CARTAS AL DIRECTOR. Diario El País
Farsa consumada
Si entendemos por farsa
una acción realizada para fingir o aparentar, el 1-O es una de las más
destacadas en las últimas décadas. Visto su desarrollo y la ausencia total de
control democrático alarma aún más el aval que algunos medios dan a los
resultados de este esperpento pasional. Lo peor de todo es que todavía no ha
finalizado. Una parte de la sociedad, eso sí, muy emocional, colorista,
victimista y folclórica apoya unas medidas tan propias del totalitarismo que si
se materializase en esa declaración de independencia, pasado el tiempo, las
autocríticas por acción o inacción de nada servirían para paliar los daños
producidos en la convivencia y en el nivel de vida de la sociedad en general.
¿Cómo es posible que una parte importante de la sociedad catalana haya quedado
abducida por la contaminación del nacionalismo en el siglo XXI? Se me ocurren
muchas explicaciones sociopolíticas y económicas, pero solo destaca, por su
predominancia, la amnesia histórica periódica del homo sapiens o
las gratificaciones sentimentales de la tribu elegida.— José Herrera Peral. Málaga.
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