Editorial: ¿"Sufren nuestros políticos amnesia o enajenación transitoria”?José Herrera Peral


“Un inmenso río de olvido nos arrastra hasta un abismo sin nombre”


Ernest Renan (1823 - 1892)

                                                                                
                                                       Pintura de Barnett Newman
                                                              

¿Sufren nuestros políticos amnesia o enajenación transitoria?


Queridos amigos:


En estos días hemos celebrado en España el día del padre, y ahora también estamos al inicio de esta hermosa estación que es la primavera. En la valoración de hechos positivos en estos tiempos hemos admirado una vez más a tanta gente por sus cualidades y por sus obras en beneficio de la sociedad y sobre  todo a aquellos que intentan resolver o paliar los graves problemas por los que atraviesa el mundo en estos momentos. Uno de ellos es el chef José Andrés con su pequeña y a su vez gran ayuda para mitigar el hambre en Gaza.

Algunos, en estos días hemos tenido la suerte de disfrutar de buena lectura y arte y nos hemos alegrado también al ver como superaban adversidades seres queridos cercanos. En mi caso, en el día del padre, tuve en mi mente a mi progenitor que no está ya en este mundo, pero en mi memoria sí está presente con intensidad el agradecimiento hacia él, por todo lo que me dio y me enseñó. Cuánto disfrutaría yo si pudiera tenerlo cerca y poder hablar con él de tantas cosas que no pudimos hacerlo en otros tiempos...


Sin embargo, pasando a otras temáticas, observo que  han seguido amargando al mundo actual, la guerra de Gaza y el comportamiento intransigente, no humanitario y despiadado del gobierno de Netanyau; también la persistente agresión a Ucrania y el “triunfo” del sistema autoritario y dictatorial de Putin en Rusia. Pero otra sombra oscura del presente la están aportando los políticos españoles, al igual que otros extranjeros como Trump, Putin, Maduro, Ortega, Milei, Bolsonaro, etcétera. Entre los españoles destacan Sánchez y Puigdemont, que sin necesidad alguna (salvo unos votos para alcanzar un poder frágil y transitorio), ponen en riesgo la concordia, la paz y el estado de derecho en nuestro país.


A continuación me centraré más en nuestra realidad, pero antes comparto con vosotros este breve poema de Antonio Machado sobre la primavera:


                                                                                La primavera besaba

                                                                                suavemente la arboleda

                                                                                y el verde nuevo brotaba

                                                                                como una verde humareda

                                                                                Las nubes iban pasando

                                                                                sobre el campo juvenil...

                                                                               Yo vi en las hojas temblando

                                                                               las frescas lluvias de abril

                                                                               Bajo ese almendro florido,

                                                                               todo cargado de flor-recordé-, yo he maldecido

                                                                               mi juventud sin amor

                                                                               Hoy, en la mitad de la vida,

                                                                               me he parado a meditar...

                                                                               ¡Juventud nunca vivida

                                                                               quién te volviera a soñar!



Esta pequeña fotografía que acompaña a la poesía de Machado, la tomé hace unos días en un callejón de Málaga. Esas flores, son simples, silvestres pero al verlas tomé conciencia de que son el resultado hermoso de un nuevo y cíclico cambio astronómico y climático en el que los humanos somos solo un minúsculo elemento pero con capacidad para percibir la belleza.


Volvemos al asunto de hoy. En muchas partes del mundo actual y por supuesto que también en España, pareciera que a los políticos se les ha instaurado una especie de demencia auto destructiva.


Sabemos que la demencia está causada por daños en las células del cerebro. Este daño interfiere entre otras cosas con la capacidad de las células cerebrales de comunicarse entre ellas. Cuando las células del cerebro no pueden comunicarse normalmente, el pensamiento, el comportamiento, la memoria y los sentimientos, se ven afectados. Algo de esto están sufriendo muchos dirigentes políticos de nuestro entorno. Las causas, quizás sean amnesia, ignorancia e intoxicación ideológica fratricida.


