¿Hay alguien ahí?

¿Hay alguien ahí?

 


Paro, cientos de miles de hogares sin ingresos, profunda crisis en nuestra fuente de

riqueza que es el turismo, desplome  brutal de la economía como nunca antes se vivió, honda preocupación en todo el territorio del país mientras en el parlamento que es la sede de la representación de la ciudadanía, otra realidad, es decir nada o peor que nada, peleas de gallos, sectarismos, postureos, tonterías, chiquilladas, egoísmos y a través de esas conductas ausencia de conexión con el presente en la que estamos inmersos por esta pandemia aún sin control.

 

Creo firmemente en la democracia y dentro de ella en el parlamentarismo que es una pieza fundamental para el progreso de la sociedad.

Pero cuando observo  las intervenciones de los diputados en los estrados del congreso siento desazón, frustración, rabia e incluso en ocasiones vergüenza ajena.

 

La falta de aptitudes para el consenso dada la situación del país es temeraria y peligrosa para poder afrontar esta gigantesca crisis. 


El PSOE camina con muchas contradicciones y pagando caro a sus sostenedores en el gobierno, rompe acuerdos hasta sobre la distancia social entre los congresistas para asegurarse unos aplausos a su liderazgo; el PP embiste con todo lo que puede con el único ánimo de deteriorar al gobierno democrático de España y tiene unas posiciones camaleónicas para recuperar votantes que se han ido a VOX, la extrema derecha populista, y por anticipado el PP adelanta sus NO a cualquier tipo de acuerdo; Podemos, otra variante populista que persigue sobre todo el poder a toda costa y también la exaltación de su líder para fortalecer futuras consultas electorales; Ciudadanos después de una errática y descabellada política de los últimos años intenta sin lograrlo volver a ser un partido bisagra para la gobernanza; VOX, populismo extremista de medias verdades que está anclado en un pasado histórico propone políticas del disparate y trata al gobierno del estado democrático como si fuese el de Corea del Norte.  En fin, no le interesa  a esta extrema derecha acordar nada,  solo crecer sobre los errores de los otros y con una ideología peligrosísima para la convivencia que se traduce en un una mirada retrógrada y xenófoba. Por último, otros actores de la política nacional, los independentistas, nacionalistas supremacistas y ex valedores de los criminales etarras que están en el parlamento, como ellos mismos lo manifiestan, para romper la nación española, el estado de derecho y cobijarse en los tribalismos nacionalistas perimidos y obsoletos aunque estén presentados con barnices de “modernidad”.

¡Vaya políticas de nuestros representantes¡




 

Por eso al mirar el parlamento me preguntaba ¿Hay alguien allí que pueda defender y expresar los intereses de la ciudadanía para salir de este foso crítico en el que nos encontramos?

Somos un país pequeño en el contexto del mundo actual, debemos potenciar la Unión Europea, saber consensuar y ello significa también ceder por el interés de todos.

Los políticos no deben estar solo para pensar en las próximas elecciones y más aún en las circunstancias en la que nos encontramos. Deben buscar acuerdos, consensos, elaborar salidas a esta crisis de forma unida y excluyendo a los enemigos agazapados del estado de derecho y del sistema democrático.



Miro otra vez a todos los parlamentarios del congreso y me vuelvo a preguntar. 

¿Hay alguien ahí que vaya a entender las realidades de la ciudadanía  y se decida actuar por el bien general y no por intereses partidarios?

Tengo esperanza que sí haya políticos de verdad que piensen en todos los ciudadanos. Ojalá pronto los veamos actuar. A los ciudadanos no se nos debe olvidar la conducta de los diputados y mucho más de las acciones de los que más próximos nos sentimos. La amnesia en el tiempo nos lleva a repetir errores.

J.P

 

 

Comentarios

Entradas populares