"Esperando a los Reyes Magos". José Herrera Peral

 

Esperando a los Reyes Magos

JHP

En estos días muchos celebrarán la festividad de los Reyes Magos y nuestra memoria viajará al pasado donde seguramente se volverá a estimular nuestra ilusión y nuestros recuerdos de momentos tan gratos y esperanzadores de nuestra vida. En mi caso, ya septuagenario, también revivo esos momentos de la infancia donde el pensamiento mágico y los rudimentos del pensamiento racional pugnaban entre sí, aunque a los cuatro o seis años seguía venciendo en esa pugna el componente mágico. Esas remembranzas me conducen también a la lectura sobre las "majestades" de oriente.

Leo en una enciclopedia y en otros escritos que los Reyes Magos es el nombre por el que la tradición cristiana denomina a los «magos» —denominación que recibían los sacerdotes eruditos en el Antiguo Oriente—que, según el Evangelio de Mateo, tras el nacimiento de Jesús de Nazaret, acudieron desde Oriente para rendirle homenaje y entregarle regalos de gran riqueza simbólica: oro, incienso y mirra.

En los evangelios canónicos solo el Evangelio de Mateo habla de estos «magos», sin precisar sus nombres, ni que fuesen reyes, ni que fueran tres. Fue en el siglo III d. C. cuando se estableció que pudieran ser reyes, ya que hasta entonces, por sus regalos y las iconografías que los representaban, tan solo se consideraba que eran personas pudientes. Fue también en ese siglo cuando se estableció su número en tres, uno por regalo, ya que hasta entonces había dibujos con dos, tres o cuatro magos, e incluso la Iglesia ortodoxa siria y la Iglesia apostólica armenia aseguraban que eran doce, como los apóstoles y las doce tribus de Israel.​

Los nombres actuales de los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, aparecen por primera vez en el conocido mosaico de San Apolinar el Nuevo (Rávena) que data del siglo VI d. C., en el que se distingue a los tres magos ataviados al modo persa con sus nombres escritos encima y representando distintas edades. Aún tendrían que pasar varios siglos, hasta finales del siglo XV d. C., para que el rey Baltasar aparezca con la tez negra y los tres reyes, además de representar las edades, representen las tres razas conocidas hasta la Edad Media. Melchor encarnará a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar a los africanos.

En España a partir del siglo XIX se inició la tradición de convertir la noche de Reyes (noche anterior a la Epifanía) en una fiesta infantil con regalos para los niños, a imitación de lo que se hacía en otros países el día de Navidad, en homenaje al santo oriental San Nicolás. Fue en 1866 cuando se celebró la primera cabalgata de Reyes Magos en Alcoy, tradición que se extendió al resto del país y posteriormente a otros países, especialmente a países de cultura hispana.

La navidad y todo lo que le rodea, momentos en familia, regalos, villancicos, la llegada de los Reyes Magos…Forma parte de la tradición popular reciente de nuestro entorno y pasa de generación en generación, perpetuando las costumbres de padres y familias. La llegada de sus “mágicas majestades” pone punto final a esta peculiar época del año, haciendo felices a los pequeños y mayores de la casa.

Suele ser algo común en la infancia de muchos: escribir la carta a sus Majestades, limpiar los zapatos, dejarles un poco de leche, galletas u otros alimentos para los camellos, e ir a ver la cabalgata. Son momentos únicos de la infancia de gran parte de la población que forman parte de la “magia” de la Navidad. Los que han vivido estos momentos generalmente quieren transmitírselos a sus hijos y compartir los mismos bonitos recuerdos y sentimientos.

Según algunos psicólogos esta es una tradición que ayuda en el proceso de crecimiento y maduración de los más pequeños. Como un proceso normal de aprendizaje, descubrirá a su propio ritmo que los Reyes son los padres. La frustración o decepción es inevitable, pero no es dañina, según estos profesionales, pues al niño le está ayudando a madurar y a ir comprendiendo otras facetas de la vida y otros recursos que no tenía.

