Según la ponerología y la patocracia, ¿qué es Trump?. C. Bustamante

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La ponerología y la patocracia actual

Trump y sus amigos

Por Carlos Bustamante


                                                            Portada del libro de A. Lobaczewski sobre Ponerología

Aunque en el análisis de los cambios de ciclos en la historia de la humanidad, los estudios basados en la importancia de los factores socio-económicos, tecnológicos y con las herramientas del materialismo histórico son capitales, ahora desviaremos temporalmente la atención hacia otros conceptos u otras miradas  como la patocracia o la ponerología.


Personalmente pienso que el enfoque del materialismo histórico es uno de los más apropiados para entender los cambios históricos. Sin embargo hay personajes que surgen como consecuencia o aupados por situaciones socio-económicas o estructurales e imprimen ciertas características peculiares a los tiempos en los que actúan. Si además esos "personajes" tienen características psicopatológicas particulares, la influencia en esos periodos históricos son llamativas. Entre otros muchos podríamos citar a Hitler, Stalin y una larga lista a través de los tiempos. 

A pesar de este comentario creo que también es enriquecedor estudiar otros enfoques de la historia. Por ello, de forma superficial, comentaré  lo de la ponerología y la patocracia.


Patocracia (del griego πάθος, pasión, exceso, catástrofe, pasividad, sufrimiento, sujeción), es un término acuñado por el psiquiatra polaco Andrzej Łobaczewski, quien estudió cómo los psicópatas o personas con trastornos de la personalidad, influyen en el avance de la injusticia social y cómo abren el camino al poder. Lobaczewski también acuñó el término ponerología, y lo entiende como el estudio interdisciplinario de las causas de los períodos de injusticia social, donde el psicópata o la patología de la personalidad son un factor clave. Esta caracterización utiliza datos de psicología, sociología, filosofía e historia para abordar fenómenos como las guerras, la depuración étnica, el democidio, el genocidio y el terrorismo entre otras temáticas.


Aquí aparece también un término nuevo o poco empleado como es el caso de democidio.

Democidio es una palabra creada por el investigador político R.J. Rummel  con la intención de crear un concepto más amplio que la definición legal de genocidio. El democidio se define como «el asesinato de cualquier persona o personas por parte de un gobierno, incluyendo genocidio, asesinatos políticos y asesinatos masivos».

Según Rummel, genocidio tiene también otros significados diferentes. Su uso más común corresponde con el asesinato, por parte de un gobierno, a una población por razones como su nacionalidad, etnia o religión. El significado legal de genocidio se refiere al tratado internacional, la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio. Éste incluye también decisiones no letales que tengan como conclusión la eliminación del grupo, tales como impedir los nacimientos en ese grupo de personas o forzar a que los hijos sean transferidos a otro grupo social entre otras acciones.

La Ponerología, es una disciplina que se ocupa y se  centra en el “estudio del mal”. El término proviene del griego poneros (el mal). El psiquiatra polaco Andrzej Łobaczewski, -1921-2007- que ya cité, introdujo el término Ponerología. Se refiere a el como una investigación interdisciplinaria de las causas de períodos de injusticia social. Esta disciplina hace uso de datos de distintas materias para explicar tales fenómenos como la guerra de agresión, la limpieza étnica, el genocidio y los estados policiales entre otros temas.  Lobaczewski piensa que la raíz de la moral social saludable está contenida en la infraestructura instintiva congénita en la inmensa mayoría de la población. Afirma que el mal tiende a disfrazarse e instalarse en el poder (patocracia).

Un patócrata es una persona que ejerce el poder de manera patológica, es decir, con características de personalidad o comportamiento que pueden ser perjudiciales para el bienestar de la sociedad. El mal o la maldad son una condición negativa atribuida al ser humano que indica la ausencia de moral, bondad, caridad o afecto natural por su entorno y quienes le rodean. Actuar  con maldad también implica contravenir deliberadamente los códigos de conducta, moral o comportamientos correctos en un grupo social.

Algunas definiciones indican que la maldad es el término que señala la falta de benevolencia que debe tener un ser según su naturaleza o destino. De esta manera, el mal sería la característica de quien tiene una carencia, o de quien actúa fuera de un orden ético, convirtiéndose, en consecuencia, en alguien o algo malo.

Según Steve Taylor, profesor titular de psicología en la Universidad Leeds Beckett, Reino Unido expone que el psicólogo polaco Lobaczewski desarrolló el concepto de “patocracia” después de vivir bajo la ocupación nazi y soviética. La patocracia se refiere a situaciones en las que individuos con trastornos de personalidad, especialmente psicopatía, ocupan posiciones de poder.

Esta pequeña minoría muchas veces ha detentado el poder y ha logrado ordenar o influir en la mayoría para que cometa atrocidades en su nombre. Estos líderes carecen de empatía y explotan a otros para satisfacer su sed de poder, su ego o sus intereses.


