Editorial. "Verano desapacible y algo más”. José Herrera Peral

                                                                                         Verano. Joan Miró


  "Las incertidumbres inducen a cambios y luego éstos, generan nuevas incertidumbres. Es una constante"

    Carlos Bustamante                                                                                        
 
Queridos amigos:

Espero que todos estéis bien. Comparto con vosotros Sinapsis donde encontraréis hoy para leer artículos de opinión, internacional, de filosofía, de inteligencia artificial y también de literatura y cine. Pero, sin duda en estos días estoy más preocupado por el verano y el calor extremo. Paso a hablar de ellos.


El verano o estío es una de las cuatro estaciones de las zonas templadas. Es la más cálida de ellas. Sigue a la primavera y precede al otoño. El verano se caracteriza porque los días son más largos y las noches más cortas. 

 

Cuando era yo joven esta estación significaba la aventura, el ocio, el tiempo más extenso para pasarlo con los amigos o la pareja y también como un periodo hedonístico a pesar de las innumerables limitaciones económicas que pudiese tener.  El verano era agradable y esperado. 

Hoy menos. Sin duda que debe influir, mi edad, ciertas limitaciones físicas y creo que en mi caso también el entorno tórrido que hoy tenemos más las circunstancias sociales, políticas y económicas que coinciden en este tiempo, antes tan anhelado.

Las olas de calor, los incendios en toda la costa de países mediterráneos, las sequías, los problemas carenciales de agua, la desertificación, son entre otras cosas manifestaciones del cambio climático y del calentamiento global que aún algunos niegan o no quieren ver. 

 

Aunque este es un acontecimiento planetario, fijando la atención en nuestro país no nos damos cuenta de la situación que tenemos por delante. Para no extenderme en datos os adjunto un enlace con un informe sobre España elaborado por Greenpeace. Creo que con su lectura, análisis y debate podremos ser más conscientes del momento en que nos encontramos. Adjunto enlace: 


https://es.greenpeace.org/es/wp-content/uploads/sites/3/2018/11/GP-cambio-climatico-LR.pdf

 

Además de estos elementos objetivos, en la percepción subjetiva de esta estación observo a la gente más irritable y agresiva, quizás por las altas temperaturas. 

 

 En la esfera de la política seguimos sin aprender de las experiencias o hacemos lecturas de la realidad muy naif o seguimos considerando al adversario como enemigo y las posibilidades de diálogo parecen estar rotas. Hemos votado este verano y vemos que la lista más votada no puede formar gobierno. Esto es así ya que no tiene posibilidades de conseguir apoyos para una investidura dado que su posible primer socio es rechazado por todas las demás fuerzas políticas. 

Ese rechazo está sustentado en las medidas que ese partido ya ha implementado tras las elecciones autonómicas y municipales. Vox, que es la extrema derecha, se ha manifestado señalándose en diferentes comunidades como negacionista del cambio climático, antieuropeísta, homófobo, negacionista de vacunas, ha practicado la censura cultural y niega la violencia de género entre otras cosas. Esto y otras posturas políticas, como la ausencia de un proyecto económico serio, han producido que nadie esté dispuesto a apoyar la investidura de gobierno si ese partido forma parte de él. 

Por otro lado, el otro bloque está sujeto como ocurre desde hace años al chantaje de los independentistas catalanes y vascos.  Me asombra como en el siglo XXI y con los retos planetarios que tenemos sigan prodigándose estas concepciones ideológicas tan atrasadas y reaccionarias. Ojalá nuestros políticos tengan la habilidad para evitar ser rehenes en uno u otro caso de partidos que la mayoría de la ciudadanía rechaza.


A muchos nos gustaría que las cosas fuesen diferentes pero la realidad es la que es. Existe una fragmentación de votos muy significativa lo que aleja el bipartidismo que hasta hace unos pocos años predominaba y los  políticos deben trabajar con esta España que hoy tenemos y saber conducir al país por las vías del progreso, la paz, el entendimiento y el respeto de todos.

 

En estos días mientras huyo de este calor sofocante aprovecho para leer. He tenido la suerte de encontrarme con muy buenas obras literarias que me han dulcificado este verano inquietante. Algunos de esos libros los comento en otro apartado de este Sinapsis. Tampoco he podido apartarme de las noticias del mundo. 

Aunque ya lo haya manifestado antes, sufro al conocer la situación de las mujeres en Irán, Afganistán y otros países donde se consideran a las mujeres sin derechos o en un estatus inferior en la sociedad. Las guerras y nuevos golpes de estado en África, la continuidad de la ruin agresión de Rusia a Ucrania, la preocupante deriva totalitaria del gobierno Israelí vulnerando la independencia del poder judicial; los abismos sociales y descréditos de los gobiernos en Sudamérica, el renacer del trumpismo y otros asuntos más. En fin, todo ello impregna de pesimismo y desesperanza a los objetivos del progreso de las sociedades.

 

Como seres complejos que somos, recibimos influencias a distintos niveles. Nuestra biología, nuestros estados internos y nuestras conductas cambian y se adaptan en función de las condiciones externas, no solo política o sociales sino también climáticas.