Opinan los expertos que los niños son capaces de pensar de manera abstracta a partir de los 7 años y, por lo tanto, la edad en la que pueden entender mejor que los Reyes no son reales ronda de los 7 años en adelante, que es en realidad cuando la mayoría de ellos lo descubren por sí mismos o se enteran por sus padres o amigos.

En definitiva, la familia decide como quieren que sus hijos vivan la navidad y los reyes magos. Como siempre, en la educación al respecto no hay recetas, depende de la elección y el criterio de cada uno. Lo que es importante para un niño no es sólo creer o no en los Reyes Magos sino qué valores acompañan a esta figura. Cuál es el mensaje que le transmiten sus padres y qué representa para ellos esta referencia navideña.

Sin duda que esta fiesta de reyes magos es una festividad con connotaciones culturales, históricas, religiosas de unos zonas geográficas determinados de este mundo multicultural.

Según algunos psicoanalistas piensan que “Los Reyes Magos para el psiquismo de los niños son muy importantes, ya que son la continuidad de un área simbólica donde se despliega toda la fantasía de que hay una esperanza, un juego”. También es muy importante saber manejar la frustración o desilusión que en esta celebración se puede producir en los niños.

Al parecer, con las emociones y expectativas que se desencadenan con las ilusiones en los reyes magos se producen en nuestro cerebro dopamina, serotonina, endorfinas y oxitocina que han recibido la denominación de "hormonas del bienestar”.

En fin, a pesar de mi edad me gustaría por unos momentos recuperar esas sensaciones placenteras que se basan en el pedido de los “regalos” y en las expectativas de que estos se consigan.

Por ese sentimiento me dispongo a elaborar mi carta a los Reyes Magos con la débil esperanza de que se cumplan. De todos modos no hay que “tirar la toalla”.

Le pido a sus majestades que medien para que se consigan estos deseos, que no son solo para mí sino para gran parte de la ciudadanía española y del mundo. Adjunto el listado:

1. Paz en Gaza, Ucrania y en todos los lugares del mundo donde haya guerras
2. Avance y consolidación de las democracias y retrocesos y desaparición de las dictaduras, autocracias y populismos, al igual que de gobiernos de plutócratas
3. Disminución de las abismales desigualdades sociales en el mundo
4. Decisión y acciones efectivas contra el cambio climático. Abordar desde la ley, los derechos humanos y una política realista a corto y medio plazo, el fenómeno de la inmigración y sus causas
5. Desaparición de las polarizaciones políticas, fakes news, bulos y fomento de conductas decididas para buscar consensos
6. Acceso a la vivienda de todos pero sobre todo de los jóvenes. Adecuación real de los salarios acordes al nivel de vida que requiere la sociedad. Acceso al mercado laboral con contratos dignos
7. Favorecer la educación, la cultura y la sanidad pública. Prodigar los valores humanísticos y la ciencia
8. Exigir a los políticos que nos representan, honestidad, diálogo, consensos y anular las conductas tribales y  nacionalistas que defienden privilegios supremacistas o solo partidistas
9. Neutralizar las barbaridades que se gestan en los cerebros de Trump, Musk, Putin, Netanyahu, Kim Jong-un, Xi Jinping y  sus imitadores o seguidores en el mundo. Ojalá Netanyahu sea juzgado por las atrocidades cometidas al igual que los que usan sus mismos métodos
10. Paz, salud, bienestar socio-económico para todos y que cada uno de nosotros seamos algo mejores como personas en este nuevo año que acaba de iniciarse

Hago esta petición a los Reyes con la misma ilusión que tuve cuando a los seis años les pedí una pelota, un cochecito y unos prismáticos. Pero me gustaría que el resultado fuera diferente al de aquella vez ya que entonces no lo conseguí.

Suerte amigos con vuestros reyes. Qué se cumplan vuestros deseos.

Un abrazo a todos.

Pepe

https://youtu.be/FNRf1HTKIf8?si=urQ_ElLPScHON7mw

                                      Adoración de los Reyes Magos. Diego Velázquez. 1619. Museo del Prado