Cine. Estreno de "Argentina,1985"

Cine/estreno: Argentina,1985 (J.Herrera)




Título original

Argentina, 1985 

Año:2022

Duración

Dirección: Santiago Mitre

Guion: Santiago Mitre, Mariano Llinás

Reparto

Ricardo DarínPeter LanzaniAlejandra FlechnerCarlos PortaluppiNorman BriskiHéctor DíazAlejo García PintosClaudio Da PassanoGina MastronicolaWalter JakobLaura Paredes

Género

Thriller.  Drama |  Basado en hechos reales.  Drama judicial / Abogados/as.  Años 80Dictadura argentina

 

Sinopsis

Argentina, 1985 está inspirada en la historia real de Julio Strassera, Luis Moreno Ocampo y su joven equipo jurídico que se atrevieron a acusar, contra viento y marea, a contrarreloj y bajo constante amenaza, a la más sangrienta dictadura militar argentina. Una batalla de David contra Goliat, con los héroes menos esperados.

 

Argentina, 1985. Comentarios

 

Tenía mucha expectativa por ver esta película ya que su historia en cierto modo tiene relación con la mía propia. Al llegar al cine tuve la grata sorpresa de encontrar la sala llena, lo que no ocurría desde hace años. Tras ver el filme quedé un poco impactado y cuando los que estaban conmigo me preguntaban mi opinión sobre ella me costó inicialmente poder darla. Necesitaba meditar. Tras volver del cine leí algunas críticas de la película en diferentes medios y traté de resumir algunos conceptos que me iban aclarando lo que yo había sentido en la sala. 

 

Esta película tiene en su punto de mira el juicio contra los responsables de la dictadura militar argentina (1976-1983) y la laboriosa actuación del fiscal Julio Strassera que llevó la acusación. La historia está basada en hechos reales, pero también contiene elementos de ficción, dramáticos y familiares que la hacen entretenida y atractiva para el público. El director, Santiago Mitre, lo adereza aquí con el gancho casi siempre infalible de las películas sobre juicios. El hilo de la historia se desarrolla a través de la persona del fiscal Strassera, su entorno y las múltiples dificultades que éste tuvo que afrontar para presentar las acusaciones a los genocidas, que entonces aún estaban protegidos por el poder en la sombra que les garantizaban la impunidad y amenazaban otra vez al país.

 

Lo que más duele de la memoria del horror no es tanto la posibilidad de revivir lo terrible, que obviamente también, sino la simple posibilidad del olvido. 

Para el director y guionistas de esta película lo peor que puede ocurrir en una sociedad es el olvido de hechos históricos, en este caso recientes. Donde individuos investidos de poder a través de la institución militar y apoyados por otros sectores poderosos llevasen a una sociedad al horror cotidiano, al miedo continuo donde lo que imperaba era la desaparición, tortura y asesinatos de miles de personas. Esta maquinaria de terror era programada, estructurada se regía por órdenes jerárquicas y se implantó a través de toda la geografía del país.

 

La película parece un filme “normal” de juicios con un desarrollo de la historia de este tipo de películas ya conocidos; diríamos nada novedoso ni artísticamente notable. Está bien filmada, bien interpretada y te mantiene inmóvil en la butaca mientras sigues esta historia quizás ya conocida por muchos. Lo específicamente “artístico” en esta obra es  secundario. Lo principal es el valor de recordar un hecho histórico y lo que en el se juzgaba para así evitar el olvido de la barbarie vivida en aquel país y de ese modo intentar que  nunca vuelva a ocurrir.

Pero lo que se rememora de lo acontecido en los años de la dictadura es tan descomunal, tan hiriente, tan literal, que todo empeño de estilo queda difuminado por lo evidente. Los torturados suben a la tarima del juicio y cuentan sus torturas. Los familiares de los que desaparecieron rememoran la noche en que la vida de los suyos y la suya propia fueron secuestradas. 

No cabe duda de que a la película se le puede echar en cara tanto su exceso de convencionalismo melodramático como el redundante uso del cliché judicial 'hollywoodiense'. Pero, insisto eso es totalmente secundario.

 

Los puntos de interés de la trama están bien elegidos y narrados, desde la composición y dedicación del joven equipo de juristas que colaboraron con Strassera, a la sensación de que tenían que luchar contra una gigantesca y amenazante trama aún presente en 

los poderes del Estado, o los testimonios terribles de algunas de las víctimas y familiares. Por otra parte, está el conflicto personal y familiar de Strassera, interpretado con la habitual calidad que Ricardo Darín le da a sus personajes. 

El director ha optado por una línea narrativa clara, podría decirse “clásica” y con una buena puesta en escena, sin exceso de complejidades ni truculencias.

 

Pasaron decenas de años desde el juicio a las juntas militares que gobernaron durante la última dictadura en la Argentina, entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983. Y aunque eso pudiera parecer mucho tiempo, en realidad no lo es en términos históricos: se trata de hechos que son contemporáneos para, más o menos, la mitad de los habitantes de ese país. 

Es decir, no hay distancia para pararse frente a ellos sin que cuestiones emocionales o de la memoria afecten el vínculo que se tiene con aquel hecho tan reciente. 

Imposible minimizar los actos atroces de la dictadura ya que forman parte de la vida de los millares de argentinos que vivieron esa época, que saben lo que pasó, que lo sufrieron y lo condenan. También están ahí los que aún lo minimizan o lo niegan.

