Editorial."Grandes y pequeñas cosas". José Herrera Peral

 "Grandes y pequeñas cosas"

                                                        Explosión de una supernova captada por el telescopio Webb


En mi condición de jubilado, el fin de semana pasado había dejado de lado las tareas domésticas y rutinarias y me dejé llevar sin darme cuenta por las noticias que se relataban en la televisión. Me sumergí en ellas y el contenido de las mismas me arrastraron a otros pensamientos. Quedé subyugado por las imágenes del universo que nos aporta el telescopio James Webb. Las distancias, el tiempo y el saber que se deriva de la composición estelar es extraordinario. La foto de más arriba corresponde a restos remanentes de la supernova Casiopea que está a 11000 años luz de la Tierra.Todos estos avances son también un conocimiento más integral de una especie insignificante que habita desde solo hace unos pocos cientos de miles de años en un pequeño planeta y que la conocemos como homo sapiens sapiens.

 

A ritmo televisivo me veo conducido desde esta grandeza del universo a noticias pequeñas y ya más intrínsecamente relacionadas con nuestra humanidad. Es decir, hacia una de sus características más notables: la idiotez, la imbecilidad y la amnesia histórica que conduce cíclicamente a repetir errores con un coste muy elevado de sufrimiento y destrucción. Como ejemplos de estos comportamientos en el presente, tenemos la despiadada guerra entre israelíes y palestinos, la invasión de Ucrania, otros muchos conflictos bélicos que coexisten hoy en el mundo y el avance de la desigualdad, del populismo y de los nacionalismos excluyentes que polarizan peligrosamente a toda la sociedad.


Intenté en ese momento dejar de lado esos pensamientos para pasar un fin de semana menos pesimista y menos enfadado. Pero fue en ese instante cuando vi en las noticias una información relativa a Rafa Nadal, nuestro querido deportista, y su contrato con Arabia Saudí. Sin quererlo, me sentí transportado a unas reflexiones personales, ya que al parecer existe cierto debate sobre el mencionado contrato.

 

Muchas personas transcurrimos el día a día de nuestras vidas acertando y también equivocándonos en nuestras acciones y comportamientos. A veces realizamos conductas, ya sea por nuestra insignificancia o debilidad, que criticamos en otros o que desearíamos que no estuviesen presentes en nuestras vidas cotidianas. Y no me refiero a la esfera solo individual sino a nuestro comportamiento enmarcado en la sociedad. Por ello pienso, que quizás necesitamos los humanos fijarnos en conductas con patrones especiales por lo que llegamos a idealizar o admirar a determinados individuos como guías con atributos morales positivos.

 

Algo de esto es lo que me pasó con Rafa Nadal.  En este mundo de imperfecciones y falta de coherencia, al menos en el campo deportivo la imagen que de él nos llegaba a través de los medios, era de una persona honesta, serena, prudente, luchadora, donde se conjugaban las grandes cualidades que debe de tener un deportista y una persona de bien. Ya ahora en su fase final deportiva, como consecuencia de la edad, estamos todos tristes con perder a este jugador que nos ha transmitido ejemplo en el campo de las competiciones y alegrías desde esa pequeña parcela de la realidad.

 

Es, en ese contexto, donde la noticia que Rafa Nadal había aceptado un contrato millonario como “embajador” del tenis representando a Arabia Saudí, lo que nos produjo a algunos una gran decepción. Probablemente los decepcionados como yo, no tengamos cualidades morales para criticar a Rafa y seguramente tengamos en nuestras vidas muchas más contradicciones e incoherencias que nos invaliden para sentirnos defraudados por el tenista. Quizás lleven razón los que defienden su decisión desde la óptica, “que otros también lo han hecho o que el mundo es así”. Pero, en fin, a pesar de todo para mí se ha caído un ídolo admirado. Sé que el mundo es como es y que no hay nadie inmaculado y más aún, que no se debiera idealizar a las personas. Pero pienso también que hay grados, niveles y extremos sobre esta cuestión. 