Pero la patocracia no se trata sólo de individuos. Los líderes patológicos siempre atraen a otras personas con trastornos de personalidad similares, que aprovechan la oportunidad para ganar influencia o beneficiar a sus intereses económicos o de clase. En una patocracia, al mismo tiempo, las personas morales, empáticas y justas van desapareciendo gradualmente. O son condenados al ostracismo o se hacen a un lado voluntariamente, consternados por la creciente presión que los rodea. Como resultado, con el tiempo las patocracias tienden a arraigarse y volverse extremas.

En opinión del autor, no se debería permitir que el tipo de personas que más desean el poder (los más despiadados y no empáticos) alcancen posiciones de autoridad. Según él, idealmente, todos los líderes potenciales (o miembros de un gobierno) deberían ser evaluados rigurosamente por psicólogos para determinar sus niveles de empatía, narcisismo o psicopatía y, por tanto, determinar su idoneidad para el poder. Pero esto suena a algo imposible de realizar.


El mal para la ética es una condición negativa atribuida al ser humano que indica la ausencia de principios morales, bondad, caridad o afecto natural por el entorno y los entes que figuran en él. Actuar con maldad, para la sociología implica contravenir deliberadamente los códigos de conducta, moral o comportamientos oficialmente correctos u ortodoxos en un grupo social.

La cuestión filosófica sobre la naturaleza del mal depende de si la moralidad es absoluta, relativa o ilusoria. Entre los problemas que la existencia del mal ha planteado todos los tiempos. Uno es de mayor importancia: la cuestión de lo que es el mal o la maldad y por qué existe, así como su concepto antagónico, el bien o bondad. Sócrates, -470-399 a C- en su estudio del intelectualismo moral, identifica el mal con la ignorancia.

En la teoría platónica, el mal es aquello en lo que no participa de ninguna manera la idea del bien. Platón -427-348 a.C- entiende que como las ideas son perfectas y positivas, todo lo malo es  imperfecto y exclusivo del mundo sensible.

Jean Jacques  Rousseau, escritor, pedagogo y filósofo,  – 1712-1778- afirmaba que “el hombre es bueno por naturaleza, no hacer el bien ya es un mal muy grande”.

Pero otros pensadores como Friedrich Nietzsche, piensan diferente. En su  obra: “Más allá del bien y el Mal”,  publicada en 1886, sostiene que hay que superar la moral judeocristiana y los filósofos del futuro deben transmitir sus valores creándose otros más propios y fundados en la voluntad de poder, el vitalismo dionisiaco, la imaginación y la autoafirmación, negando una moral universal y por tanto un mal único para todos los seres humanos.

Enfrentando las utopías políticas del renacimiento, el político, Nicolás Maquiavelo, -1469-1527-,   presupone que la malignidad humana es ineludible y no pueda ser erradicada: lo único que se  puede hacer es cultivar una “virtú” que permita una audaz política del mal menor por medio de la llamada razón de Estado.

Todas las culturas poseen una serie de “creencias naturales” sobre qué cosas son malvadas. Las maldades naturales generalmente incluyen la muerte accidental, las enfermedades y otras desgracias. Mientras que las maldades morales circunscriben la violencia, la traición y otros comportamientos destructivos hacia otros.

En una patocracia y siguiendo conceptos ponerológicos, en una sociedad de este tipo se suelen observar los siguientes hechos o comportamientos.


  • Desigualdad extrema entre los más ricos y los más pobres.
  • Medios controlados, concentrados, sesgados y/o dominados por la propaganda y las “fake news”
  • Corrupción extendida.
  • Empobrecimiento del arte y la cultura en general.
  • El empeoramiento de los valores morales, en el que en una estructura social está basada en el interés propio más que en el altruismo.
  • Ideología fanática; a menudo es una forma corrupta de una ideología válida viable que se pervierte en una forma patológica, que se parece poco a la esencia del original.
  • Intolerancia y sospecha de cualquier persona que sea diferente o que no esté de acuerdo con el estado.
  • Actividades encubiertas dentro del gobierno, y vigilancia de la población en general. (En contraste, una sociedad saludable tendría procesos de gobierno transparentes y respeto por la privacidad de los ciudadanos individuales).
  • Gobierno por la fuerza o el miedo a la fuerza
  • Las personas se consideran como un "recurso" para ser explotado (de ahí el término "recursos humanos"), no como individuos con un valor humano intrínseco.
  • La vida espiritual está restringida a esquemas inflexibles y de adoctrinamiento. Cualquiera que intente ir más allá de estos límites es considerado hereje, demente o enemigo y por lo tanto peligroso.
  • Las divisiones arbitrarias de la población (clase, etnia, credo, nacionalidad) se acentúan y entran en  conflicto entre sí.
  • Supresión de la libertad de expresión - debate público, manifestación, protesta.
  • Violación de los derechos humanos básicos, tales como: restricción o negación de las necesidades básicas de la vida, como alimentos, agua, refugio; detención sin cargos; tortura y abuso; trabajo esclavo. Desaparición de la presunción de inocencia y persecución al diferente.
  • Dar predominio a un interés de clase u estatus socio-económico, racial o nacional.


