Los Reyes Magos existen. F. Soriguer

El 5 de enero pasado Federico Soriguer publicó en Tribuna de Diario Sur el siguiente artículo  que trata sobre cierto debate relacionado con los reyes magos. Os invito a leerlo y participar con comentarios sobre el mismo.


https://www.diariosur.es/opinion/reyes-magos-existen-20210105000437-ntvo.html


Los Reyes Magos existen


Un periodo de la vida que es conveniente que nunca se olvide del todo, pues ese pensamiento mágico de la infancia es la antesala de la imaginación


FEDERICO SORIGUER / MÉDICO. ACADEMIA MALAGUEÑA DE CIENCIAS






Hay una creciente corriente de opinión que sostiene que engañar a los niños con historias como la de los Reyes Magos es deshonesto y que trae importantes repercusiones negativas en su educación. Quizás su máximo representante sea Richard Dawkins, etólogo, biólogo evolutivo, ensayista, más conocido por su genocentrismo ('El gen egoísta', 1976) y por haber popularizado la teoría de los memes, esas unidades de información cultural transmisibles. 


En los últimos tiempos, sobre todo tras la publicación en 2006 de su libro 'El espejismo de Dios', Dawkins lidera una cruzada contra toda forma de 'creencia' ya sea religiosa, ya sea pseudocientífica. Convertido en un apóstol del ateísmo no se conforma con ser laico y ateo, sino, emulando la mejor tradición evangelizadora (apostólica), predica por el mundo que todo el comportamiento humano debería fundamentarse en la razón y en la ciencia. Y es desde estas coordenadas donde se declara contrario a que los niños sean engañados con cuentos de hadas o con historias fantásticas e irreales.


Entre ellas la de Papa Noel y, por extensión, los Reyes Magos. En un libro autobiográfico, recientemente publicado afirma: «No puedo evitar preguntarme si una dieta de cuentos de hadas repletos de encantamientos, milagros y hombres invisibles, es dañina desde un punto de vista educativo». «¿Por qué los adultos promueven la credulidad de los niños?» Dawkins no está solo. Le acompañan políticos y pedagogos que creen que contar historias fabulosas es dañina para los niños pues una vez que el niño ha descubierto la mentira, «ya nunca volverá a tener confianza en los demás». Naturalmente es esta una afirmación sin base científica alguna e impropia de quien solo cree (sic) en la ciencia. Porque lo que la sociología y la psicología evolutiva nos dicen, al menos ya desde Jean Piaget, es que antes de los siete u ocho años no es ningún problema creer en la existencia de personajes como los Reyes Magos, los duendes, las hadas o las brujas. Que en la niñez pensamos, en fin, de forma mágica.


Algo insoportable para un racionalista militante. Una época en la que el niño no ve la necesidad de justificar, de argumentar, ni de razonar sus respuestas desde una lógica que solo se adquirirá mas tarde y no por todos los adultos. Un pensamiento mágico heredero, probablemente de ese primer pensamiento que nos hizo humanos y que sobrevive como un estadio de la maduración cognitiva de los niños. 


Una etapa tan inevitable como imprescindible, una vez superada, para llegar a ser un buen adulto. Un periodo de la vida que es conveniente que nunca se olvide del todo, pues ese pensamiento mágico de la infancia es la antesala de la imaginación, el bien más preciado de la inteligencia humana. Al fin y al cabo la capacidad de razonar la compartimos, aunque con diferencias de grado, con los primates y muchos otros animales, pero no así la imaginación. La capacidad de crear mundos que no existen, que no otra cosa es la imaginación, sí que es un atributo específicamente humano, construido biográficamente desde el pasado de una infancia 'imaginaria'. Al fin y al cabo si la especie humana ha llegado hasta aquí no ha sido (solo) por su inteligencia sino por su capacidad de fabular, de construir mundos imposibles, que con el tiempo, algunos terminan aterrizando en la realidad. 

Bruno Bettelheim en su 'Psicoanálisis de los cuentos de hadas', supo ver la función educativa de los cuentos infantiles de hadas, de ogros y de héroes. De entre todos ellos en nuestra cultura el de los Reyes Magos es el más popular. No hace falta creer en Yavhé para hacerlo en los Reyes Magos. Entre otras cosas porque hay pocas dudas de que los Reyes Magos son una creación de la imaginación humana. Un complemento tardío pero necesario a la historia del nacimiento del hijo de Dios. Un cuento tan fantástico y 'tan convincente' al mismo tiempo que ha llegado hasta nuestros días con capacidad para hacer soñar a muchos niños y a bastantes adultos. En algún momento de nuestra infancia todos descubrimos que los Reyes Magos eran los padres, pero la mayoría hemos sobrevivido a este engaño sin trauma alguno.


No piensa así Dawkins, que cree ver en historias contadas a los niños como la de los Reyes Magos las bases de la credulidad humana. Quienes piensan como él quieren crear un hombre nuevo regido solo por la razón y la ciencia y en el que la imaginación no tenga lugar. No entienden que los adultos mantengan los mitos, las leyendas que les hicieron soñar, y disfrutar de pequeños pero también sufrir. Sueñan (¡estos incrédulos!) con crear un nuevo mundo, ignorando o despreciando la historia de la humanidad que nos ha traído hasta aquí. 

Un hombre nuevo construido a partir de una infancia realista en la que las únicas historias serían las que ellos reconocen como útiles y en donde las fantasías improductivas no tendrían lugar. Un mundo sin fantasía. En todo caso lleva razón Dawkins, los Reyes Magos no existen y es por eso, sobre todo por eso, por lo que los humanos adultos nos hemos visto en la necesidad de inventarlos. Al fin y al cabo no solo de pan vive el hombre. No parece tan complicado de entender.

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