VII Entrevista a distinguidos amigos: Isidoro Bruna

Comenzamos este nuevo año con una nueva colaboración en Entrevistas a amigos distinguidos.
Los que habéis leído las anteriores sabéis que trata  sobre temas de actualidad abordados a través de veinte preguntas.
Ya han pasado por estas páginas respondiendo a esas cuestiones en los meses anteriores José Luis Dueñas, Federico Soriguer, Juan de Dios Colmenero, Juan Serra, Antonio González e Ildefonso Alonso Tinoco. (Os invito a releer esas entrevistas ya que sin dudas aprenderemos cosas y sobre todo reflexionaremos sobre el complejo mundo que tenemos por delante).

En esta ocasión tenemos la colaboración de un médico muy destacado en nuestro país dentro de la medicina de la reproducción, excelente persona y con una capacidad sobresaliente para la comunicación científica. Me refiero al Dr Isidoro Bruna que ha destinado su tiempo a pensar y acompañarnos en el análisis y reflexión sobre aspectos de la sociedad actual.
Como lo hemos hecho en otras ocasiones primero bosquejaremos un resumen de aspectos de su currículo y a continuación pasamos a la entrevista. JP

Transcribo una presentación curricular original enviada por el entrevistado.

Isidoro Bruna Catalán
Director médico de HM Fertility Centers. Director del Máster de Reproducción Humana de la Universidad Complutense (Madrid). Reproductólogo de pueblo. Amigo de Pepe Herrera mediante el enlace covalente de una chica. Devoto de Pepe Herrera y de Sinapsis. El menos interesante de los "distinguidos" de Pepe. Pero ha querido contar conmigo porque constituyo una rareza. Soy el único amigo que tiene con el que apenas ha cruzado más de diez frases en toda su vida... Y viceversa.

Charla con amigos distinguidos

Hoy: Isidoro Bruna

Veinte preguntas sobre el mundo actual

  1. ¿Qué diferencia hay entre creencias y ciencia para afrontar el mundo de hoy?

Probablemente la mejor definición que conozco sobre qué es la ciencia corresponde a Francis Bacon, quien enunció que no es más que “curiosidad estructurada”. Cualquier creencia se basa solo en la fe. Es obvio que para poder emprender cualquier investigación es necesario el motor de la fe, “creer” que vas a poder “encontrar” algo nuevo, algo útil. Pero la diferencia esencial radica en que la ciencia utiliza un método (el método científico) para poder demostrar si la hipótesis de partida era cierta o no. Las creencias aluden a la fe de las personas que adoptan firmemente unas ideas, sin necesidad de explicaciones o pruebas que les demuestren que son acertadas. La ciencia, por el contrario, solo se nutre de pruebas. El “problema” de la ciencia deriva de que su construcción está hecha por seres humanos. Y muchas veces los seres humanos contaminan o sesgan las pruebas. La investigación científica a día de hoy es muy cara y, por ello, suele estar sostenida por compañías o grupos diversos que tienen sus intereses y su esperanza en que dicha investigación dé sus frutos para poder compensar las inversiones. Por esa razón, dado que soy médico, soy un firme defensor de la medicina basada en evidencia. Aún con sus limitaciones, es la mejor herramienta científica que disponemos para poder acercarnos a la verdad coyuntural. La medicina basada en la evidencia surgió a mediados de los años sesenta del siglo XX para limitar el recorrido clásico de la medicina basada en la “videncia” o en las “eminencias” y para ayudar a los médicos a optimizar la toma de decisiones cimentadas en el uso de pruebas científicas provenientes de investigaciones correctamente concebidas y desarrolladas con ortodoxia.

2. ¿Cree que hoy en nuestro país se ha perdido la educación en valores, entendiendo como tales los referentes al esfuerzo, honradez, honestidad, altruismo, solidaridad, respeto, cortesía, etcétera?

Buf… Demasiados adjetivos para contestar de forma breve… Pero mi respuesta global es sí. Sí, con matices… Primero porque uno hace tiempo que dejó de ser joven y es una constante creer que la generación que nos sucede “olvida los valores que para nosotros eran fundamentales”.  Por tanto, mi visión puede ser ya la de “un nostálgico”. Yo percibo que vivimos en una sociedad mucho más hedonista que la de hace 50 años, donde prima el bien individual sobre el bien colectivo. Evidentemente hay notables y numerosas excepciones. Pero probablemente la sociedad del bienestar (un logro social de valor histórico incalculable) está favoreciendo una cultura en la que la palabra esfuerzo está perdiendo su verdadera dimensión. Como dice Serrat, “la vida te la dan, pero no te la regalan”. En la mayoría de las biografías que conozco (y en la mía propia), todo lo que merece la pena se consigue yendo cuesta arriba. El ejemplo histórico de la transformación española desde una dictadura hasta la democracia actual (aceptando todas sus carencias) es inimaginable sin que valores como el altruismo, la solidaridad o la honestidad fueran las palancas sobre las que se pudo dar ese salto. Sobre los demás conceptos (el respeto, la cortesía…), déjeme que le diga que la vida sería mucho más fácil si tratáramos a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros… 

3) El desamparo de la investigación y de la ciencia en nuestro país intensificado con la crisis ¿que nos puede deparar?

