo se observa una disputa por privatizar el conocimiento, sacarlo de la esfera pública y entregarlo a las empresas privadas, ya que no solo constituye un gran negocio sino también una llave para impedir modos de vida más justos y democráticos.
El desamparo de la investigación y la ciencia forma parte de un modelo de país colonial, dependiente, desindustrializado, proveedor solo de materias primas: es lo que antes se llamaba “país bananero” y hoy se conoce como el modelo de la “especialización exportadora” (producir y exportar granos, carnes, peces, minerales, petróleo y gas).
Esto es lo que está pasando actualmente en Argentina, donde un gobierno dirigido por Ceos de empresas transnacionales se empeña en acrecentar la concentración económica, impedir la soberanía tecnológica y bajar el costo de los salarios. Una muestra concreta es que el Ministerio de Ciencia y Tecnología se bajó a la categoría de Secretaría.
Lo que puede deparar renunciar a la soberanía tecnológica en tiempo de crisis queda bastante claro, y para decirlo en tono cuasi poético, “penas para muchos y alegrías para pocos”.

5) ¿Qué es para usted el populismo en política y qué opina del mismo?

En nuestro país no se conocía la palabra populismo. Personalmente no me cae bien porque no dice nada concreto y se la usa como sinónimo para desacreditar, para decir que algo es malo. Eso se nota muy claro en estos últimos años donde se ha tratado de poner el mote de populistas a los gobiernos populares y crear así un imaginario que no existía en América Latina, identificando lo populista como opuesto a democracia.
Comprender el peronismo, o populismo como le dicen ahora, requiere un ejercicio de interculturalidad, de entender que hay palabras y categorías que no significan lo mismo en diferentes lugares, y que el estratificarlas nos impide pensar. Por ejemplo, en España la palabra república fue apropiada por el progresismo; en Argentina fue apropiada por los conservadores.

6) ¿Piensa usted que el peronismo con sus facciones a veces antagónicas, puede ser una respuesta a los problemas de la Argentina del siglo XXI?

No hay dudas que el movimiento peronista,  en su transcurrir contradictorio, ha logrado los mejores avances en la calidad de vida de sectores humildes y de clase media, a pesar de haber sido proscripto y perseguido durante casi la mitad de su existencia. Eso es una realidad, forma parte de la historia reciente, está en la memoria de gran parte de los argentinos,  sintetizado en aquella frase de “que los años más felices fueron los peronistas”. En ese sentido no hubo movimiento, partido, gobierno o experiencia social que lo supere. Y si uno recorre los derechos sociales, políticos, económicos y culturales con que cuenta hoy el pueblo argentino verá que la mayoría de ellos se consiguieron en gobiernos peronistas; y por la inversa, los derechos que se perdieron fueron en gobiernos anti-peronistas.
Ninguna respuesta a los problemas de la Argentina del siglo XXI puede ignorar esto. También se puede decir que con el peronismo no alcanzó ni alcanza, pero es a partir de él, como expresión del mayor grado de conciencia política organizada, que se podrá profundizarlo o lograr nuevas síntesis. No se trata de sustituirlo o combatirlo, porque ese es también el interés de las fuerzas conservadoras.  

7) ¿Cree que se repiten, al igual que  décadas atrás, los análisis y posicionamientos de los grupos políticos en la actualidad?

Nada es estático, los análisis y posicionamientos van cambiando, pero lo hacen lentamente y de un “modelo de más de lo mismo” que ataca las consecuencias y no las causas: hay que reconocer que el neo-liberalismo ha triunfado, colonizando el sentir y el saber de los centros de opinión en todo el mundo. Nuestras universidades y centros de irradiación del pensamiento no han podido escapar todavía a esta “colonialidad del saber”.
En la mayoría de los países de occidente la desigualdad, la exclusión, la financierización de la economía y la degradación ambiental están generado un acentuado malestar que no encuentra una respuesta en la política tradicional. El mejor ejemplo es la avanzada degradación de la democracia.
También es cierto que han comenzado a visibilizarse, sobre todo en los países  periféricos, nuevas alternativas en estado embrionario que cuestionan la idea de poner “el progreso antes que lo humano”, o como decimos por aquí “el carro antes que el caballo”. Esto se observa en los movimientos sociales y las minorías excluidas, que ante la necesidad de resistir comienzan a implementar prácticas de re-existir incorporando  nuevos saberes alternativos. Me parece que por ahí pueden surgir nuevas propuestas.