Repasadas estas cuestiones observo la actualidad y encuentro que:


    En el país más poderoso del mundo, Estados Unidos (USA), gobierna un individuo, xenófobo, misógino, machista, ignorante, inculto, irrespetuoso, racista, delincuente, belicista, mentiroso, cambiante y sin valores éticos ni morales más que la defensa de su clase social y de un nacionalismo supremacista blanco. Para estos fines se rodea de colaboradores similares dentro y fuera de su país.

       Él y su gente persiguen a la gente por sus rasgos raciales. Los expulsa del país sin paso por la justicia, los envía a cárceles en países extranjeros sin ninguna protección de sus derechos y dignidad. Crea nuevas cárceles-campos de concentración rodeadas de caimanes como elemento disuasorio lo que  matiza además con lenguaje indigno y humillante. Ataca a las universidades, a la libertad de expresión y a los controles del poder judicial.

      Amenaza apoderarse de Canadá, Groenlandia, Panamá y de lo que haga falta.

     Ayuda a devastar Gaza y quiere después construir allí  un resort hotelero para afianzar sus negocios personales olvidando los miles de muertos y la destrucción que está sembrando junto a otro igual que él (Netanyahu). Humilla y abandona a Ucrania mientras tiene charlas de “colegas”con su amigo Putin, al mismo tiempo que amenaza al mundo con guerras comerciales arancelarias que hasta ahora solo han provocado problemas económicos y no solo a su país sino al resto del mundo.

     Impulsa y logra una ley que rebaja sustancialmente los impuestos a los ricos al mismo tiempo que rebaja los presupuestos para educación y sanidad. Abandona acuerdos e instituciones de la ONU y  los consensos en derecho internacional conseguidos por el mundo tras la Segunda Guerra Mundial; hostiga a todos los países europeos y consigue que algunos dirigentes de esos territorios, lo halaguen y cedan ante tantos despropósitos gubernamentales.


          Trump visitando la cárcel rodeada de caimanes llamada Alligator-Alcatraz

                      Deportados por Trump a El salvador (Sin participación judicial)


                         Netanyahu y Trump (quizás hablando como destruir Gaza)


                                        Algunas de las millares de ruinas en Gaza

     Hay frases pronunciadas por Trump que deja a la vista como es. Muchas de las afirmaciones hechas por él son falsas o las empleó para humillar a personas o colectivos:


“No quiero ser un gracioso ni un listillo, pero la Riviera de Oriente Medio... Esto podría ser maravilloso”

“La pena de muerte es una herramienta para disuadir los crímenes más atroces”

“Identificamos e impedimos que se enviaran 50 millones de dólares a Gaza para comprar preservativos para Hamás. ¿Y saben qué ha pasado con ellos? Los han utilizado como método para fabricar bombas”

“EEUU proporciona santuario y protección a delincuentes peligrosos, muchos de ellos procedentes de prisiones e instituciones psiquiátricas, que han entrado ilegalmente en nuestro país desde todo el mundo”

 “Vamos a cambiar el nombre de Golfo de México por el Golfo de América”

 Ordena la retirada de USA de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de las ayudas al desarrollo y protección de enfermedades de los países más pobres del mundo.

“Europa nos estafa. Durante décadas, nuestro país ha sido saqueado, violado y expoliado por naciones cercanas y lejanas”.

Este individuo y su vice presidente son colaboradores con el genocidio en Gaza a través del apoyo total al sanguinario Netanyahu. También bombardea a otros países y tiene nula influencia en Putin y en el conflicto de próximo oriente para su solución, mientras en su campaña electoral prometía resolver dichos conflictos en “horas” y no participar en hechos bélicos. La mentira y la desvergüenza son las armas de su accionar.

No cree en el cambio Climático y tiene una falta total de respeto por la naturaleza.

Me pregunto, ¿Trump es un patócrata según los conceptos de la ponerología?. La respuesta es un sí rotundo.

La cuestión a plantearse después, es qué hacer junto a millones de ciudadanos del mundo para frenar a este patócrata y a su círculo de colaboradores y afines. A debate!!

El análisis de los mecanismos o causas de los cambios en los ciclos históricos o la aparición de ciertos personajes en esos ciclos, puede hacerse desde distintas ópticas. Sean los análisis clásicos, materialistas o marxistas de la historia o también desde la mirada que en este escrito nos proponía  Lobaczewski, da igual en esta coyuntura internacional. Lo importante es construir una resistencia ciudadana y de líderes políticos nacionales e internacionales que frenen a esta tendencia liberticida e insolidaria que dirigen Trump y sus acólitos cercanos.


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