Editorial. "Encrucijada". José Herrera Peral

 Editorial. "Encrucijada"

José Herrera Peral


                                                                      Obra de Fortunato Depero (1892-1960)


"Nuestro futuro y el de nuestros hijos dependerá de lo que hagamos en esta encrucijada.

O elegimos el camino de la lucha por el progreso, la igualdad y las libertades o claudicamos y retornamos a los totalitarismos de la intolerancia, la represión y la barbarie".

Carlos Bustamante


Queridos amigos:


Espero que estéis bien. Os invito a leer varias de las páginas culturales que hoy aparecen en Sinapsis. Probablemente lo cultural, la poesía, la literatura, la música o el cine, nos permitan relajarnos y descansar de las tensiones vividas por las preocupaciones que seguramente compartimos respecto hacia donde vamos como sociedad. Creo que estamos ante una encrucijada.


Ayer cuando viajaba en el autobús estuve observando a una mujer que llevaba en sus brazos a un bebé de cinco o seis meses. Durante más de cuarenta años cuando realizaba mi trabajo como obstetra, observé y cuidé a bebés intraútero, es decir fetos. Siempre me preguntaba que como serían años después sus vidas. Trataba de valorar entonces su salud, su familia, el entorno socio económico que tendrían y también que circunstancias sociales o políticas influirían en sus vidas. Ayer hice lo mismo con el bebé del autobús. Nuestro futuro inmediato será su presente, dentro de muy poco tiempo. Es probable que me llevara a estos pensamientos la situación política y social que hoy tenemos en Europa y en el mundo en general. Cuando llegué a casa y vi en las noticias una unidad de neonatología destruida por la guerra en Gaza y los bebés enfermos, aislados y sin medios para ser tratados, me sentí muy abatido aunque traté de reponerme con una buena dosis de voluntariosa esperanza.


Sin duda que el mundo está cambiando y las nuevas generaciones lo ven con tal grado de pesimismo y desconcierto que a veces buscan y apoyan salidas extravagantes y reaccionarias. Estas salidas no son nuevas, aunque los jóvenes puedan pensar que sí, son las de siempre pero ahora muy elaboradas y eficaces a través de las redes sociales que instauran la polarización, el odio y conducen a un final muy destructivo.


Las mentiras, bulos, media verdades se han apoderado de la “información” que llegan a sectores de los más jóvenes. Se ha visto con Milei en Argentina, ahora aquí con Alvise Pérez y en Europa en general, con partidos que defienden una vuelta atrás en la historia. Reniegan de la integración europea, de los derechos alcanzados y de las medidas contra el cambio climático. Son muy agresivos con la inmigración y recurren a ideologías que pensábamos ya superadas y que nos llevaron históricamente al desastre y a enfrentamientos violentos entre los ciudadanos de nuestras sociedades.


También hay que preguntarse porqué el éxito de estas tendencias. Algo habrán hecho mal las corrientes tradicionales de la política actual. 

En nuestro país la derecha clásica ha sido con frecuencia incapaz de aceptar que otros pueden estar en el poder político. Siempre que no ha gobernado por decisión de los ciudadanos, se ha dedicado a deslegitimar al gobierno electo y para ello ha usado todo tipo de descalificaciones, hoy agigantadas por las redes sociales. También para evitar pérdida de votos por su lado extremo, asume muchos de los valores de la ultra derecha nacional.


La izquierda, como siempre atomizada y en luchas intestinas ha virado hacia políticas identitarias o "regionalistas" que rompen con la igualdad de los ciudadanos y de los territorios. Para mantenerse en el poder, fueron contra un sentimiento mayoritario de la sociedad como es el de la unidad e igualdad del país y de los ciudadanos. La ley de amnistía y las modificaciones del código penal, para obtener unos votos con el objetivo de  mantenerse en el poder, le ha pasado y le pasará una factura histórica. A pesar de todo, en estas corrientes de izquierda, los dislates pareciera que han producido"anticuerpos" ya que han comenzado a surgir aunque de forma todavía minoritaria, fuerzas que intentan recuperar los valores fundamentales de esta tendencia ideológica.

Por otra parte, tanto la derecha como la izquierda han sido también incapaces de dar una respuesta sensata, dentro del derecho humanitario pero atendiendo a la realidad social, en el tema de la inmigración descontrolada.


Las fuerzas progresistas deberían, como es su cometido, seguir luchando por las libertades, la justicia y la igualdad enfocando su trabajo en la disminución de las desigualdades sociales y construyendo un proyecto que abra esperanzas a los jóvenes y para ello me refiero sobre todo a la vivienda y a un trabajo estable y digno. Mientras no se aborden estos dos asuntos cundirá entre las nuevas generaciones la desesperanza que los llevará a la búsqueda rupturista de la mano de gamberros telemáticos, racistas, xenófobos y totalitarios de diferentes pelajes.


