Sinapsis/ Verano y Editorial: ¿Reiterativo?
Sinapsis mirando hacia el verano y Editorial
Verano de J. Miro
Editorial
Obra de Deividart
Tomada del periódico Faro de Ceuta
"La triste realidad es que la mayoría del mal está causado por la gente que nunca se decide a ser buena o mala"
Los miembros de esta generación tendremos que lamentarnos no solo por las palabras y los actos odiosos de las malas personas, sino por los clamorosos silencios de las buenas. Ken Follett
Queridos amigos:
Se entiende por reiterar, el volver a decir o hacer algo. El que ejerce esa acción es reiterativo, es decir recurrente, repetitivo y eso seguramente lo hace menos eficaz en el mensaje que pretende transmitir.
Puede que esto me esté pasando a mí. Aunque lo intento, termino casi siempre hablando de los mismos temas.
Será entre otras cosas que respondo a lo que se entiende en algunos aspectos cuando se habla de la naturaleza humana. Aristóteles sostenía que la naturaleza humana se caracteriza por atributos únicos, en particular, la necesidad de socializar y la capacidad de razonar.
Pero otros piensan que es mejor en este tema hablar de la condición humana.
La condición humana es un término que abarca la totalidad de la experiencia de los seres humanos. Como entidades mortales, hay una serie de acontecimientos biológicamente determinados que son comunes a la mayoría de las vidas humanas, y la manera en que reaccionan los homo sapiens o hacen frente a estos acontecimientos constituye la condición humana.
Me gustaría tener la capacidad intelectual y formación para transmitir con claridad los conceptos del bien y del mal, de la solidaridad y empatía asociada a la bondad y a la lucha contra los sentimientos tribales, agresivos y excluyentes que predominan en la sociedad actual.
Como persona, tiendo a socializarme, es decir comunicarme con los demás. Para ello empleo la capacidad de razonar e intento sacar provecho de mis experiencias y de las posibilidades que da el tratar de avanzar en el conocimiento. Pero sin duda, nada de esto confiere acierto ya que uno puede estar equivocado.
Para mí el sufrimiento humano evitable es una de las preocupaciones mayores que ocupan mi pensamiento. Sin entrar en profundidades entiendo el sufrimiento como el dolor físico o angustia emocional, social o espiritual que lleva a una persona a sentirse triste, asustada, deprimida, ansiosa, vulnerable o sola. Algunos hablan de cinco causas del sufrimiento consciente emocional que serían, el dolor, el temor o la preocupación, la frustración, la sumisión y el "no poder hacer" (incapacidad). Por lo contrario la alegría sería el sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores y en ocasiones expresan fragmentos de eso que llamamos felicidad. La vida es dura pero para algunos es mucho más dura que para otros.
Pienso en el sufrimiento por causas sociales, económicas o ideológicas y me viene a la mente el sentimiento de dolor que tendrían los familiares de los asesinados salvajemente el 7 de octubre de 2023 en Israel por un grupo armado terrorista.
También aparecen en mi mente miles de imágenes de los crímenes perpetrados sobre niños, mujeres e inocentes por parte de las fuerzas israelíes comandadas por Netanyahu. Termino de escribir este párrafo y leo una carta en un periódico titulada, Papá. La transcribo:
Papá
Nunca imaginé que palabras tan simples pudiesen despertar emociones tan profundas. Aún recuerdo la primera vez que escuché: “Estoy embarazada”. La función no había hecho más que empezar, a esas palabras le siguieron otras como: “Pon la mano en mi barriga, eso que sientes son pataditas”. Aunque más emocionante aún fue oír: “Creo que ya viene”. Pronto llega una palabra que te hace sentir el ser más afortunado del mundo: “Papá”. Piensas que no puede existir nada que te haga sentir mejor, pero un día, al llegar del trabajo, salta sobre ti gritando: “¡Papááá!”. Y cuando crees que no puedes sentir algo más intenso, de repente un día te dice: “¡Te quiero, papá!”. Aunque a veces esa misma palabra te puede hacer sentir algo diferente… como un “papá” entre sollozos, cuando les duele algo, cuando no comprenden qué está pasando o cuando sienten que algo no es justo, sobre todo si lo acompañan de una mirada inocente, perdida o de perplejidad por no entender la realidad. Pero por más que lo intento no puedo imaginar qué ha sentido ese padre palestino al escuchar a su hijo, atrapado bajo los escombros de su casa en Gaza, gritándole: “Papá, estoy vivo, sácame de aquí”, repitiéndolo una y otra vez hasta que al final su voz se apagó.
Escrita por Damián López López. Cañada Rosal (Sevilla) (Carta a la directora de El País. 6/6/2025)
Como veis parece que estoy reiterando otra vez ya que estos son temas que comenté en editoriales anteriores. Vuelvo a plantearme la maldad, la insensibilidad hacia el dolor ajeno, el predominio de las ideologías excluyentes, supremacistas y de tendencias totalitarias como causas importantes de estos males.
