CINE: estreno y candidatura al Oscar
LA FORMA DEL AGUA
Título en V.O.: The shape of water
Nacionalidades: USA Año: 2017 Fecha de estreno: 16-02-2018
Duración: 123 min.
Color o en B/N: Color
Esta obra escrita y
dirigida por el singular cineasta Guillermo del Toro dará que hablar, ya que
está nominada a varios premios Oscar y también por que probablemente divida las
opiniones de los espectadores que vean este filme.
Ante la
arriesgada y poética fábula que ha filmado
Guillermo del Toro, algunos espectadores saldrán encantados por su belleza
retro-futurista más los mensajes ideológicos sobre comportamientos y prejuicios
de nuestra sociedad y sin embargo otros cinéfilos la considerarán irreal e
incluso ridícula sobre todo por la relación con el personaje del
hombre-pez que hace recordar a películas de serie B de los años 50-60.
El filme habla de la compasión, del calor solidario que surge entre los marginados y de la capacidad de los sentimientos en
circunstancias duras o difíciles.
Comienza
La forma del agua como si de
un cuento se tratara: una voz en off nos
introduce en la historia de Elisa, chica muda y solitaria –sus únicos
amigos son un anciano vecino homosexual y su parlanchina y fiel compañera de
trabajo en el servicio de limpieza de unos laboratorios secretos del gobierno
estadounidense en la época de la guerra fría. En ese entorno, Elisa conocerá a este ser extraño (el hombre pez de
una especie para-humana) y acabará entablando algo más que una
amistad con un este “mutante” que posee valores más humanos que otros
personajes del filme que representan la maldad y el rechazo del diferente o del
marginado. A partir de allí se desarrolla la aventura, las persecuciones con un
marco propio de aquellos años de la guerra fría. Hay “malos” estadounidenses y
rusos y también buena gente sobre todo en los marginados y en los científicos
de buena condición.
Una
buena manera de imaginar la película es retrotraerse a como el cine de los años
40 y 50 solía imaginar el futuro a través de su imaginario fantástico.
La forma del agua es un cruce bien logrado entre la fantasía y lo
romántico.
La historia de amor entre una chica
solitaria y muda con un ser anfibio de laboratorio está tejida con los mejores hilos del cuento romántico y fantástico, y con
unos nudos de astucia que los ligan tanto al cine de serie B de hace más de medio siglo (la atmósfera, el doctor enajenado, el villano extremo y
caricaturizado…) como al trasfondo social y «correcto» de
nuestro presente (de clase, de sexo alternativo, de respeto «al otro», de multicultura, multiespecie y de comprensión).
La forma del agua como cuento es
bonito y muy bien filmado pero, como realidad es rara y difícil de digerir al
menos para algunos tipos de espectadores.
Guillermo del Toro ha
planteado en varias de sus películas aspectos que reencontramos aquí. Quizás ahora
sea más
frontal, pero la fascinación por lo anómalo, la deformación y la
mutación,
y el choque entre nuestro mundo y estas criaturas sobrenaturales, ya estaba presente,
en mayor o menor medida en otras obras suyas.
Del Toro es un director cinéfilo y realiza durante el filme muchos guiños al cine del pasado.
La forma del agua posee su poesía particular. Desde mi punto de vista poco creíble en la historia de amor entre la joven muda que limpia en un laboratorio y la criatura anfibia recluida en una de sus cámaras y torturada por uno de sus captores.
La forma del agua posee su poesía particular. Desde mi punto de vista poco creíble en la historia de amor entre la joven muda que limpia en un laboratorio y la criatura anfibia recluida en una de sus cámaras y torturada por uno de sus captores.
Ambientada
durante la guerra fría,
con científicos
y agentes soviéticos
infiltrados en la base estadounidense para conocer mejor la relevancia de esta
criatura singular, 'La forma del agua' oscila del cuento fantástico al
relato de espionaje, de la aventura contenida al drama desatado. También
resuenan ecos de clásicos
de la serie B fantástica.
Hay una cierta nostalgia por otros tiempos, pero a diferencias de los cineastas
melancólicos, Del Toro la
utiliza activamente para, siendo fiel a sus ideas, plantear una forma entre clásica y
moderna de seguir cultivando el género.
Resumen:
Está bien rodada, muy bien
interpretada, la ambientación es inmejorable, perfecta para los nostálgicos del
cine fantástico o de la guerra fría de los años 50-60. Pero a pesar de eso a mí
personalmente la relación sentimental entre la mujer protagonista y el “monstruo”
me parece falsa, artificial y poco creíble incluso como metáfora, lo que me
impidió sumergirme en las “aguas” de la película. Asistí al cine con mi
mujer. A ella le gustó mucho y a mí lo dicho antes. Sin embargo nos hizo charlar
y disfrutar como de una sesión de cine fórum se tratase. Ir al cine siempre es
un deleite y más si lo veis en versión original subtitulada. En nuestra ciudad
tenemos la suerte de tener unas salas como las del cine Albéniz donde se proyectan
las mejores películas del séptimo arte.
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