Tanto la derecha clásica como la izquierda ahora dominante, deberán aprender a buscar respuestas conjuntas a los retos de la sociedad y redescubrir las enormes bondades de los consensos mayoritarios. Debe haber una respuesta firme desde el estado de derecho contra  los secesionismos rupturistas del país. Las concesiones a los independentistas siempre son consideradas por estos como un triunfo que avala sus tesis egoístas e insolidarias. Los etnicismos identitarios son uno de los mayores problemas de nuestra sociedad. 

Si no cambiamos o impulsamos nuevas formas de ver la política nos encontraremos con gente como Putin o como Trump que abominan de las instituciones y de los modos democráticos, o como Milei una payaso narcisista que avergüenza a muchos argentinos (incluso a bastantes de los que lo votaron), o con Netanyahu que arrastrará a los israelíes y palestinos al sufrimiento y a nuevas espirales de odio o con líderes europeos que dicen que en las SS de Hitler "no todos eran malos".


Amigos, vivimos malos tiempos y los jóvenes más aún, pero el no hacer nada, el mirar para otro lado o no analizar las causas del ascenso de los populismos, de los nacionalismos y de la extrema derecha, nos puede conducir a décadas de sufrimiento. Desgraciadamente, con frecuencia la historia suele repetirse. Hagamos algo para impedirlo.


Bueno, para cambiar de temática os aconsejo la lectura del poemario de Alberto Salamanca titulado “Jardín de mi agonía”  o la lectura de la novela “El quinto en discordia” de Robertson Davies o contemplar algunas de las singulares pinturas o poemas que están más abajo, mientras escucháis jazz con John Coltrane (enlace más adelante). Las pinturas son de distintas épocas y autores pero creo que todas muy sugerentes. Para finalizar comparto con vosotros una breve columna de Manuel Jabois que es un bálsamo para la realidad del presente.


Un abrazo a todos. Cuidaos mucho.


Pepe Herrera


**Jazz  de John Coltrane

https://youtu.be/UlFNy9iWrpE?si=PZGQouCkYpfymcub



** Pinturas sugerentes de diferentes épocas


                                                     La isla de los muertos de Arnold Böcklin



                                        
                                                 Monje a la orilla del mar de C.D Friedrich



                                      La incredulidad de Santo Tomás, de Caravaggio



                                                 El mar de hielo de C.D Friedrich



                                               Calle en París. Lluvia... de Caillebotte




                                                         Atesse de Lucio Fontana

**Columna de Manuel Jabois

Unos cordones atados 


Manuel Jabois. Publicado en El País


El martes 4 de junio, una mujer de 91 años, Nuria Cavestany Sagnier, caminaba por la confluencia de General Mitre con la calle Balmes de Barcelona con dos bolsas de la compra y su bolso. A su lado pasó una motorista, Beatriz, alto cargo de una multinacional, que le hizo ver a Nuria que llevaba los cordones desatados. 

Nuria, cargada, hizo un gesto de agradecimiento e impotencia. Beatriz paró la moto unos metros más adelante, se bajó corriendo sin sacar la llave del contacto y, con el casco puesto, se arrodilló ante ella para atarle los cordones y se fue como vino. Nuria Cavestany Sagnier, asombrada, llegó a su casa y escribió una carta al director de La Vanguardia, que el diario publicó el viernes. Esa mañana, el programa El món a RAC1 contactó con Nuria, y su entrevista fue escuchada por Beatriz, que escribió otra carta a La Vanguardia, pero solo con sus iniciales: decía ser la mujer que había atado aquellos cordones, y le quitaba importancia al gesto. El periódico unió este lunes a las dos (es de justicia poética que May­ka Navarro, que ha tenido que escribir de tantos crímenes absurdos y criminales violentos, firmase esta crónica) y le dedicó un buen espacio.

 Beatriz se presentó en casa de Nuria con flores, Nuria le regaló rosas y un libro suyo de cuentos infantiles y esta frase: “Los cuentos no se han hecho para dormir a los niños, sino para despertar a los adultos”. Hace unas semanas, el profesor José Carlos Ruiz me hizo ver (sin maldad ni sospecha) lo idéntico de mi discurso respecto a uno suyo anterior: el día en que los periódicos dediquen sus portadas a las buenas noticias deberíamos empezar a preocuparnos porque significa que lo bueno, y no lo malo, es extraordinario. Pero menudo aire entra en ellos cuando alguien se baja de su moto a atarle los cordones a una anciana que no puede, y la anciana, al llegar a su casa, decide que es lo suficientemente importante para contarlo. Y que podamos así hablar un rato de ella sacudiéndonos el polvo que habitualmente metemos en sus casas.



**Poema de Octavio Paz

Vida sencilla

Llamar al pan y que aparezca
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;
beber y en la embriaguez asir la vida,
bailar el baile sin perder el paso,
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:
estas cuatro paredes ?papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento?
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;
saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos...
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos y del polvo.



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