Ahora me sorprenden dos cuestiones. La primera, que día a día todos los países del mundo y sus gobiernos y organizaciones observan la destrucción cotidiana de Palestina, de su población, de sus casas, de sus hospitales, de sus periodistas, de sus gentes, la mayoría niños e indefensos. Estas matanzas colectivas están realizadas por los descendientes de los que sufrieron en otros tiempos persecuciones y atrocidades similares. Y nadie en el mundo, sobre todo los poderosos, no hacen nada por impedir esta inhumana y terrible acción.
La segunda cuestión que me sobrecoge, es que gran parte de la ciudadanía israelí al parecer según algunos estudios, apoya esta política de limpieza étnica, castigo indiscriminado y apropiación de territorios en esa zona tan históricamente emblemática del mundo. ¿Será que la maldad humana es más fuerte que la bondad?; ¿Será que los sapiens están condenados a sufrir amnesia histórica cíclica y recurrente?; ¿Será que los contenidos en valores que hoy se expanden son muy sutiles pero poderosos que llegan a cambiar las sociedades?; ¿Qué papel juegan hoy las redes sociales para que algunos impongan en la opinión pública valores retrógrados, insolidarios o belicistas?.
Como veis he pasado al tema de las redes sociales dado que pienso que determinadas ideologías las usan como una arma de destrucción masiva. A través de estas se inoculan en la población valores agresivos, sectarios y que llevan a la humanidad a repetir épocas históricas que creíamos ya superadas. En multitud de ocasiones no somos conscientes de la utilización que están haciendo sobre nosotros para conducirnos a fortalecer sus objetivos belicistas, egoístas y destructivos. Nos utilizan a través de algoritmos y entramos sin darnos cuenta a reproducir y ser vehículos de contenidos que si reflexionásemos antes, jamás daríamos a la tecla de “reenviar”.
Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, TikTok, WhatsApp, WeChat, Tumblr, Snapchat…y otras más nos permiten comunicarnos y favorecen nuestro avance en el conocimiento, pero también y sin duda son un producto para la alienación y transmisión de contenidos tóxicos y peligrosos para la convivencia civilizada y pacífica. El uso de estas redes lo hemos visto ya en política, empleadas para favorecer sobre todo a las fuerzas de los poderosos, de los populistas y anti demócratas.
Como sabéis, las redes sociales son sitios web y aplicaciones que permiten el intercambio de información entre usuarios. Estas plataformas se centran en ofrecer distintas modalidades de contenido audiovisual con diversas finalidades. Pero hoy además, como es conocido por todos, se utiliza para “sustituir” la información veraz, profesional y contrastada y crear unas corrientes de opinión muy parciales y orientadas a determinados fines. Pero además de esto, nos hacen totalmente vulnerables a ser espiados y controlados por el grupo de poderosos que son propietarios de estos sistemas. Estos grupos a veces son plutócratas y otras veces son determinados estados que emplean estos métodos para perseguir y discriminar a los ciudadanos.
Las redes sociales no solo han cambiado la forma de interactuar con nuestros amigos, de informarnos o de pasar el tiempo libre; también han modificado nuestro lenguaje, introduciendo nuevos anglicismos a nuestro vocabulario. Algunos de estos ejemplos son: like, feed, chat, password, pin, post, hashtag, off topic, selfie, fan…
Además de incorporar anglicismos se han introducido nuevos conceptos asociados a las redes sociales que no existían antes. Uno de estos es el “miedo a perderse algo” o MAPA que proviene del inglés fear of missing out (FOMO). El uso de las redes sociales se ve favorecido por este miedo a no estar al día, conocer las últimas novedades acerca de un famoso, una serie, una tendencia de moda o la última hora en noticias políticas sean estas verdaderas o falsas. Pero quizás lo más peligroso desde el punto de vista social es la facilidad para transmitir mensajes y contenidos falsos pero de fuerte contenido político e ideológico que llegan a influir en gobiernos, elecciones o sirven de tapadera a guerras y a las consecuencias de estas. El otro gran peligro que entrañan las redes es la posibilidad de control y de espionaje que ejercen los poderosos sobre la ciudadanía.
También a través de estas se impulsa el narcisismo digital o búsqueda excesiva de un yo idealizado a través de likes, visitas, mensajes o comentarios de otros usuarios.
Como dice la psiquiatra Rosa Molina:
“Las redes sociales son el escaparate que muestra nuestras vidas.”
Una de las formas en que las redes actúan en nosotros es mediante el estímulo cerebral mediado por neurotransmisores, destacándose sobre todo la dopamina.
La dopamina es el principal neurotransmisor del placer. Si nos acostumbramos a conseguirla fácilmente a través del móvil/celular u otros dispositivos, puede llegar a ser muy problemático.
Nuestra relación con las redes sociales es similar a la de una adicción. Las redes actúan sobre nuestras regiones cerebrales más primitivas: las del sistema de recompensa y mediadas por los neurotransmisores del placer, entre los que sobresale la dopamina.
Ahora también quiero resaltar que todo esto no es solo dopamina, sino que hay un sin fin de factores que operan para "manejarnos" desde las redes.