Nada bueno. Y esto me desespera. Tradicionalmente España es un país en el que se ha valorado poco la investigación. No existe una cultura de la inversión para investigar. Yo creo que esto se debe a que nuestros políticos siempre han vivido en la convicción de la inmediatez y su horizonte nunca va más allá de los cuatro años. Para investigar hace falta dinero, infraestructura y mucha paciencia. Y eso que creo que somos un pueblo muy creativo, cargado de ideas. Pero nuestros próceres y nuestros empresarios nunca lo ven. Fíjese, incluso desde el punto de vista económico, la investigación es de lo más rentable si no queremos seguir indefinidamente pagando los royalties de las patentes. Hace poco leí que, en los últimos diez años, la inversión española en investigación y desarrollo se ha recortado más de un 30%. Los programas y las instituciones científicas han sufrido drásticas reducciones económicas durante los años más duros de la crisis. Tijeretazos en los presupuestos, pérdida de peso del I+D en el PIB, cancelación de proyectos, paralización en la reposición de plazas, "exilio" forzado de investigadores... y muy poca voluntad política para conculcar la situación. Por todas estas cosas, y también para revertir esa especie de “resignación” de la sociedad española, se hace necesario y urgente reclamar un pacto de Estado activo y eficaz. La investigación es la mejor inversión global de un país que proyecta su futuro…


4) ¿Qué errores aprecia en la educación actual de los estudiantes de medicina o de los facultativos noveles?

Fíjese que creo que, a nivel teórico, tenemos la generación mejor preparada de médicos y especialistas. La nota media que hay que obtener en la selectividad para estudiar medicina es de las más altas, si no la que más. Incluso dudo que con las condiciones académicas actuales yo, que no era un mal estudiante, hubiera podido tener la nota necesaria para entrar en medicina. Pero el ejercicio de la medicina nunca puede estar basada solo en “cerebros de biblioteca”. Sin que por ello yo esté afirmando que la práctica de la medicina no conlleve tener que estudiar todos los días. Y más en los momentos que corren, donde la investigación médica crece de modo exponencial. Pero creo que las nuevas generaciones tienen aparejados otros intereses, como el económico. Por supuesto que es necesario ganar dinero para poder vivir, pero no como una prioridad. Si cuando yo era joven y alguien me ofrecía un trabajo, mi primera pregunta hubiera sido “¿aquí cuánto se gana y cuánto hay que trabajar…?” me hubiera parecido indecente. Pero ya he dicho que yo asumo tener una visión de “viejo”. Y por otro lado también percibo en las nuevas generaciones de médicos un sentido más “utilitarista” de la existencia. Creo que están demasiado centrados en lo que sirve para su profesión y tienen poco gusto por la literatura o por el arte en general. Cuando me hacen la pregunta de “¿esto para qué sirve?”, siempre les contesto que “para que seas mejor persona y, por tanto, mejor médico”. Jamás he conocido un profesional de los que a mí me parecen ejemplares que no estuvieran previamente sostenidos por un ser humano muy compacto. Mis referentes no solo “saben” de medicina, sino que poseen un gusto especial por otros cientos de facetas vitales. Al fin y al cabo, lo que de verdad tiene valor en la vida es lo que no es estrictamente necesario para mantener las funciones orgánicas… 
De la situación de la universidad pública y de sus programas, mejor no hablar. Está anclada en el siglo XIX. Sigue siendo gris y solemne, como si el rigor estuviera peleado con la alegría… Mi hija estudió medicina en la misma universidad que yo veintitantos años después. El mundo entero había cambiado pero los contenidos teóricos seguían siendo muy parecidos a los que a mí me dieron. La mayor parte de sus profesores eran los mismos que los míos pero mucho mayores y más desmotivados. Y los alumnos hacen poco por revertir este páramo. Mire, durante un par de años impartí clases de ginecología y fui el tutor de los alumnos de cuarto año de la carrera de medicina. El primer día les di el temario entero, fecha a fecha, y les dije que tenían que estudiarse los temas antes de las clases, porque el peor tratado de ginecología era mejor que cualquier profesor dictando una lección. La primera media hora la dedicaríamos a estructurar y contestar las dudas surgidas con el estudio previo de cada tema y la segunda a intentar diagnosticar casos clínicos específicos y a buscar el mejor tratamiento sobre el tema concreto que nos ocupara. Duré un mes con esta propuesta. Los alumnos no hacían más que quejarse. Y tuve que volver al sistema de la “lección magistral” y los apuntes… Qué difícil es cambiar las inercias…

5) ¿Piensa que en las próximas décadas, dado los avances que se producirán en la ciencia médica, la práctica de la medicina será diferente?

