Breves escritos personales. Joaquín Peral


Breves escritos personales

“En asociación libre”

 Joaquín Peral


Escribir es ir descubriendo lo que se quiere decir.

Max Aub


Escribir es siempre protestar, aunque sea de uno mismo.

Ana María Matute


                                                         Paso del tiempo. Obra de Mercedes Urda

En una tarde gris de diciembre y tras una pausa en la lectura de una novela, comienzo a teclear en el ordenador ideas sueltas y que surgen por asociación libre, o al menos eso creo.

Una vez más me hago a mí mismo la pregunta sobre el porqué escribo. Sobre todo me repito esta pregunta porque soy consciente que no escribo bien. Que los textos que llevo al papel son mediocres, escritos sobre la marcha y que algo en mi interior se resiste a que los corrija después de haberlos “parido”. 

Pero quizás escriba porque me hace sentir mejor el hacerlo y plasmo en una pantalla y probablemente después en papel, mis pensamientos y reflexiones sobre diferentes temáticas. ¿Escribo para desahogarme? ¿O para que queden de algún modo expresados mis pensamientos para alguien?. ¿Quizás para mis hijos o algunos de mis amigos?. Pero sé que mis pensamientos no son importantes y que podrían quedar simplemente para la charla en un bar con personas de inquietudes similares. En fin, no sé con claridad porqué escribo.

Tennessee Williams decía que escribía porque encontraba la vida poco satisfactoria y Paul Auster pensaba que lo hacía porque los escritores son seres heridos y aspiran a crear otra realidad. Sin embargo, Scott Fitzgerald afirmaba que no se escribe porque quieres decir algo sino porque tienes algo que decir. 


Yo, un septuagenario jubilado sin cualidades literarias, pero preocupado por el presente y el futuro del mundo aunque también preocupado dada la edad, por la proximidad o riesgo de enfermedad o deterioro cognitivo, decido escribir pensando en mi reducido grupo de amigos y lectores que quizás por cortesía leerán estos manuscritos.

No aspiro ya a escribir bien y que por esa calidad sea distinguido, sino para estimular o provocar pensamientos o reflexiones en los escasos lectores a los que pueda llegar. Como estos serán seguramente mis amigos o familiares tengo la sensación de que estamos charlando en un bar mientras tomamos un café o en una reunión familiar tras los postres. Esto me hace desear el “feedback” de ideas, aunque ello luego no se haga realidad. Esa idea, me tranquiliza y me ayuda seguir adelante con la escritura.

Ahora después de releer lo escrito en el ordenador lo comparto contigo lector para que juntos pensemos o revivamos experiencias de cada uno. Hasta la próxima. 


Comparto estos siete breves textos “sin filtros” y en borrador para preservarles la espontaneidad (aunque eso a veces sea erróneo)…


1)

Nunca falta a su cita…


Vendrá, de eso estoy seguro. 

Lo hará sigilosa o súbitamente, pero vendrá. A lo largo del tiempo en ocasiones me visitó temporalmente pero decidió marcharse en aquellos momentos. Como parte del universo del que también procede, volverá y realizará su trabajo que es transferirnos a otra fase del ciclo biológico.  Sí, se nos presentará con nombres de impactos o agresiones cardiovasculares, tumorales, traumáticas, degenerativas o infecciosas. Estas últimas tendrán a su vez pintorescos sustantivos para nombrar a esos vehículos microscópicos causantes. Y así nos retirará del presente para convertirnos en pasado como a todos los seres vivos. No faltará a su cita ni a su función. 

Ella, la enfermedad, “la definitiva”, es parte de la vida y cumplirá su designio para enviarnos a la muerte que es el final pero también parte de la vida. Ahora solo deseo que tarde aún un poco más para acometer su trabajo, que no es otro que lograr, la disfunción total o la máxima entropía. Después, de un modo o de otro seguiremos estando, pero ya sin conciencia y formaremos parte solo de los elementos de este universo infinito…

Persistiremos un tiempo en los cerebros de los allegados a través de los recuerdos y más tarde, solo olvido. Aunque Heráclito estaba acertado cuando decía que lo único permanente es el cambio, quizás la excepción a su aseveración esté en las formas en que todos los seres vivos volvemos al ciclo inicial, ya que esta es siempre la misma. La enfermedad con mayúsculas  o sus variantes, nos introducen en la muerte.  Sin cambios. O sí, ya que los casi siete mil cuatrillones de átomos que forman o formaban nuestro cuerpo pasarán otra vez a ser redistribuidos en este universo en evolución…

                                              


2)


¿Serán reales mi recuerdos?


Un amigo habló de ella. De forma casual, en el transcurso de una conversación pero ya no pude dejar de pensar en otra cosa.

