Otras navidades y otro año más
Otras navidades y otro año más
Por muy lentamente que os parezca que pasan las horas, os parecerán cortas si pensáis que nunca más han de volver a pasar. Aldous Huxley
“El tiempo es la medida del movimiento, y sin cambio no hay tiempo” Aristóteles
Queridos amigos:
La navidad nos convoca a pensar en nuestras raíces cristianas y en los valores de amor al prójimo, la fraternidad y la solidaridad como así también con el paso del tiempo, que se manifiesta con la venida de un nuevo año y lo que conlleva de incertidumbres y proyectos de futuro siendo a su vez un hito para los recuerdos y la nostalgia.
Deseo de corazón que estés bien y me gustaría que el balance vital de este año que termina te haya sido positivo y favorable. Sabemos que para muchas personas de este mundo este año ha sido horrible. Pienso en Gaza, en las víctimas de atentados terroristas o de las guerras actuales y también en la persecución salvaje al que son sometidos los inmigrantes en Estados Unidos, otrora país de la esperanza y de la libertad. También puede haber sido un mal año para aquellos que hayan sufrido alguna enfermedad, pérdida de algún ser querido o reveses económicos o sociales importantes.
Muchas veces nos vemos impotentes para resolver los problemas de esas envergaduras como en ocasiones también, los más íntimos, personales o cercanos. Aunque sea casi un tópico, la salud, el trabajo, la paz, la libertad y las relaciones familiares o amistosas gratificantes, son los objetivos a conseguir en este nuevo año que va a comenzar. En mi caso personal me gustaría que los sentimientos solidarios y fraternos que me invaden en estos días por múltiples razones, se extendieran a todo el año y fuese capaz de ejecutarlos con decisión y continuidad.
¡Feliz Navidad y un buen 2026!
Un abrazo sincero
Pepe
Párrafo de un poema de la poeta polaca Wislawa Szymborska
“Nada sucede dos veces
Ni va a suceder
Por eso sin experiencia nacemos
sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo
ni siendo malos alumnos
repetiremos un año,
un invierno, un verano.
No es el mismo ningún día,
no hay dos noches parecidas,
igual mirada en los ojos,
dos besos que se repitan.
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Comparto a continuación un artículo publicado por Muñoz- Rojas que puede interesar sobre las celebraciones navideñas en occidente y la tradiciones.
Celebraciones navideñas en occidente, ¿tradición?
La socióloga Olivia Muñoz-Rojas, en un brevísimo escrito recorre las “tradiciones” en la celebración de las fiestas navideñas.
La invención de la tradición es un concepto desarrollado y popularizado por los historiadores Eric Hobsbawn y Terence Ranger, que sostiene que muchas de las tradiciones que aparentan ser antiguas o que se presentan como heredadas de un pasado lejano, en realidad tienen un origen reciente y han sido creadas de forma consciente por actores históricos. Estas prácticas culturales, aunque percibidas como tradicionales, suelen surgir en contextos de cambio, crisis o consolidación de nuevas estructuras sociales, políticas o identitarias.
A continuación el artículo de O. Muñoz-Rojas.
Las tradiciones navideñas siempre se mezclaron
- Olivia Muñoz-Rojas
- Socióloga y ensayista, doctora por la London School of Economics y máster por la New York University.
https://lectura.kioskoymas.com/article/281663966346930
No hace falta evocar el clásico de Hobsbawm, La invención de la tradición, para advertir que aquello que consideramos tradiciones son a veces usos relativamente recientes y, con frecuencia, el resultado de la hibridación de distintas costumbres previas. Numerosas prácticas que asociamos con el actual imaginario de la Navidad, empezando por el propio Santa, combinan elementos cristianos y paganos, tanto antiguos como modernos. A lo largo del siglo XIX, san Nicolás —uno de cuyos milagros fue ayudar a un padre con las dotes de sus hijas, arrojando monedas de oro por la ventana, que acabaron en los calcetines puestos a secar junto a la chimenea— terminó solapándose con diversas reinterpretaciones del dios nórdico Odín. Durante siglos éste fue imaginado como un hombre de larga barba y túnica que, con su ojo omnividente, surcaba las noches de invierno a lomos de Sleipnir, su caballo de ocho patas.
