Editorial. "Fragilidad". José Herrera Peral

Editorial. Sinapsis nº 153. “Fragilidad”


                                                                   
                                                                       Pintura de Joaquin Peral

"El temor no hace que no suceda lo que recelamos"
  Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645). 


Queridos amigos:


En estos tórridos días en el hemisferio norte y particularmente aquí en España, os hago llegar Sinapsis con artículos que deseo que os entretengan. En este número 153 encontraréis esta editorial, luego un excelente trabajo del escritor Muñoz Molina, una entrevista al prestigioso intelectual Michael Sandel que responderá sobre la posverdad y otros temas, y también un interesante artículo de F. Soriguer sobre los intelectuales. Además de dos páginas culturales que son: unas recomendaciones de Cine y el nuevo “Recordando a…, que esta vez se referirá al gran J.S Bach. 


También debo deciros que mientras elaboraba este número de la revista, he tenido gran dificultad para sustraerme de la realidad en la que vivimos. Es posible que yo esté excesivamente preocupado o equivocado, pero las noticias del presente me preocupan sobremanera y me dificultan probablemente tener un juicio totalmente sereno. 

 

A pesar de que algunos como yo, (algo afortunados ya que tenemos la suerte en estos tiempos de disfrutar de unos días de vacaciones), no dejamos de contemplar nuestra sociedad, y pensamos que esta está en una situación incierta, con amenazas de cambios involutivos y llena de riesgos. Otros por el contrario no lo ven así y hacen una lectura más optimista y estable y quizás piensen que se exageran los peligros en ciernes. Es posible que una de las dos miradas esté equivocada.


Al parecer a menudo ha ocurrido así. Mientras unos sufrían o se preocupaban, otros en las mismas circunstancias sentían o se creían lejos de los peligros que acechaban en otra parte del mundo o en su propio entorno. Todo hoy es cambiante y a una velocidad más vertiginosa que años o siglos atrás. La globalización, el cambio climático y la tecnología favorecen esas aceleraciones. Diferentes lecturas de la realidad podrían estar influidas por los estados de opinión y sabemos que éstos suelen estar muy manipulados por expertos que depositan su veneno a través de las redes sociales o de medios de comunicación que con frecuencia parecen pasquines potenciadores de emociones y depresores del intelecto y de la razón.


Si empleamos el concepto de fragilidad como la vulnerabilidad a la que está sometido nuestro presente, podremos concluir que estamos viviendo un periodo claramente frágil desde el punto de vista social y político.


El arte, la música, las conductas sociales, la protección a los más vulnerables, las libertades, la paz, la convivencia, etcétera, todas están sufriendo una conmoción por la situación política y económica nacional y mundial.


Tenemos en nuestro presente una infame guerra tras la invasión de Ucrania, crisis entre sectores oligarcas del propio país agresor, extrema pobreza y violencia en África y otros lugares con similares condiciones. En el país que hasta ahora lidera el mundo, existe una situación política sin precedentes derivadas del auge del trumpismo y de sectores ultraconservadores, xenófobos y negacionistas de la ciencia y del cambio climático. También a esos vientos le sumamos el auge de la extrema derecha en Europa recortando libertades, progreso social, intensificando el antieuropeismo y exaltando las fronteras en lugar de converger a un mundo más unido y solidario. Del mismo modo el panorama en Latinoamérica es sombrío por las crisis económicas, la inflación y el auge de populismos de distintos colores ideológicos. A su vez en los sectores más progresistas tanto a nivel mundial como nacional, no se consigue una buena síntesis entre los valores de la izquierda clásica y los de la izquierda pos moderna.


Y en lo más cercano, en nuestra España, se aprecian tiempos revueltos producto de la llegada a los gobiernos de la extrema derecha que abduce a una derecha conservadora clásica y  desorientada, que es incapaz al parecer de poner freno a estas tendencias liberticidas y retrógradas que amenazan con conducirnos a un retroceso histórico de grandes dimensiones.Un ejemplo de esta conducta es lo de Valencia o lo de la Sra. Guardiola en Extremadura.


Durante los periodos de bipartidismo clásico se cometieron muchos errores, pero también una modernización del país y un avance extraordinario en derechos y libertades que protegieron a los olvidados de siempre y a los marginados. Muchos de estos avances fueron más impulsados por un partido que por otro, sobre todo en el campo de los derechos individuales y sociales. 


Ya lo decía en la editorial anterior, que es muy difícil que podamos sentirnos satisfechos al cien por cien con nuestros representantes, pero por esa cierta decepción que podemos sufrir  corremos el riesgo de entregarnos a corrientes casposas, regresivas e intolerantes,que pueden conducirnos a etapas de enfrentamientos y autoritarismos de otras épocas. 

