Relatos cortos, Cine, Columnas y Exposiciones.
I) A continuación dos relatos cortos. El primero de Elsa Bueno Gaona y el segundo de Carlos Bustamante.
A) Relato de Elsa Bueno Gaona
¿CÓMO SE LLAMA LA PELÍCULA?
ᴇᴍᴘᴇᴢᴀᴍᴏꜱ ᴄᴏᴍᴏ ꜱɪ ɴᴀᴅᴀ, ᴇɴᴛʀᴇɢᴀɴᴅᴏɴᴏꜱ ᴜɴ ᴘᴏᴄᴏ ᴄᴏɴ ᴄᴀᴅᴀ ᴘᴀʟᴀʙʀᴀ.
ᴘᴇᴅᴀᴢᴏꜱ ᴅᴇ ɴᴏꜱᴏᴛʀᴏꜱ ᴄᴏᴍᴘᴀʀᴛɪᴅᴏꜱ ᴀ ʀᴀᴛᴏꜱ Qᴜᴇ ᴄᴏʙʀᴀʀᴏɴ ꜱᴇɴᴛɪᴅᴏ ᴇʟ ᴅɪᴀ Qᴜᴇ, ᴀʟ ᴛᴇɴᴇʀɴᴏꜱ ᴇɴꜰʀᴇɴᴛᴇ, ꜱᴇ ᴇꜱᴛʀᴇɴÓ ᴜɴ ᴛʀᴏᴢᴏ ᴅᴇ ᴠɪᴅᴀ ꜱᴜʙɪᴇɴᴅᴏ ᴇʟ ᴛᴇʟÓɴ.
ꜰʟᴇᴄʜᴀᴢᴏ ᴘᴀɢᴀɴᴏ ᴇɴ ᴠᴇɴᴀ, ʟᴀᴛɪᴅᴏꜱ ᴘʀᴇᴍᴀᴛᴜʀᴏꜱ ɴᴀᴄɪᴅᴏꜱ ꜱɪɴ ᴛᴏɴ ɴɪ ꜱᴏɴ Qᴜᴇʀɪᴇɴᴅᴏ ʀᴇꜱᴘɪʀᴀʀ ꜱɪɴ ᴛᴇɴᴇʀ ꜱɪQᴜɪᴇʀᴀ ᴍᴇᴅɪᴏ ᴘᴜʟᴍÓɴ.
ᴘʀᴇᴄɪᴘɪᴛᴀᴅᴏꜱ ʙᴇꜱᴏꜱ ᴀ ʙᴏᴄᴀ ʟʟᴇɴᴀ, ɴᴜɴᴄᴀ ꜱᴜᴘɪᴇʀᴏɴ ᴍᴇᴊᴏʀ; ᴍᴀʀɪᴘᴏꜱᴀꜱ ᴅᴇ ᴀʟᴀꜱ ɪɴᴍᴇɴꜱᴀꜱ ɴᴜʙʟᴀʀᴏɴ ᴇᴍᴏᴄɪᴏɴᴇꜱ Qᴜᴇ ɴᴏ ᴇɴᴛᴇɴᴅÍᴀ ɴɪ ʏᴏ.
ʟᴏꜱ ᴍᴀʟᴏꜱ ʜᴀᴄᴇɴ ꜱᴜ ᴀᴘᴀʀɪᴄɪÓɴ:
ᴛʀɪꜱᴛᴇᴢᴀ ᴀʜᴏɢᴀɴᴅᴏ ᴛᴜꜱ ʟᴜᴄᴇꜱ ɪɴᴛᴇʀᴍɪᴛᴇɴᴛᴇꜱ, ᴄᴀʀᴇɴᴛᴇꜱ ᴅᴇ ᴄᴏʟᴏʀ; ᴅᴇꜱɪᴅɪᴀ ꜱᴇᴄᴜᴇꜱᴛʀᴀɴᴅᴏ
ʟᴏ ᴄᴀꜱɪ ɴᴜᴇꜱᴛʀᴏ ꜱɪɴ ɴɪɴɢÚɴ ᴍɪʀᴀᴍɪᴇɴᴛᴏ ᴏ ᴘᴜᴅᴏʀ.
ʟᴀꜱ ᴍᴀɴᴏꜱ ᴄᴀᴇɴ ꜱɪɴ ɪɴᴏᴄᴇɴᴄɪᴀ ɴɪ ᴘʀᴇꜱᴜɴᴄɪÓɴ ʟʟᴇɴᴀɴᴅᴏ ᴅᴇ ᴀÑɪᴄᴏꜱ ᴇʟ ꜱᴜᴇʟᴏ ʏ, ᴇɴᴛʀᴇ ʟᴇᴊᴏꜱ ʏ ᴄᴇʀᴄᴀ, ᴀʜᴏʀᴀ ᴍᴇ ᴀʜᴏɢᴏ ʏᴏ.