Sin duda. Y le pongo dos ejemplos. La medicina del siglo XXI acabará siendo “regenerativa”. El desarrollo de las células madre somáticas (más que las embrionarias, por razones éticas) acabará deviniendo en lograr la regeneración celular de los órganos. Desde el hígado o el miocardio, hasta los gametos masculinos y femeninos. Por otro lado, el Big-data y la inteligencia artificial nos ayudarán de forma inmediata a diagnosticar mejor y a investigar mejor. Ya disponemos de ejemplos que están funcionando muy bien, como el IBM Watson o el Mendelian y el Savana de Nacho Medrano. Estoy convencido de que un Big-data bien estructurado nos va a ayudar mucho a los médicos a democratizar el conocimiento. Por otro lado, cada vez habrá más consultas on-line o por Skipe. Y los pacientes cada día acudirán más informados gracias al Dr. Google. A veces bien informados, a veces con una información caótica. Por eso la presencia física o virtual (a través de una pantalla) de un médico siempre será insustituible. Detentar la información no es sinónimo de poseer el conocimiento. 

6) ¿Cómo ve hoy la sanidad pública y si hubiese que mejorarla y fortalecerla, cómo piensa que debería hacerse?

En España tenemos la mejor sanidad pública del mundo. Pero entre todos nos la estamos cargando. Entre los gestores, porque parece que solo piensan en los balances y consideran como objetivo prioritario reducir los gastos, olvidándose de racionalizar la calidad de la asistencia; entre los médicos, que hacen (hacemos) una medicina defensiva y, por tanto, más cara; y entre los pacientes, porque lo único que subrayan es que la atención es caótica (listas de espera, retrasos en las consultas, poca empatía…). Mire, desde mi punto de vista, los pacientes, que somos todos, deberíamos hacer un esfuerzo por valorar la atención que la medicina pública nos da. Hemos pasado de que mis abuelas parieran en casa y apenas acudieran a una consulta médica a lo largo de su vida, a que esperar en un servicio de urgencias se convierta en un drama. No afirmo que no haya deficiencias ni faltas de equidad, pero el global de la población española se comporta respecto a la sanidad pública como “nuevos ricos”. Lo quiero todo y lo quiero ya… A veces me entran ganas de decir a los pacientes “por qué no se dan una vuelta por otros países y comparan…”.  
Para salvaguardar los enormes valores de la medicina pública creo que haría falta un consejo de gestores a nivel nacional, autonómico y local, en cada hospital, compuesto al 50% por técnicos y al 50% por médicos. Y crear guías clínicas y diagnósticas basadas en la evidencia, comunes para todo el territorio nacional. Y centralizar los procesos más sofisticados en hospitales concretos respetando las distancias y la territorialidad. El día que nuestros gestores dejen de creer que los médicos somos sus enemigos, habremos dado un gran paso hacia delante.

7) ¿Qué piensa de que la religión católica se imparta en la educación pública con los presupuestos del estado y que ésta además tenga valor curricular en la media de notas de los estudiantes que aspiran a ingresar en la universidad?

Las creencias religiosas son un asunto individual. Por tanto, nunca deberían mezclarse en un curriculum. Punto. Dicho esto, voy a intentar ser ponderado. Creo que es un derecho de los padres poder elegir el tipo de educación que consideren más conveniente para sus hijos. Creo también que los colegios religiosos cumplen un papel vicariante a la educación pública. Pero creo, sobre todo, que es un pilar del estado de bienestar el acceso de todos a una educación pública, gratuita y de calidad. Al menos hasta una determinada edad. Dicho esto, confieso sin rubor alguno que yo estudié con los jesuitas (es decir, donde eligieron mis padres) y guardo un magnífico recuerdo de mi educación. No me dejaron trauma alguno y considero que mi formación fue magnífica. Tuve la suerte de estudiar en inglés todas las asignaturas desde los 6 a los 9 años, lo que ha luego ha resultado fundamental en mi vida. Y valores sobre los que me preguntaba antes, como el del esfuerzo, la solidaridad, el altruismo… los aprendí en el colegio y los remachó mi familia. Sin embargo, mi mujer y yo elegimos un colegio laico para la educación de nuestra hija. Uno de los varios que, en Madrid, seguían las directrices de la institución libre de enseñanza. En cualquier caso, la educación pública no debería ser la opción B de los que tienen más recursos y la opción A para los que no los tienen. Y como la calidad de la enseñanza pública es esencial, me ha parecido una magnífica idea que se esté creando un MIR como el de los médicos para ayudar a los educadores en su formación. 

8) ¿Qué opinión tiene sobre la disminución de la importancia que da la actual ley de educación a la enseñanza de la filosofía?

