I) Cine y Libros. II) Artículo de P. Simón: "La nueva lucha de sexos"

En este artículo hablaremos de cine y de libros. Comenzamos por lo primero.


Cine


En el anterior Sinapsis había titulado al apartado de cine como "Cine sorpresa"y al de hoy podría haberle llamado del mismo modo, ya que también al ver la película "Reinas", sentí lo mismo.

No tenía casi referencias de este filme pero cuando en el ambiente semi oscuro de la sala comencé a visualizar esta película fui transportado a otro tiempo y a otra realidad. 

Filme muy entretenido y que te mantiene atento a las vicisitudes de dos niñas/adolescentes inmersas en un país en crisis, convulso, en las que además viven la desesperanza del presente y están convocadas a una migración familiar dolorosa para huir de esa realidad. El temor y las dudas dadas por el riesgo del  desarraigo familiar y el futuro incierto, están presentes en la película. Problemas humanos vividos a lo largo de la historia y a pesar de ser una temática repetida no deja de conmover. 


Esta película, al igual que la que comenté en el anterior número de Sinapsis, nos permite conocer un mundo tan hermanado al nuestro pero a veces tan distante, como son el de las sociedades hispanoamericanas. 


Reinas; La estrella azul; El olvido que seremos o 1976, entre otras nos pueden acercar y hacer conocer con más precisión a esas sociedades y a sus historias recientes. Si no las habéis visto os las recomiendo a todas ellas. JHP

Más abajo comparto una resumida ficha de esta película y opiniones de diferentes medios sobre la misma.



Cine: “Reinas”





Título original: Reinas

Año 2024

Duración 104 min.

País Perú 


Dirección

Klaudia Reynicke

Guion

Klaudia Reynicke, Diego Vega



Coproducción Perú-Suiza-España; Alva Film, Maretazo Cine, Inicia Films, Radio Télévision Suisse (RTS). Distribuidora: BTeam Pictures, Filmcoopi Zürich, Tondero Producciones

Género

Drama | Familia. Años 90. Adolescencia

Sinopsis

Perú, años 90. La situación política del país es muy convulsa con los militares controlando las calles. Dos hermanas adolescentes están a punto de abandonar el país para siempre cuando se reencuentran inesperadamente con un padre ausente. Para salir de Perú la madre necesita la autorización de él. El reencuentro amplificará y aliviará a la vez su dolor por el cambio inminente. (FILMAFFINITY)


Críticas


"Reynicke demuestra ser una directora ambiciosa que no duda en enfrentarse a una reconstrucción de época precisa y a un guion construido desde la más elemental emoción, pero sin limitarse a la comodidad de lo íntimo, de lo apenas apuntado." 

Luis Martínez: Diario El Mundo 


"Un retrato conmovedor (...) la mirada de Reynicke es amable hacia sus personajes (...) Hay un gran trabajo interpretativo en la pareja adulta (...) avanza sin prisas hasta encontrar la mirada conmovedora del espectador." 

Oti Rodríguez Marchante: Diario ABC 


"Tiene algo de autobiográfica esta maravillosa película (...) y se nota: un entramado así, tan auténtico hay que haberlo vivido en carne propia. Nada resulta impostado, gracias también a un elenco maravilloso. (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" 

Salvador Llopart: Diario La Vanguardia 


"Las reinas son las hermanas (...) A través de su mirada surge un precioso retrato de variados personajes y una tierna y profunda reflexión sobre ese momento complicado, sobre esa memoria política (...) Puntuación: ★★★½ (sobre 5)" 

Irene Crespo: Cinemanía 


"Excelente relato sobre la identidad y el desarraigo (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" 

Mariona Borrull: Fotogramas 


                                                             ***

Libro


Sinopsis de NEXUS


El esperado nuevo libro de Yuval Noah Harari, uno de los pensadores más innovadores, interesantes y clarividentes de la actualidad, y autor de Sapiens, el fenómeno literario global que ha cautivado a millones de lectores.


En Nexus, Harari contempla a la humanidad desde la amplia perspectiva de la historia para analizar cómo las redes de información han hecho y deshecho nuestro mundo. Durante los últimos 100.000 años, los sapiens hemos acumulado un enorme poder. Pero, a pesar de todos los descubrimientos, inventos y conquistas, ahora nos enfrentamos a una crisis existencial: el mundo está al borde del colapso ecológico, abunda la desinformación y nos precipitamos hacia la era de la I.A. Con todo el camino andando, ¿por qué somos una especie autodestructiva?