La observación directa o indirecta de conductas lesivas deliberadamente auto provocadas por una persona o colectivo, provocan gran impacto social, ya que la búsqueda de la supervivencia es un principio inherente tanto en los seres humanos como al resto de los animales.


Hoy conocemos no solo la historia de nuestros antepasados, si no de toda la humanidad e incluso del Universo a partir del Big Bang. Hace unas décadas Carl Sagan dio forma a un calendario cósmico. 


El Calendario Cósmico es una escala en la que el periodo de vida del Universo se extrapola a un calendario anual; esto es, el Big Bang tuvo lugar en el 1 de enero cósmico, exactamente a medianoche y el momento actual es la medianoche del 31 de diciembre. En este calendario, el Sistema Solar aparece recién el 9 de septiembre, la vida en la Tierra surge el 30 de ese mes, el primer dinosaurio aparece el 25 de diciembre y los primeros primates el 30. Los más primitivos Homo Sapiens irrumpen diez minutos antes de medianoche del último día del año, y toda la historia de la humanidad ocupa solo los últimos 21 segundos.


En esos “21 segundos” la humanidad se ha destruido reiteradamente por intereses económicos, por ideologías totalitarias, por el enfrentamiento entre creencias religiosas, por tribalismos de hordas expresados en la actualidad en los nacionalismos y distintos tipos de populismos y en fin, por la enorme estupidez de especie que al parecer la llevamos intrínsecamente. La historia, los enormes sufrimientos provocados por las guerras y “revoluciones”, el conocimiento de la repetición sistemática de errores de la conducta política, no ha servido hasta ahora para evitar los ciclos de repetición de estos desastres humanos.


Muchos pensadores se han planteado la pregunta de porqué caen algunas civilizaciones, sobre todo repitiendo errores ya vividos anteriormente por ellos mismos o por otros.

Durante la antigüedad, fue un musulmán, el tunecino Ibn Jaldún, el primero en plantearse seriamente esta pregunta. 

Este filósofo pensaba que cuando el poder y el bienestar sonríen a un pueblo o conjunto civilizado, se gesta su propia decadencia a medida que el lujo aumenta y se  sustituye la cohesión por la disensión, aparecen líderes políticos vacíos y amnésicos, la ciudadanía se hace más desafecta, gestándose las bases para que con el tiempo un pueblo atrasado pero cohesionado, derribe al antaño poderoso país y se comience otro periodo.


Con esta idea abordamos lo que es la desafección. En el diccionario se entiende por desafección la condición de desafecto que significa a su vez, disidencia, oposición, animosidad, aversión e inquina.

Hoy entendemos por desafección política a un fenómeno de distanciamiento de la ciudadanía con respecto a la política, lo que se refleja en multitud de encuestas y en aumento de la abstención electoral.  En este contexto destacan los malos resultados de los partidos tradicionales y la emergencia de partidos populistas, racistas y xenófobos.

Y es que como se indica en muchos de los análisis políticos en torno a esta cuestión, la desafección es consecuencia directa de las emociones, en este caso negativas, que surgen en un determinado grupo de la población por consecuencias de razones políticas. Volviendo al hilo de la situación, estas emociones negativas que desprende la política en cada vez más sectores de la ciudadanía, provoca que estas personas sientan un desapego y una falta de vinculación y, aún más si cabe, de identificación con las personas que les gobiernan.


Igual de preocupante y peligroso que la desafección política, que va camino de convertirse en un problema estructural para la salud de las democracias, existe otro elemento que está también condicionando el bienestar común: la crispación.



Esta crispación se ve fundamentalmente alimentada por los partidos populistas (aunque ahora también la practican los partidos“tradicionales mayoritarios"), de un lado y otro del tablero. Necesitan alterar y aumentar el tono político para ocultar actividades y poder atraer los focos mediáticos y así no pasar desapercibidos para la mayor parte de la ciudadanía. De hecho son numerosas las ocasiones en las que estos partidos han hecho una pinza mediática para alimentarse entre ellos y poder conseguir sus objetivos "comunicativos". El uso por parte de éstos de las redes sociales, es peligrosísimo ya que pueden desestabilizar un país sembrando falsas noticias.