Como yo sí estudié filosofía en el colegio y además era una asignatura fundamental, no entiendo cómo se puede llegar a excluir de un programa docente. Antes le decía que lo que de verdad tiene valor en la vida es lo que no es estrictamente necesario para mantener las funciones orgánicas… Creo que la filosofía es la madre de todo el conocimiento y, por supuesto, de todas las ciencias. Al fin y al cabo, la ciencia es “filosofía aplicada”. Es el placer de reflexionar para analizar la realidad desde muy distintos ángulos. Y se tiende a creer que solo se ocupa de “lo abstracto” (el ser, la existencia, el modo de estar en el mundo…). Sin embargo no conozco análisis más lúcidos sobre la dinámica social, la cultura, las relaciones interpersonales, la política, etc… que la de los filósofos. Sin el pensamiento filosófico no existiría la lógica. Y sin la lógica seguiríamos en el mundo de las sombras, de las creencias o de la inmoralidad. Aunque solo hubiera servido para que los seres humanos nos hayamos podido desligar de que todo procede de Dios, ya hubiera merecido la pena que existieran los filósofos. Sin Aristóteles, Platón, Sócrates, Kant, Descartes, Nietzsche o los existencialistas, todos seguiríamos siendo súbditos de la no-racionalidad. Y a mí, personalmente, los filósofos me sirven para desarrollar la capacidad crítica frente a todos les estímulos que recibo… Desde las noticias de los periódicos hasta los últimos estudios publicados en las revistas científicas de mayor impacto. Y me sirve para que siga intentando ser el que creo que “debo y puedo ser”.

9) ¿Qué piensa de la Unión Europea?

Que me da mucha pena el tiempo que están malgastando muchos estrategas en ralentizar un proceso que es irreversible. Podremos tardar otros cincuenta o cien años, pero el Estado Europeo llegará. Por una parte es una necesidad y por otra una consecuencia natural del desarrollo histórico. La herencia de las dos grandes guerras mundiales del siglo XX es que los países europeos ya no dirimen sus diferencias mediante confrontaciones bélicas. Pero los demagogos, los populistas y los iluminados no hacen más que poner piedras en el camino para que la Unión Europea se consolide y sea más ágil. Fíjese en el lamentable ejemplo del Brexit. Apelando a los valores del decimonónico “Gran imperio Británico” no solo han logrado dividir a sus ciudadanos sino que van a lograr empobrecerlos durante una década. Aunque cuenten con “su” Commonwealth. Los Estados Unidos de Europa llegarán porque todos los europeos nos lo merecemos. Porque de Europa son hijos la democracia, el arte de hacer política, el concepto de libertad, gran parte de los derechos humanos y siglos de cultura. A mí no me importaría perder la nacionalidad española en aras a la europea. Lo que es compatible con seguir pensando que las plazas de mi pueblo (Madrid) seguirán siendo preciosas… Que no “las mejores”…

10) ¿Qué opinión tiene del fenómeno político del independentismo catalán?

Me debato entre la tristeza y la rabia contenida. Tristeza porque pertenezco a una generación de españoles que creció con los cantautores catalanes (Serrat, Llach, Mª del Mar Bonet, Raimon, etc…) y tuve que aprender catalán para poder entender sus poemas. Aunque suene cursi decirlo, ellos forman parte de mi paisaje sentimental. Y adoro Cataluña. Barcelona me parece la ciudad más bonita del mundo, Gerona, la costa brava, donde he veraneado varios años, el pirineo catalán… constituyen parte de mi historia. Y que ahora haya una parte del pueblo catalán que me considere su “enemigo” me resulta doloroso e intolerable. Yo no sé si será verdad o no, pero un periodista muy importante de este país me contó hace tres años que detrás del independentismo existe un deseo manifiesto de unos pocos para que Cataluña se acabe convirtiendo en un paraíso fiscal, porque tiene todas las condiciones.  Arroparse detrás de los sentimientos, el más básico de los motores humanos, es burdo y pedestre. Hace un año, dos de mis mejores colegas catalanes, ambos prestigiosos médicos, científicos cabales, a los que siempre consideré portadores de eso que denominamos “seny catalán”, a la pregunta de “¿por qué queréis la independencia?” me respondieron “porque nos apetece…” y “porque aquí, en Barcelona, trabajamos mucho…”.  Como si en el resto de España viviéramos del maná que nos cae del cielo… En esta aldea global, que ya lo es, los nacionalismos tendrán cada vez menos cabida. Todos. Pero mientras tanto, el fenómeno del independentismo catalán creo que ya no se arregla con un referéndum. Los que lo perdieran estarían al día siguiente reclamando otro. Es necesario negociar y pactar. El “diálogo” sin la intención de llegar a pactar, es un brindis al sol. Y pactar supone aceptar que nadie tiene toda la razón y que ambas partes tendrán que ceder en sus reivindicaciones. Y que los argumentos de esa negociación deberán estar basados en la dialéctica y no en la estética. Me da mucha no ver políticos con una altura de miras más amplia…

11) ¿Qué es para usted la literatura y por qué recomendaría a un joven que leyese?