ᴀᴍᴏʀᴇꜱ ᴇɴ ᴍɪᴄʀᴏᴅᴏꜱɪꜱ, ꜱɪʟᴇɴᴄɪᴏꜱ ᴇᴄʟɪᴘꜱᴀɴᴅᴏ ᴇʟ ꜱᴏʟ.
ᴇɴ ᴇꜱᴛᴀ ᴏʙʀᴀ ᴅᴇ ᴅɪꜱᴛᴀɴᴄɪᴀꜱ ʟᴀ ᴇꜱᴄᴀʀᴄʜᴀ ɴᴏꜱ ɢᴀɴÓ.
Qᴜᴇᴅᴀ ʟᴀ ᴘʟᴀᴛᴇᴀ ᴇɴᴍᴜᴅᴇᴄɪᴅᴀ.
Qᴜɪᴇʀᴏ ᴀʙʀᴀᴢᴀʀᴛᴇ ᴀ ᴛᴏᴅᴏ ʟᴏ Qᴜᴇ ᴅᴀɴ ᴍɪꜱ ʙʀᴀᴢᴏꜱ ʏ ꜱÓʟᴏ ꜱᴇ ᴏʏᴇ ᴍɪ ᴠᴏᴢ.
ɴᴏ ᴘɪᴇɴꜱᴏ ʟᴏ Qᴜᴇ ᴅɪɢᴏ, ᴍᴇ ꜱᴀʟᴛᴏ ᴇʟ ɢᴜɪÓɴ; ᴀʟɢᴜɪᴇɴ ᴍᴇ ʜᴀᴄᴇ ꜱᴇÑᴀꜱ ᴘᴀʀᴀ Qᴜᴇ ᴄᴀʟʟᴇ ᴘᴇʀᴏ ꜱᴀʟᴇ ᴅᴇ ᴍɪ ʙᴏᴄᴀ ᴜɴ ᴄᴏʀᴀᴢÓɴ ꜱɪɴ ᴍᴀQᴜɪʟʟᴀʀ ʏ ɴᴏ ᴍᴇ ɪᴍᴘᴏʀᴛᴀ, ʏᴀ ɴᴏ.
ᴍᴇ ᴠᴀᴄÍᴏ ᴇɴ ʟᴀ ᴇꜱᴄᴇɴᴀ ꜰɪɴᴀʟ.
ᴛᴇ ꜰᴀʟᴛÓ ᴠᴀʟᴇɴᴛÍᴀ ᴀᴍᴏʀ, ᴅᴀʀ ʟᴀ ᴄᴀʀᴀ; ᴛᴇ ꜰᴀʟᴛÓ ꜱᴀʙᴇʀ ᴅᴇᴄɪʀᴍᴇ: ᴀʜᴏʀᴀ ɴᴏ.
ᴄᴀᴇ ᴇʟ ᴛᴇʟÓɴ.(ebg)
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B) Relato de Carlos Bustamante
Una tarde
Modificando un poco un párrafo de un poema de F. Pessoa diría:
Tenemos, quienes vivimos,
una vida que es vivida
y otra que es soñada,
y la única en que existimos
es la que está hecha
de la real y de la imaginada.
Me sentía con un predominio de la vida real y no de la soñada. Busqué consuelo en Rilke, León Felipe, Margarit, Keats, Rimbaud, Pessoa y Emily Dickinson y ninguno de ellos me atenuó o tradujo los sentimientos que tenía ante la sensación de fracaso en los objetivos más anhelados de mi existencia. Quizás no elegí a los poetas adecuados para ese momento. Departí con mis mejores amigos pero tras una leve mejoría recaí sin freno. Solo sentía agotamiento, impotencia y sensación de derrota vital. Ni siquiera la química ingerida me sacaba del túnel hasta que aquello ocurrió.
Quizás fue la suma de la luz intensa de esa tarde junto al mar o la música que activaba el cerebro y liberaba endorfinas o simplemente el ver y sentir la sonrisa de ella impregnada de afecto lo que me liberó de aquella cárcel. Caminamos tomados de la mano casi sin hablar y mirando al horizonte. Recuperé mis fuerzas y tuve coraje para aceptar la realidad y mirar al futuro. Comprendí que aún poniendo lo emocional, lo intelectual y sobre todo el cariño, no se consiguen momentos de felicidad y ésta solo aparece a veces por azar o por otros misteriosos caminos. Nuestro cerebro es caprichoso, anárquico y no entiende solo de razones. Me gustaría tener más tardes como esta. ¿O quizás fue solo efecto de su compañía?.
Carlos Bustamante
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II) Cine japonés: Plan 75
Título original
Plan 75
Año 2022
País: Japón
Dirección: Chie Hayakawa. Género: Drama | Vejez / Madurez. Distopía
Sinopsis
En Japón, en un futuro cercano, el envejecimiento de la población se acelera. El gobierno estima que, a partir de cierta edad, los mayores se convierten en una carga inútil para la sociedad e implementa el “Plan 75”. Dicho programa propone a los ancianos un acompañamiento logístico y financiero para poner fin a su vida.