A partir de una fascinante variedad de ejemplos históricos, desde la Edad de Piedra, pasando por la Biblia, la caza de brujas de principios de la Edad Moderna, el estalinismo y el nazismo, hasta el resurgimiento del populismo en nuestros días, Harari nos ofrece un marco revelador para indagar en las complejas relaciones que existen entre información y verdad, burocracia y mitología, y sabiduría y poder.

Examina cómo diferentes sociedades y sistemas políticos han utilizado la información para lograr sus objetivos e imponer el orden, para bien y para mal. Y plantea las opciones urgentes a las que nos enfrentamos hoy en día, cuando la inteligencia no humana amenaza nuestra propia existencia.

La información no es el principio activo de la verdad; tampoco una simple arma. Nexus explora el esperanzador término medio entre estos extremos.

(Casa del Libro)



                                                                        ***


Artículo de Pablo Simón


La nueva lucha de sexos


PABLO SIMÓN  (Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid).


https://lectura.kioskoymas.com/article/281651080487138





La guerra de sexos ha vuelto a Occidente. Si se mira a las generaciones más jóvenes de nuestras democracias se constatará una clara división entre ellos y ellas. Los hombres jóvenes han girado hacia la (extrema) derecha, las mujeres, o no lo han hecho, o se han desplazado más a la izquierda. Que haya diferencias políticas entre sexos no es raro. En Estados Unidos esta división tiene mucho que ver con la identidad étnica: las mujeres afroamericanas están más movilizadas hacia los demócratas y los hombres blancos apuestan más por los republicanos. En Europa, por su parte, el cliché de las mujeres siguiendo las indicaciones del cura y el marido para votar a la derecha está más que olvidado. Por el contrario, que la izquierda apadrinara sus derechos reproductivos, las políticas de conciliación o las cuotas atrajo a muchas de ellas a esa orilla desde principios de siglo.


Ahora bien, tras la pandemia parece que esta diferencia ideológica por género no deja de aumentar. Se ha abierto una caja de Pandora. Además, este giro se dibuja como cualitativamente distinto a lo que pasaba antes, tanto por su intensidad como por sus posibles causas. Tal vez haya factores nacionales que atenúen o potencien esta brecha, pero seguro que también hay causas estructurales profundas y compartidas. Si no ¿por qué lo estamos viendo en todas las democracias occidentales? Además, esta ruptura entre los jórechazo venes ocurre en un contexto de realineamiento de los sistemas políticos nacionales: han cambiado los partidos y los temas sobre los que discutimos en todas nuestras democracias. ¿Cómo iba a impactar a las nuevas generaciones?


Cuando estudiábamos los agentes de socialización en la facultad hablábamos de la familia, de la escuela o del entorno laboral. Hoy tenemos que meter al algoritmo como si fuera uno más. El canal hace el mensaje y para las nuevas generaciones no sólo la política, también el consumo u ocio están inevitablemente mediados por internet. Sin embargo, ellos y ellas no lo usan para lo mismo. El centro Reina Sofía mostró que mientras que ellas usan internet para escuchar música o ver películas, ellos juegan más a videojuegos y recurren más al streaming. Sabemos que ellas son más lectoras y, además, que emplean las pantallas de modo diferente. Esto no es para nada irrelevante porque hoy las plazas públicas son los grupos de WhatsApp y los panfletos revolucionarios se propagan en TikTok.


Este cambio en cómo se socializan los jóvenes se acompaña del de su formación y estatus. De nuevo, las diferencias entre sexos son notables. Hoy, a nivel global, son las mujeres las que tienen mayor educación en Occidente. En el caso de nuestro país, el INE apunta que entre los 25 y los 29 años hay un 57,2% de universitarias frente a un 43,3% de equivalentes masculinos. Por el contrario, el abandono escolar es cinco puntos superior en ellos. La implicación es un fuerte desacople de expectativas y ex


Crece la diferencia ideológica entre mujeres y hombres porque el rechazo al feminismo los empuja hacia la derecha


periencias vitales entre sexos, incluso a la hora de relacionarse y emparejarse. Ellas, además, señalan identidades y orientaciones sexuales menos rígidas en las encuestas, algo que crece cada generación y más rápido entre chicas que chicos. Ambos factores rebajan las opciones del joven con una visión masculina tradicional.