Déjeme que le ponga un ejemplo muy trivial. Hace varios años leí la biografía de un famosísimo cantautor español. En ella narraba que, durante las giras mundiales, muchas veces perdían una conexión aérea y se veían obligados a permanecer en un aeropuerto durante horas. Sus músicos se desesperaban y deambulaban de un sitio a otro exasperados. El cantautor señalaba que él abría un libro y ya todo le daba igual. El tiempo y el espacio dejaban de ser los locales. Es decir, como mínimo, la literatura es una de las mejoras herramientas para “deslocalizarnos” del ahora y del aquí, de nuestros miedos y nuestros problemas, para transportarnos muy lejos. Gran parte de los mejores momentos de mi vida los he pasado leyendo. Disfrutando de una novela, de un libro de poesía o de un ensayo. La literatura, es sus distintas vertientes, es pura magia. Y los seres humanos necesitamos mucho de la magia para conocernos mejor, para conocer a los otros y para formarnos como personas. 

12) ¿Qué piensa de la tauromaquia?

Yo no provengo de una familia con tradición taurina y por tanto mi conocimiento es muy limitado. Lo que tiene la ventaja del desapasionamiento. Lo poco que sé, proviene de una novela que leí hace más de 40 años (“O llevarás luto por mi”). He ido a muy pocas corridas de toros, pero para que usted se haga a la idea, la primera vez que acudí ya estaba haciendo la residencia. Me regalaron unas entradas de sol en la grada más alta de la Monumental de Madrid. Cuando salió el primer toro, el espectador que tenía al lado gritó “¡pero si está bizco!”. Yo me quedé estupefacto con su agudeza visual hasta que le pregunté. Por lo visto un toro bizco es el que tiene un pitón más bajo que otro…  Sirva esta anécdota para documentar mi ignorancia sobre el tema. Años más tarde, asistí a otra corrida en Sevilla acompañado por un amigo íntimo filósofo. Me fue explicando cada uno de los pases y de los lances. Y comprendí que mirar no es ver. Es complicado. Por una parte, la tauromaquia es un arte en el que un torero se juega la vida. Algo ancestral que proviene de Creta. Y, probablemente, sin las corridas, desaparecerían los toros bravos. Por otra, un espectáculo público de sangre y tortura en pleno siglo XXI es difícil de digerir. Aún así, yo no las prohibiría. Dejaría que aquellos que creen que el arte es lo que prima, siguieran acudiendo libremente. Y creo que el toreo morirá por lisis, por puro agotamiento interno. Porque el desarrollo social hará que cada vez acuda menos gente a las plazas y dejará de ser un negocio. 

13) ¿Cuáles son los problemas principales a su juicio a los que nos enfrentamos hoy los españoles?. Y también la misma pregunta pero referida a la sociedad mundial.

A nivel español los dos grandes problemas que percibo son: la precariedad laboral (particularmente entre los menores de 30 años) y la vertebración del estado. Si los jóvenes no tuvieran la fuerza vital inherente a la juventud, dudo que pudieran soportar un panorama laboral plagado de contratos temporales y sueldos muy bajos. Si yo estuviera entre ellos me preguntaría “qué va a ser de mi cuando tenga cincuenta años”. Por ello se hace necesario modular mejor la creación de empleo sobre la base de formar a los jóvenes para los puestos que la sociedad vaya a demandar más, profesionalizar los oficios y las carreras profesionales y ajustar los salarios al coste de la vida para que todo el mundo pueda mantener una vida digna. 
Respecto a nuestra “España invertebrada”, llevamos trescientos años preguntándonos por nuestras señas de identidad. No sabemos si queremos ser una república o una monarquía parlamentaria, no sabemos si queremos ser un estado autonómico, federal o confederal, no sabemos si nuestra bandera debería ser ésta o la otra… Usted se imagina que cada mañana al levantarse de la cama se preguntara: ¿a mí me gusta llamarme como me llamo?; ¿a mí me gusta tener la familia que tengo?; ¿a mí me gusta trabajar en lo que trabajo…?. Todos necesitamos, por higiene mental, un mínimo de señas de identidad que no podemos poner patas arriba a cada momento. Por eso creo que deberíamos volver a un consenso sobre lo que son nuestras señas de identidad mínimas como estado. Un estado en el que todos nos sintamos cómodos, respetando nuestras múltiples diversidades (que no son muy distintas a la de la mayoría de los países), en el que el principio de solidaridad se mantuviera presente y en el que todos pensáramos más en lo que nos une que en lo que nos diferencia. Ya sé que lo que digo parece “el discurso del rey o de los presidentes autonómicos en nochebuena”, pero hay demasiado ruido de fondo, demasiados intereses mezquinos, mucho miedo al debate verdadero, mucho bla, bla, bla y poca voluntad de afrontar con argumentos honestos el problema.

