Editorial. "Engañando al cerebro". José Herrera Peral

Editorial. "Engañando al cerebro"


                                                                                     Recreación del cerebro. Publicado en ABC


“El cerebro humano es el único recipiente que tiene la característica de que cuanto más cosas se le introducen más capacidad tiene". Glenn Doman


“A veces ansiamos unas vacaciones de nuestros lóbulos frontales.” Oliver Sacks


Queridos amigos:


Tras leer algunos artículos que me habían enviado para su publicación en Sinapsis me vi conducido y sin saber bien porqué, a pensar en el cerebro. Creo que también influyó el hecho de que este 9 de febrero cumplí un año más de vida y ello ha menudo me ha llevado a repensar lo vivido y analizar el presente fijando la atención en el órgano que "comanda" nuestra existencia.


El cerebro humano es el órgano más voluminoso del encéfalo. Los hemisferios en los que está dividido el cerebro presentan formaciones más o menos evidentes llamadas lóbulos cerebrales. Especialmente amplios en el humano son los lóbulos frontales, que están asociados a funciones ejecutivas, tales como el autocontrol, la planificación, el razonamiento y el pensamiento abstracto. Quizás en este instante, surge en esas zonas de mi cerebro, la reflexión y la necesidad de escribir sobre este órgano tan importante para nosotros los humanos.


 El cerebro se encarga tanto de regular y mantener cada función vital del cuerpo, como de ser el órgano donde reside lo que llamamos “mente” y “conciencia” del individuo.


En el humano adulto este órgano tiene un volumen de aproximadamente 1300 centímetros cúbicos, alcanzando en la corteza cerebral unos veinte mil millones de neuronas y un número casi incalculable de billones de sinapsis que interconectan áreas y funciones del órgano. Las zonas que son soporte de nuestras emociones están en el sistema límbico. El tejido del que está formado nuestro cerebro está condicionado y sujeto a la genética, a la epigenética, al ambiente, a la nutrición, a enfermedades, a tóxicos, a infecciones y a procesos degenerativos, sin dejar de lado el “alimento cultural” que es el conocimiento y que  enriquece al órgano e impone también sus propias características.


 Desde que nos separamos evolutivamente hace unos seis u ocho millones de años de nuestros”primos” los monos, el cerebro ha ido evolucionando y permitiéndonos el conocimiento de lo que somos y de cuanto nos rodea. Nos queda aún mucho por conocer y sin ir más lejos los sustratos bio-moleculares de la memoria son aún desconocidos. Pero, en fin, con el tiempo se irán descifrando los misterios que todavía guarda respecto a sus funciones nuestro querido y valorado cerebro.


Hoy ya se sabe que zonas se activan en este órgano cuando gozamos de la música, del arte o incluso de pensamientos con predominios de valores más conservadores o más progresistas.

Ojalá algún día podamos comprender donde y porqué se gestan comportamientos solidarios, altruistas, empáticos o sus contrarios, agresivos, insolidarios, tanáticos o con la conducta del dios Ares de la antigua cultura griega.


Desde el punto de vista visual, el hemisferio cerebral artístico es el derecho. Este hemisferio tiene a cargo las habilidades viso-espaciales, los patrones geométricos, detección de caras y lugares familiares y todo el arte figurativo.


La música se procesa en la corteza auditiva que está en el lóbulo temporal. Las artes que conllevan movimiento como el baile o el teatro activan la corteza motora. Las artes visuales como la pintura se procesan principalmente en los lóbulos occipital y temporal.


Pues hoy, trataré de olvidarme o de engañar al cerebro, o como dice Oliver Sacks, darle unas vacaciones parciales a los lóbulos frontales. Lo haré desviando el foco de atención principal a otras cuestiones, buscando formas de evasión para no tener en primer plano las simplezas casi proto-humanas de los políticos que dirigen nuestra sociedad, también quiero olvidarme aunque solo sea por unas horas de los que mantienen y se lucran con las guerras actuales y las desigualdades en el mundo. Del mismo modo, intentaré evadirme de la realidad al no recordar a Elon Musk que inicia sin un adecuado control ético y científico, experimentos con este órgano del que venía hablando más arriba. Cerraré los ojos durante un rato sobre el negacionismo del calentamiento global antropogénico y sus consecuencias ya en este presente. Trataré de no pensar, aunque sea solo unos momentos, en la deriva populista en los Estados Unidos, o en los pasos regresivos profundos en lo social que emprende ese presidente llamado Milei, mientras llora en el muro de los lamentos. También evitaré las noticias que reflejan la claudicación del presidente español ante los independentistas, desoyendo el sentir de la gran mayoría de los ciudadanos de este país.


Por eso os invito a activar otras áreas más placenteras y creativas de nuestro cerebro. Para ello os recomiendo leer dos libros que enriquecen nuestros conocimientos y también influyen en nuestra percepción del otro y nos despierta la empatía.