El doblegarse la derecha tradicional a postulados extremos como hoy vemos que se está acordando en los ayuntamientos y comunidades de todo el país, puede ser un error de tal magnitud que luego nos arrepentiremos décadas, pero ya será tarde para nosotros y para nuestros hijos y nietos.


Tenemos en las próximas elecciones que elegir una forma de vida, de convivencia y de sociedad. Pensemos, reflexionemos, comparemos programas, hechos reales socio-económicos y actitudes y no nos dejemos llevar por descalificaciones personales donde se sataniza al contrario o al individuo. En democracia pienso que se puede estar de acuerdo o en desacuerdo con unos lineamientos políticos y es muy lícito criticarlos u oponerse. Lo que me parece una instrumentación repudiable es el ataque personal sistemático a un individuo a través de insultos y mentiras para obtener un rédito político. 


Actuemos con cerebro y empatía para elegir el modo de vida que queremos para nosotros y el resto de la sociedad. Pienso que hay que tener cuidado con las fake news, los mensajes en las redes sociales o las emociones básicas despertadas de forma artera por instrumentos de marketing. Nadie tiene la propiedad de “España”, como algunos lo pregonan. Todos somos España y lo que está en cuestión es si queremos marchar hacia el futuro o retroceder al siglo XIX. Hagamos un exhaustivo análisis de todo y un balance racional de nuestro estado de cosas y consideremos nuestro rechazo o apoyo hacia la sociedad que ahora algunos pretenden desmontar. La lectura del artículo en este Sinapsis  sobre la posverdad nos puede servir para entender mejor nuestro presente. Os lo recomiendo.


Bien, dejando ya este tema, os deseo, a los que podáis tenerlas, unas buenas vacaciones. Para dejar por un momento atrás los asuntos antes expuestos, os invito también a disfrutar de unas singulares obras realizadas desde el intelecto y la sensibilidad artística por destacados creadores. Comparto una pintura, unos poemas y algo de música. Quizás ello, nos ayude a darnos serenidad y al mismo tiempo visión de futuro para decidir lo que hacer en estos momentos. También os pido disculpas a los que consideréis que he estado reiterativo en las dos últimas editoriales pero se debe a que estoy muy preocupado por la situación actual.


Un abrazo fuerte a todos


JHP


1) Una pintura del Museo Del Prado:




El Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga es una obra de Antonio Gisbert Pérez pintada al óleo sobre lienzo, con unas medidas de 390 × 601 cm. El cuadro está datado entre los años 1887 y 1888, y actualmente se conserva en el Museo del Prado de Madrid.



2) Poemas de Joan Margarit


Separado


La casa se abre a una acera


donde no me espera nadie. 


Aquí sin ti. Un extraño. 


Fue aquí donde me extravié. 


Paseo sin mí, contigo.


Mi sombra es sólo un error,


viene de sitios más gélidos: 


tu corazón y tus manos. 


Es por lo que me marché. 


La vida desconocida


yo la he vivido sin ti. 


A tu lado.



No tires las cartas de amor


No tires las cartas de amor


Ellas no te abandonarán.


El tiempo pasará, se borrará el deseo


-esta flecha de sombra-


y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,


se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.


Caerán los años. Te cansarán los libros.


Descenderás aún más


e, incluso, perderás la poesía.


El ruido de ciudad en los cristales


acabará por ser tu única música,


y las cartas de amor que habrás guardado


serán tu última literatura.




Nada enaltece a un viejo


Ni esta violencia con la que deseo


tener razón.


Ni tampoco creer que la felicidad


tiene una relación sutil con la mentira.


Ni ser tan sucio


de corazón como los míos,


a pesar de que a ellos los ensució la guerra.


Mi paz debe ser una paz falsa.


Tampoco no abjurar de la lujuria


ni de la vanidad.


¿Como podemos ser vanidosos los viejos?


Esta es la derrota.


Un campo de batalla en el que estoy tirado.


Me rodean los muertos. Oscurece.


Puedo oír a lo lejos voces jóvenes


celebrando lo que hoy,


para ellos, aún es la victoria.



3) Música:


S. Rajmáninov. Rapsodia sobre un tema de Paganini


https://youtu.be/zsQbWOAR0A4








Comentarios

  1. Uyyyy!!!
    A levantar ánimo!!!

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  2. Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que se expresa en este artículo. Tiene una mirada reflexiva y crítica muy necesaria para los tiempos que corren.
    Por otra parte, es de agradecer a José Herrera Peral que haya compartido esos bellos poemas de Joan Margarit y la variación sobre un tema de Paganini. La cultura nos enriquece como ser humano.

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