14) ¿Considera importante que los estados regulen con leyes y pautas bioéticas los avances de la ciencia?

Es absolutamente necesario. En este sentido, la Declaración de Helsinki, aceptada ya casi de forma universal, nació como una propuesta de principios éticos para la investigación médica en seres humanos, incluida la investigación con células o tejidos humanos. Ya no existe, al menos en occidente, ningún ensayo, estudio o investigación que previamente no rubrique esta declaración por parte de los promotores y de los investigadores. Pero el desarrollo de la investigación ha alcanzado cotas inimaginables. Piense en la clonación, en las investigaciones que partiendo de células madre somáticas consiguen células germinales o en la ectogénesis…  Yo creo que, en general, los científicos se autoregulan con bastante sentido común. Pero no por ello creo en el pecado original o en que los hombres sean ángeles. Por eso, cualquier investigación tendente a prevenir, curar o aliviar enfermedades siempre será bienvenida, pero deberá estar dentro de unos criterios éticos que, por cierto, también van cambiando parejos al cambio social. 

15) ¿Tiene una opinión tomada sobre la gestación subrogada?

Soy especialista en medicina de la reproducción desde hace más de 30 años, por tanto, este tema me toca muy de cerca. Si quisiera apelar a lo sentimental, le diría que todos aceptamos que cualquier malformación congénita supone siempre un drama. Pues bien, existe un síndrome denominado “Síndrome de Rokitansky-Küster-Hauser-Mayer” en el que las niñas nacen con una ausencia de vagina y útero. Son pacientes fenotípicamente femeninas (mujeres con un físico “absolutamente normal”), cromosómicamente normales y ovarios funcionantes. La mayor parte de las veces son diagnosticadas cuando, al llegar la pubertad, no presentan una primera menstruación. Esta enfermedad congénita afecta a 1 de cada 5.000 nacidas, lo que quiere decir que  día de hoy, viven en España unas 2.500 mujeres en edad reproductiva con ese síndrome. Si generan óvulos, ¿porqué no van a poder ser madres gracias a una gestación por sustitución?. Al menos hasta que el transplante uterino deje de ser una técnica experimental. Por otro lado están las mujeres jóvenes que por causa de un cáncer o de otras patologías tienen que someterse a una histerectomía. Finalmente, déjeme que le diga que, a nivel individual, todos somos “constitucionalmente estériles”. Necesitamos un gameto del otro sexo para poder concebir un hijo. Si los homosexuales masculinos tienen el derecho legal de poder contraer matrimonio, ¿por qué no van a poder tener hijos como las parejas heterosexuales o como lo hacen las lesbianas gracias a la reproducción asistida…?.  Por supuesto está el problema de la mujer receptora. Pero la historia de la reproducción asistida moderna (unos cuarenta años) está plagada de procedimientos que se recibieron fatal por parte de la sociedad y que ahora son rutinarios (la misma fecundación in vitro, la donación de óvulos, el diagnóstico genético preimplantatorio, las gestaciones en mujeres homosexuales, en mujeres solas…). Todos estos tratamientos (no me gusta llamarlos técnicas, porque en verdad son estrategias terapéuticas para intentar corregir disfunciones reproductivas), están regulados por ley y amparados por bioeticistas. De eso se trata, de alcanzar un consenso social sobre la gestación por sustitución (abomino de los que lo denominan “úteros de alquiler”) que logre plasmarse en una ley que sea aceptable para todos y que huya de la “cosificación” de la mujer o del “negocio”. En este sentido, desde la Sociedad Española de Fertilidad y a través de su Grupo de Ética y Buenas Prácticas Clínicas, se elaboró tras dos años de estudio una “Propuesta de bases generales para la regulación en España de la gestación por sustitución”. Se puede consultar en la web de la SEF (sefertilidad.net). En su preámbulo podemos leer que “El objetivo ha sido, por un lado, generar una reflexión multidisciplinar sobre la técnica reproductiva conocida como gestación por sustitución o maternidad subrogada, y, por otro lado, concretar y proponer un conjunto de bases que pudieran sustentar una regulación futura en España sobre esta materia. El carácter multidisciplinar de su enfoque deviene del hecho de que entre los participantes figuran médicos, biólogos de la reproducción, psicólogos, enfermeras, expertos en bioética y abogados especializados en el campo del derecho sanitario. Una primera cuestión importante a señalar es que no se hace un pronunciamiento ni a favor ni en contra de la gestación por sustitución, ya que dentro del grupo de trabajo no hay una posición unánime en uno u otro sentido, sino que, como se ha dicho, se limita a plantear una propuesta reflexiva de bases o condiciones generales para el supuesto de que el legislador diera en algún momento el paso de su legalización en España”.

