¿Desazón o tranquilidad?. J. Herrera

¿Desazón o tranquilidad?

 


                                                     Obra de Vincent van Gogh


Se suele definir la palabra desazón como el estado de intranquilidad o tristeza en que se encuentra una persona a causa de una alteración física, moral o psicológica.

El antónimo de esta palabra podría ser, despreocupación, tranquilidad, bienestar.

A lo largo de mi vida he sido contemporáneo de muchas cosas negativas como guerras, golpes de estados, revoluciones traicionadas, violencia criminal ejercida por el estado, intolerancia religiosa, prejuicios, exilios, etcétera. Aún así siempre tuve una mirada optimista de la historia ya que creo que la sociedad avanza, no de forma lineal, pero avanza. 

Generalmente, pienso que según donde y el momento en que nos haya tocado nacer o vivir marcará la opinión sobre esta cuestión. Si recurrimos a la historia con una mirada más amplia, que lógicamente se extienda mucho más que nuestra vida personal, nos daremos cuenta que a pesar de las barbaridades que siguen ocurriendo, vivimos por multitud de razones hoy mejor que siglos atrás. Aunque ahora puntualmente está acentuándose otra vez la desigualdad social en términos generales pero comparados con la historia de los últimos miles de años de la humanidad podríamos estar de acuerdo que esta ha disminuido en términos globales de forma paulatina e imparable. El acceso en grandes sectores del mundo a la educación, a la sanidad, a los derechos civiles y al vivir, con todas sus falencias en estados democráticos, me da un optimismo histórico razonable.


Aún así hoy en día sabemos que gran parte de la población mundial no vive en sistemas democráticos, que los derechos de las mujeres están anulados en muchos países, que hay hambre, analfabetismo y falta de esperanza en el horizonte vital de las generaciones actuales. Sobre todos estos males se agregan los que se derivan y derivarán del calentamiento global y el cambio climático.

Tras esta numeración de problemas podríamos pensar que no hay cabida al optimismo en el progreso de la sociedad.

Será por todo lo antes esbozado que personalmente paso en periodos por sentimientos de desazón a lo contrario.

 

Estos sentimientos no solo se producen por las grandes cuestiones de la sociedad si no también por las vicisitudes individuales y familiares del entorno más íntimo.

Uno puede sentir desazón por enfermedades en la familia o en amigos, por fracasos en proyectos personales, por problemas de incomunicación con los más cercanos, por desesperanza hacia el futuro de los hijos o por hechos puntuales del medio que nos arrebatan la paz o el bienestar que creíamos ya asegurado. La soledad en algunos momentos y sobre todo la decepción respecto a amigos, compañeros u organizaciones en las que habíamos puesto muchas de nuestras expectativas son también fuertes ingredientes para la desazón.

 

Según el temperamento y el carácter de cada individuo más el entorno en el que se está puede en muchas ocasiones permitirnos salir de ese sentimiento negativo y pasar a su contrario, es decir a un estado aunque sea transitorio de despreocupación, entusiasmo y bienestar. La reconciliación con la pareja, la recuperación de verdaderos amigos, el enamoramiento, el haber superado un escollo económico o de salud, el éxito de algún proyecto personal, el ver felices o bien encaminados a nuestros hijos, la paz después de una guerra, el progreso de la sociedad o hechos mínimos y casi efímeros como disfrutar de un buen libro, aprender, conocer, sentirnos invadidos por una obra de arte o conmocionados por una pieza musical, el abrazo de un amigo o una mirada y una sonrisa que dispara neurotransmisores de la “felicidad”, pueden significar el ocaso de la desazón.


Está claro que esto no llega solo, sino que hay que buscarlo y una vez conseguido saberlo conservar.

Personalmente muchas veces pasé de la desazón a su contrario simplemente al conocer el final de dictaduras, el juicio a los culpables de matanzas y genocidios, constatar el avance de los derechos humanos en áreas del mundo donde estos no existían; también con la disminución de la desigualdad económica dentro y entre países; del mismo modo disfruté del avance del conocimiento científico guiado por valores humanistas, y sin duda, en lo más personal cuando sentí el afecto de mis amigos y familiares cercanos o simplemente por poder compartir con el lector de este texto estas ideas que fluyen a medida que tecleo en el ordenador estas páginas.

 

Para producir y mantener la desazón bastan elementos como la estupidez y maldad humana, el individualismo posmodernista, las ideologías totalitarias, las religiones opresoras y sobre todo en nuestra época los nacionalismos identitarios excluyentes, supremacistas o enemigos de la integración paulatina del mundo. Una manifestación resurgida en nuestro tiempo es el populismo que corteja engañando a los ciudadanos incidiendo en las áreas emocionales del sujeto para poder ejercer la manipulación con tendencias casi siempre totalitarias.

En fin, lector amigo hoy nos opongamos fuertemente al avance de la desazón. Si podemos, hagamos bien nuestro trabajo, demos un paseo, hablemos con amigos, leamos un buen libro, vayamos a un museo, veamos una buena película, expresemos nuestros sentimientos a los que queremos, y nos sumemos a cualquier forma de lucha contra la injusticia, contra la estupidez humana y las formas sutiles de la maldad en el entramado político y social.

Releo este escrito, veo su simpleza, sus deseos de buenas acciones que me parece un texto de auto ayuda y eso me decepciona. ¿Será quizás una manifestación de la edad y de la ansiedad por comunicarme?.

Es probable que un aforismo de Ernesto Sábato explique este comportamiento.

 

El aforismo dice:

“La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse”.

 

 José Herrera Peral

 

 

Comentarios

  1. Es un texto esperanzador en medio de tanto egoísmo y acontecimientos triste del mundo. La generosidad de recordarnos caminos posibles para sostener lo que los analistas llamamos "el dolor de existir" siempre es bienvenida....más a nuestra edad.
    Liliana Fernández dez

    ResponderEliminar
  2. Me han gustado mucho tus reflexiones y me siento muy identificado con ellas, como dices "¿será la edad?" pero eso no importa, aunque me parece cierto, pienso que es irrelevante. Creo que son un denominador común a cualquier edad siempre que se sea buena persona, sensata, honesta y equilibrada. Lo que dice Sabató en su aforismo resume muy bien lo que es la vida y sus dificultades (para unos más que para otros). José Luis

    ResponderEliminar
  3. Si uno mira la historia del mundo con la lógica de la razón no hay ningun motivo para la esperanza. Pero no es por la razón por lo que hemos llegado hasta aquí, sino por la Fe que surge del mismo sitio que en los aninales anida el instinto de supervivencia. Gracias Pepe por tus melancólicas reflexiones.

    ResponderEliminar
  4. alonsogallardomiranda@outlook.com6 de noviembre de 2022, 3:15

    Sigo muy bien tus reflexiones ya que noto mi desencaje en este mundo.
    Recuerdo lo que escribía Josep Pla sobre esto "Vivir es algo muy difícil que en esencia consiste en ir tirando"

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares