STM. Una nueva enfermedad social. ¿La padeces?

Síndrome tóxico mediático (STM)

Entre los ciudadanos de la sociedad actual ha resurgido y se ha intensificado una enfermedad que acentúa el odio y el rechazo hacia el que no comparte su visión política o ideológica.


                               
Este nuevo síndrome abarca un conjunto de síntomas que se presentan interrelacionados y son característicos de un cuadro patológico provocado, en ocasiones, por la concurrencia de más de un factor etiológico.En la actualidad está desencadenado fundamentalmente por los medios de comunicación, prensa, redes sociales aunque no es menor la influencia del entorno íntimo familiar.

Los que padecen este síndrome (STM), notan que su carácter ha cambiado; están crónicamente enfadados, amargados y sienten rabia y odio contra el  que piensa diferente de él o de su entorno político-ideológico.

                                        
Ante noticias de algunos medios reaccionan de forma exaltada, pasional, con insultos o actitudes hostiles hacia el propio medio que transmite la noticia y más aún hacia aquellos que consideran enemigos a derrotar. Los casos más graves que padecen el STM desean la eliminación o expulsión de  su entorno de aquellos a quiénes detestan.

Los que padecen esta enfermedad han perdido los comportamientos y sentimientos derivados de la amistad, del compañerismo o simplemente la actitud democrática que se expresa en la tolerancia al diferente.

Se ha observado que en los que sufren STM tienen un elevado número de rupturas familiares o amistosas solo derivadas por una visión no compartida del mundo.

Suelen leer siempre la misma prensa y detestan a la visión alternativa de otros medios; sufren descargas importantes de neurotransmisores cuando reciben videos, noticias e informaciones de su propio entorno en el  que progresivamente se van encerrando.


Los pacientes con STM solo desean y trabajan denodadamente para la autoafirmación de sus idearios políticos- ideológicos.

Pierden la capacidad de dialogar de forma serena con otras personas a las que ellos ya han considerado como enemigos o en ocasiones simplemente con los que discrepen  mínimamente de sus enfoques ya que los consideran tontos útiles de los anteriores.

Adquieren los enfermos de STM una visión única del mundo donde en su terreno está todo justificado aún siendo contrario en valores a sus anteriores principios éticos–morales. Sin embargo, de forma absoluta y sin análisis crítico  asumen todas las conductas de su entorno socio-político que a su vez les produce flujos altos de endorfinas placenteras  simplemente por la mera coincidencia de ideales.

En fin, este cuadro no es nuevo, solo que a través de diferentes periodos históricos reaparece o a veces se recicla satisfaciendo una necesidad de primate violento que parecía ya superada.

En siglos pasados esos sentimientos eran catapultados por religiones intolerantes, dogmáticas y fundamentalistas y en el siglo pasado por diferentes totalitarismos como el nazismo, el fascismo y el estalinismo entre otros.

Hoy se observan con alta frecuencia la presencia de este síndrome en las personas defensoras de los nacionalismos, de los populismos, del islamismo fundamentalista y también en nostálgicos o defensores de dictaduras o de  grupos terroristas y sus entornos, como fue el caso de ETA que históricamente dejamos  atrás no hace mucho tiempo..

 El envenenamiento progresivo que conduce al STM se administra dosis a dosis a través de algunas emisoras de radio, televisiones sectarias, periódicos y sobre todo redes sociales a través de videos o grupos de chat que distribuyen a sus correligionarios del síndrome, el tóxico necesario para mantener la adicción al odio ya instaurado. Un vehículo corriente son twitter, wasap o similares.

Este síndrome suele reaparecer en periodos difíciles para la sociedad y se mantiene con salvas de estímulos emocionales mediante fake news, videos falsos o simplemente contenidos, impulsados desde sectores políticos como son los chantajistas independentistas, populistas oportunistas y resabios del fascismo casposo de ultraderecha.


Los aquejados de este mal son tanto de derechas como de izquierdas aunque en nuestra realidad predominan los de ideología de derechas ya que en nuestro país pareciera que jamás aceptaron el final de la dictadura y el paso a una convivencia democrática  en las que todos se puedan expresar. Hay también  grupos populistas de izquierdas o independentistas que tienen los mismos síntomas que sus adversarios ideológicos de la ultraderecha. En países como Hungría, Polonia, Brasil, Estados Unidos o Venezuela entre otros, se observa  una alta incidencia de STM.

En suma, si sientes que no puedes informarte por medios que te producen rechazo visceral por no estar en tu visión ideológica; si eludes a amigos o compañeros solo por diferencias políticas; si sientes odio dentro de ti hacia otras personas o grupos; si sientes placer al recibir noticias solo de tu onda política y percibes un malestar interior crónico que atribuyes a la existencia de tus adversarios de ideas, es muy probable que estés padeciendo el STM.

El paso más importante aunque lento, para superar el STM es la desintoxicación.

Ayuda a este objetivo bloquear una temporada las redes sociales, mirar a los otros individuos como personas y no como enemigos; tener una información mínima de la realidad pero plural; restablecer la amistad perdida con algunos buscando puntos de encuentro y no de diferencias; ser consciente que uno no tiene la verdad absoluta; leer; estudiar historia no sectaria; pasear y  si es posible ir al campo o viajar; acudir a un psicoterapeuta si se cree necesario; rechazar un tiempo mensajes que retroalimenten el STM; oír música; compartir ocio con las personas queridas y si no tuvieses medios para estas actividades busca la compañía de los verdaderos amigos que no estén en el entorno tóxico y sitúate en la historia junto a millones de personas que buscan en última instancia ser más felices dentro de un sistema que esté basado en la libertad, la tolerancia y la justicia. 

C. Bustamante


Comentarios

  1. Que excelente artículo y cuanta verdad en la realidad actual instigada por los medios polarizados!!!

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