Desorientada. Relato breve

Desorientada



Mi hermano me dice que no estoy en este mundo y que no tengo ideología, pero yo no sé que es eso.

Quizás me lo dice porque estoy desorientada.

Puede que tenga razón pero desde que perdí el trabajo y murió papá en esta pandemia mis ánimos no son los mejores.  Cuando él enfermó  comenzamos a ser más pobres ya que desaparecieron unos ingresos que nos daban tranquilidad para afrontar el día a día. En la fábrica fuimos las mujeres a las primeras que despidieron  y cuando he ido a entrevistas de trabajo he tenido que soportar ciertas humillaciones de los que seleccionaban a las trabajadoras. Y aquí estoy en el paro, esperando ya no sé qué.

Mi padre nos hizo terminar algunos estudios porque decía que con eso seríamos independientes y libres pero aunque papá siempre acertaba pienso que en esto se ha equivocado. Ya lo hablaré con mi hermano para saber que piensa él.

Ahora me paso el día sentada viendo la televisión y creo que es así como comienzo a conocer lo que pasa en mi ciudad y mi país. Pero lo que veo me asusta y me preocupa más sobre todo ahora con la situación que tenemos en casa.

Me siento triste y desesperanzada pero sin embargo mucha otra gente no se siente así. Veo a los políticos como si jugaran  a alguna competición entre ellos pero no sé cuál es el premio al que aspiran. Unos acusan a los otros y al día siguiente lo contrario. Se trazan entre ellos “líneas rojas o negras” y no entiendo esos significados  ya que  creía que estaban en el parlamento para buscar soluciones para todos los ciudadanos. Pero al parecer no es así. También veo que otros hacen de payaso o aún estando rodeados de dolor, problemas y preocupaciones de la sociedad han decidido hacer chistes o parecer graciosos. Observo que hay otros más callados pero que se llevan ventajas para los suyos. Lo que más me sorprendió es que un grupo político para aprobar los presupuestos de nuestra comunidad no exigió mejoras en sanidad, educación o en la lucha contra el paro si no que condicionó su apoyo a que se incrementasen los presupuestos en ayudas a la ganadería del toro bravo, al fomento de las escuelas taurinas y a la promoción de la caza. Pensé para mí que estaba en un mundo de locos pero como estoy desorientada es posible que la equivocada sea yo.

También me sorprendo y no entiendo cómo algunos de los que más ganan en la sociedad que creo que son los bancos ahora se unen entre sí para ganar más y despiden a sus trabajadores, nos cierran las oficinas y nos cobran más por todo. 

Hojeo un periódico en el viejo ordenador de mi hermano y me asombran las noticias que leo. El drama de los inmigrantes; la historia de un hombre que es presidente de un gran país y que se niega a reconocer que ha perdido unas elecciones y no quiere marcharse; también me da miedo al leer como viven millones de ciudadanos chinos siempre controlados y privados de libertad.

Pareciera que en el mundo muchos están seguros de todo e incluso matan por defender sus creencias ya que sienten que solo las suyas son las correctas.

Bueno, para salir de esta monotonía buscaré un poco de dinero para comprarme nuevas mascarillas ya que las mías están rotosas y veré si puedo conseguir algo barato en el super para preparar la cena de mi hermano que ha salido a hacer unas chapuzas en el barrio. Desde que estamos solo los dos en casa, se encarga de la cocina el que está más desocupado.

Antes de salir busco en internet lo que es ideología y ahora entiendo a mi hermano. Lo que el quiere decirme es que crea en algunas ideas y piense que estas son las mejores para salir de donde ahora estamos. Sí, parece que eso da esperanzas. 

Ya me siento mejor y cuando venga mi hermano le diré que estoy bien porque ahora si comprendo eso de la  ideología. Solo que me falta saber cuál es la que me va a ayudar a salir de este pozo en el que estoy, aunque ya alguna he descartado.

Constanza Morales


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