Esto, además, se solapa con que las nuevas generaciones se han socializado en plena efervescencia del feminismo, lo que, necesariamente, les ha marcado. Este impacto va desde lo más político hasta lo más personal, y quizá sea causa y consecuencia de los cambios estructurales anteriores. En todo caso, para muchas de ellas el feminismo no sólo ha cambiado su concepción del mundo, también ha propulsado su interés por la política. Para algunos de ellos, por el contrario, se trata de un elemento de agresión. El Gobierno, la profesora y su compañera de clase se ponen el lazo morado. Esto implica que se vea al feminismo como un instrumento del establishment que coarta su comportamiento. Pero no solo eso. También se trata de algo que complica cómo relacionarse con las mujeres de su edad, además de apelar a realidades que no son evidentes cuando comparten pupitre. Hablar de la brecha de género y de las cuotas parece ciencia ficción a los 16 años. Por el contrario, sí se ve lo simbólico, sí se ve lo identitario.


Puestos todos estos factores en la coctelera tenemos una explicación parcial para esta brecha. Un hombre con una sensación de pérdida de estatus frente a unas mujeres con las que no sabe muy bien cómo relacionarse. Añádase que además la mayor parte de estas interacciones ocurren a través de redes, con una educación afectiva y sexual proscrita de las aulas. Incorpore que hoy se liga a través de internet, no en los bares, lo que carga sobre el avatar online el estatus que tienes ante tus pares. Ponga en la ecuación el rechazo a través de una pantalla. Sume un algoritmo que llevará al joven hasta el próximo influencer que refuerce sus prejuicios sobre dicho y, con esto, ya tenemos el camino de baldosas amarillas.


Hay razones para pensar que el rechazo al feminismo es lo que empuja a los hombres más hacia la derecha. En España, por ejemplo, el sexismo moderno, el negar las desigualdades entre hombres y mujeres, es un buen predictor del voto a Vox, como acreditan Eva Anduiza y Guillem Rico en una publicación reciente. Una vez que la ideología de la extrema derecha llega a través de este vehículo, el votante compra el resto del paquete. La derecha radical recoge una reacción antifeminista que complementa con consignas antiinmigración y autoritarias, pero también se convierte en la vía de los jóvenes para protestar contra el establishment morado. Por eso es importante que metamos a los partidos en la ecuación. El contexto es fundamental para ver que muchos de estos elementos importan no porque estén, sino porque se inflaman.


La competición política en todo Occidente ya ha incorporado la nueva dimensión abierto-cerrado. Podemos agotar tinta debatiendo si ello tiene una base material o cultural (como si no fueran de la mano), pero ya es evidente que se queda. La discusión sobre inmigración, cambio climático, feminismo o minorías sexuales ha ganado centralidad. También han venido para quedarse los partidos que apadrinan estos debates, en menor medida los verdes, en gran medida la nueva extrema derecha. Después de todo, aunque no tengamos datos, me inclino por pensar que la generación de mis padres o abuelos, de jóvenes, era más machista que cualquiera venida tras el nuevo siglo. Ahora bien, lo relevante es que ahora hay actores políticos que activan y movilizan esa pulsión. Algo que nos revela que ni estructura ni agentes son del todo independientes.


Igual que en el periodo de entreguerras la expansión del sufragio y el miedo al comunismo cebó al fascismo, hoy vemos una reacción (por fortuna menos violenta) a la nueva ola de derechos. Ahora bien, merece la pena tomarse esta brecha en serio. Más concretamente, hemos de prestarle más atención a ellos. Hay que lanzar planes de choque contra el abandono escolar de los jóvenes, y recuperar la educación sexual en las aulas y los medios de comunicación. Lejos de ridiculizarlos, hay que ofrecer a los jóvenes una masculinidad sana, con sus propios referentes, y que no vea en el feminismo un juego de suma cero. Lo sé, en un contexto de polarización afectiva y con generaciones socializadas vía redes es complicado. Sin embargo, si no se salta al campo para desactivar ese resentimiento, seguiremos viendo cómo lo sigue explotando la reacción.

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