Ir al contenido principal

Dos contemporáneos que se nos van: Kenzaburo Oé y Anise Koltz

Dos contemporáneos que se nos van

1)
 Kenzaburo Oé




El escritor japonés y Premio Nobel de Literatura Kenzaburo Oé falleció durante la madrugada del día 3 de marzo por causas naturales, a los 88 años de edad, según anunció este lunes su editorial nipona, Kodansha.

Nacido en la prefectura de Ehime (suroeste de Japón) en 1935, Oe estudió literatura francesa en la Universidad de Tokio y ganó el premio Nobel en 1994, convirtiéndose en el segundo autor japonés en lograr este reconocimiento.

El autor hizo su début literario con el texto 'Un trabajo extraño' (1957) y saltó a la fama de la mano de 'Cuadernos de Hiroshima' (1965), relato de su viaje a esta ciudad del sur de Japón en 1963 y años posteriores con el fin de entrevistar a las víctimas del bombardeo atómico de 1945.

Más tarde, en 1970, también publicaría 'Cuadernos de Okinawa', un cuaderno de viaje donde Oe narra sus encuentros con los residentes de este conjunto de islas del sur de Japón, y cuestiona las condiciones de vida en esta región y el poder ejercido por el gobierno central sobre la misma.

En su faceta más periodística, Oe escribió artículos en periódicos y revistas sobre la situación nuclear a la que se enfrenta el Japón actual y participó activamente en varios grupos en contra de este tipo de energía.

Además del Nobel en 1994, el escritor fue galardonado con otros premios de prestigio como el de Literatura en la Universidad de Tokio en 1957 y el Akutagawa en 1958, considerado el más importante entre escritores jóvenes en el archipiélago, cuando tenía tan solo 23 años.

 

El autor criticó abiertamente el tratado de seguridad entre Estados Unidos y Japón, que permitía a la nación americana instalar bases militares en terreno nipón, entre otros aspectos. Por un tiempo, se le relaciona con el dirigente chino Mao Zedong, hasta que rompe lazos con él debido a su política militar.

En épocas recientes ha continuado defendiendo sus ideales. En 2011, luego del accidente nuclear en Fukushima, Oé solicitó al entonces Primer ministro Yoshihiko Noda la interrupción de todas las actividades nucleares en el país. De la misma forma, se ha manifestado en público contra el uso de esta fuente de energía.


 

A continuación una anécdota sobre este autor escrita por Javier Cercas

 

Kenzaburo Oé baila un pasodoble


El escritor español relata las reflexiones del Nobel japonés de Literatura, durante un encuentro en Tokio, que constituyen una lección sobre algo que va más allá de la creación literaria

  • JAVIER CERCAS (Javier Cercas es escritor).


Decir que Kenzaburo Oé es uno de los grandes escritores de nuestro tiempo es resignarse a la obviedad: sólo un gran novelista puede escribir La presa ,o Una cuestión personal, o Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura, o El grito. Pero hoy, en el día en que conocemos su muerte, no voy a hablar de su literatura, no al menos del todo, o no en apariencia; EL PAÍS me pide que cuente un encuentro que tuve con él, en realidad una anécdota que ocurrió durante ese encuentro y, aunque ya la he contado otras veces, vuelvo con gusto a contarla: al fin y al cabo, contiene el mejor retrato que puedo hacer del escritor.


Ocurrió en otoño de 2010, en la sede del Instituto Cervantes de Tokio. Para entonces hacía muchos años que la Academia Sueca había premiado a Oé con el Nobel —o, más bien, que la Academia Sueca se había premiado a sí misma premiando a Oé— y que el escritor era, de lejos, el intelectual más influyente del Japón. “Cuando Oé sale a la calle a manifestarse”, me dijo un profesor japonés, “todos nos ponemos detrás de él”. Otro añadió: “Es más querido que el Emperador”. Por su parte, el director del Cervantes me contó que, al cabo de cinco minutos de que anunciaran que Oé tendría un diálogo público con un escritor español en el salón de actos del Instituto, se agotaron las entradas. El escritor, claro está, era yo, que por un momento pensé, aterrado, que iba a tener que entablar un diálogo imposible con un soberbio semidiós envuelto en la pompa y circunstancia de una corte de turiferarios.


Nada más lejos de la realidad. Oé resultó ser un hombrecito minúsculo y sonriente que llegó al Instituto Cervantes solo y se marchó solo, que repartía reverencias por doquier, que hablaba y vestía con una humildad franciscana y que sólo llevaba consigo una humilde cartera de oficinista. De la cual no tardó en sacar unos papeles escritos a mano que se puso a leer, una vez que el moderador del acto nos presentó y le dio la palabra, en medio del silencio reverencial del auditorio. Los papeles trataban sobre Cervantes y sobre Erasmo, pero también sobre la primera novela publicada en japonés por este plumífero.

