CINE. Festival de Cannes y recomendaciones
CINE
I) Festival de Cannes
II) Recomendaciones de películas
I) Festival de Cannes
El iraní Panahi, Palma de Oro; Laxe, Premio del Jurado
El iraní logra el máximo reconocimiento con ‘Un simple accidente’, y Oliver Laxe, por ‘Sirât’, el Premio del Jurado, ‘ex aequo
ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS
https://lectura.kioskoymas.com/article/282093462658352
(Publicado en El País)
Jafar Panahi con la Palma de Oro, entre Cate Blanchett (izquierda) y Juliette Bonoche, ayer en Cannes.
El Festival de Cannes, sobresaltado por un apagón, encumbró ayer al iraní Jafar Panahi —que ha estado 15 años sin poder salir de su país— por Un simple accidente, una fábula moral sobre el mal y la venganza, que se alzó con la Palma de Oro. Sirât, del gallego Oliver Laxe, se llevó el Premio del Jurado, que compartió con Sound of Falling, de la alemana Mascha Schilinski.
Con todo el teatro Lumière en pie, visiblemente emocionado, el gran cineasta iraní Jafar Panahi hizo ayer historia en la 78º edición del festival de Cannes con Un simple accidente, una película rodada de forma clandestina en Teherán que retrata, con poderosa fuerza alegórica, las profundas heridas del pueblo iraní ante los abusos del régimen teocrático que lo gobierna. Panahi llegó a Cannes después de 15 años sin poder salir de Irán, desafiando una condena de cárcel y la prohibición de filmar. Con esta Palma de Oro, además, Panahi —como Michelangelo Antonioni y Robert Altman—, ha ganado los máximos galardones de los tres festivales de cine más importantes del mundo: Cannes, Venecia y Berlín.
Desde que la furgoneta blanca en la que viajan los personajes de esta película cruzó la sección oficial de Cannes, su desesperada peripecia apuntó a lo más alto del palmarés. Por momentos cómica y absurda, Un simple accidente es una demoledora road movie sobre el secuestro de un torturador del régimen por una de sus víctimas y el enredo que surge cuando al secuestrador le surgen dudas sobre si debe matar o no a su verdugo. A partir de ahí, la película se mueve en angustiosos círculos, con una estructura muy teatral, alrededor del dilema moral que carcome a sus personajes: ¿Tiene sentido la venganza? ¿Podemos ser libres sin compasión?
Con la Palma de Oro en la mano, Panahi hizo una petición: “Me permito pedirle a los iraníes y a todo el mundo que dejen las diferencias a un lado y peleen por lo importante: la libertad”. Como recordaron Joachim Trier (Gran Premio del Jurado, el segundo en importancia, por Sentimental Value) y Oliver Laxe (Premio del Jurado por Sirât, ex aqueo con Sound of Falling, de la alemana Mascha Schilinski), el cine es un arma para luchar contra esas diferencias. “Como la niña que aprende a caminar antes que a hablar, el cine es un lenguaje universal que une a los pueblos”, dijo Trier. Laxe, por su parte, recordó el rezo que hace años compartió con él un taxista palestino: “Os hemos hecho de tribus diferentes para que os reconozcáis”.
El sabotaje que dejó a Cannes sin luz ni comunicaciones toda la mañana del sábado hizo que se multiplicaran los previsibles nervios ante el palmarés. La confusión se apoderó de los hoteles donde se hospedan los equipos de las películas, pero a partir de las 15.00 todo volvió a su curso. El festival contribuyó a la calma con un comunicado en el que aseguraba que con o sin luz todo seguía adelante, porque el Palacio de Festival cuenta con un generador de electricidad individual.
El Gran Premio del Jurado para el drama paternofilial Sentimental Value confirma la madurez del noruego Joachim Trier. Su película es magnífica, con un trabajo actoral impresionante. Trier compone un hondo drama centrado en un padre director de cine, su hija actriz y la casa familiar por cuyas grietas se cuela el pasado con todo su dolor. El cineasta recoge el guante de Ingmar Bergman y el de Henrik Ibsen con homenajes explícitos para ir, con humor, conocimiento y ternura, hacia un emocionante lugar propio.
Después de Panahi y Trier, la película más reconocida del palmarés fue la brasileña O agente secreto. Trata sobre la memoria histórica y la cinéfila y caló muy hondo desde el principio por su brillante guion y puesta en escena pero, sobre todo, por cómo trasciende su historia principal —la de un hombre perseguido durante los años de la dictadura que llega a la ciudad de Recife para reunirse con su hijo y salir juntos del país— para, en un golpe final de escalofrío, hablar de la desmemoria del presente. La película logró dos premios importantes: el de mejor director para Kleber Mendonça Filho y el de mejor actor para su protagonista, Wagner Moura.
La mejor actriz, para el jurado presidido por Juliette Binoche, fue Nadia Melliti, la joven protagonista de La petite dernière, de Hafsia Herzi, en la que Melliti da vida a una joven musulmana lesbiana. Es un premio merecido a una actriz sin experiencia, de 23 años, que aguanta el peso de toda la película. Si ella fue la más joven del palmarés, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne fueron los más veteranos. De las 10 veces que han concursado en Cannes, han acabado en ocho ocasiones en su palmarés. En esta edición se llevaron el premio al mejor guion por Recién nacidas, la historia de un grupo de madres adolescentes con problemas de integración social o de drogas y alcohol que conviven en una casa de acogida mientras deciden qué hacer con sus vidas.
Resurrección, el imaginativo viaje a la historia del cine del chino Bi Gan, logró una mención especial al principio de la gala, un premio que el jurado se sacó de la manga para recordar a uno de los nombres que más ha entusiasmado ha provocado en una edición más vigorosa de lo que parecía sobre el papel. La falta de grandes nombres ha servido para dar paso a los talentos de Mendonça Filho, Tier, Bi Gan, Laxe o Schilinski, todos ellos en órbitas muy diferentes, pero nacidos cuando la televisión y las cámaras caseras empezaban a transformar el lenguaje cinematográfico.
Cannes acabó ayer como empezó: con una extraña sensación de alerta y caos. El primer día afectó a las actrices y sus estilistas ante las nuevas medidas de etiqueta que exige el festival y a las que, por cierto, no todo el mundo se ha plegado. Y en la jornada de su clausura fue un sabotaje el que dejó a ciegas una ciudad que durante dos semanas concentra toda su vida en las salas a oscuras de su mastodóntico Palacio de Festivales.
Tráiler de la película premiada: Un simple accidente
https://youtu.be/iKLyeAaN-tw?si=bjMmn3MC1-N-I32I
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II) Recomendaciones
A)
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