Durante el verano, en general, aunque no siempre, disponemos de más tiempo libre para emplearlo en el ocio y en las relaciones sociales. No solo es el momento en el que muchas personas disfrutan de sus vacaciones anuales, también es común que las empresas modifiquen o reduzcan el horario laboral y que socialmente tendamos a pasar más tiempo en la calle, relacionándonos con amigos y familiares.

 

Dado que nuestros vínculos con otros seres humanos son necesarios y beneficiosos, el incremento del contacto social suele traducirse en un mayor bienestar subjetivo. Además, la reducción de las presiones laborales nos permite relajarnos y desconectar, disminuyendo los niveles de estrés. Sin embargo, pienso que estas olas de calor extremo rompen con esas apreciaciones que hasta ahora no tenían discusión.

 

Por ello intuyo que a muchas personas los calores excesivos pueden afectarle de manera negativa en sus percepciones y estado de ánimo. La llegada de la temporada estival, de las horas extendidas de luz solar y de las altas temperaturas también pueden causar complicaciones e inconvenientes.

 

Según algunos investigadores, el calor excesivo puede generar un empeoramiento de cuadros eufóricos y maniacos en las personas que padecen trastorno bipolar. Pero, en general, todas las personas con algún trastorno psicológico son más proclives a sufrir con las temperaturas extremas.

 

Del mismo modo, para la población general también existen dificultades. Y es que el sofocante calor del verano, la sudoración constante y el trabajo continuo que realiza el organismo para regular la temperatura pueden desembocar en una mayor irritabilidad y conductas agresivas. También puede generar apatía, fatiga y decaimiento.


Por último, hay quienes experimentan lo que se conoce como trastorno afectivo estacional del verano. Este se caracteriza por la aparición de sensaciones de tristeza, melancolía y abatimiento con la llegada de la estación estival; y aunque es menos común que la depresión estacional de invierno, afecta en torno a un 10% de las personas. Además en este contexto debemos recordar a los peligrosos golpes de calor que acaban con muchas vidas durante los veranos.

No olvidemos que julio de 2023 ha sido el más caluroso desde que hay registros. Por todo ello, os animo a buscar documentación científica sobre cambio climático, calentamiento global y antropoceno. Estas cuestiones se agrupan en el reto mayor que tiene hoy la humanidad y las demás especies, y es un reto que no respeta fronteras.

 

Bien, vamos a dejar de hablar ya del tiempo aunque os invito a leer dos poemas relacionados con el verano y también como cierre tenéis un enlace al final para escuchar una vez más el “Verano” de Las Cuatro Estaciones de Vivaldi.

 

Os pido disculpas por este tostón escrito sobre el verano, pero a su vez me tendréis que perdonar ya que es un efecto más del calor extremo. Es broma o quizás no.


Hasta pronto. Cuidaos mucho los de este hemisferio y los que estáis en el hemisferio sur, protegeos del frío.

 

Un abrazo a todos.

 

Pepe

 

 Francisco Brines en Los veranos:


¡Fueron largos y ardientes los veranos!

Estábamos desnudos junto al mar,

y el mar aún más desnudo. Con los ojos,

y en unos cuerpos ágiles, hacíamos

la más dichosa posesión del mundo.


Nos sonaban las voces encendidas de luna,

y era la vida cálida y violenta,

ingratos con el sueño transcurríamos.

El ritmo tan oscuro de las olas

nos abrasaba eternos, y éramos solo tiempo.

Se borraban los astros en el amanecer

y, con la luz que fría regresaba,

furioso y delicado se iniciaba el amor.


Hoy parece un engaño que fuésemos felices

al modo inmerecido de los dioses.

¡Qué extraña y breve fue la juventud!



Luis García Montero (Recuerdo de una tarde de verano)


Aquel temblor del muslo

y el diminuto encaje

rozado por la yema de los dedos,

son el mejor recuerdo de unos días

conocidos sin prisa, sin hacerse notar,

igual que amigos tímidos.


Fue la tarde anterior a la tormenta,

con truenos en el cielo.

Tú apareciste en el jardín, secreta,

vestida de otro tiempo,

con una extravagante manera de quererme,

jugando a ser el viento de un armario,

la luz en seda negra

y medias de cristal,

tan abrazadas

a tus muslos con fuerza,

con esa oscura fuerza que tuvieron

sus dueños en la vida.


Bajo el color confuso de las flores salvajes,

inesperadamente me ofrecías

tu memoria de labios entreabiertos,

unas ropas difíciles, y el rayo

apenas vislumbrado de la carne,

como fuego lunático,

como llama de almendro donde puse

la mano sin dudarlo.

Por el jardín, el ruido de los últimos pájaros,

de las primeras gotas en los árboles.


Aquel temblor del muslo

y el diminuto encaje, de vello traspasado,

su resistencia elástica

vencida con el paso de los años,

vuelven a ser verdad, oleaje en el tacto,

arena humedecida entre las manos,

cuando otra vez, aquí, de pensamiento,

me abandono en la dura solución de tus ingles

y dejo de escribir para llamarte.



Verano. Vivaldi


https://youtu.be/ZI6PGayorwk




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