Wagensberg: UNA IMPORTANTE PÉRDIDA. AFORISMOS SOBRE LA MUERTE




Hace unos días ha fallecido Jorge Wagensberg. Fue un científico y un intelectual destacado en campos como la  termodinámica, matemática, biofísica, microbiología, paleontología, entomología, museología científica y filosofía de la ciencia.
La muerte es la más sorprendente de las noticias previsibles, escribió Jorge Wagensberg en uno de sus libros de aforismos. Esa previsible sorpresa le ha alcanzado hoy en Barcelona, causada por un cáncer, a la edad de 69 años.




Con Wagensberg se va un científico enciclopédico: pionero de la divulgación científica en España, museógrafo que puso a Barcelona en el mapa global de los museos con CosmoCaixa, editor y escritor que tendió puentes entre ciencias y humanidades.
Fue un gran dinamizador de la cultura y la divulgación, un catalizador de la fusión de las dos parcelas [la científica y la humanística] y un referente museográfico mundial

Wagensberg estudió en la Universidad de Barcelona donde se licenció en 1971 y doctoró en 1976, y donde fue profesor de teoría de los procesos irreversibles desde 1981 hasta su jubilación en el 2016.
Uno de sus legados es la colección Metatemas (Libros para pensar la ciencia), que fundó en 1983 con la editorial Tusquets. La colección publicó más de 130 obras de autores como Schrödinger, Einstein, Konrad Lorenz, Richard Feynman, Stephen Jay Gould, Jacques Monod, François Jacob, Norbert Wiener, Murray Gell-Mann, Martin Gardner, Martin Rees, Richard Dawkins, Benoît Mandelbrot, Lynn Margulis, Douglas Hofstadter, Sheldon Glashow o René Thom. El propio Wagensberg es autor de más de 30 libros, algunos de ellos publicados también en Metatemas.
 Fue nombrado director del Museu de la Ciència de Barcelona, donde estuvo hasta 2005. Su labor más fecunda comenzó sin embargo en 2013, cuando asumió la dirección artística del Hermitage de Barcelona, el proyecto de museo global, una gran ágora para el estímulo del conocimiento, del que Wagensberg fue su inspirador.

En  1988 publicó un artículo titulado “El azar como elemento creador”, en el que explicaba la importancia de lo aleatorio en la ciencia (es la regla, no la excepción) y definía al azar como un elemento creador de ciencia.

También explicaba que no hay contradicción entre la búsqueda de certeza, propia de la ciencia, y que el azar sirva para crear conocimiento. Y añadía que la inyección de azar en los métodos de investigación es insoslayable de la predicción precisa de los procesos complejos.

El azar, en su sinuoso recorrido, se lo ha llevado ahora prematuramente. Estaba en el momento creativo más apasionante del Hermitage de Barcelona, pero como él mismo decía: para evolucionar necesitamos una ración diaria de imprevistos.

En fin, con la muerte de Wagensberg pierde nuestra sociedad a una persona muy inteligente, que ha impulsado el conocimiento, la divulgación científica y siempre lo ha hecho desde una perspectiva humanista. Creo que estamos algo huérfanos tras las desapariciones recientes de Forges y ahora de Jorge Wagensberg.

 En Sinapsis hemos reproducido muchos de sus aforismos. Hoy lo hacemos con los relacionados con la muerte.


La muerte en aforismos

JORGE WAGENSBERG

Hace cientos de miles de años, junto al fuego, un homínido se inclina sobre otro que agoniza. Es alguien muy cercano y siente compasión. Sus miradas se clavan la una en la otra hasta que la del yacente se desenfoca y la del sobreviviente se licúa. Entonces este se vuelve hacia la noche estrellada y, por primera vez en toda la evolución, una porción de materia se interroga por ella misma. Poco después tiene lugar un rito funerario. Es el primer indicio de autoconciencia.
Quizá fuera un Homo neanderthalensis, quizá un Homo antecessor, pero, fuera quien fuera, en aquel preciso momento ese alguien comprendió que también él iba a morir. Desde entonces la pregunta no ha dejado de planear sobre todo lo humano: ¿qué sentido tiene la existencia?

1.    No hay manera de encontrar consuelo frente a la certeza de que un día vamos a morir, ni siquiera pensando en lo bajísima que fue en su día la probabilidad de que llegáramos a nacer.

2.    La probabilidad de volver a nacer después de muerto es colosalmente pequeña, pero no es nula como ilustra el hecho de que ya hayamos nacido una primera vez.


3.    Ahora ya no tiene arreglo, pero la muerte necesaria es una innovación impuesta por la reproducción sexual.

4.    Una bacteria aspira a la eternidad convirtiéndose ¡a tiempo! en su propia descendencia.


5.    Si la medicina logra un día curar cualquier enfermedad, ya nadie se atreverá nunca a cruzar una calle, porque una cosa es perder la vida y otra muy distinta perder la eternidad entera.

6.     Por simetría: ya sé dónde estaré después de morir: más o menos donde estaba antes de nacer.


7.    Uno se acaba de morir del todo cuando se muere el último que le ha conocido vivo.

8.    La frase más frecuente en las lápidas de los cementerios, nunca te olvidaremos, descansa sobre la hipótesis tácita de que solo se mueren los demás.


9.    Los que prometen la gloria en el más allá a cambio del sacrificio en el más aquí no necesitan libro de reclamaciones.

10. La muerte es la más sorprendente de todas las noticias previsibles.


11. Vivir envejece, envejecer humilla y la mayor humillación es morirse.

12. Se murió y a continuación algo se apagó retrospectivamente en la mirada de todas las fotografías que de él se habían tomado a lo largo de toda su vida.

13. Pensar en la vida genera tanta perplejidad como pensar en la muerte.


14. Todo lo real es pensable (hipótesis de la ciencia), pero todo lo pensable no tiene por qué ser real (hipótesis de la literatura), luego la imaginación es más grande que la realidad entera (tesis científico-literaria).

15. La invención del infierno: vivir es bajarse un instante de la eternidad con el alto riesgo de arruinarla irreversiblemente.


16. A una expresión se le puede dar la vuelta para que mejore su sonido sin que cambie su significado, por ejemplo, vida eterna en lugar muerte eterna.


17. Tenemos muy poco tiempo para estar vivos y todo el tiempo del mundo para estar muertos, pues qué pena, porque hay muchas maneras de estar vivo y solo una de estar muerto.


      18. Epitafio: lamento no estar en condiciones de leer este epitafio.

“Tenemos muy poco tiempo para estar vivos y todo el tiempo del mundo para estar muertos, pues qué pena, porque hay muchas maneras de estar vivo y solo una de estar muerto”


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Aforismos tomados de Babelia. Diario El País.

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