Cine: Maixabel. Opiniones

Cine: Maixabel


La directora Icíar Bollaín intenta un alegato contra el odio en El País Vasco




Tráiler de la película. Os invito a verlo

https://youtu.be/jFcATrLdHf8


Dirección: Icíar Bollaín Reparto: Blanca Portillo, Luis Tosar, Urko Olazabal, María Cerezuela, Bruno Sevilla Título original: Maixabel País: España Año: 2021 Fecha de estreno: 24–9-2021 Género: Drama Guion: Icíar Bollaín, Isa Campo Fotografía: Javier Agirre Erauso 

Sinopsis: Gira alrededor de Maixabel Lasa, viuda del político vasco asesinado por ETA, Juan María Jáuregui, y una de las primeras víctimas en acceder a entrevistarse con los asesinos de su marido en la cárcel, en el marco de los encuentros restaurativos impulsados en 2011 desde la llamada ‘Vía Nanclares’.

Si hay algo que tienen en común los personajes, hombres o mujeres, del cine de Icíar Bollaín es que son luchadores, o si se prefiere, rebeldes, y se empeñan en mejorar, a cualquier precio, el mundo en el que les ha tocado vivir. Esto lleva a la directora de modo inevitable a abordar temas que despiertan pasiones encontradas. En el caso de Maixabel, el terrorismo de ETA y cómo superar el dolor que ha causado.

La propuesta de la cinta de propiciar encuentros entre víctimas y asesinos no parece fácil de asimilar en principio, aunque está avalada por la realidad, ya que su principal promotora ha sido Maixabel Lasa, viuda del político asesinado Juan María Jáuregui. El guion, espléndido, coescrito por la cineasta con Isa Campo, se adentra en los personajes mostrando cómo evolucionan en sus sentimientos y en su modo de pensar y actuar.

Un objetivo que se logra gracias al trabajo sobresaliente de Luis Tosar y otros. La película, que avanza sin estridencias, llega a provocar emoción  con su sencillez y  sin excesos fáciles. (Fotogramas)

 

Hay dos secuencias en ‘Maixabel’ muy bien escritas e interpretadas. Atañen a las conversaciones que Maixabel Lasa (Blanca Portillo) mantiene con dos de los tres etarras que asesinaron a su marido, Juan Mari Jáuregui. Las dos secuencias están planteadas desde la contención, fueran exactamente así o no como ocurrieran en la realidad, y esa contención es la misma que expone la película en todo su trazado para gravitar sobre la idea de la reconciliación, la punición y el perdón.

Aunque uno de los asesinos tenga menor entidad en la película (interpretado por Urko Olazabal), su encuentro con Maixabel, la forma de callar porque no sabe realmente como pedir perdón, es muy significativa del tono del filme. Su cara a cara está filmado con primeros planos en los que se concentran tensión y arrepentimiento, y tienen una elogiable neutralidad que evita tanto el panfleto, habitual en este tipo de exposición, como el exceso dramático.


‘Maixabel’ tampoco es un filme cómodo, ya que horada en muchos elementos de la reciente realidad vasca. No es solo el conflicto entre quienes mataban y quienes fueron asesinados o la dificultad para salir de determinados ambientes que predeterminan una actitud violenta. 

La secuencia final se salta el guion preestablecido durante el resto de la película, pero define lo que pretende ser ‘Maixabel’ si es que el cine puede tener aún alguna incidencia en este tipo de conflictos. (El Periódico de Cataluña). 


Muy bien interpretada por Tosar y los demás actores secundarios. No así por la actriz que interpreta a Maixabel, desde mi humilde punto de vista. No la vi real si no una “interpretación”que no transmitía lo que se supone sintió esa persona que había perdido a su marido asesinado por los etarras.

Bien realizada la película aunque algunos primeros planos reducían el dramatismo de las escenas en lugar de intensificarlo. 


Los últimos fotogramas del filme no son creíbles y si fueron así en la realidad, que golpe para los presentes que habían sufrido el terrorismo etarra en ellos  mismos o en sus amigos y familiares. Esa escena final sobraba. Creo que es lo peor de la película en un filme que tiene grandes aciertos y una destacada elaboración.


 Lo positivo es poder comenzar a contar la historia de la banda criminal. También creo que es positivo si sirve para dividir a los que aún defienden a ETA. Ahora no matan pero siguen hostigando y segregando a los que no piensan como ellos. El encuentro entre  victimarios y víctimas puede ser útil para algunas personas pero no para todas. El dolor producido por la violencia terrorista no tiene en todos los que lo vivieron una misma respuesta.


En resumen, una buena película que comienza junto a otras a hablar de la sinrazón  vivida durante décadas en España y sobre todo en el País Vasco. No llega a conmover, al menos a mí y se sale del cine con sentimientos contradictorios y confusos. Creo que es un buen y necesario intento de abordar estos temas pero para mí algo fallido o incompleto. 

A pesar de estos matices recomiendo la película. Es necesario ver, recordar y no olvidar. También muy necesaria para los jóvenes que pareciera a veces que ven con distancia esta etapa vivida hasta hace muy poco en nuestro país.(Joaquin Peral)

 

 

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