Han pasado cincuenta y cinco años desde la última vez que la vi. La vida nos llevó a cada uno por caminos diferentes. Recuerdo todavía sus caricias, su voz, su sonrisa, sus besos. El calor de su cuerpo desnudo a mi lado y su apuesta contra todo por nuestra relación. Nuestros proyectos y fantasías quedaron en el camino. Aún no sé porque nos separamos. ¿O si lo sé y no quiero recordar? ¿Serán reales mis recuerdos o todo es una nebulosa producto de proteínas mal acumuladas en el cerebro?. Da igual, lo recuerdo y lo siento. Ahora mismo percibo el olor de su piel y su brazo apretando el mío mientras caminamos por esa calle que ya no existe. O eso creo.



3)


“Mejoradores” de vida


Mejoradores, seguramente es una palabra que no existe en el diccionario de la lengua. Como  mejorar  se entiende acrecentar algo, haciéndolo pasar a un estado mejor. En el arte culinario se acepta el término mejorador como aquella sustancia que agregada a otra puede mejorar sus propiedades físicas, organolépticas o su calidad y potencia.

En la vida cotidiana humana pienso humildemente que uno de los “mejoradores” de la calidad de la existencia la dan las obras de arte, la literatura y sus autores. 

Al afirmar esto vienen a mi mente escritores que leí recientemente como Elizabeth Strout, Richard Ford, Leonardo Padura, Antonio Muñoz Molina, García Márquez, Vargas Llosa, Manuel Vicent,  Manuel Vilas y los recientemente desaparecidos Paul Auster y Javier Marías entre otros. 

Podría citar a muchísimos más que creo que me han acompañado en el tiempo y que me han aportado conocimientos, placer y han “formateado” mi personalidad. 

Pero ahora quiero centrarme en la sensación de soledad, de fin de etapa o de cierre triste de un periodo que sentí tras la muerte de Javier Marías y de Paul Auster. A estos dos escritores no los conocí personalmente ni siquiera estuve cerca de ellos pero seguía sus trayectorias literarias esperando con ansiedad sus obras ya que me dejarían una forma enriquecedora de ver al mundo y a los demás. No era solo su calidad literaria sino algo más intangible pero poderoso. En cierto modo sus muertes significaron en mí como algo parecido a la pérdida de un buen amigo y eso es dolor y más soledad. 


4)


Todo es relativo


Se suele decir que la vejez reviste a las personas de más sabiduría. Pienso que a veces sí y otras veces no. Si se utiliza la reflexión, la autocrítica, el estudio y la interacción con los demás, es más probable que esa afirmación sea más cercana a la verdad. También si comparamos con personas más jovenes o con la misma en cuestión y se analizan sus “certezas” de juventud, también es probable que se haya ganado por la experiencia entre otras cosas, algo de sabiduría. Pero no siempre es así ya que todo es relativo. Respecto a este tema pienso en mí y observo que he ganado mucho con la experiencia y el conocimiento pero que sigo equivocándome en las mismas cosas que antaño y reitero errores de siempre. Descorazona un poco el resultado pero habrá que seguir intentándolo.


5)


Obviedad


El amanecer de un día con todas las expectativas que conlleva no es igual para todos las personas.

Si el despertar se da en un país poderoso o dependiente, democrático o autoritario, en paz o en guerra o si uno es joven o viejo, sano o enfermo, rico o pobre,  con trabajo o sin él, solo o acompañado, amado u odiado, libre o amenazado, hombre o mujer según donde vivas, todo ello hará que ese comienzo del día se sienta de manera muy diferente. Vaya obviedad. Muchas veces nos llenamos la boca con la palabra humanidad sin reparar en las diferencias, en ocasiones extremas, entre los seres humanos.


6)


Psiquismo, valores, hormonas y neurotransmisores


La cultura, el entorno, los valores, la genética, las hormonas y los neurotransmisores modulan nuestro comportamiento y vivencias.

De esta mezcla de agentes, sobre todo de los últimos mencionados, surgen en ocasiones situaciones psico-emocionales que nos dan el mayor gozo o también el sufrimiento sin esperanzas de cambio.

A modo de ejemplo me refiero por un lado al enamoramiento correspondido en su fase aguda que nos hace sentir únicos, poderosos, felices, vitales y que puede sumirnos en un estatus temporo-espacial tremendamente particular. La necesidad de fusión con el otro es intensísima e irremplazable por ningún otro estímulo. En ese trance se pueden hacer las mejores acciones humanas pero también a veces nos puede llevar al quebrantamiento inimaginado de otros valores personales. Los enamorados en ese estado tienen la sensación que pueden estar aislados del resto del mundo.