Luego empezó el diálogo. Hablamos sobre todo de Cervantes, pero en determinado momento le pregunté a Oé —que había escrito su tesis doctoral acerca de Jean-Paul Sartre y había importado al Japón la noción de literatura comprometida— qué era para él, tantos años después de que hubiese pasado de moda la expresión, la literatura comprometida.


Fue entonces cuando ocurrió. Oé volvió a hablar sobre mi novela, recordó una escena recurrente en ella, en la que un joven soldado republicano baila un pasodoble agarrado a un fusil, y dijo que, cuando leyó la novela, no sabía lo que era un pasodoble y se lo preguntó a su hijo Hiraki.

(Paréntesis obligatorio. Hiraki Oé fue un niño nacido con graves deficiencias mentales, tantas que los médicos

aconsejaron a su padre que lo dejara morir; pero el novelista —que por entonces acababa de cumplir 28 años y tenía una vida y una carrera literaria prometedoras por delante— no aceptó la sentencia de los médicos, y, tras una operación, su hijo siguió viviendo, y ahora mismo, gracias al amor y los cuidados de sus padres, no solo está vivo, sino que es desde hace años un prestigioso compositor musical.

Añadamos que la obra de Oé no se entiende sin Hiraki, y que muchas de sus novelas —entre ellas obras maestras como Una cuestión personal o Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura—

constituyen un salvaje esfuerzo moral por asumir su responsabilidad en el destino de su hijo y un esfuerzo imaginativo asombrosamente logrado por ponerse en su piel).


De modo que Oé, según contó aquel día en el Instituto Cervantes Tokio, le preguntó a Hiraki qué era un pasodoble. Su hijo, de entrada, no pudo ayudarle mucho —a él sólo le interesa la música clásica—, pero al final, no recuerdo cómo, los dos dieron con una pieza con ritmo de pasodoble en el preludio de la ópera Carmen, de Bizet, y Oé cogió a su mujer y, en el salón de su casa, se puso a bailar aquella extraña música con ella, ante la mirada atónita de Hiraki, como la había bailado o como imaginaba que la había bailado, en un bosque remoto de un país remoto, setenta años atrás, el soldado republicano de mi novela. “Eso es la literatura comprometida”, concluyó Oé. “Una literatura que te compromete por entero, una literatura en la que uno se involucra de tal modo que no sólo quiere leerla, sino también vivirla”.

Es la mejor lección de literatura que he recibido en toda mi vida. Y no sólo de literatura.

Hoy Japón está de luto. Y yo también.

 

Obras del autor Kenzaburo Oé

 

 

Ediciones españolas

 

2)

Anise Koltz

Días pasados falleció la escritora Anise Koltz a los 94 años. Las fotos que están abajo fueron realizadas, una en su juventud y otra en la ancianidad. Cuántas cosas ocurrirían en su vida entre esos dos periodos que señalan las fotografías. Seguramente experiencias, vivencias buenas y malas, desencantos, pérdidas, que sin duda influyeron en su obra literaria.  En este texto transcribo un resumen de su biografía y más abajo algunos de sus poemas que seguramente os harán pensar y ello será una invitación a conocer más de esta poetisa.





Anise Koltz (Ciudad de Luxemburgo12 de junio de 1928 - 1 de marzo de 2023) fue una escritora y traductora luxemburguesa en lengua francesa y alemana. Sus aportaciones más relevantes pertenecen al género de la poesía, habiendo recibido entre otras distinciones el Premio Goncourt (2018).

 

Nacida en Eich, Luxemburgo, en 1928, con ascendencia checa, alemana, belga e inglesa, Anise Koltz empezó su carrera escribiendo cuentos infantiles a mediados de la década de 1950, principalmente en alemán. También trabajó como traductora.

Spuren nach innen, la primera colección de poemas de Koltz, se publicó en 1960 en Luxemburgo. En 1962, fue cofundadora junto a Nic Weber de la exitosa serie de conferencias Journées littéraires de Mondorf (actualmente Académie Européenne de Poésie), institución en la que ha cumplido siempre un importante rol y que ha creado vínculos entre los escritores de Luxemburgo y los del resto de Europa.

Fue miembro de la Académie Mallarmé de París, del Pen-Club de Bélgica y del Instituto Grand-Ducal de Luxembourg, Section des Arts et des Lettres, entre otras instituciones. Publicó más de una veintena de libros de poemas y entre sus premios se encuentran algunos como el Blaise Cendrars (1992), el Grand Prix de Littérature Française Hors de France (1994), el Premio Nacional de Literatura de Luxemburgo Batty Weber (1996), el Prix Apollinaire (1998) y el Goncourt de Poesía (2018) por el conjunto de su obra. Sus volúmenes de poesía en francés han sido parcialmente traducidos al inglés, al español y al italiano. Ha sido considerada la poeta contemporánea más relevante de Luxemburgo.


Anise Koltz falleció el 1 de marzo de 2023, a los 94 años de edad.

 

 

POEMAS DE ANISE KOLTZ

 

Luxemburgo, (1928-2023)

 

Comentarios

Entradas populares