Actualidad. Dos cortos artículos sobre nuestro presente
Doscientas
personalidades y un ciudadano que pregunta
Días pasados un grupo de destacadas personalidades en un manifiesto
público apelaron por
el diálogo para buscar una solución al problema político de Cataluña y sobre
todo pedían “no judicializar el conflicto”. También acusaban al gobierno de España de no
querer dialogar con los independentistas. Leo el listado de los firmantes,
algunos extranjeros (Slavoj Žižek, Noam Chomsky, Steven Pinker)
y otros nacionales como Iñaki Gabilondo o Carmena. Reconozco a varios de ellos a los que he leído
u oído con placer en repetidas ocasiones. Sin dudar sobre su buena intención,
me pregunto si todos (sobre todo los extranjeros) están correctamente informados y no han sido manipulados a
pesar de su “inteligencia” ya que seguramente en sus países si personas o
grupos rompiesen el orden democrático establecido en un estado de derecho, las
leyes o la Constitución, ¿seguirían ellos pensando
que los que lo realizan no deben ser juzgados?.
Si además observasen que en ese juicio gozan de todas las garantías de un estado de derecho y ante la respuesta a esa sentencia un gobierno regional estimula el desacato o la rebelión y violencia en las calles ¿seguirían llamando “judicializar” el conflicto?.
También me pregunto si muchos, no todos, de estos sesudos intelectuales ¿han pensado o se han solidarizado con el sufrimiento de más de la mitad de los ciudadanos catalanes no independentistas?. ¿Será acaso que algunos de estos pensadores creen o defienden a los casposos nacionalismos que siempre, aunque no se verbalicen, esconden unas ideas supremacistas?. Solo hay que releer muchas de las declaraciones y escritos del President Torra que por un lado sugiere a los nuevos “camisas pardas”, autodenominados CDR, que presionen y alteren la vida de convivencia ciudadana y por otro lado manda investigar a su propia policía que trata de impedir los disturbios jaleados por el mismo.
Si además observasen que en ese juicio gozan de todas las garantías de un estado de derecho y ante la respuesta a esa sentencia un gobierno regional estimula el desacato o la rebelión y violencia en las calles ¿seguirían llamando “judicializar” el conflicto?.
También me pregunto si muchos, no todos, de estos sesudos intelectuales ¿han pensado o se han solidarizado con el sufrimiento de más de la mitad de los ciudadanos catalanes no independentistas?. ¿Será acaso que algunos de estos pensadores creen o defienden a los casposos nacionalismos que siempre, aunque no se verbalicen, esconden unas ideas supremacistas?. Solo hay que releer muchas de las declaraciones y escritos del President Torra que por un lado sugiere a los nuevos “camisas pardas”, autodenominados CDR, que presionen y alteren la vida de convivencia ciudadana y por otro lado manda investigar a su propia policía que trata de impedir los disturbios jaleados por el mismo.
La buena voluntad es siempre bienvenida pero hay que estar
atento al márquetin de ideas, a la manipulación mediática, a la presión personal y al adoctrinamiento.
J.P
La
transmutación de Amnistía Internacional
Esta organización considera que los políticos
presos de Cataluña son “presos políticos” y además pide abiertamente la
libertad de dos de ellos que recientemente han sido juzgados con todas las
garantías de un estado de derecho. Más aún dicen que el código penal está mal redactado en relación a la sedición y por lo tanto los ya condenados deben estar en libertad. No es el primer pronunciamiento de A.I sobre el tema de los delitos cometidos por los que vulneraron la ley en Cataluña dentro de un estado libre, democrático y de derecho.
Pertenecí más de treinta años vinculado a Amnistía
Internacional (A.I). Sentía que era una organización que luchaba por los que
sufrían, o eran víctimas de estados totalitarios con todas sus variantes en la
vulneración de los derechos humanos y políticos. Estoy orgulloso de haber
pertenecido a ella y me consta todo el bien que esta organización hizo por las libertades, contra
la discriminación y la tortura.
Hace dos años me retiré de mi, hasta entonces,
admirada organización al ver su transmutación respecto a lo que yo
consideraba que eran sus fines.
Su posicionamiento
a favor respecto de los planes de un grupo manipulador, rico y potente como es
el que desarrollaron los independentistas catalanes le hicieron olvidar a más de la mitad
de la población catalana donde se ha ido instalando el miedo y la segregación. A.I
parece no actuar con imparcialidad y desoye la opinión de millones de ciudadanos españoles
de un estado democrático y de derecho. La actual política en España de Amnistía
Internacional me ha producido sonrojo y decepción.
También trato de convencerme que estos
posicionamientos no son de A.I sino de unos dirigentes abducidos por la
manipulación propagandística del procés.
Si es así, tengo la esperanza que esta organización pronto vuelva a ser la
esperanza de los que sufren y no un elemento mediático al servicio de
antidemócratas y de élites.
J.P
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