Arte y poesía: Comentarios sobre exposiciones y video-poesía

La revista digital Apuntes de Arte ha publicado recientemente un comentario sobre una de las exposiciones actuales del Museo Picasso de Málaga y también sobre otra realizada en Espacio Cero. Contenedor Cultural UMAOs invito a leerla y a visitar estas exposiciones.

UNA MIRADA HACIA LA INMATERIALIDAD

María Antón Valencia



              Cherry, instalación artística expuesta en el Museo Picasso Málaga / Foto: Ñito Salas


El Museo Picasso Málaga acoge la instalación artística Cherry, como iniciativa del Proyecto ‘Más luz’, de Museos a escena, en pos de ofrecer una insólita experiencia artística a través del fenómeno lumínico, espacial y sensorial.

A medida que nuestros tímidos pasos se adentran por un opaco y confuso recorrido, una atmósfera hipnótica y turbadora nos envuelve, ya que la ausencia de luminosidad a lo largo del trazado museográfico nos dificulta transitar con firmeza la instalación, buscando así el final de un camino aparentemente azaroso. La esperanzadora claridad ¿El único conductor con el que contamos? Nuestros sentidos.

La exploración sensitiva propuesta por James Turrell (Los Ángeles, 1943) en el Museo Picasso Málaga, está protagonizada por el abandono de nuestra razón en favor de la sensibilidad. Para ello, el maestro del movimiento Light and Space recrea todo un ambiente experimental, donde el espacio visual y sensorial se unifican interactivamente para ofrecer una experiencia del pensamiento singular, protagonizada por un gran cuerpo geométrico de luz monocroma.

Turrell idea una articulación arquitectónica basada en la estimulación estésica a través de su objeto de estudio, la luz. Para ello, renuncia a la materia pictórica y al lienzo, concediendo un papel distinguido al fenómeno luminoso como hecho creador de la destreza artística.

Su formación en Historia del Arte y en Psicología de la Percepción, hace del estadounidense un artista insólito, que ha sabido reorientar algunos de los axiomas vanguardistas para conectar al ser humano con lo absoluto. La visión onírica y mistérica de Giorgio de Chirico, la predilección por la abstracción y la simplicidad de Malévich o la reducción del espacio a formas básicas y matemáticas de Mondrian, son algunas de las premisas que inspiraron a Turrell a la hora de crear su serie ‘Apertures’ – o‘división de espacios’-, a la cual pertenece la actual ‘Cherry’. En esta ocasión, el lienzo y la pintura ceden paso a la luz per se, con motivo de poner a prueba las capacidades perceptivas del espectador.

La iluminación juega así un papel primordial en la experiencia artística, ya que su inmaterialidad se fusiona armónicamente con la sublimidad que persigue Turrell, pretendiendo que los asistentes experimenten una ‘catharsis’ purificadora de sus sentidos con la que alcancen un estadio superior. A ello contribuye, intencionadamente, la aparición de la forma geométrica, apelando así al ojo humano el descubrimiento de lo absoluto. Es en esta sala, conocida como ‘sensing space’, donde acontece un doble juego de percepción, ya que a través de lo visible, se alude a lo invisible.

La obra de arte adquiere, bajo esta mirada, una nueva significación. Ya no es el objeto expuesto en una habitación que requiere una visualización, sino la propia habitación que, a través de lo inmaterial, nos lleva a contemplarnos a nosotros mismos.

Tan pronto nos acercamos a este enigmático éter rojizo, la curiosidad nos impulsa a atravesarlo. Asumimos entonces que la dualidad de los sentidos guía nuestro camino, ofreciéndonos una doble visión de la realidad expositiva. Comprendemos que el rectángulo conforma una ventana, pero que esta, en lugar de abrirse a la realidad exterior, nos invita a volver la mirada hacia nuestro interior. Lo externo reclama una indagación y contemplación íntimas. Solo deteniéndonos para mirarnos, se nos permite avanzar.

De tal forma, la intencionalidad última de esta instalación no es más que el deseo de reconducir la zozobra y angustia colectiva hacia un destello de esperanza y normalidad. Un propósito advertido también en las propuestas de otros espacios culturales malagueños, como un clamor compartido que encuentra, en esta obra, su guinda. El augurio de un nuevo rumbo en nuestras vidas, guiado por la luz de la ciudadanía y, en definitiva, por el incuestionable compromiso del Arte.

La exposición: “Cherry”.

Colaboración: Fundación Almine y Bernard Ruiz Picasso para el Arte (FABA) y la Galería Almine Rech.

Lugar: Museo Picasso Málaga.

Fecha: Del 10 de diciembre de 2020 a junio de 2021.

Horario: Lunes a domingo, de 11.00 a 17.00 horas.


CUANDO LO IGNORADO COBRA IMPORTANCIA

Elisa Dávila Arreza



                          ‘Paisajes Cotidianos’ en el Espacio Cero. / Foto Elisa Dávila


Los objetos con los que nos cruzamos en el día a día se dotan ahora de cualidades y valores estéticos gracias a Margaret Harris y Timsam Harding.

Desde hace un año, el Espacio Cero del Contenedor Cultural ha optado por incluir en su línea de programación algunas propuestas que unifican visiones paternofiliales. Durante este lapso se han podido ver las convergencias y disparidades de familias de artistas y, para cerrar este período, la última exposición del año no podía suponer una excepción.

Con el título ‘Paisajes Cotidianos’, el espacio apuesta por mostrar las visiones de estos dos creadores, tan conexas en su contenido, si bien en sus formas pueden resultar contrarias.

El uso de materiales austeros, de escaso valor, cuya vida útil ha llegado a su fin, parece una de las máximas unificadoras de las obras que pueden contemplarse.