 

Por eso resulta imposible tomar distancia de Argentina,1985, séptima película del cineasta Santiago Mitre, en la que se recrean las circunstancias que rodearon a aquel juicio. Por que aunque se trata de una ficción basada en hechos reales, su visión ha sido necesariamente recortada y modificada para cumplir de la mejor forma con sus fines dramáticos, y será difícil quizás para muchos entender esta cuestión. Es difícil verla de forma aséptica, sin pretender que su relato coincida con el de la propia memoria, porque en ella se muestran hechos que todavía ocupan el núcleo central para muchos argentinos, hoy en 2022.

 

Desde el guion, escrito junto a Mariano Llinás, Mitre toma la decisión de hacer eje en el hecho jurídico, convirtiendo lo político en un halo que lo envuelve como una burbuja cada vez más asfixiante. Por eso es posible decir que lo que en ella se cuenta puede resultar oportunamente didáctico para una gran parte de ese país. La parte que integran los jóvenes que no estuvieron ahí para dar fe, para quienes aquellos hechos atroces ya empiezan a introducirse o diluirse en los libros de historia. 

Puede ser difícil para una persona que entiende el cine, principalmente como un vehículo de entretenimiento, aceptar que una película es “necesaria”. Y sin embargo sí, Argentina, 1985, lo es.  El filme de Mitre manifiesta la fuerza de un pasado que todavía golpea duro.

 

El alegato final cuando el fiscal se dirige a los jueces y les dice: “Señores jueces, nunca más” quizás resume el sentido que pretende la película y que es no olvidar para no repetir los mismos y terroríficos errores que la sociedad de aquellos años vivió.

 Uno en la sala del cine sabe lo que va a pasar, por que ya conoce la historia, sin embargo por la calidad de la película hace que vuelva a doler, que vuelva a emocionar, que se 

complete un viaje al pasado. Y también se intercala el humor, no en forma de gag ni como alivio de tensión dramática, sino como componente de la realidad que atraviesa a los personajes y a la sociedad. El humor, siempre es un mecanismo inconsciente para hacer más llevadera la cotidianidad, la de entonces y la de ahora.

 

Argentina, 1985 es cine clásico con tema político en su centralidad, pero es más que eso. Es un relato honesto, lo suficientemente fiel a la realidad para convertirse en un testimonio de época. Por lo tanto también es un ejercicio de la memoria como disparador del debate para hijos, para nietos, para aquellos que nacieron en una Argentina democrática y, por ende, necesitan reconstruir su pasado. Para saber de dónde vienen, y también a dónde van.

 

Personalmente como espectador, que en cierto modo viví la época que se refleja en la película, sentí que la obra no había satisfecho totalmente mis expectativas.  Mi error fue que esperaba una especie de documental de aquel periodo infernal y me encontré con un filme clásico alrededor de las vicisitudes del fiscal Strassera.

 Como película creo que está bien, entretiene y muestra un pequeño periodo de esa época atroz. Quizás para los que no la han vivido sea útil para recordar y aprender, para jamás repetir esos hechos.

Yo, desde mi visión, seguramente equivocada, esperaba relatos más numerosos de las fechorías hechas por lo genocidas. En la película se mencionan solo unos cuantos ejemplos. Creo que se podría haber dedicado más a ello, reduciendo el metraje en otras partes del filme y expresar también el drama psicológico de los familiares de los desaparecidos y también los discursos que están en todas las hemerotecas de los militares genocidas. Así mismo creo que en ocasiones hay diálogos algo forzados que pretenden decir mucho en pocas palabras sobre todo en temas muy importantes, que de explayarse más, hubiesen servido para responder mejor a los que hoy intentan minimizar lo que fue la dictadura.

 

También, me llamó la atención que apareciese en la película, aunque fuese introducido como una anécdota, la corta intervención de uno de los personajes de los jóvenes ayudantes del fiscal. Me refiero a la parte en que éste declara que el peronismo fue el único movimiento que siempre se enfrentó a las dictaduras. En el filme se plantea esta pequeña intervención como un mínimo desacuerdo padre/hijo. Sin embargo si la película aspira a ser un testimonio histórico (y creo que lo logra) no debería haber quedado esa declaración sin la respuesta adecuada ya que no se debe olvidar que los secuestros, torturas y muertes e incluso el primer centro clandestino de detención creado en el país fue durante el gobierno de Isabel Perón que perseguía a muchísima gente, entre ellos a los más jovenes de su propio movimiento por razones políticas e ideológicas.

 

A pesar de estas pequeñas apostillas al filme creo que es una buena película y recomiendo sin lugar a dudas que vayáis a verla para conocer algo más de esta reciente y triste historia de Argentina. Conocer, recordar y no olvidar para no repetir.

Tras ver la película queda el dolor. Queda el temor al injusto olvido del dolor. Olvidar lo que ocurrió, después de ver Argentina, 1985, sería como humillar de nuevo a las víctimas.


Adjunto enlace del tráiler de la película


https://youtu.be/EDK2FtU5oxg 


      José Herrera

                                                        ***

II) Homenaje a Javier Marías

A continuación aprovecho para compartir con vosotros el homenaje a Javier Marías, gran escritor y también un excelente cinéfilo

 En el enlace que está a continuación podéis ver el video que recoge el homenaje realizado por sus amigos al escritor Javier Marías que falleció hace casi un mes.

Merece la pena verlo ya que además de una despedida compartida a este gran escritor, podemos también observar a través de las personas que lo conocieron su personalidad más íntima y sus cualidades, entre ellas de las más destacadas, el sentido de la amistad.

https://youtu.be/pMd7FV6cvTc


 

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