Desafección, crispación y polarización van estrechamente relacionadas.


Podríamos definir la polarización como el fenómeno en el que la opinión pública se encuentra dividida en dos polos opuestos.

Seguramente a lo largo de la historia las sociedades han padecido de este negativo comportamiento fruto de una visión distinta del análisis de los problemas, de los intereses y de las soluciones a ofrecer a la población.

Pero ya desde el siglo pasado con el uso extendido y extensivo de los medios de comunicación de masa el problema se ha hecho aún mayor.

En el presente desde la intromisión en nuestras vidas de las redes sociales y de los expertos en propaganda política y creadores de las noticias falsas, (con un grado de sofisticación enorme), han conducido a la sociedad actual a que estén amenazadas la democracia y el estado de derecho.

En las redes se apela a sentimientos, media verdades, explicaciones parciales y a retro estimular apasionadamente a grupos de opinión dirigida, alimentando postulados ideológicos solo con bases emocionales  y en gran parte alejados de la realidad.

Todos somos susceptibles de ser víctimas de estas acciones.

Solo nos falta decisión para rechazar contundentemente esa forma de hacer política y conseguir un análisis más personal basado en valores bien sedimentados, huyendo de la propaganda política de cualquiera y sobre todo de los más afines, ya que allí es donde radica el sustento de la polarización.


El respeto, la tolerancia del adversario y el saber escuchar al que piensa diferente es otro gran paso a dar. La serenidad, el no actuar y responder con inmediatez guiada solo por las emociones, es también otro elemento que contribuye a disminuir la polarización. 

La democracia, el estado de derecho, las libertades y los derechos humanos no son propiedad de ningún partido pero debemos saber leer quiénes realmente son coherentes con esas ideas y quiénes no.

Cualquiera que apele a la violencia, a romper o desestabilizar el estado de derecho y la democracia o a defender privilegios para grupos o regiones del país o del planeta son sospechosos de ser enemigos de la convivencia. La polarización es un tóxico potente para la paz y la democracia. Estemos atentos.

Busquemos siempre información diversa y plural. Reflexionemos y actuemos con responsabilidad. Con una mirada de más largo recorrido histórico, se entiende la desafección como un fenómeno recurrente en la historia de los regímenes liberales y democráticos, y plantea prestar atención a lo ocurrido a finales del siglo XIX y en los años treinta del siglo XX.


Tras un periodo de décadas de un clima tenso pero en paz relativa y progreso de la sociedad (después de las dos grandes confrontaciones bélicas mundiales del siglo XX con decenas de millones de muertos), pareciera que el mundo ha sufrido amnesia de esos errores e intensos sufrimientos de la humanidad. Hoy China, USA, Rusia y sus diferentes asociados están creando un caldo de cultivo que huele a guerra y sobre todo al peligro de una confrontación nuclear que podría acabar con nuestra especie.

 En nuestro pequeño país, además de ese contexto general, pareciera que también hemos olvidado las causas y comportamientos que produjeron y acompañaron a la terrible guerra civil española y a su larga dictadura posterior.


El mal comportamiento, los insultos, las formas en las relaciones sin  cortesía ni educación, la agresividad y la irrespetuosidad entre nuestros representantes políticos son inconmensurables. Podemos tener a diario ejemplos de esto si vemos sus intervenciones en el parlamento, en los mítines, en las comunicaciones a la prensa o simplemente en entrevistas en cualquier medio de comunicación. Esas actitudes las observamos en todos los partidos políticos que han perdido ya la vergüenza y tienen comportamientos como niños o adolescentes díscolos y agresivos, cuando son o debieran ser, los que organizan y dirigen a la ciudadanía para el bienestar, la paz y el progreso. El insulto y la mentira son las herramientas de todos los días en la mayoría de los dirigentes políticos. El resto de diputados en ocasiones parecieran simples palmeros de su horda afín.

Gran parte de estos comportamientos ya lo vivimos históricamente en los años 30 del siglo pasado.


