Artículos de prensa recomendados (I)
¿Es de izquierdas la Universidad de Harvard?. 1º parte
Publicado por Adrian Vogel.
Revista Jot Down (Resumen y comentario)
¿Es Harvard de izquierdas? Una
pregunta sorprendente que quizás nadie se haya planteado. Y que probablemente
muchos descarten de inmediato, al ser la universidad que lleva más de un siglo
formando a las élites del país dominante del mundo occidental (y también a las
de otras latitudes). Solo espero que después de leer estas líneas alguien se
replantee los lugares comunes.
John Harvard, clérigo de la Iglesia congregacional, fue el gran impulsor de la
universidad, que tomó su nombre en 1639. Estudiante de la Universidad de
Cambridge en Inglaterra, dejó en herencia la mitad de su patrimonio
(setecientas setenta y nueve libras) y cuatrocientos libros. Así comenzó todo.
Harvard y la fundación de Estados
Unidos

En esa Declaración de Independencia
de 1776 se encuentra en el texto lo que es el principio fundacional de la izquierda: «todos los hombres son iguales».
Además cita como derechos inalienables el de la vida, la libertad y la
consecución de la felicidad. Esta declaración se considera como la primera de
la historia en hacer referencia a derechos humanos. La Revolución francesa,
otro hito de la izquierda, es posterior, de 1789.
Abigail
Adams, esposa de John Adams y madre de John Quincy Adams, sexto presidente de
Estados Unidos y también de Harvard, fue una activista por los derechos de la mujer, empezando por el
acceso a la educación, que ella no tuvo (fue autodidacta y organizaba círculos
de lectura e instrucción para mujeres). Luchó por la independencia económica
femenina y el derecho de las esposas a tener propiedades a su nombre (y dio
ejemplo llevando las finanzas e inversiones de su familia). Se opuso
abiertamente a la esclavitud.
Harvard y las mujeres
Radcliffe College fue fundado en 1879
como la universidad hermana de Harvard. Empezó llamándose Harvard Annex. El
banquero, escritor y pedagogo Arthur Gilman y su esposa Stella Scott impulsaron el proyecto. Rápidamente se convirtió
en el principal centro de educación superior para mujeres del país, además de
ejemplo a seguir.En 1894 el
Anexo pasó a llamarse Radcliffe College. Y seguían contando con los profesores
de Harvard para dar clases.

Algunas de las mujeres importantes
que pasaron por Radcliffe son: Jill
Abramson, que fue editora ejecutiva del New York
Times; la autora Margaret
Atwood; Deborah Batts,
la primera afroamericana LGTB en ser juez federal (en Nueva York); Susan Berresford, presidenta de la fundación
Ford; Benazir Bhutto,
expresidenta de Pakistán; la escritora Marita Bonner, asociada al Harlem Renaissance y al New Negro
Movement; Eva Beatrice Dykes,
la primera afroamericana en conseguir un doctorado; la historiadora Elizabeth Eisenstein; Barbara Epstein, fundadora de The
New York Review of Books; la periodista y presentadora de Democracy
Now! Amy Goodman; tres
ganadoras de premios Pulitzer, Linda
Greenhouse, Maxine Kumin y Alison Lurie; Amy Gutmann, presidenta de la
Universidad de Pensiilvania; la ganadora de un Óscar Josephine Hull; la espía de la II
Guerra Mundial Virginia Hall; la
cofundadora de la NAACP y activista de los derechos de la mujer Mary White Ovington; la sufragista Maud Wood Park; Edie Sedgwick, musa de Warhol en los sesenta; Gertrude Stein, etc.
La historiadora Drew Gilpin Faust pasó de ser
decana de Radcliffe a la presidencia de Harvard en 2007. Es la primera mujer
que accedió a la cabeza de la institución. Sigue en el cargo.
Harvard, la música popular, los
espectáculos y la literatura
El descubrimiento y auge de la música
popular y tradicional estadounidense pasa por tres organizaciones (el Partido
Comunista de Estados Unidos, Harvard y la Biblioteca del Congreso) y dos
personajes llamados Jhon Lomax y Charles
Seeger.

