Recomendación de columna periodística. Actualidad
La actualidad política sigue inmersa en la farsa, el teatro y los postureos. Esto podría no ser importante si no afectase a millones de personas que observan incrédulos como está paralizada Cataluña mientras los causantes de esta parálisis,ríen, ríen y ríen...
¿Su risa es una máscara del fracaso? o ¿están felices de verdad por que paralizan al estado "opresor"?
A continuación transcribo una columna de Francesc de Carreras. También una ilustrativa viñeta de Peridis sobre el tema.
¿De qué se ríen? ¿Por qué callan?
Veo en el periódico una
foto de Josep Rull y Elsa Artadi, significados dirigentes nacionalistas
catalanes, riéndose la mar de contentos. ¿De qué se ríen? Me acuerdo de un
viejo poema de Mario Benedetti. Iba dirigido a un hipotético ministro que se
reía (señor ministro de lo imposible, le llamaba). “Vi en pleno gozo / y en
plena euforia / y en plena risa / un rostro simple”, decía Benedetti. Y
entonces, repetidamente, se preguntaba: “¿De qué se ríe, de que se ríe?”.
¿De qué se ríen Rull y
Artadi? ¿De qué se ríen los que tanto han contribuido a empujar a Cataluña por
una peligrosa pendiente hacia la decadencia a base de mentiras? No hablo, claro
está, del ciudadano medio, arrebatado por la emoción que le produce la
independencia, abducido por la idea de separarse al fin de España, fuente de
todos los males. No me refiero a los catalanes que esto creen sino a quienes
les han convencido de todo ello. No me refiero a quienes creen sino a quienes
saben, a los autores políticos e intelectuales del desaguisado.
Los políticos los
conocemos, son los que se ríen en las fotos, Rull, Artadi y tantos otros. Menos
conocidos son los autores intelectuales, están más en la penumbra, son aquellos
que aseguraron un proceso hacia la independencia sencillo, rápido, beneficioso.
Ahora se reconoce que nada es sencillo ni rápido, que el camino emprendido está
sembrado de errores, que el derecho a decidir no existe, que se engañó a los
catalanes diciéndoles que España les robaba utilizando unas balanzas fiscales
que después se ha demostrado que eran cuentos, puros cuentos.
¿Por qué callan ahora los
economistas que avalaron estos falsos datos, todos ellos doctorados por Harvard
o por el MIT, que abusaron del prestigio de sus títulos? ¿No sabían que las
balanzas fiscales estaban mal contabilizadas, que se irían miles de empresas,
que las inversiones se paralizarían, que no se permanecería en la UE, que
ningún Estado extranjero reconocería a una hipotética Cataluña independiente?
Claro que lo sabían, todo es muy elemental. Lo sabían y mintieron. ¿No nos
deben una explicación los profesores Pol Antrás, Carles Boix, Jordi Galí,
Xavier Sala i Martín, Jaume Ventura y tantos otros, que ahora se esconden y
callan?
Benedetti acaba su poema
sobre el ministro de lo imposible echándole en cara que es “el palo mayor / de
un barco que se va a pique”. Y, una vez más, le pregunta: “Será curioso, señor
ministro, de qué se ríe, de qué se ríe”. Se ríen de nosotros, está claro.
Francesc de Carreras. El País. 14 de marzo de 2018
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