Me refiero a los libros “El cocodrilo de Aristóteles” y a “Las gratitudes”. El primero es de Michel Onfray y realiza en sus páginas un repaso de anécdotas y pensamientos de muchos filósofos desde la antigüedad hasta nuestro presente. También se involucra el autor en opinar sobre el aporte de cada uno de estos filósofos. Son capítulos cortos y nacen del comentario de pinturas donde se plasmaron imágenes de estos diferentes pensadores a lo largo de varios siglos. Con la lectura de este libro se aprende mucho y es a su vez un acicate para estudiar más las ideas filosóficas que han moldeado los valores que hoy tenemos en la sociedad.


El segundo libro, “Las gratitudes”, es de Delphine de Vigan y trata sobre la gratitud y de las relaciones entre personas en la etapa casi final de la vida. Es un texto corto, muy bien escrito y que deja una buena sensación y muchos estímulos para la reflexión sobre la existencia, los avatares de la misma, las cosas pendientes y  en suma, sobre las personas.


Pasando ya a otra parcela, quizás más cercana pero sin salirnos de este paréntesis temporal  de escape de la realidad, os llevo al cine.


Esta es otra manifestación del arte, y en la que cuando estamos ante una buena obra podemos ver  confluir en ella, la literatura, la música, la fotografía y otras expresiones más. En una sala semi oscura donde vivimos el "cine", nos reunimos muchas personas a visualizar sobre una pantalla, otras vidas, otras historias y momentos diferentes a la realidad cotidiana del espectador, y durante las horas en las que se comparte ese hábitat para el arte, se produce una especie de comunión entre los espectadores. Esa comunión a veces induce a cambios y ha transferir a otros que no han estado en la sala esas vivencias, esos pensamientos o valoraciones sobre lo visto. Y además, produce placer.


Por eso os aconsejo ver las siguientes películas, de muy buena calidad, que han llegado recientemente a nuestros cines, Me refiero a: “La zona de interés”; “Sala de profesores”; “Fallen Leaves”; “Perfect days” y “Anatomía de una caída”. Con menor calidad, pero también interesante, está la película coreana, “Concrete Utopía”. Algunas de estas películas ya las comenté en el Sinapsis anterior y quizás ya la hayáis visto. 


La última que yo vi es "Sala de profesores". Excelente filme alemán y que sin duda, os recomiendo que veáis. Çatak (su director) dice:  “No es difícil darse cuenta” de que una clase de colegio funciona como trampantojo de cualquier sociedad. “Una escuela es muy parecida a un estado. Tienes un presidente o director, tienes gente a cargo, como los maestros. Tienes al alumnado, que es el pueblo, y tienes hasta un periódico, que es el periodismo. Todos estos elementos que crean nuestra sociedad están ahí, y supimos rápidamente que una vez que haces una película sobre la escuela, haces una película sobre la sociedad”.


Todas las películas arriba citadas, tienen buen guión, historias de personas en las que uno se puede sentir identificado, magníficas interpretaciones y excelente música acorde a cada una de las temáticas. 


Tanto con estas lecturas como con estas películas, creo que quedaréis satisfechos y podremos aunque sea por un espacio muy breve de tiempo, sustraernos de la estupidez  humana y quizás afrontar mejor la realidad.


Como despedida, también os invito a leer interesantes y enriquecedores artículos que forman parte del Sinapsis de hoy.


 Después de la lectura podéis ver el tráiler de "La zona de interés", pero sobre todo poned atención en la música de fondo de esos fotogramas, ya que acompaña muy bien a la trama del filme que no es otra cosa que la banalidad del mal ejemplificado en la vida de una familia nazi junto al muro de Auschwitz. 


Después de ese enlace tenéis otro. Se trata de una canción muy popular en los años 60 del pasado siglo. Podéis ver el video, escuchar la canción y leer la letra de la misma. Al mismo tiempo y a continuación haced un juego de activación cerebral por asociación libre y observad que recuerdos o sentimientos fluyen en tu cabeza tras este estímulo. Seguramente variará por factores como edad, experiencias ligadas a una época que ya pasó, etcétera. También lo podemos hacer con una obra pictórica o con una composición musical clásica que nos guste. Es un entretenimiento, un juego, en el que re-conectaremos diferentes áreas cerebrales para prolongar hoy ese "engaño" al cerebro o esa huida momentánea de la triste realidad mundial. 

Amigos, de todos modos, podremos intentar dar vacaciones a una parte del cerebro pero no podremos engañarlo, ya que ese intento parte del mismo órgano al que se pretende obviar. En fin, solo eran divagaciones sin importancia...


Un abrazo a todos


Pepe Herrera


 **Tráiler de "La zona de interés".


https://youtu.be/eu1ZOCT8Vtc


 **Enlace de la canción "Los sonidos del silencio" de  

https://youtu.be/a9xKOISC-2g?si=u3bpl3_i4Jo_rjlL

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