 

Arabia Saudí “blanquea” su demoledora dictadura comprando a personas como Rafa para transmitir al mundo una idea falsa de lo que es hoy ese país. Ha sido una constante en la historia, que diferentes dictadores hicieran algo parecido con el uso del deporte para confundir a la opinión pública. Ahora en este instante, viene a mi memoria el uso que hizo Videla en el campeonato mundial de fútbol realizado en Argentina hace unas décadas. Se alienaba al pueblo con fútbol mientras a pocos metros de los estadios se mataba, secuestraba y torturaba a miles de argentinos.

Pero siguiendo con el tema de Rafa y Arabia Saudí, vuelvo a considerar las características de la parte “contratante”, ya que pienso que hay que tenerla en cuenta, sino todo estaría aceptado y tolerado en el mundo difícil en el que vivimos.

 

En Arabia Saudí las autoridades reprimen brutalmente a personas por ejercer pacíficamente sus derechos a la libertad de expresión y de asociación. El Tribunal Penal Especializado de ese país impuso largas penas de prisión a ciudadanos por expresarse o asociarse pacíficamente, o por constituir organizaciones comunitarias. Varios defensores y defensoras de los derechos humanos sufrieron hostigamiento en prisión y fueron sometidos a prohibiciones arbitrarias tras ser puestos en libertad condicional. 

 

Los tribunales en ese país aplicaron la pena de muerte tras juicios manifiestamente injustos, incluso en casos de personas que eran menores de edad en el momento de cometerse el presunto delito, y se llevaron a cabo ejecuciones por una gran variedad de causas. Miles de personas fueron sometidas en su calidad de inmigrantes. Los trabajadores y trabajadoras migrantes continúan sufriendo abusos y explotación bajo el sistema saudí, y muchas personas son detenidas arbitrariamente en condiciones inhumanas, sometidas a tortura y otros malos tratos y devueltas a su país de origen en el marco de la represión ejercida contra las personas migrantes indocumentadas en este territorio. También están prohibidos, como era de esperar, los sindicatos y los partidos políticos.

 

 Arabia Saudí tiene en vigor la primera ley sobre la condición jurídica de la persona, que codifica la tutela masculina y la discriminación de las mujeres. También ha asesinado y descuartizado en otros países a sus connacionales pero que ejercían una oposición al régimen. Un ejemplo es el caso de Jamal Khashoggi asesinado en el consulado árabe en Turquía. 

Entre 2018 y 2023, 556 presos fueron ejecutados, principalmente mediante decapitación.


Según The Guardian, recientemente este país invirtió en eventos deportivos para blanquear su imagen 6300 millones de euros desde el año 2021. 

 De ahí, de ese país, han salido las cantidades astronómicas pagadas a Rafa Nadal, a Cristiano Ronaldo, Karim Benzema o a Neymar, pero también a la Federación de Fútbol española por la celebración de la Supercopa en Arabia Saudí, al golfista español Jon Rahm o a la Asociación de Golfistas Profesionales (PGA), la más importante de este deporte a nivel global. 


Para terminar, no sé si yo llevo razón o los que defienden la decisión de Nadal, pero, aunque le doy muchas vueltas no dejo de sentirme defraudado y decepcionado por esta claudicación ante una abominable dictadura y sobre todo, donde el dinero ha sido la causa de semejante dislate que nos arrebata a una persona a la que admirábamos por su conducta, ya que era expresión de un buen comportamiento en la sociedad en la que vivimos. Todos los ciudadanos en nuestros actos expresamos un mensaje moral pero creo que las conductas de los más destacados, como es este caso, tienen mayor trascendencia en el seno de la comunidad.


Otra noticia muy significativa en estos días que también tiene que ver con una claudicación de principios, es la que está realizando el gobierno de coalición de España. El PSOE de Sánchez para conseguir y mantenerse en el poder cede día a día en todos los campos al chantaje de un prófugo de la ley que a su vez representa a un partido que solo consiguió el 1,6 % de los votos en las últimas elecciones.  Evidentemente las líneas rojas de los socialistas de Sánchez

no se han trazado con tinta indeleble. Solo queda ahora preguntarse ¿hasta dónde claudicará este gobierno ante los independentistas?. Daniel Gascón, en una columna publicada días pasados, decía que la política del gobierno en el caso de la amnistía puesta como ejemplo, rompía algunos pilares en los que se basa la convivencia. Estos pilares son: la idea que el proceso democrático está basado en la representación política y las propuestas con que los partidos concurren a las elecciones, o de que las cortes determinan la voluntad de la ley a través de procedimientos parlamentarios caracterizados por el conocimiento previo de los partidos y de la ciudadanía. Ninguna de estos puntos se cumplen en las negociaciones y pactos secretos de Sánchez y el  independentismo.