Entre los proyectos apoyados desde
miembros vinculados a esta universidad destaca la revista Harvard
Lampoon. El foco estaba puesto en la sociedad de Boston. Entre los
principales miembros y socios de la revista encontramos al futuro magnate de
los medios W. R. Hearst y al filósofo George Santayana.
Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás (Madrid, 1863-Roma, 1952)
llegó a Boston desde Ávila con ocho años. Escribió en inglés y mantuvo su
pasaporte español. A los cuarenta y ocho años abandonó su profesorado en
Harvard y regresó a Europa. Su último deseo fue ser enterrado en el panteón
español de Roma, donde murió tras haber residido en Ávila (donde había
permanecido su padre), París y Oxford. Billy Joel en su «We
Didn’t Start The Fire» (1989) cita su fallecimiento como uno de los hechos
relevantes de 1952.
La labor de Santayana como editor y
dibujante del Lampoon era simultánea a su presidencia del
Philosophical Club, que había fundado, a O.K., la sociedad literaria de la que
formaba parte, y al Harvard Monthly, revista literaria mensual de
la que era cofundador. Formó parte de la Edad de Oro de la Facultad de
Filosofía de la universidad. Entre sus alumnos más destacados están T. S.
Eliot, Robert Frost, Gertrude
Stein, Horace Kallen, Walter Lippmann y W. E. B. Du Bois. Ya en Europa, apoyó
decisivamente a Bertrand Russell.
Su The Sense of Beauty (1896)
es el primer ensayo sobre estética escrito en Estados Unidos. Los cinco
volúmenes de The Life of Reason (1905-1906) son el primer
tratado sobre el pragmatismo. Ateo, con respeto por las creencias y valores
cristianos, fue un firme defensor de las teorías evolucionistas de Darwin.
El aforismo más conocido de Santayana, traducido al español, es el de «Quienes
no conocen su pasado están condenados a repetirlo».
A principios de la década de los
sesenta, el espíritu crítico y sarcástico del Lampoon comenzó
a traspasar el reducto de Harvard y se extendió al espectáculo, a revistas, a programas televisivos,etc. Uno de esos programas que recogió la herencia Lampoon, facilitó la salida
profesional de muchos escritores surgidos de Harvard: pasaron a trabajar para
programas como The Simpsons, Futurama, Late
Night with David Letterman, Seinfeld, Friends, etc.
Por no mencionar los libros y películas originados gracias al ingenio de
estudiantes y graduados de Harvard.
El sentimiento de pertenencia es muy
acusado entre los graduados de las universidades estadounidenses. Y cuanto más
exitosas sean, tanto a nivel académico como deportivo, mayores serán las ataduras.
Los alumnos de Harvard, considerada la primera del mundo, no son ajenos a esta
circunstancia. Y su rivalidad con el vecino Massachusetts Institute of
Technology (MIT), fundado en 1861, es legendaria. Por eso, la fuga de Noam
Chomsky desde Harvard hacia el MIT fue especialmente dolorosa.

Chomsky, activista contra la guerra
del Vietnam, no solo cometió el pecado de «abandonar» Harvard y aceptar la
oferta para dar clases en el MIT. Se metió en la boca del lobo. En sus propias
palabras, el MIT estaba financiado en un 90% por el Pentágono. Y en sus
dependencias se desarrollaban avances tecnológicos para mejorar el potencial
armamentístico de los Estados Unidos. Estaba en el centro de la acción, el
Research Laboratory for Electronics, un laboratorio militar. Algo
bastante alejado del pacifismo que predicaba…
Dando un repaso a los cuarenta y ocho premios nobel de Harvard,
aparte de los avances científicos, económicos y médicos, encontramos
galardonados por su labor a favor del
medio ambiente alertando de los peligros del cambio climático, por acciones a
favor de la paz, estudios sobre la viabilidad del Estado del bienestar o la
erradicación de la pobreza y las hambrunas. Espero, como decía al
principio, que este recorrido por el devenir de Harvard despierte preguntas y
despeje tópicos. Es probable que Harvard
no sea de izquierdas, pero es indudable que ha sido una cantera de ilustres
izquierdistas. Los valores de esta universidad buscando el progreso y mejora
del ser humano, basado en la excelencia de la educación, son los mismos que han
sido el foco del ideario progresista.

He resumido y extractado el interesante artículo escrito por Adrián Vogel y publicado en Jot Down ya que sin duda su propio título es ya controvertido. Nos hace conocer parte de la historia de Harvard y nos invita quizás a formularnos las siguientes preguntas:
¿Qué es la izquierda?
¿Qué es ser izquierdista?
¿De dónde proviene el
nombre de izquierda para asignar a personas de determinadas ideas?
¿Ha evolucionado la
izquierda?
¿Por qué sectores
izquierdistas a veces están tan obstinadamente enfrentados?
¿Por qué han sido tan
perseguidos en determinados países?
¿Qué balance hace la
izquierda sobre los periodos históricos como el de la Unión Soviética?
¿Qué es la derecha?
¿Hay diferencias dentro
de la derecha?
En fin, el título
sugerente de esta entrada nos lleva a plantearnos preguntas como las arriba
expuestas.
Trataremos en entradas
sucesivas del blog intentar dar respuestas a estas preguntas.
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Hasta la próxima.
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