El problema es que, mientras estamos hipnotizados por las redes sociales, dejamos de implicarnos en otras tareas, renunciamos a otras cosas, formamos grupos que elegimos o nos eligen para mediatizarnos en la política o en posiciones de disputa en la sociedad.
Pero en nuestra vida diaria y cotidiana, de forma resumida podemos decir que tenemos dos frentes. Uno, el personal, íntimo y que atañe a los problemas de relación familiar, de enfermedades, de trabajo, de pareja, etcétera y por otro lado los problemas más "externos" como son los derivados de la política, de la sociedad y de la propia historia en la que estamos inmersos. Muchas veces estos diferentes frentes están interactuando entre sí.
Volviendo al tema de hoy, y aunque yo te envíe este artículo por redes sociales, ten precaución extrema con ellas ya que estas son las herramientas más poderosas de las que dispone el sistema para perpetuarse y conseguir sus fines que precisamente no son la igualdad, la paz, la solidaridad y el respeto al que es o piensa diferente.
Para terminar, vuelve la reiteración. No olvidéis que los poderosos del mundo, los mayores plutócratas, no quieren tu bienestar ni que avances en el conocimiento, solo quieren que seas un objetivo de las grandes empresas y de los intereses que dominan el mundo. Estos poderosos sin duda que no suelen dar la cara pero usan a unos malvados representantes de sus intereses como son Trump, Putin, Xi Jinping, Netanyahu, Orban, Milei y un listado largo de sátrapas en todos los continentes. Muchos de estos individuos producen risa y vergüenza ajena pero eso no nos debe hacer olvidar lo peligrosos que son.
Terminando de escribir este editorial leo sobre la espiral de violencia desencadenada por la política de Trump que parece considerar que todos los latinos son delincuentes a perseguir, encarcelar o expulsar y suma también un desafío constitucional y legal ante la falta de respeto que demuestra al demócrata gobernador de California. Con Trump se está acorralando al estado de derecho pero ya no sorprende sino que horroriza.
En lo más cercano y siendo consciente de la multitud de problemas pendientes en la sociedad española, siento también cierto desasosiego al observar en manos de quiénes estamos. Sánchez, Ayuso, Abascal, Alvise, Feijó y los representantes de una izquierda postmoderna e identitaria que están enzarzados en sus rencillas cotidianas mientras la ciudadania les pide soluciones en el tema de la vivienda, de la salud y de la educación entre otros asuntos de gran interés. El bochornoso desencuentro en la reunión de los presidentes de las comunidades autónomas de la semana pasada ha sido un claro ejemplo de lo alejado que están de las necesidades y deseos de la gente. Tengo a pesar de todo esperanzas en el surgimiento de nuevas expresiones organizativas en la política que hagan renacer las ilusiones de la ciudadanía.
Para terminar me gustaría desear que mis reiteraciones no hagan crecer la indiferencia.
Para cambiar a otro sentido de la la palabra“reiteración” me paso al significado literario de la palabra reiteración o anáfora con un ejemplo hermoso de reiteración que todos conocéis. Se trata de un fragmento poético de Miguel Hernández:
Temprano levantó la muerte el vuelo
Temprano madrugó la madrugada
Temprano estás rondando por el suelo
No perdono a la muerte enamorada
No perdono a la vida desatenta
No perdono a la tierra ni a la nada.
A la vista de este fragmento poético podemos concluir que no siempre la “reiteración” tiene un uso negativo.
Bueno amigos, espero que estéis bien. Cuidaos mucho y perdonad aunque sea por esta vez, las “reiteraciones”, ya que en ocasiones, tales son las cosas que pasan en este mundo, que mi idea de la justicia y de la solidaridad me lleva a comunicarme con los demás para expresar el dolor y la preocupación que la realidad actual nos depara. Hasta la próxima.
Os invito a leer Sinapsis con los artículos siguientes distribuidos en nueve apartados. Si el contenido de la revista os parece adecuado podéis compartirlo a su vez con vuestros amigos o contactos.
Sinapsis
1) Editorial. La reiteración,¿estimula la indiferencia?. JHP
2) ¿Genocidio en Gaza?. Opinión del israelí O. Bartov
3) Libros: "Libre" de Lea Ypi
4) Cosa de hombres. A. Muñoz Molina
5) "No es de noche aún pero está oscureciendo". W. Gallardo
6) "Más libertad, más control". L. Padura
7) Salud y sociedad. Divulgación (dos artículos).J. Mouzo/ F. Soriguer
8) Universalismo. Israel-Palestina. Entrevista a Omri Boehm
9) Más sobre la obra de Vargas Llosa. C. Domínguez Michael
Comparto también con vosotros estas imágenes sugerentes y estas piezas musicales para escuchar mientras leemos Sinapsis.
Indiferencia. Obra de Antonio Capel
Viñeta de El Roto que expresa la locura de nuestro presente
Tres piezas musicales separadas por décadas y por estilos que seguramente estimularán distintas zonas de nuestro cerebro y nos evocarán sentimientos diferentes
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