Editorial. Los apagones de la electricidad y de la omnipotencia (J. Herrera)

Los apagones de la electricidad y de la omnipotencia




Muchas veces los ciudadanos y sobre todo los de los países ricos, piensan que son todopoderosos, inexpugnables y que todo es posible o debe tener una resolución inmediata.

En circunstancias como las vividas con el apagón suelen decir la simpleza ¿"Cómo es posible que ocurra esto en el primer mundo"?


Quizás esta apreciación sea producto de la información que recibimos de forma profusa a través de los medios, que nos transmiten de los avances tecnológicos o científicos o de una autopercepción de poder derivada del acceso a internet, a las redes sociales o a la hipercomunicación planetaria que actualmente creemos disponer. Se suele pensar erróneamente que todo tiene solución.

Pero la realidad es más contundente y nos destruye el ego del "sapiens" a veces de forma abrupta y nuestra omnipotencia cae estrepitosamente. Ya ocurrió esto con la pandemia de COVID y ahora los ciudadanos de la península ibérica lo revivimos en esta semana con el gran apagón eléctrico que afectó a toda la sociedad y que revela la vulnerabilidad por la dependencia absoluta de la electricidad.


Toda esta zona de Europa sufrió en estos días un apagón generalizado que devolvió durante varias horas la vida de 60 millones de personas a un mundo sin luz eléctrica, internet ni teléfonos móviles. Las causas de este acontecimiento sin precedentes aún no habían sido aclaradas mientras escribo este editorial y espero que en los próximos días se sepan las causas de este apagón para evitar o disminuir los riesgos de su repetición. Puede haber en su origen ciberataques, errores humanos, averías o fenómenos inducidos por cambios atmosféricos entre otros motivos.

El apagón dejó escenas inéditas en lo más cercano, como viviendas, ascensores y semáforos, hasta infraestructuras críticas que quedaron a ciegas, como redes del metro, hospitales, aeropuertos o la red de ferrocarriles, que canceló el servicio por completo durante toda la jornada. El apagón afectó también a las redes de telefonía e internet, lo que contribuyó a disparar la ansiedad de la población ante la imposibilidad de contactar con sus familiares y acceder a información en medio de un caos de tráfico y servicios que será recordado durante años, aunque, una vez más, los ciudadanos españoles dieron muestras en general de la madurez de esta sociedad en las crisis inéditas. 

Pero como siempre también ha habido irresponsables en el ámbito político o de algunos medios de prensa que a las pocas horas del gran incidente, ya atacaban y perseguían al gobierno como causante de todos los males que sufría el país. Esas conductas indican el bajo nivel ético, moral y de formación ciudadana y política para afrontar grandes catástrofes. Cuando más falta hace la unidad y la solidaridad, algunos intentan aprovechar la ocasión para sus réditos políticos egoístas.


El Gobierno de España, con el que no comparto muchísimas cosas, creo que actuó con prontitud pero tardó cinco horas y media en comparecer mientras el país se paralizaba y versiones de todo tipo eran difundidas por distintas fuentes, tanto en España como en Portugal. Ya está más que demostrado que en las crisis la ausencia de información es el campo abonado para la desinformación y los bulos.



El apagón ocurrido en la península Ibérica se ha convertido en la mejor evidencia de la dependencia absoluta de nuestro modo de vida respecto a la energía eléctrica. Operaciones quirúrgicas por toda España se quedaron por instantes sin electricidad; miles de usuarios se vieron atrapados en ascensores, túneles del metro y trenes en mitad del campo; algunos aviones no pudieron despegar; empresas y comercios se quedaron sin luz ni comunicaciones a mediodía de un lunes, sin contar con el trastorno de los ciudadanos tratando de cruzar ciudades colapsadas para llegar a tiempo a colegios o guarderías.


Es imprescindible reaccionar cuando se tengan datos precisos sobre lo ocurrido e investigar las responsabilidades, además de preparar e instruir a la población sobre los comportamientos más adecuados ante este tipo de crisis.


Esta vez, una buena parte de la ciudadanía del país se fue a dormir con una sensación de fragilidad extrema ante la pérdida repentina y misteriosa de cosas que damos por supuestas en la vida diaria: el teléfono móvil, internet, la electricidad, la posibilidad de llenar el tanque de gasolina del vehículo, etcétera. Todo, en definitiva, quedó en suspenso durante unas horas. Esta crisis eléctrica añade una dosis inquietante, turbadora, de desasosiego, a la incertidumbre radical de los últimos tiempos. Personalmente, me acordé de las poblaciones que en el mundo tienen esta sensación de fragilidad de modo permanente. Tal es el caso de los pueblos en conflicto como Palestina, Ucrania o los que sufren crónicamente los horrores de la violencia y de la pobreza extrema. Un ingrediente más de la incertidumbre global, lo aporta Donald Trump cuando actúa como ya lo hemos visto o cuando afirma en una entrevista reciente  que ha venido para “gobernar al mundo”.


Durante el apagón en España hacía un sol espléndido pero todo estaba a oscuras y se apoderó de nosotros una sensación de inquietante fragilidad que lo invadía todo. 


Bueno amigos, habrá que mirar como siempre hacia adelante y buscar soluciones. Un problema de esta envergadura no debe ser material para la cainita lucha entre los partidos políticos y sus armas en las redes sociales. 


En los próximos días volveremos a la realidad y no debemos olvidar conmemorar el 1 de mayo, día del trabajador. Este día ha sido siempre un día para la unidad y la lucha de los trabajadores contra los abusos de los poderosos que cambian de aspecto según el momento histórico en que nos encontremos. También tendremos un día muy emotivo como es la celebración del Día de la Madre en España. ¡Qué lo paséis muy bien!


Hasta la próxima. Un abrazo a todos y cuidaos. Os deseo que paséis un buen Día de la Madre. También os invito a leer unos interesantes artículos como los de F.Soriguer, Siri Hustvedt, el del Día de la Madre y otros que están en el Sinapsis de hoy. Hay artículos que creo que os pueden interesar mucho. A continuación os pongo el listado que recibiréis esta semana


1) Editorial. Los apagones de la electricidad y de la omnipotencia

2) Historias de la Ciencia. Octava entrega. F. Soriguer

3) ¿Conmemorar el Holocausto?. María Briz

4) Día de la Madre. Uclés y otros

5) Fascismo en Estados Unidos. Siri Hustvedt

6) Un paseo por las novelas de Vargas Llosa. C. Márquez

7) Transhumanismo y revolución. F. Costa

8) Artículos breves seleccionados. Millás/ Guerriero

9) Duelo a garrotazos.P. Blázquez


Mientras reflexionamos sobre este apagón y nuestras limitaciones podemos escuchar  

https://youtu.be/iID9Gn68Sm4?si=iLj188N2G7WlQCl4

Comentarios

  1. El gobierno, que lo hizo muy bien a mí modesto juicio, tardó en comparecer lo suficiente para informar de lo que se sabía que sucedía y no inventar excusas vacías.

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