Esta idea de dar una nueva vida, de descontextualizar la función original de cada elemento, fácilmente puede retrotraernos a los ready made, o al objeto encontrado surrealista. Asimismo, el propio espacio redunda en esa idea de reutilizar y de emplear objetos, a priori, ignorados, que se nos presentan en nuestro día a día sin trascendencia alguna, que pasan a formar parte de un corpus cultural.

El propio Contenedor Cultural está construido partiendo de unos containers que estaban destinados al almacenaje de mercancía y que se reciclaron. Así pues, con esta muestra la idea se materializa de la manera más eminentemente artística.

La estética en torno a los objetos ordinarios toma, en Harris y Harding, una nueva conciencia, donde la austeridad y la sobriedad de las piezas se concretiza en las texturas, colores y técnicas que se emplean.

De esta manera, aunque partiendo de unos preceptos similares, madre e hijo se desmarcan en cuanto a las maneras de crear. Margaret Harris apuesta por formas irregulares, cercanas a la artesanía, sin duda fruto de su extenso conocimiento en la materia por sus años de vida en Sudáfrica, donde pudo aprender algunas técnicas. Su hijo, Timsam Harding, dota de vida a objetos vinculados con momentos hostiles y violentos, ya que emplea materiales encontrados en sus reiterados trayectos de coche que realiza al ir a trabajar. Son neumáticos, caucho calcinado, que han sido sometidos a un cruel destino y que son reflejo de lo efímera que puede ser la vida en la carretera. No obstante, Harding toma estos objetos en sus manos y, de forma poética, nos los muestra con amabilidad dotándolos de unos nuevos valores plásticos.

Quizás en este punto sea donde el vínculo con el visitante se hace más patente ya que resulta accesible identificar estos objetos y ver, tras las obras, la historia que cuentan. Es fácil retrotraerse a un accidente automovilístico, al olor a asfalto quemado tras un derrape, cuando se observan las esculturas de Harding. A través de una relación sinestésica asociamos lo visible con aquellos ruidos y olores que podemos encontrar en estos contextos.

Así, sentimos complicidad al reconocer los materiales que configuran las obras, ya que nos son cercanos y conocidos.

Este mismo sentimiento de proximidad, aunque con tintes más acogedores, también se encuentra en la obra de Margaret Harris. Sus piezas nos remiten al hogar, a ambientes acogedores, donde materiales tales como papeles de periódico o retales de tela, que son habituales en sus lienzos, nos resultan muy comunes.

Es aquí donde vemos la mayor concurrencia entre los artistas. La voluntad creadora que envuelve a estas dos figuras se acerca a una conciencia vinculada a una clase trabajadora, que saca provecho de los objetos baratos o andrajosos, considerados como despojos y desechos, para expresar sus inquietudes estéticas. Solo queda esperar que, tras la visita a la exposición, aceptemos la invitación de Harris y Harding para valorar el potencial artístico de aquello que habitualmente pasa desapercibido en nuestra rutina diaria.

La exposición: “Paisajes Cotidianos”.

Comisarias: Cristina Muñoz del Águila y Jara Doncel Malia.


Videopoesía con Mircea Cărtărescu

(Publicado en Escritores.org)

https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/recursos-2/articulos-de-interes/31763-videopoesia-con-mircea-cartarescu

No se nos ocurre mejor manera de despedir este año de renuncias, pero también de aprendizajes, en el que se ha evidenciado que la única cuerda que nos salva del abismo es la poesía:

La poesía, como estado de gracia,

es la cima de diamante

de cualquier conocimiento humano.

Mircea Cărtărescu,

Y, por ello, queremos despedirlo con este videopoema del gran autor rumano, dirigido por Dostopos (Ariadna Ribas, Ana Pfaff) y Artur Tort, donde se plantea:

“¿De qué manera existe la poesía en el mundo? No es en los versos, es más bien en el hecho de desprenderse de la voluntad, del esfuerzo, del ego y la consciencia. Pequeños gestos sin objetivo ni motivación pueden encerrar chispas de poesía, un estado de gracia que sobrepasa cualquier forma de conocimiento”.



                                                       https://vimeo.com/466517353

El poeta recita el original en rumano pero se pueden poner subtítulos en catalán, castellano e inglés).

Mircea Cărtărescu nació en Bucarest, en 1956, es considerado por la crítica literaria el más importante poeta rumano contemporáneo. Es doctor en la Cátedra de Literatura Rumana de la Facultad de Letras de la Universidad de Bucarest.

Publicó su primer poemario Faruri, vitrine, fotografii (Luces, escaparates, fotografías), en 1980.

  


Su gran obra es El Levante, traducido en español por la Editorial Impedimenta, una epopeya a través de la historia de la literatura rumana.

Cărtărescu también publicó en 2011 la novela Lulu. Premio de la Unión de Escritores Rumanos y Premio Aspro, los relatos autobiográficos Las Bellas Extranjeras, en 2013, y la novela Solenoide, en 2017. La trilogía novelística Orbitor (Cegador), está considerada por la crítica su obra maestra hasta el momento, formada por Aripa stângă (El ala izquierda), Corpul (El cuerpo) y Aripa dreaptă (El ala derecha).

En Rumanía ha ganado los premios literarios más prestigiosos como el Premio de la Unión de Escritores Rumanos en 1980, 1990 y 1994 y el Premio de la Academia Rumana 1989. En 2014 obtuvo el Premio Euskadi de Plata. En 2015, el Premio Austriaco de Literatura Europea. En 2017 obtuvo el Premio Leteo por toda su obra, en 2018 fue galardonado con el Premio Thomas Mann de Literatura y el Premio Formentor de las Letras.



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