La ciencia amenazada en el Estados Unidos de Trump

2.000 investigadores firman contra la “destrucción” de la ciencia en EE UU


Miembros de las academias de EE UU envían “un SOS” ante los recortes salvajes, la censura y los despidos ideológicos


Manuel Ansede 


https://lectura.kioskoymas.com/article/282029038041612



                                     Protesta contra los recortes en investigación de Trump, el 7 de marzo en Washington.


Más de 1.900 miembros de las academias científicas estadounidenses —la élite mundial de sus disciplinas— firman una carta abierta en la que denuncian el “peligro real” que supone “el ataque sistemático contra la ciencia” encabezado por el presidente de EE UU, Donald Trump. “Tenemos creencias políticas diversas, pero estamos unidos como investigadores en la defensa de la independencia de la investigación científica. Enviamos este SOS como una advertencia clara: el sistema científico del país está siendo destruido”, alertan. La carta está dirigida “al pueblo estadounidense”, pero el desaguisado provocado por Trump podría tener consecuencias en la esperanza de vida de toda la humanidad. EE UU pone uno de cada cuatro euros dedicados a la ciencia y la tecnología en el mundo.


“La Administración está imponiendo la censura, destruyendo nuestra independencia. Está utilizando órdenes ejecutivas y amenazas financieras para manipular qué estudios se financian o publican, cómo se comunican los resultados y qué datos pueden ser accesibles para la población. La Administración está bloqueando investigaciones sobre temas que considera cuestionables, como el cambio climático, o cuyos resultados no le agradan, en temas que van desde la seguridad de las vacunas hasta la economía”, advierte la carta.


Entre los casi dos millares de firmantes hay figuras de dentro y fuera de EE UU, como la viróloga francesa Françoise Barré-Sinoussi, nobel de Medicina en 2008 por descubrir el virus del sida; el astrofísico alemán Reinhard Genzel, nobel de Física por detectar el agujero negro en el centro de nuestra galaxia; el virólogo estadounidense Harvey J. Alter, merecedor del Nobel de Medicina en 2020 por el descubrimiento del virus de la hepatitis C, y el bioquímico español Joan Massagué, director del brazo científico del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering, en Nueva York.


Los autores de la carta sostienen que el sistema científico estadounidense es “la envidia del mundo”, tras casi un siglo de “sabias inversiones” del Gobierno de EE UU. “Increíblemente, la Administración de Trump está desestabilizando este sistema al recortar drásticamente la financiación, despedir a miles de científicos, restringir el acceso público a los datos y presionar a los investigadores para que alteren o abandonen su trabajo por motivos ideológicos”, alertan los firmantes.


La misiva no cita directamente a Elon Musk, pero sí lamenta los tijeretazos brutales ejecutados desde el Departamento de Eficiencia Gubernamental dirigido por el magnate. “Estos recortes obligan a las instituciones a interrumpir investigaciones (inanimales cluidos estudios sobre nuevos tratamientos de enfermedades), despedir a profesores y dejar de admitir a estudiantes de posgrado, lo que pone en riesgo la formación de la próxima generación de científicos”, señala la carta.


Entre los firmantes figuran al menos otros dos prestigiosos científicos españoles: el genetista Ginés Morata y el virólogo Esteban Domingo, miembros de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense. “El desarrollo científico de todo el mundo puede sufrir muchísimo. Esto es un asalto de la sinrazón al mundo de la razón. Uno lee las cosas que hace Trump y se queda pasmado. Es inimaginable que ponga de secretario de Salud a un hombre que no cree en las vacunas [Robert F. Kennedy Jr.], es como si yo no creyera en la ley de la gravitación universal”, declara por teléfono Morata, que ha iluminado el desarrollo embrionario de todos los desde su laboratorio en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC), en Madrid.


Los casi 2.000 firmantes denuncian el “clima de miedo” que se ha apoderado de la comunidad científica en EE UU. “Hay investigadores, temerosos de perder su financiación o su estabilidad laboral, que están eliminando sus nombres de sus publicaciones, abandonando estudios y reescribiendo solicitudes de subvención y artículos para omitir términos científicamente precisos, como cambio climático, que las agencias financiadoras han comenzado a señalar como problemáticos”, advierten.


“El daño al sistema científico de nuestro país podría tardar décadas en revertirse. Hacemos un llamamiento a la Administración para que detenga su ataque sistemático contra la ciencia, y urgimos al público a unirse a este llamamiento”, concluye la misiva.

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