8) Piensa que la corrupción es uno de los mayores problemas de los políticos y sindicalistas de su país? ¿A qué formación política han estado más relacionados los corruptos?

Pienso que la corrupción es un fenómeno mundial, no está relacionado con tal o cual país o partido sino con un modo de vida, el capitalista, que fomenta el lucro y el enriquecimiento a cualquier precio. Los últimos directores del FMI, incluida la actual directora, Christine Lagarde, han sido acusados y hasta condenados por corrupción, sin embargo andan por Argentina dando clases de cómo manejar de forma eficiente las finanzas.
En América Latina la lucha contra la corrupción es el caballito de batalla para derrocar a los gobiernos populares. Esto no quita responsabilidad a los corruptos que deben ser juzgados y condenados, sean de donde sean. Pero tampoco se puede ignorar que hay una alianza entre la justicia corrupta y los medios de comunicación concentrados, fomentada por el Departamento de Estado de EEUU, para ocultar las verdaderas causas de la desigualdad y achacar todos los males a dirigentes tildados de corruptos que, casualmente, son los más populares. El término “corrupto” tiene actualmente un tremendo uso político en Argentina, me recuerda al de “comunista” de viejas épocas, ya que son considerados “ciudadanos honestos”, y hasta premiados, aquellos  que funden bancos, se apropian de las riquezas de los países, inventan guerras, bombardean ciudades o suspenden la atención de salud a sus compatriotas. Un titular de diario convierte en “corrupto” al enemigo político; luego un juez acusa e “investiga” tomando como prueba el titular del diario; la noticia se difunde por todo el mundo en forma persistente y al tiempo todos terminan convencidos que el acusado es culpable; ya no importa si es verdad o mentira, si se trata de una sospecha o una certeza; ante tamaña “presión mediática” el juez decide condenarlo, porque si no lo hace los medios se “encargarán de él”.

9) ¿Considera que hay una idolatría caudillista y personalista en la política Argentina? Si la respuesta fuese afirmativa ¿cómo piensa que podría superarse?

La historia relatada por los conservadores argentinos ha puesto a los caudillos del siglo XIX en el bando de los malos, los bárbaros, los opuestos al Dios Progreso. Se ha estigmatizado la palabra y cualquier liderazgo que moleste o perturbe “el estado de desigualdad existente” se lo tilda de caudillista.  Hay liderazgos que organizan la colaboración y la participación, y otros solo organizan la obediencia: algunos imponen la aceptación de su autoridad, otros interpretan el sentir y necesidad de un grupo que requiere cierta conducción. En tiempos de gran manipulación mediática no podemos quedar atados a las palabras. La Democracia Argentina es presidencialista y ese tipo de organización institucional da origen a la figura de un presidente fuerte, que puede identificarse como caudillo.
Si bien instituciones  más participativas fortalecen la democracia, no sé si podrá superarse el liderazgo fuerte como método de conducción política. 

10) ¿Qué papel ha desempeñado y desempeña la iglesia católica en la sociedad y en la política de su país?

La Iglesia Católica Argentina se ha desempeñado como una Institución conservadora muy vinculada a los sectores del poder económico y con importante participación en el sistema educativo. En cada momento de disputa por una mejor distribución de la riqueza o mejora de la democracia estuvo del lado del status quo, militando desde los colegios privados, los púlpitos, los medios de comunicación y los acuerdos políticos. También tuvo corrientes internas minoritarias pero muy activas a favor de los humildes que se manifestaron en los grupos de “La Teología de la Liberación”. Lo que es muy notable en la actualidad es el cambio ocurrido a partir de la asunción del Papa Francisco, donde se visualiza a la Institución Iglesia Católica con un discurso y accionar popular, anti concentración de la riqueza y levantando las consignas de “Pan, techo y trabajo”. Esta novedad abre nuevos interrogantes sobre el comportamiento de la Iglesia Católica.

11) ¿Qué es para usted la literatura y por qué recomendaría a un joven que leyese?

La literatura, tanto para el escritor como para el lector, tiene la virtud de crear estados emocionales que conducen a innumerables caminos de conocimientos, fantasías, empatías, disfrute, etc. Es una gran posibilidad de crecer a partir de un diálogo silencioso, alejado de ruidos ensordecedores.

12) ¿Cuáles son los problemas principales a su juicio a los que se enfrentan hoy los argentinos? Y también la misma pregunta pero referida a la sociedad mundial.

