Música: Astor Piazzolla. Torrente de sentimientos


La música de Piazzolla es bellísima, sugerente y peculiar. Transmite sentimientos sobre todo de los argentinos y más aún de los ciudadanos bonaerenses donde por sus acordes nos transporta a sentimientos como la nostalagia, la pérdida, la frustración y también es un salto cualitativo del tango clásico. Los que quieran saber más de este creador pueden consultar su biografía y obra en wikipedia.
Su personalidad ha sido controvertida sobre todo en su posicionamento ante las dictaduras del cono sur americano. También por el duro desencuentro familiar (su hija se enfrentó a actitudes del músico respecto a la dictadura de Videla de la que ella fue una víctima sobreviviente). Pero ahora no entraremos en ese asunto.
A continuación os invito a leer esta publicación del diario La Vanguardia sobre este gran músico de nuestro tiempo.

Muchos de los lectores de esta revista conocen de sobra a Piazzolla pero para los que no lo hayan escuchado antes os pongo unos enlaces de algunas de sus composiciones para introduciros en el tema.



A continuación el artículo de La Vanguardia escrito por Ignasi Moya



Recuerdo del ‘asesino del tango’: Astor Piazzolla

IGNASI MOYA. La Vanguardia

Cien años del nacimiento de Astor Piazzolla, el artista que revolucionó la tradición de la música argentina




Astor Piazzolla 
 Claudio Herdener / Getty


Si las músicas evolucionan es gracias a que hay artistas que revolucionan la tradición. 
De otro modo seguiríamos seguramente anclados en sonidos prehistóricos. Cierto es sin embargo que cada uno de estos saltos adelante ha estado las más de las veces envuelto en la incomprensión, incluso en el desprecio, antes de alcanzar el reconocimiento. Hay en la historia de la música numerosos ejemplos, en territorios tan distintos como podrían ser la clásica (Stravinsky) o el flamenco (Camarón).
Algo así es lo que le sucedió a Astor Piazzolla (Mar del Plata, 11 de marzo de 1921 – Buenos Aires, 4 de julio de 1992), el bandoneonista argentino de quien se cumple ahora el centenario del nacimiento. Hoy su contribución a la historia de la música y especialmente al tango -la música argentina por antonomasia- es reconocida internacionalmente, pero su camino no fue fácil y en su día fue también víctima de esos guardianes de las esencias que ven toda evolución como un ataque. Hasta el punto de que en algún momento le colgaron incluso la etiqueta de asesino del tango. Pero nada más lejos de la realidad, lo que hizo Piazzolla gracias a su amplia formación e intereses musicales, donde caben desde Johann Sebastian Bach al jazz, fue hacer avanzar al tango, sobre todo rescatándolo de sus formas cantadas más clásicas y llevándolo también a las salas de concierto.

Ambivalencia

Piazzolla amaba tanto la música clásica como la tradicional, a Bach y al tango, sin olvidar los sonidos más nuevos como el jazz 

“En la Argentina se puede cambiar todo menos el tango”, dijo en alguna ocasión, quejoso, el músico, que desde muy joven vivía la música desde una cierta ambivalencia, formándose con compositores como Alberto Ginastera y a la vez asociándose con eminencias del tango como Aníbal Troilo. Cuenta la historia que ese dilema entre sinfonismo y tango que de algún modo atormentaba a Piazzolla se rompió gracias al encuentro con la música y pedagoga francesa Nadine Boulanger, con quien tomó algunas clases en los años cincuenta en París. Fue ella quien le hizo ver que el compositor clásico y el tanguista podían ser uno mismo y que esa era precisamente su esencia.

Desde entonces, Piazzolla avanzó en esa revolución que tanto molestó a los defensores del tango tradicional. Una revolución en la que convivían las ideas musicales heredadas de Stravinsky o Bela Bartok con la tradición del bandoneón y los estilos más contemporáneos. Llegó así su Octeto Buenos Aires, una formación con la que introdujo un instrumento hasta entonces inédito en el tango, la guitarra eléctrica, junto bandoneón, cuerdas y piano. Revolucionó ritmos y armonías y si los puristas insistían en las críticas él contestaba: “Yo no hago tango, hago música contemporánea de Buenos Aires.”

