Stendhal y el "Prado"
Stendhal y el "Prado"
Queridos amigos que compartimos Sinapsis:
Hace unos quince días tras la visita a el Museo del Prado tuve que releer sobre el síndrome de Stendhal.
El síndrome de Stendhal es una manifestación psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, temblor, palpitaciones, vértigo, confusión cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando estas son consideradas extremadamente bellas.
Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se ha convertido en un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico.
Se denomina así por el famoso autor francés del siglo XIX, Stendhal (seudónimo de Henri-Marie Beyle), quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó en 1817 en su visita a la basílica de la Santa Cruz en Florencia, Italia, y que publicó en su libro Rome, Naples et Florence explicando su reacción de mareo, taquicardias y sudores que le obligaron a irse y dejar de admirar el monumento para recuperarse.
«Había llegado a ese punto de emoción en el que se encuentran las sensaciones celestes dadas por las Bellas Artes y los sentimientos apasionados. Saliendo de Santa Croce, me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme».
Aunque ha habido muchos casos de gente que ha sufrido vértigos y desvanecimientos mientras visitaba el arte en Florencia, especialmente en la Galleria degli Uffizi desde el principio del siglo XIX en adelante, no fue descrito como un síndrome hasta 1979, por la psiquiatra italiana Graziella Magherini. Ella observó y describió más de cien casos similares entre turistas y visitantes en Florencia, la cuna del Renacimiento, y escribió acerca de él. (Wikipedia)
Algo parecido al síndrome de Stendhal sentí hace dos semanas cuando estuve visitando el Museo del Prado en Madrid. Había estado ya otras veces, pero en esta ocasión quizás estimulado por una excelente visita guiada y luego otro recorrido repetido dos días con audio guías y el interés que surgió en mí al observar las obras con otra mirada, es que por momentos me pareció sentir muchos de los síntomas descrito en este síndrome pero que yo hasta ahora no conocía en detalles.
Me emocioné con Fra Angelico, Van der Weyden, Tiziano, Rubens, El Bosco, David Teniers, El Greco, Gisbert y por supuesto con Velázquez y Goya. Como persona con casi nulos conocimientos para apreciar bien el arte, aunque siempre me ha atraído y gustado, quedé conmovido por Tintoretto y su obra El Lavatorio. Observar esta pintura desde distintos sitios y descubriendo en ellos la grandiosidad de la perspectiva en el arte me dejó perplejo. Os invito más abajo a apreciar algunas de estas obras y así animaros a visitar este extraordinario museo que tenemos en España.
Queridos amigos aprovecho para desearos a los del hemisferio norte un feliz verano y a los del sur unas buenas vacaciones de invierno.
Ojalá cuando en septiembre retornemos a una vida más normal el mundo haya ganado en cordura y sensatez y vayamos poco a poco sorteando todos los obstáculos hoy presentes para una vida mejor y en paz.
Un abrazo a todos
Pepe
Nota: Aunque no tiene nada que ver con el Museo del Prado me despido con este breve y pequeño regalito donde también se une la música a la pintura aunque en este caso mucho más contemporánea.
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