16) ¿Cómo explica la presencia en el panorama político internacional y nacional de figuras singulares como Trump, Putin, Kim Jong-un, Maduro, Torra? ¿Es un retroceso de la democracia, el final de la Ilustración, el “olvido” de la historia o simplemente una fase normal de la evolución de las sociedades? 

La evolución de las sociedades no siempre elige el camino de la virtud. Cualquier historiador podría ponernos múltiples ejemplos (Grecia, Roma, el propio siglo XX…). Las sociedades avanzan de la misma forma que funciona la investigación: ensayo-error, ensayo-acierto. Y esta no es una época de cambios, es un “cambio de época”. La crisis y la corrupción de los partidos políticos explica la irrupción de líderes populistas que llegan a las presidencias a implementar políticas económicas que prometen redistribución pero que son una pura filfa a medio y largo plazo. Y la oposición política en cada uno de esos países ha contribuido con su ineptitud a no ofrecer alternativas atractivas, creíbles y electoralmente viables que promuevan la consolidación de las instituciones democráticas y rechacen el autoritarismo personalista que privilegian a algunos de los presidentes en ejercicio. Finalmente, los seres humanos nos sentimos existencialmente indefensos y somos un poco masoquistas. En situaciones de cambio siempre habrá una proporción del electorado que se sienta más arropada por un “gran hermano” que les imponga “lo que más nos conviene”. Y luego está la brutal influencia de las redes sociales. Volviendo al Orwell de “1.984”, quien controla las redes, controla al electorado. Es triste, porque ser ciudadano no es solo un derecho, es una obligación. 

17) Uno de los problemas que debe afrontar la Unión Europea es la inmigración.   ¿Cree que la misma podría poner en riesgo en el futuro inmediato los valores de la democracia liberal, del laicismo de las instituciones y de la igualdad de género? ¿Qué piensa que se debería hacer? 

Racionalizar la inmigración. Lo que los líderes de la ultraderecha silencian es que, al menos para Europa, la inmigración es absolutamente necesaria. Mire, hace más de 30 años que la tasa de reemplazo generacional en España está bajo mínimos. Para que una sociedad sea estable y se puedan mantener las condiciones del actual estado de bienestar, las mujeres tendrían que tener una media de 2.1 hijos y en España, como señalan las estadísticas del INE, estamos en 1.27 por mujer. Y como en los submarinos, descendiendo. Es imposible que a corto plazo (2029) la masa laboral en activo pueda sostener las pensiones de un sector inmenso de jubilados, aunque la edad de jubilación se prolongue hasta los 70 años. Es más, aunque desde hoy mismo se impulsaran ayudas generosas que favorecieran la maternidad, no veríamos sus beneficios hasta dentro de dos o tres generaciones. Por eso la inmigración es absolutamente necesaria para que podamos sobrevivir como estado. Ahora bien, como en todo en la vida, habría que hacer una previsión acerca de cuantos inmigrantes podemos acoger. Y lo más difícil: que estos inmigrantes se integren en nuestra sociedad democrática. Es necesario que, desde el respeto a sus creencias y costumbres, ellos acepten lo que a nosotros nos ha costado siglos conseguir. Que la religión es una cuestión privada, que las mujeres y los hombres son iguales ante la ley, que disponen de los mismos derechos y obligaciones y que es imprescindible que tengan las mismas oportunidades. En Román paladino, para que nadie se llame a engaño, cuando yo visito una mezquita en un país árabe no hago exhibición de mi laicismo. Procuro comportarme con el respeto pertinente. Y cuando suelto una ponencia en determinados países con un fuerte componente religioso, procuro que las imágenes de mis presentaciones no ofendan al auditorio. Es una cuestión de sentido común. Lo contrario no lo admito y soy muy tajante: tú piensa lo que quieras, pero respeta las costumbres sociales del país que ha tenido la deferencia de invitarte y no me vengas a imponer nada. 

18) ¿Qué es para usted un intelectual y qué función tiene en la sociedad?

El vocablo intelectual deriva de “inteligencia”, que es el acto de comprender, analizar y elaborar juicios sobre conceptos. Como se dice de los líderes, un intelectual no es el que pretende ejercer una autoridad moral sino aquél en el que reconocemos su autoridad moral.  Pero igual que señalaba con la filosofía, para mí el intelectual no es solo el que se ocupa de analizar lo abstracto, sino aquél que íntimamente unido a la coyuntura del tiempo en el que vive. Gabriel Celaya expresaba en un poema que “maldecía la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales”. Un intelectual, además de ser un individuo culto e inteligente, debe ser comprometido. Un intelectual puede ser un miembro de cualquier profesión, pero no es el conocimiento técnico o teórico lo que le distingue, sino más bien su constante devoción a pensar, crear e imaginar nuevas ideas. Y finalmente, como abomino de toda pontificación, un intelectual es alguien que duda, que nos ofrece nuevas perspectivas sobre los asuntos que creemos conocer, que nos plantea argumentos, más que un icono que nos da respuestas. Los intelectuales siempre han sido necesarios en todas las sociedades, pero en esta coyuntura histórica en la que vivimos, plagada de hedonismo, superficialidad e impostura, creo que son más necesarios que nunca. 