El origen de la tradición del belén, por su parte, suele situarse en 1223, cuando san Francisco de Asís, tras regresar de Tierra Santa, recreó el nacimiento de Jesús en una cueva con animales vivos. En las distintas regiones del mundo, los belenes se adaptan a las estaciones, los paisajes y la fauna y flora locales, que no necesariamente coinciden con los de la Palestina romana. Así, en Perú, encontramos escenarios montañosos y veraniegos; en México, algún guajolote y nopales; en Filipinas, carabaos y bambú, y cebús y baobabs en Nigeria. En España, donde la tradición llegó con Carlos III tras su reinado en Nápoles, las figuras de barro usadas popularmente en los belenes evocan oficios de antaño y trajes regionales.
Algunas de nuestras tradiciones culinarias navideñas más arraigadas, como el pavo de Nochebuena, ilustran genealogías igualmente caprichosas. Introducida en Europa desde América en el siglo XVI, la gallina de Indias o guajolote —el mismo que aparece en algunos belenes mexicanos y que los mayas tenían por animal sagrado— ganó popularidad entre la aristocracia inglesa y francesa por su tamaño y su carne fina. Se cuenta que, en 1540, Enrique VIII pidió por primera vez que se sirviera como plato principal de la cena de Navidad para impresionar a los comensales. De ahí pudo haber nacido una costumbre que se extendió a otras cortes europeas y, más tarde, a las clases populares. De Europa, el pavo regresó a Norteamérica como plato para celebrar el Día Acción de Gracias que precede a la Navidad.
Sobre el origen del turrón, dulce navideño indispensable en nuestro país, circula una hermosa leyenda sobre un califa de Al Ándalus y su esposa, una princesa escandinava, que vuelve a evocar los cruces de imaginarios de los que a menudo nacen las tradiciones. La princesa echaba tanto de menos los paisajes nevados de su tierra que su esposo mandó plantar un bosque de almendros alrededor del palacio De las flores, que emulaban la nieve, brotaron abundantes almendras que fueron aprovechadas para elaborar lo que se convertiría en los primeros turrones. Al igual que éstos, el mazapán forma parte de nuestra herencia árabe y mediterránea. En Centroeuropa, donde también es típico, llegó a través de la influencia turca. Los españoles lo llevaron a México, donde en ocasiones se elabora con cacahuetes, y los portugueses a Goa y Bombay, en la India, donde se utiliza anacardo molido para formar delicadas figuras navideñas.
En un mundo aún más conectado que en el pasado, nuestros usos y costumbres viajan, mutan, se cruzan y se adaptan con una rapidez creciente. Los rituales navideños no son una excepción. En la fiesta de Navidad del colegio de mi hija en Francia, junto con galletas de jengibre, madalenas y samosas, se sirvió chocolate caliente —bebida de origen prehispánico—, vino caliente, típico de las regiones frías de Europa, y masala chai indio. Niños de distintos orígenes culturales se acercaron a Papá Noel con la misma curiosidad e ilusión, decoraron galletas navideñas y cantaron villancicos. El próximo marzo disfrutarán de una versión local del Holi, el festival hindú de los colores. Al conocer y hacer suyas distintas tradiciones, aprenden que el fin último de toda celebración es compartir la dicha.
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A continuación, dos enlaces musicales para entrar al nuevo año con placer y serenidad. El primero es una conocida pieza de Handel y el segundo una canción de Billie Holiday
https://open.spotify.com/intl-es/track/1upQiytDIEZfl9ItruoXuC?si=b8d05eb0a12f4bf1
https://open.spotify.com/intl-es/track/4smkJW6uzoHxGReZqqwHS5?si=ce60a7e1a93e4b08





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