Es un filme sobrio, delicado y profundo. Bien realizado e interpretado. Se plasma en él el desgarro generacional que sienten los ancianos en un mundo donde son observados como una rémora a los planes económicos de la sociedad capitalista neoliberal. Pareciera que es una exageración o solo una distopía más, pero debemos recordar que solo hace diez años el ministro japonés de finanzas de entonces, Taro Aso, declaró a la sociedad y pidió a los ancianos que “se den prisa en morir” para evitar un gasto innecesario al estado derivados de la asistencia médica.
Algo putrefacto late en la sociedad cuando ocurren estas cosas. Esta película invita a reflexionar sobre el tema.
Nido vacío
- El País
- LUZ SÁNCHEZ-MELLADO
He tardado 25 años, 11 meses y 18 días en escribir estas líneas. Empecé a las seis de la mañana de un jueves de mayo, cuando, varada en la cama con un tripón de nueve meses, me despertaron unas contracciones que amenazaban parto. Aun así, presa de lo que unos llaman síndrome del nido y yo llamo puto amor propio, me emperré en dejarme el bigote y las axilas depilados por si luego no tenía tiempo. Hice bien, porque, después de alumbrar a pelo a mi lechona, dado que la sanidad pública no sufragaba la anestesia y las pobretonas paríamos con dolor, como Dios manda, vinieron los únicos tres meses de mi vida en los que dejé de morderme las uñas, porque ni me acordaba de tenerlas. Tuve después su poquito de depresión posparto, sustituida por una euforia de enamorada en cuanto mi cría me dejó dormir seis horas seguidas. Qué voy a contar del siguiente cuarto de siglo que no sepa cualquier madre de vecino. Las alegrías, las penas, los días en vilo, las noches en vela, el querer a alguien más que a una misma. Los ya te lo dije, la ingesta de tus palabras, la culpa, culpita, culpa por estar, por no haber estado, por decir, por no haber dicho. Las fracturas de lengua de tanto mordérterla ante sus errores y las caídas de baba ante sus aciertos. Hasta aquí hemos llegado. Dicen los beatos, y los endocrinos, que Dios, o las hormonas, hacen que se te olviden los dolores del parto, porque, si no, nos extinguiríamos. Pero poco se ha escrito sobre la aflicción cuando los polluelos dejan el nido. Quizá por eso, para poner las cosas en perspectiva, quiso la providencia y mi proverbial torpeza que el otro día me rompiera la crisma y casi no lo contara. Así que aquí me hallo, entre costurones y diazepanes, relativizando. Mañana, mi cría coge un AVE y vuela sola. Se va a poner epidurales a las parturientas y a ayudar a nacer, vivir y morir sin dolor al prójimo. Que sí, que vale. Que no se acaba el mundo, que es ley de vida. Pues me cago yo en la ley de vida. Qué mal lo llevo.
Degradación
Manuel VicentExcelente exposición donde se reúnen múltiples esculturas del genio malagueño.
Picasso escultor. Materia y cuerpo es la primera gran exposición en España dedicada a esta faceta picassiana. La selección de obras quiere subrayar el papel central que tuvo para el artista malagueño la representación del cuerpo humano entendido como totalidad y también como fragmento.
Al igual que en el resto de su producción artística, la escultura de Picasso se distingue por la innovación y el uso de técnicas y materiales poco ortodoxos. El desarrollo de su obra se entiende como una alternancia entre el modelado y la construcción, bien en hierro soldado, en madera o chapa de metal, incorporando el vacío como un nuevo elemento que fue crucial para la escultura moderna.
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Exposición en el Centro Pompidou de Málaga
"Un tiempo propio"
Distribuido en seis capítulos, el recorrido ha sido diseñado de forma progresiva con el fin de ofrecer al espectador una verdadera experiencia, planteada desde una visión literal del tiempo propio (el tiempo del ocio y las vacaciones) hasta acercamientos más íntimos, oníricos y sensoriales. A través de la presentación de una muestra alegre y ligera, se trata de proponer, lejos de cualquier univocidad, vías de reflexión evocadas por obras polisémicas. El tiempo interior y personal es flexible, fluido y cambiante, en radical oposición al tiempo medido e impuesto que define nuestra cotidianidad. Para ilustrar la confrontación entre tiempo aritmético y tiempo íntimo, se han seleccionado un conjunto de obras, consideradas como auténticos testigos del tiempo, que hacen contrapeso a las visiones abiertas y cambiantes desplegadas en las diferentes secciones.
Es para mí, la mejor exposición que he visto en este Centro Pompidou de Málaga. Muy sugerente. Aconsejo visitarla con audio guías y/o visita guiada.
Sanamente os envidio de tener tantos espacios CULTURALES
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