Cine. Analizando "2001: Una odisea en el espacio"



                                                                 Fotograma de "2001: Una odisea en el espacio"


Una de las películas más importantes de la historia del cine es "2001: Una odisea del espacio".

Es del año 1968 y su director es el gran Stanley Kubrick. La vi en ese mismo año y tenía yo entonces 18 años.

Cuando yo vi este filme, tenía, a pesar de mi edad mucho cine visto ya que desde niño, primero acompañado por mis padres y más tarde con amigos y amigas, era un gran aficionado a este arte y entretenimiento. Muchas cosas estaban pasando en esos años en el mundo de los sesenta y un hecho destacado fue también el estreno de esta película.

En ese año comenzaba yo la universidad y estaba descubriendo un mundo nuevo. Fui a ver la película con dos o tres amigos en el cine Metro de Tucumán (Argentina). Salí cambiado de la sala. El filme conmocionó mi mente, me incitó a pensar y conocer muchos temas que hasta ese momento habían sido para mí secundarios o poco importantes. Tuvimos una tertulia para discutir y tratar de interpretar muchas mensajes de la obra que nos llevó a un bar donde permanecimos varias horas hasta que nos sugirió el camarero que nos marchásemos. Quizás lo más importante para mí que era muy joven y sin formación en ciencia, fue el estímulo intenso que me llevó a conocer y estudiar la evolución humana y de las otras especies, las teorías sobre el universo y situarme en este pequeñísimo planeta rocoso que se trasladaba alrededor del sol y que me alejaba de todas las explicaciones acientíficas que hasta entonces yo conocía sobre la vida, el origen del hombre y también del concepto del tiempo-espacio que hasta ese momento no había entrado en mi cabeza. Aunque os parezca exagerado, esta película cambió mi forma de ver y entender la historia, el universo, los riesgos de las tecnologías y sobre todo me situó en la conciencia que éramos en el espacio solo un granito de arena dentro de una playa inmensa. Al igual que muchísimos espectadores salimos del cine con grandes dudas sobre escenas del filme y sus significados. En gran parte hoy en día persisten estas dudas en muchos ya que el director de la película como el co-guionista Arthur Clarke que posteriormente completó esta historia en una obra literaria titulada con el mismo nombre, no aclararon o no coincidieron en las explicaciones de esta maravillosa obra. Al final del texto que sigue he puesto un enlace donde podréis consultar diferentes explicaciones a ciertos enigmas de la película. Está compartido desde wikipedia y creo que merece la pena leerlo. Seguramente, al igual que me ocurrió a mí, tras contactar una vez más con esta película, sentí unas ganas enormes de volver a ver este filme, que es lo que haré en estos días. Puede que los 56 años que transcurrieron desde que la vi por primera vez me permita apreciar otras cosas que en aquel momento se me pasaron desapercibidas.


A continuación comparto un artículo publicado en Jot Down sobre la película y después un trabajo en wikipedia que analiza escenas  significativas del filme que han provocado diferentes interpretaciones desde su estreno. Recomiendo su lectura.

https://www.jotdown.es/2024/03/2001-una-odisea-del-espacio-salto-evolutivo/


"2001: Una odisea del espacio": un salto evolutivo del arte cinematográfico

Escrito por Emilio de Gorgot. Jot Down


 

2001: Una odisea del espacio. 


Breve tráiler de la película


https://youtu.be/Zj3RhcXErz0?si=birBq9H7k0-Uqebi

2001: Una odisea del espacio es muy probablemente la cúspide de la ciencia ficción cinematográfica, un momento de gloria que difícilmente será replicado en el futuro. Recordemos que a mediados de los años sesenta, cuando fue estrenada, el género era apenas respetado como expresión artística genuinamente adulta. Al contrario de lo que había empezado a suceder con su vertiente literaria, incluso las películas de ciencia ficción con una aproximación más seria eran consideradas productos ligeros para el consumo infantil y juvenil. Era costumbre que los ejecutivos de los estudios obligasen a los guionistas y directores a efectuar concesiones al público de menor edad, ya fuese simplificando los argumentos u ofreciendo dosis de acción incluso cuando resultaban innecesarias. Así estaban las cosas… hasta que Stanley Kubrick decidió dar un golpe en la mesa.