La financierización y la neoliberalización de la economía son los problemas principales de Argentina y del mundo Occidental porque acrecientan la desigualdad, el deterioro de la democracia y la inestabilidad social. Junto con ello observo una gran incapacidad de formular análisis críticos que acierten en el diagnóstico de las causas y en las propuestas de soluciones. Pareciera que las soluciones propuestas están construidas con los mismos criterios que ocasionaron el problema: más mercado, más ajuste, más individualismo, menos estado: es el pensamiento único. 

13) ¿Considera importante que los estados regulen con leyes y pautas bioéticas los avances de la ciencia?

Es muy necesario, sobre todo con el concepto de Estado como organizador comunitario, que debe regular las diferentes tensiones y disputas de poder que también están presentes en la ciencia y sobre todo en la biotecnología.

14) ¿Tiene una opinión tomada sobre la gestación subrogada, el aborto y la eutanasia?

En estos temas es bueno recordar que “lo ético” también es una construcción social. Comparto la idea de que son temas necesarios de abordar desde lo positivo, no desde la negación. Forman parte de una nueva lógica de ampliación de derechos y libertades vinculadas “a la salud del cuerpo y la vida”, por lo que requieren ser apoyadas bajo normas de contención y cuidado.

15) ¿Cómo explica la presencia en el panorama político internacional y nacional  de figuras singulares como Trump, Putin, Kim Jong-un, Maduro, Torra? ¿Es un retroceso de la democracia, el final de la Ilustración, el “olvido” de la historia o simplemente una fase normal de la evolución de las sociedades?

Las sociedades construyen sus modos de vida, algunas veces para mejor y otras para peor. Creo estamos en un momento de transición donde la democracia, en su forma actual, no logra dar respuestas a las demandas de las mayorías. La tremenda concentración de la economía ha generado un poder oculto, el de las finanzas, que ha puesto a las instituciones democráticas, o seudo democráticas, a su servicio. Esto está desacreditando a las tradicionales formas organizativas de la sociedad moderna y, por otro lado, fortaleciendo e incitando la idea de liderazgos y soluciones políticas “no esperadas”. Hay consciencia del fin de un ciclo, pero no se sabe bien cómo continuarlo. La democracia requiere ser democratizada para que en la práctica social participativa se busquen mejores instituciones.

16) ¿Qué es para usted un intelectual y qué función tiene en la sociedad?

En términos simples un intelectual sería alguien que, por diversas razones de su modo de vida, se destaca por producir ideas, ensayos, análisis, propuestas, críticas, etc., sobre la historia pasada, presente y futura de nuestras sociedades, en cualquier aspecto que sea: cultural, político, social, filosófico, artístico, etc. Serían los pensadores, los que pueden dedicar tiempo a esa apasionante y necesaria tarea. Son muy importantes para la sociedad en tanto y en cuanto cualquier comunidad que aspira a mejorar su modo de vida requiere pensarse en forma crítica, evaluar sus prácticas y crear nuevas ideas y saberes. 

17) Al prolongarse los años de vida de los seres humanos ¿Qué papel en la sociedad deberían tener los “mayores”, ancianos, jubilados, en fin, los que ya no están directamente ligados al sistema productivo?

Empezaría por aclarar que si hablamos de “sistema productivo” deberíamos concebirlo más allá de la fabricación de productos o servicios, involucrando a todas las actividades que hacen posible llegar a la fabricación propiamente dicha (culturales, educativas, de cuidado, etc.). Deberíamos referenciar la palabra sistema  a “modo de vida”, y en ese caso resulta imprescindible, para tener “mejores modos de vida”, la inclusión/participación de los mayores como elementos activos del “sistema productivo” y no solo como “consumidores pasivos”. Pueden y deben ser participantes activos aportando lo que más tienen: saberes y experiencia, pero en una condición distinta, donde ya no sea la obligación lo que convoca sino el disfrute y el compromiso social. Para esto se requieren propuestas innovadoras y “dar vuelta la cabeza” para poner nuevamente el caballo (lo humano) delante del carro (el progreso) y poder aprovechar la enorme energía activa, pensante y emocional de los jubilados/mayores.

18) Le pedimos que recomiende a los lectores de esta entrevista algún libro de literatura o ensayo, una película o la visita de algún museo.

Recomenzaría el libro “El sentido de la humano”, del biólogo chileno Humberto Maturana; la película “La noche del mundo”, un documental acerca del Pozo de Vargas donde arrojaban a los detenidos-desaparecidos en Tucumán, Argentina; y la visita de “Las Ruinas de Quilmes”, en la Provincia de Tucumán.







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