Rincón literario: "Entrada de diario" de C. Bustamante y Microrrelato de Elsa Bueno Gaona

Entrada de diario de Carlos Bustamante

Montaña rusa




Los sentimientos, los estados de ánimo, el bienestar o la sensación de sentirse triste o contento presentan oscilaciones o cambios que me recuerdan a la montaña rusa de los parques de atracciones. Mesetas, subidas y bajadas bruscas… En fin así es la vida. Para algunos individuos los periodos de cambio pueden ser más intensos o prolongados que para otros. Quizás allí está obrando el azar o la suerte tan difícil de definir y entender.
Nuestro desarrollo de la inteligencia y los avances en el conocimiento nos permiten ver el mundo o la vida probablemente diferente de los animales cercanos a nosotros en cuanto a análisis y deseo de la felicidad. Según las circunstancias de cada individuo la felicidad puede ser diferente aunque siempre ésta sea efímera.
Nuestra conciencia de la mortalidad y del hasta ahora invencible envejecimiento nos sobrecoge en determinadas etapas de la existencia. Cuando se es joven uno lo sabe pero ese conocimiento no se funde con los sentimientos.
La mayoría de las cosas que nos pasan en la vida dependen por una parte de lo que hagamos y de los valores que guíen ese hacer pero están también todos los otros imponderables que nuestra propia biología y el entorno nos impone.
Me subo a la montaña rusa y en su ascenso y meseta fluyen los recuerdos del cariño familiar en la infancia, el enamoramiento, el conseguir objetivos muy deseados, las caricias y el rostro de la persona que se ama, el amor y el logro de encaminar bien la vida de nuestros hijos, la ausencia de enfermedad, el calor irremplazable de la amistad y miles de momentos de esa breve y pulsátil felicidad. Luego viene el descenso en la montaña o casi siempre se intercalan estos momentos y se percibe la tristeza, se siente el dolor y las limitaciones físicas o el sufrimiento sentimental, los fracasos, los errores, la enfermedad, la soledad  y el no poder revertir los dictámenes de la biología. Como broche de ese sentimiento negativo pienso que quizás hubiese sido mejor no tener consciencia de la vida y de la muerte y no creer que con nuestras actos modificamos los designios de las moléculas biológicas que nos componen.
Corto con estas elucubraciones y aprovecho el tiempo. Iré más tarde a ver a mis amigos, luego caminaré junto al mar y si es posible llevaré a mi perro para hablar también un rato con él.
Hoy voy a intentar estar en la fase de ascenso de la montaña. No veré ni escucharé a los ineptos políticos que parecieran que han olvidado el pasado y se empeñan en retroceder en la historia. Trataré de aislarme aunque sea por un rato de la realidad. Mientras espero una llamada de mis hijos, con una copa de vino y unas tapas de queso me siento a mirar por la ventana el hermoso paisaje que me rodea y sueño y recuerdo los fragmentos temporales de felicidad vividos. Lo demás se producirá seguramente  sin que yo pueda hacer algo para impedirlo. O no?.
C.B



I N M O R T A L E S

Elsa Bueno Gaona



Arrebatados como el demente criminal, amando hasta que duele sin dejar de pedir más. Les puede el instinto animal que les lleva a desesperar mientras se siguen el rastro, hundiendo sus pies en el deseo más letal.
Quién dijo que seria fácil si se quieren sin clemencia, sin piedad; quién dijo que podría ser
que sólo se sientan vivos si
gobierna la voracidad.
Y nadie sabe que es verdad, de sus adentros ni la mitad: que se miran y se desatan, que se rozan y les tiembla el alma, que se besan y se mueren; se vuelven hueso y polvo, deshechos de amor inmortal.

(ebg)



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