¿Cómo estas actitudes no van a causar desafección?. Según una encuesta del CIS del año 2022 (creo que ahora sería peor) arrojaba que el 70% de los ciudadanos españoles desconfían de los políticos, del parlamento y del gobierno.

Hoy probablemente la desafección esté avanzando tanto en los sectores de izquierda como en los de derecha. 

Según una publicación del Departamento de Estudios Sociales y Opinión Pública de la Fundación BBVA, en nuestro país se asocia a unos valores de izquierda a aquella ideología que es percibida como una orientación política vinculada al apoyo a la mujer, los desempleados, la juventud, los pensionistas, el sistema sanitario público, la lucha contra el cambio climático, la defensa de los animales, la redistribución de la riqueza, así como a los valores de igualdad, solidaridad, tolerancia y libertad individual. También aparece identificada con la defensa de los intereses de la clase más desfavorecida.

La derecha es percibida como una orientación asociada principalmente a los valores de orden y tradición, los valores religiosos y los principios morales, la familia, el patriotismo, el respeto de la propiedad privada, la economía de mercado y el control de la inmigración. Es percibida también como defensora de los intereses de la clase más pudiente. Hoy no se tiene en cuenta las propuestas, los objetivos ni el sentido común de los participantes en un debate sino si pertenece o no al rótulo de derecha o izquierda que de antemano le hayamos asignado. Según nuestra simpatía hacia una u otra tendencia daremos el apoyo sin analizar realmente los valores de las propuestas en debate. Así nos va.

A pesar de las diferencias ideológicas entre la derecha y la izquierda, pienso que la desafección y la crispación están aumentando en ambas categorías ya que los repudiables comportamientos de los políticos se observan tanto en los partidos de un signo como de su contrario, manifestando día a día una incoherencia abismal con los principios ideológicos que dicen defender.

Hoy urge el respeto, la serenidad, la templanza, los buenos modales en política, el debate intenso pero con argumentos verdaderos, sólidos y con una intencionalidad decidida hacia el consenso y los acuerdos para el bien de todo el país. 

Conseguir la democracia que hoy tenemos y el magnífico proyecto a desarrollar de Unión Europea, han costado muchísimos sacrificios, esfuerzos y luchas.

No podemos dar pasos atrás. Debemos corregir todo lo mejorable pero debemos seguir adelante con esos dos logros tan grandes que han traído hasta ahora paz, progreso y libertad. Queda mucho por hacer y por mejorar, pero sin duda no podremos lograrlos con el infantilismo agresivo de nuestros políticos actuales y de aquellos que para lograr el poder no vacilan en usar reiteradamente la mentira y el engaño hacia la ciudadanía. Tampoco están libres de culpa los medios de comunicación ya que "jalean" estos rechazables comportamientos.

Frenar esas tendencias y lograr un cambio no es nada fácil, pero no tenemos otro camino que ser extremadamente exigentes con nuestros representantes sean del color político que sean. Si queremos un mundo igual o mejor que el actual tenemos que intervenir todos. Hay que ser inflexibles como ciudadanos con la corrupción, con la mentira y con los comportamientos de secta que se han introducido a través de los partidos en algunas instituciones.

Si los políticos actuales no rectifican habrá que cambiarlos o elegir nuevas organizaciones que representen a los intereses de la ciudadanía. Nuestros enemigos hoy son los países que están desarrollando beligerancia, los partidos o ideologías populistas y nacionalistas y los separatistas que tiran del carro a una involución de la sociedad. Hay que lograr acuerdos y consensos para elaborar una política no solo nacional, sino internacional que permita estar preparados para frenar el avance de los países liberticidas de nuestro tiempo. Estamos en España demasiado inmersos en problemas domésticos y eso nos distrae de los riesgos actuales que amenazan al mundo democrático en todo el planeta.


Bien, amigos, nos reconfortaremos unos minutos con un pensamiento del escritor Eduardo Galeano, un poema de Javier Irazoki, y para celebrar la entrada a la primavera podéis escuchar “la primavera" de Las cuatro estaciones de Vivaldi.


