CINE JAPONÉS EN NUESTRAS SALAS
Aunque el mundo actual está globalizado y las formas de vida,
gustos y costumbres son bastantes similares sobre todo en los países
desarrollados, existen aún diferencias en los códigos de comunicación y modos
de interrelacionarse entre las personas en algunas de estas zonas del mundo. Un
ejemplo de esto es Japón.
Esas diferencias las observamos también en el arte
cinematográfico.
En este último año hemos tenido la suerte de ver varias películas
realizadas en ese país.
En estos días tenemos en nuestras salas el filme El tercer asesinato que pude ver en una
de las estupendas salas del Cine Albéniz de Málaga.
El tercer asesinato
Dirección
y Guión: Hirokazu Kore-eda
Reparto:M.
Fukuyama, K. Yakusho, S. Hirose e I. Hashizume
Título
en V.O.: Sando-me no satsujin
Nacionalidades: Japón. Año: 2017
Duración: 124 min.
Género: Drama
Tema:
Shigemori, es un prestigioso y joven abogado que
debe defender a Misumi, acusado de robo con homicidio, que ya cumplió pena de
cárcel por otro asesinato hacía treinta años. Las posibilidades de que
Shigemori gane el caso son mínimas ya que su cliente reconoce ser culpable,
aunque esto probablemente signifique la pena de muerte. Pero a medida que
desentraña el caso y escucha los testimonios del propio Misumi, de su entorno y
de su familia, el abogado empieza a dudar de la culpabilidad de su cliente.
La película empieza con el crimen brutal que luego
se juzgará. No cabe duda de quién es el culpable. Sin embargo éste a medida que
tiene varias entrevistas con su equipo de abogados defensores ofrece cambiantes
versiones de su culpabilidad. Las confesiones del acusado desencadenan una
investigación que se ramifica en numerosas verdades o mentiras posibles,
negándose o confirmándose mutuamente, y dibujando un panorama oscuro sobre la
verdad y la mentira, la vida y la muerte, las causas de los delitos y sus
castigos o las dudas sobre las posibilidades de rehabilitación del reo. Al
mismo tiempo en relación a ese incierto escenario surgen cambios en el enfoque
profesional del abogado Shigemori y pasa de un enfoque técnico del delito y la
pena a interesarse por conocer la verdad
inalcanzable en ocasiones para explicar la conducta humana.
Kore-eda, el director, intenta explorar la relación de fascinación
que nace entre el criminal y su abogado, y pone en duda el sistema de valores de una sociedad que a veces mira
hacia otro lado cuando los problemas son complejos y que simplifica, en este
caso los procesos judiciales para obtener resultados inmediatos, sin entender
que en ocasiones hasta la mentira puede ser un acto de sacrificio por amor o
compasión hacia el prójimo.
Algunos consideran a este filme un drama y otros un thriller judicial,
pero, lo que desarrolla el director con brillantez, es una reflexión espiritual
en torno a la idea del sacrificio y los tortuosos caminos que puede tomar el
cerebro humano a la hora de ejecutar un acto punible.
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Resumen: película que merece verse.
Lenta, como suele ser este tipo de cine, pero muy bien realizada e interpretada
y que invita a reflexionar sobre temas universales como son la maldad, la
verdad y la mentira, el sacrificio, la falta de certezas y la muerte.
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