 

Bueno, queridos amigos, ya terminando casi este primer mes de 2024, me despido de vosotros deseando que estéis bien y que tengáis buenos planes para este nuevo año. Ojalá que juntos podamos ver pronto la lluvia y se rompa así este periodo de sequía que está impactando severamente en nuestros campos y ciudades y por ende en la vida de todos los ciudadanos.

Por otro lado, os animo a leer Sinapsis con artículos de interés sobre nuestro presente. Uno de esos artículos trata de cine y en el hago referencia a cuatro buenas obras artísticas realizadas por sus directores. Os adelanto aquí algunos fotogramas a través de estos tráilers que os adjunto:

 

Fallen Leaves. Director: Aki Karusmäkis

 

https://youtu.be/gWCn79bXUl0?si=eZ-xuXuHIDCPi9Np

 

Perfect Days. Director: Wim Wenders

 

https://youtu.be/yIcqEmSqqIo?si=VZB-AtupPD-1lFJU

 

La memoria infinita. Directora: Maite Alberdi

 

https://youtu.be/MkaUtAobKJI?feature=shared

 

La zona de interés. Director: Jonathan Glazer

 

https://youtu.be/6azoQLOqrhg?si=Rp7Qs-gaRRi-MTvB


Un abrazo a todos y más abajo comparto con vosotros una columna de Manuel Vicent como una expresión de anhelo para estos días y Mozart, a la carta. Producción de CaixaForum. 

Pepe Herrera

                                                  ***

El tiempo huye

Manuel Vicent

 

El tiempo huye y no hay forma de pararlo. Horacio, en su famosa oda Carpe diem, propone a su amante Leucónoe, como solución, que no piense en el futuro y que se agarre a los pequeños placeres que la vida le ofrece cada día. Esta oda ha sido muy manoseada por todos los vendedores de felicidad al por mayor con sus libros de autoayuda. Pero los verdaderos discípulos de Epicuro saben que no todos los días son buenos para agarrarse a ellos a modo de salvación, porque hoy el mundo está en poder de los criminales e idiotas, hasta el punto de que hay días en que Horacio y su novia darían lo que fuera por quedarse en la cama.

 Por mi parte, no tendría inconveniente en seguir el consejo del poeta latino siempre que ese día al que hay que agarrarse se me permitiera fabricarlo a mi gusto. Debería ser un día de abril, de junio o de septiembre con sus luces y sus frutos correspondientes. Me tendría que despertar el canto de los mirlos y, durante una agradable somnolencia, después de estirarme como lo hace mi perra, mientras sonaba el concierto de Brandeburgo de Bach, comprobar con grata sorpresa que no me dolía nada del cuerpo ni del alma. Un sol amoroso de 25 grados me permitiría pasear junto al mar para sentarme luego a media mañana en una terraza a la sombra de los plátanos ante una cerveza fría y unas aceitunas amargas y leer el periódico en el que no habría noticias de niños destrozados por las bombas, ni políticos rebuznando. 

Luego tendría una comida divertida con amigos y precisamente ese día al caer la tarde se produciría esa llamada tan deseada. Una voz muy segura por teléfono me haría saber que el sueño que he acariciado durante tanto tiempo por fin se había cumplido. Nunca sabría quién me había llamado ni de qué sueño se trataba. Y de nuevo en la cama me gustaría quedar dormido con las gafas caídas en la punta de la nariz y unos poemas de Walt Whitman entre las piernas.

 

(Columna publicada en El País.


Ahora un concierto muy original sobre Mozart ( pinchar en el enlace siguiente)



https://caixaforumplus.org/v/mozart-a-la-carta

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