19) Al prolongarse los años de vida de los seres humanos ¿Qué papel en la sociedad deberían tener los “mayores”, ancianos, jubilados, en fin, los que ya no están directamente ligados al sistema productivo?

Decía Serrat (de nuevo un catalán) en un poema “si simplemente entendiésemos que todos llevamos un viejo encima...”. El que suscribe ya está más cerca de la tercera edad que de otra cosa. Es algo fisiológico en lo que uno no cae en la cuenta hasta que un día te levantas y lo que nunca te había costado esfuerzo alguno, comienza a costártelo. Estoy en ese momento vital en el que, como decía Benedetti en su poema “síndrome”, Todavía tengo casi todos mis dientes, casi todos mis cabellos y poquísimas canas; puedo hacer y deshacer el amor, trepar una escalera de dos en dos y correr cuarenta metros detrás del ómnibus. O sea que no debería sentirme viejo. Pero el grave problema es que antes no me fijaba en estos detalles...”. Y España, por el ya expuesto problema del “suicidio demográfico” y la tasa negativa de reemplazo generacional, se conduce irremisiblemente y a corto plazo a ser una país de viejos. Yo creo que la grandeza moral de una sociedad se debería medir por cómo trata a sus mayores. Qué coberturas sociales les ofrece y en qué medida se consideran sus derechos. De lo que estoy seguro es de que cada vez van/vamos a ser más numerosos los de la tercera edad. Y será una franja de votantes fundamental “a ser cortejada”. Y mire, los sucesos del último año en España, con miles de jubilados saliendo a la calle para protestar por la revalorización de sus pensiones me sugieren dos consideraciones: que los mayores no son siempre “conservadores”, que todavía pueden mantener arrebatos juveniles y que sería bueno escucharlos más porque, como en tantas facetas de la vida, “la veteranía es un grado”. Ah… y la verdadera dignidad de las personas se muestra en su capacidad de cuidar a los que nos dieron la vida. 

20) Le pedimos que recomiende a los lectores de esta entrevista algún libro de literatura o ensayo, una película o la visita de algún museo.

Esta es quizá la pregunta más difícil. ¿Cómo resumir una vida en tres o cuatro ejemplos…?. Aunque mañana me arrepienta de los que voy a dar y desee correr a cambiarlos, allá van:

NOVELAS: 
  • Cualquiera de la época del boom latinoamericano (Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Alfredo Bryce Echenique…). En mi vida ha sido fundamental “Conversación en la Catedral”, porque la leí hace más de cincuenta años y todavía sigo preguntándome dónde me jodí… 
  • Ernesto Sábato: “Sobre héroes y Tumbas”.
  • Thomas Mann: “La montaña mágica”.
  • Pero también disfruto de lo lindo con las novelas de Julia Navarro, Arturo Pérez Reverte o Javier Cercas…

POESÍA:
  • Épica: Jorge Luis Borges.
  • Durita: Rainer María Rilke.
  • Todo Mario Benedetti… Por siempre Benedetti…
  • Siempre… Antonio Machado, Miguel Hernández…
  • Pero también disfruto a rabiar con la poesía de Luis Alberto de Cuenca o Jaime Gil de Biedma… 

ENSAYO: 
  • Miguel de Unamuno (no me lo puedo creer…)
  • Martin Heidegger: “Ser y tiempo”. 
  • Albert Camús: “El hombre rebelde”.
  • Cualquier “Diálogo” de Platón…

CINE: 
  • Cualquier película de François Truffaut (tampoco me lo puedo creer…)
  • Claude Lelouch: “Los unos y los otros” (ahora sí que me puedo empezar a creer lo rarito que eres...)
  • Ridley Scott: “Blade runner” (pero casi todo Ridley Scott…)
  • Woody Allen: “Manhattan” o “Annie Hall” (pero casi todo Woody Allen…)
  • Y no puedo dejar de citar el cine de Luis García Berlanga, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese… En fin , tantos…

MUSEOS: 
  • Viviendo en Madrid, es demasiado obvio: El Prado, el Reina Sofía, el Sorolla, el Thyssen-Bornemisza…
  • Cualquiera de los de París.
  • Pero como el que me ha encargado la entrevista vive en Málaga, que ahora se ha convertido en un referente cultural: el Picasso, el Carmen Thyssen, el Pompidou…


ANEXO FINAL: Gracias Pepe por haberme motivado a pensar… Y disculpa lo prolijo que soy…

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