Su carrera fue desde entonces ascendente, salpicada por numerosos temas de éxito (Adiós Nonino -dedicado a su padre-, Balada para un loco, Las cuatro estaciones porteñas…), por experimentos como su Conjunto Electrónico y por trabajos que lo consagraron internacionalmente, como el álbum Libertango, grabado y publicado en Italia en 1974 y cuyo título refleja toda una declaración de intenciones y principios. Libertango, el tema que dio título al elepé, es una de las piezas más conocidas y versionadas de Piazzolla. La han hecho suya desde el violonchelista Yo Yo Ma al guitarrista Al Di Meola, pero quizás la versión más mediática ha sido la que cantó Grace Jones con el título de I’ve Seen That Face Before. Y llegó a los cines incluida en la banda sonora de la película Frenético, dirigida por Roman Polanski en 1988 y protagonizada por Harrison Ford.




                                               Portada del disco de Piazzolla, 'Libertango' 

Y así, el asesino del tango fue convirtiéndose en el tanguista más grande de Argentina, con permiso, eso sí, de Carlos Gardel quien si se trata de ponerle voz a la música porteña estuvo siempre en lo más alto del escalafón. Porque a pesar de vivir en muchos momentos de su vida en el extranjero, en Estados Unidos y en Europa, la conexión con su país fue indiscutiblemente seña de identidad de Piazzolla. Su música no deja dudas, pero también se refleja por ejemplo en algunos de los autores de los que se sirvió cuando quiso poner letra a sus composiciones, entre las que se pueden encontrar textos de grandes de las letras argentinas como Enesto Sabato y Jorge Luis Borges o el poeta Horacio Ferrer (nacido en Uruguay), seguramente quien más participó en las composiciones del bandoneonista.

Piazzolla y Gardel

Aunque de generaciones distintas (Gardel falleció en un accidente aéreo en 1935), Piazzolla y el cantante de tangos más famoso de todos los tiempos se conocieron en Nueva York cuando el músico era todavía un adolescente. A pesar de su breve relación, Gardel invitó al joven a participar en el rodaje de la película El día que me quieras, que sería a la postre el último filme de Gardel. Piazzolla aparece en una escena como un joven vendedor de periódicos callejero.




                                Piazzolla niño con Carlos Gardel en la película 'El día que me quieras' 

Pero no fue solo la música lo que hizo de Piazzola a lo largo de su vida un personaje polémico. Conocido era su genio y mal humor, del cual da buena muestra la frase “Arriba del escenario, Piazzolla es Dios. Y abajo un hijo de puta”, pronunciada por su representante Aldo Pagani y recogida en las Memorias del músico (publicadas en España por Alba Editorial). 

Aunque no menos polémicas fueron sus ideas políticas. De sus coqueteos con el fascismo siempre intentó escapar argumentando que, ante todo, él era un músico, pero no deja de ser cierto que acudió a un encuentro con el dictador argentino Jorge Rafael Videla (acontecimiento que le costó su amistad con Julio Cortázar) y que entre algunas de sus declaraciones se encuentran perlas como esta: “A nosotros, los argentinos, nos faltó un personaje como Pinochet. Quizás a la Argentina le faltó un poco de fascismo en un momento de su historia…”.




                                      Astor Piazzolla en un concierto en el Olympia de París en 1977 
                                       P. Ullman / Getty

Polémicas al margen, Argentina tratará de celebrar este año el centenario del nacimiento del músico si la pandemia lo permite, pues algunos de los actos previstos consisten, como es previsible, en una serie de conciertos, los más destacados en el Teatro Colón de Buenos Aires. (Información en www.piazzolla100official.com).

Piazzolla y 'El último tango'

Conocido es que la música de la película de Bernardo Bertolucci El último tango en París la firmó el saxofonista de jazz argentino Gato Barbieri, trabajo por el que obtuvo un Grammy. Menos conocida quizás es la relación de Astor Piazzolla con el filme. El director italiano ofreció al bandoneonista encargarse de los arreglos musicales, pero parece ser que a este no le pareció bien que el encargo no consistiera en la composición de la música, por lo que declinó la oferta. Algo de lo que parece que con el tiempo se arrepintió.

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