¡Desesperación!. José Herrera

                                             ¡Desesperación!

                                                 

                                                                            José Herrera


                                                                                       Obra de Munch

La palabra desesperación tiene el significado de "acción y efecto de perder la confianza de que se cumpla un deseo. En mi caso es el deseo de que se acabe la guerra en el este de Europa.

Pasan los meses y la invasión imperialista de Rusia a Ucrania liderada por Putin persiste y no tiene visos de acabar.

Ucrania pone los muertos y la destrucción de sus ciudades, Europa sufre retroceso económico de consecuencias aún no cuantificables por la situación energética y el riesgo de que este conflicto se extienda; muchos países dependientes ven con temor las dificultades para que le lleguen los alimentos por motivos de este enfrentamiento y todo el mundo, excepto los que no quieren mirar, están también bajo la amenaza de una guerra nuclear que devastaría todo el planeta.


Ganan con esta situación los de siempre. Los que se lucran con las guerras, los que venden armas, energías a precios elevados, acentúan la dependencia, o redibujan la geopolítica global a costa del sufrimiento de millones de personas. Los que diseñan las guerras nunca van a ellas.


Hoy ni siquiera la guerra convencional definiría este proceso ya que la amenaza nuclear frena intervenciones que en otras épocas hubiesen servido para acabar este tipo de conflicto. Crecen y son motor de estas guerras los nacionalismos, los autoritarismos y los populismos que aumentan en las situaciones de incertidumbres. Los imperialismos, como son los que se derivan de las políticas de Rusia, Estados Unidos o China tienen como base el interés económico y lo camuflan de sentimientos patrios, etnias, anhelos de épocas pasadas o "ayudas". La democracia está en serio peligro con los nacionalistas, populistas e imperialistas. La democracia, con todos sus fallos es el mejor sistema para la convivencia humana.  Pero a los que eso no les importa, salvo el poder, atentan y atentarán contra ella.

Rusia, Estados Unidos y China tienen el peso de la responsabilidad de buscar la negociación y el fin de esta atroz guerra. Ojalá que en Rusia surgiese una contestación fuerte a Putin para frenar esta carnicería y destrucción programada que está realizando. Pero lo dudo ahora mismo dada la terrible falta de libertades que existe en ese país. 


Europa deberá aprender de esta coyuntura histórica y buscar caminos más rápidos para una verdadera integración europea y conseguir la independencia de los países que disputan sus diferencias en el suelo del viejo mundo. En los últimos siglos Europa ha sido el campo de batalla principal de las rivalidades de los diferentes imperios. Esto ha conllevado decenas de millones de muertos.

Cuando veo la destrucción sistemática que está sufriendo Ucrania, los muertos, los mutilados,  los millones de exiliados, la sin razón de esta guerra y los errores y ambiciones de los países que están detrás de todo esto, solo siento desesperación, que es lo mismo que falta de esperanza.

Creo saber que debieran hacer los países responsables de esta situación, pero no sé con claridad que debemos hacer cada uno de nosotros como ciudadanos. Quizás lo que debamos hacer es resistir, aguantar, extremar la solidaridad y no dejarnos arrastrar por corrientes antidemocráticas que en estas coyunturas suelen ofrecer salidas falsas. Hay que buscar caminos a la negociación que detengan la carnicería y la destrucción de hogares e  infraestructuras ya que los agresores intentan llevar a Ucrania al siglo XIX.


Los países no son los “malos” si no quiénes los gobiernan en determinados momentos  ya que priman sus intereses de clase o de sectores económicos y emborrachan con vocinglería patriótica a sus propios ciudadanos para llevarlos también al matadero siempre que sirvan a sus planes delirantes.

 Probablemente Putin inició esta escalada bélica criminal no por el temor de que la OTAN avanzase hacia territorios que a Rusia le preocupasen, ya que ese temor podría ser comprensible, sino por el miedo a la cercanía y ejemplo de países que viven en democracia. Esto pondría en riesgo su autocracia.

 

Desesperación sí pero no quiero perder la esperanza. Exijamos uno a uno hasta ser millones en el mundo, para que los gobernantes busquen salidas negociadas a esta barbarie. No hacer nada, siempre será peor.

Estos mezquinos conflictos frenan además la lucha por otros temas urgentes. Siguen millones de mujeres en el mundo obligadas a casarse, a cómo vestirse e impedidas de acceder a estudios o profesiones, la desigualdad social creciente consecuencia del sistema neo liberal dominante es acuciante y el avance del calentamiento global sin que hagamos nada, nos ofrecen un panorama desolador. Y mientras, las “tribus humanas” crean guerras y conflictos para satisfacer ideologías delirantes.

Una plataforma o un programa que podríamos elaborar entre todos y titularlo “¿Qué Hacer, hacia adónde vamos”? podría servir de momento, aunque sea para canalizar nuestra desesperación. ONGs, partidos políticos, organizaciones internacionales, a través de contactos y redes sociales podrían iniciar una presión internacional tratando incluso de sumar a sectores de la ciudadanía rusa, para frenar este conflicto bélico que en el siglo XXI puede hacer retroceder la historia. Esta propuesta puede parecer inocente o naíf,  pero muchos movimientos en el mundo se iniciaron con ideas que parecían así en su momento y más tarde triunfaron.

La maldad, la estupidez, la avaricia y la codicia de clase o de grupos están inmersos en la sociedad humana. Pero debemos enfrentarlas de diferentes formas. Este enfrentamiento no debe ser puntual ni solo en este momento si no a lo largo de generaciones. Solo que hay que comenzar a andar. Deseo que la esperanza derrote a la desesperación. Entre todos, podremos.


J.H


Mientras pensamos sobre estos temas os invito a oír tres fragmentos musicales de diferentes compositores pero que algunos musicólogos asocian a una música contra la desesperanza.



https://youtu.be/nxGUXw6rDlg  Oboe de Gabriel. La misión. Ennio Morricone.


https://youtu.be/vaXNdVTGT0k  Libertango de Piazzolla


https://youtu.be/hAD8RTYpABg  Sinfonía del nuevo mundo. Antonín Dvorák


También una lectura de estos brevísimos poemas  sobre la desesperanza y la guerra


Dice la esperanza: un día...

de Antonio Machado

 

Dice la esperanza: Un día
la verás, si bien esperas.
Dice la desesperanza:
Sólo tu amargura es ella.
Late, corazón... No todo
se lo ha tragado la tierra.

 

TRISTES GUERRAS (Miguel Hernández)

 

Tristes guerras

si no es amor la empresa.

Tristes, tristes.

Tristes armas

si no son las palabras.

Tristes, tristes.

Tristes hombres

si no mueren de amores.

Tristes, tristes. 

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