Por entonces, el director estadounidense estaba ya pugnando para ejercer el máximo control artístico sobre su obra. Con 2001: Una odisea del espacio decidió romper los convencionalismos y demostrar al mundo no solamente que la ciencia ficción cinematográfica era verdaderamente digna del público adulto, sino incluso que podía ser el vehículo mediante el que revolucionar los parámetros del séptimo arte. Buscó la colaboración de uno de los más reputados escritores del género, Arthur C. Clarke, y entre ambos escribieron un guion que combinaba la característica épica filosófico interestelar de Clarke con la visión revolucionaria que Kubrick concibió para trascender el lenguaje cinematográfico convencional. Quería que el argumento y el mensaje de la película apenas fuesen explicados con palabras, pero tampoco con los resortes habituales del cine mudo. La forma y el fondo debían confundirse en un experimento donde el continente formaría parte del contenido: la música, la longitud o brevedad de las secuencias, el manejo de los tiempos… casi todos los aspectos puramente formales iban a servir como transmisores, y no solamente moduladores, del mensaje principal.

Dicho y hecho: trabajando con su obsesivo perfeccionismo —casi no hubo un aspecto de la producción del que no se ocupara personalmente— y valiéndose de aquella aproximación cinematográfica inédita, Stanley Kubrick realizó la película que para muchos es su obra maestra y que en todo caso suele ocupar la cabecera en las listas de mejores largometrajes de ciencia ficción de todos los tiempos. Nadie niega que 2001 es una película difícil. Su argumento —una intervención alienígena sobre la evolución pasada y futura de la especie humana, ejecuta  mediante unos misteriosos monolitos negros— está bien estructurado y prácticamente todos sus conceptos tienen explicación, pero el inusual modo de contárselo al espectador deja invariablemente perplejos a quienes la ven por primera vez y de hecho resulta harto difícil entenderla en su totalidad hasta poder verla más veces (en Jot Down ya dedicamos un artículo a ello: «2001, explicada paso a paso»). 

Cuando se estrenó, de hecho, estuvo a punto de ser un fracaso en taquilla. Casi nadie entendía nada. Se suele atribuir su tardía remontada comercial a un boca a boca iniciado por los consumidores de drogas psicodélicas, que encontraban en esta película un marco absorbente e intenso para sus «viajes»: no resulta extraño, por ejemplo, que el metraje sobrante de una de sus secuencias, un viaje cósmico a través de una «puerta espacial», fue se usado por los Beatles en su película Magical Mystery Tour. De todos modos, quien haya visto 2001 en pantalla grande ya sabe que, pese a que resulta difícil entenderla, es estéticamente abrumadora. 

Rompió muchísimos moldes técnicos y estéticos, revolucionando el mundo de los efectos especiales: prácticamente no ha habido una película espacial posterior que no beba directamente de ella (aunque en este aspecto Kubrick también había recibido influencias externas, como Camino a las estrellas del ruso Pavel Klushantsev). Pero como decíamos, su principal aportación al cine fue la de quebrantar las leyes de la narrativa tradicional, por ejemplo dilatando y contrayendo el ritmo temporal para expresar conceptos como las grandes distancias del sistema solar y el cosmos. Un recurso que no era originalmente suyo y que, como algunas otras cosas —el montaje, la manera de enfocar los paisajes, el uso de los silencios— Kubrick había podido aprender en películas como Lawrence de Arabia de David Lean.

Kubrick, sin embargo, lo llevó todo al extremo, renunciando voluntariamente a una regla supuestamente sagrada en el cine: conseguir que la historia sea inmediatamente comprensible para el espectador. Él mismo decía que no quería que el público de las salas entendiese la película, sino que la asimilara y disfrutara como una experiencia puramente audiovisual. 

El uso de metáforas, de hecho, iba más allá incluso de lo meramente visual y hasta el uso de la música y del sonido estaba concebido para encerrar algún tipo de información argumental, pero siempre sin descuidar el que la experiencia estética pudiese disfrutarse como un todo. En ese sentido, 2001: Una odisea del espacio es lo más parecido al «arte total» que preconizaba Richard Wagner (uno de cuyos discípulos, por cierto, es el autor de la famosa música del «Amanecer» que tan magistralmente usó Kubrick en esta película). En todo caso, una obra repleta de atractivos estéticos y abstractos que fascinan a algunos y mortifican a otros, pero a la que siempre merece la pena darle una oportunidad más, porque se convierte en imprescindible para quien consigue finalmente penetrar en su fascinante mundo. 

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*** Enlace de  artículo sobre interpretaciones de esta gran película.

https://es.wikipedia.org/wiki/Interpretaciones_de_2001:_Una_odisea_del_espacio

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