E. Galeano


“¿La historia se repite? ¿O se repite sólo como penitencia de quienes son incapaces de escucharla? No hay historia muda. Por mucho que la quemen, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan, la historia humana se niega a callarse la boca. El tiempo que fue sigue latiendo, vivo, dentro del tiempo que es, aunque el tiempo que es no lo quiera o no lo sepa. El derecho de recordar no figura entre los derechos humanos consagrados por las Naciones Unidas, pero hoy es más que nunca necesario reivindicarlo y ponerlo en práctica: no para repetir el pasado, sino para evitar que se repita; no para que los vivos seamos ventrílocuos de los muertos, sino para que seamos capaces de hablar con voces no condenadas al eco perpetuo de la estupidez y la desgracia. Cuando está de veras viva, la memoria no contempla la historia, sino que invita a hacerla. Más que en los museos, donde la pobre se aburre, la memoria está en el aire que respiramos; y ella, desde el aire, nos respira.”  Eduardo Galeano


 Poema de Javier Irazoki (nº50)

Albert Camus define así a la persona rebelde: “Un hombre que dice no. Pero negar no es renunciar: es también un hombre que dice sí desde su primer movimiento”. Anoto en una página el destino que quiero darle a la palabra no. Cuento mis diecisiete frases iniciadas con una negación. Las pronuncio. No aprender gritos. No herir a los hombres diferentes, sino celebrarlos. No conocer los himnos con que se dibujan las fronteras de las razas. No condimentar con resentimiento mi vida breve. No adherirme a ninguna rebeldía cómoda. No tener tiempo para medir el error ajeno. No ir nunca a las playas de los rencorosos. No refugiarme bajo el techo del viva yo colectivo. No poseer otra bandera que una ética secreta. No afilar mi fracaso para que sea la flecha de un insulto. No sostener los platillos de sangre de la justicia. No aplaudir los disfraces de la crueldad. No a las multitudes que silencian al individuo. No huir de mi imagen reflejada en la vejez. No colaborar con mis habitantes cínicos. No ser un monje dormido en la niebla de su convento. No ser un segador amargado.

(Del libro Ciento noventa espejos. Hiperión, 2017)



Primavera (Las Cuatro Estaciones de Vivaldi) 


https://youtu.be/ffldeFvGDcM


Me despido ahora de vosotros hasta el nuevo número de Sinapsis. En el actual encontraréis artículos que creo que son muy interesantes y de temas variados.

Aunque han pasado ya unos días del Día del padre, comparto este escrito muy conocido por todos pero que suele acertar en la visión que tenemos las personas respecto a nuestro padre según la edad que tengamos.


Mi padre, cuando yo tenía...

La columnista norteamericana Ann Landers es la responsable de haber creado este ingenioso escrito en el que se recoge, de manera muy hábil, lo que supone un padre para un hijo en los distintos estadios de la vida de éste.

4 años : Mi padre puede hacer de todo.

5 años : Mi padre sabe un montón.

6 años : Mi padre es más inteligente que el tuyo.

8 años : Mi padre no sabe exactamente todo.

10 años : En la época en que mi padre creció,

las cosas seguramente eran distintas.

12 años : Oh, bueno, claro,mi padre no sabe nada de eso.

Es demasiado viejo para recordar su infancia.

14 años : No le hagas caso a mi viejo.

¡Es tan anticuado!

21 años : ¿Él? Por favor, está fuera de onda,

sin recuperación posible.

25 años : Mi padre sabe un poco de eso,

pero no puede ser de otra manera,

puesto que ya tiene sus años.

30 años : No voy a hacer nada hasta no hablar con mi padre.

40 años : Me pregunto cómo habría manejado esto mi padre.

Era inteligente y tenía un mundo de experiencia.

50 años : Daría cualquier cosa por que papá estuviera aquí

para poder hablar esto con él.

Lástima que no valoré lo inteligente que era.

Podría haber aprendido mucho de él.

Cuidaos mucho. Un abrazo a todos.

Pepe Herrera

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