El otro sentimiento o sensación mediada por la interacción de esos agentes múltiples mencionados antes, es el arrepentimiento sin posibilidades de corrección. Es una de las sensaciones más traumáticas y desconsoladoras sobre todo derivada de la imposibilidad de modificar o de cambiar lo antes realizado. Esto se traduce en tristeza e impotencia.


En fin, el constatar que psique, mente, sentimientos, sensaciones de éxitos o fracasos y tantas otras vicisitudes humanas, están tan dependientes del funcionamiento cerebral y de los mediadores de su actividad, me lleva a tomarme un descanso. Descansaré de análisis intelectuales y sociales y me centraré aunque sea por un rato en que soy solo un elemento biológico reciente en la evolución que se desarrolla en este planeta rocoso que viaja por el espacio, aparentemente sin más objetivo que responder a unas leyes físicas. Además no debo olvidar que el tiempo de existencia de cualquier elemento biológico es ridículamente pequeño y efímero comparado con las dimensiones del tiempo con mayúsculas del universo conocido a lo que nuestra capacidad cerebral es incapaz de imaginar.


Cualquier elucubración de este tipo vale para protegerse del dolor y de la tristeza. Aunque sea solo por un rato. Tras esta pausa de descanso vuelvo a conmoverme al ver las noticias del mundo, al pensar en el futuro de mis hijos y otros asuntos más  que me preocupan. Decido entonces salir a caminar llevándome un libro bajo el brazo ya que puede servir como antídoto del desánimo.



7)


Carta a mi amiga Graciela:


Un descubrimiento tardío


Lo que vas a leer es un secreto entre tú y yo. Me gustaría que me prometieses que solo va a quedar entre nosotros y que no lo vas a compartir con nadie.

Quizás te parezca una tontería pero para mí es muy importante. Voy al grano.


Las reflexiones en las que ahora estoy inmerso se iniciaron tras leer el informe de Amnistía Internacional sobre el genocidio de Gaza realizado por Netanyahu, también sobre los bárbaros asesinatos del 7 de octubre, sobre la dictadura de Siria, de su caída y su incierto futuro, sobre el interés de la OTAN en el conflicto de Ucrania y sobre el riesgo para el mundo de presidentes como Trump, Putin y similares. En fin, tras leer y conocer más sobre el mundo actual…


Descubrí a mis setenta y cinco años que el mundo no tiene arreglo. Más bien debería decir que la humanidad no tiene arreglo. Muchísima gente ya lo sabía pero yo no. Mi madre cuando era yo muy joven me lo decía pero no le creía y pensaba que ella estaba equivocada porque era desconfiada y demasiada pegada a su realidad.


 La conclusión a la que ahora he llegado no significa que niegue la existencia de gente excelente en valores y de una bondad y generosidad digna de admiración. Afortunadamente en la vida muchas veces solemos encontrarnos con personas de ese talante. También soy consciente que el mundo, al menos en algunos lugares ha mejorado significativamente respecto a las condiciones previas de existencia. Pero yo quería más y soñaba con ser parte de unos cambios que deberían traer a la sociedad paz, progreso, justicia y libertad. Por esos mismos deseos perdimos a varios de nuestros amigos en su juventud plena porque fuerzas poderosas decidieron que eran peligrosos y los exterminaron con violencia, crueldad y los condenaron a la desaparición total.


Pienso en el pasado lejano e histórico y creo que en otros siglos también han existido ingenuos como yo. Para consolarme pienso que somos unos individuos necesarios que aunque no consigamos hacer un mundo perfecto, al menos lo hacemos menos malo o transferimos esa ingenuidad a otras generaciones para que la historia siga su curso mejorando, aunque sea mínimamente.


Pero sea cual sea las causas que nos diferencian a unos de otros, lo importante es en mi caso, que a mi edad he llegado a la conclusión de que al menos en la fracción del tiempo histórico que me ha tocado vivir, he fracasado en mis objetivos y aspiraciones para la sociedad. Hasta hace muy poco pensaba lo contrario, es decir que con tesón, sacrificio, mucho esfuerzo y con la razón por delante, se podría conseguir una convivencia humana mejor, más solidaria, fraterna, justa y en pleno gozo de las libertades y del conocimiento.


Probablemente si pudiésemos mirar con una horquilla temporal mucho más amplia que la duración del tiempo vital individual de cada uno, es posible que entonces se pudiera apreciar o no, una notable mejoría. Pero, como decía antes, en mi breve fracción temporal vital no ha sido así. Lo peor es que no ha sido así por la persistencia de la estupidez humana manifestada a través de los tribalismos territoriales, nacionalismos, religiones excluyentes y la tremenda ambición de humanos poderosos y avariciosos.


Desde hace unos meses estoy asistiendo a un curso de estudio y análisis de conflictos políticos contemporáneos y todos esos conflictos tienen rasgos comunes causales como los antes citados. 

Pareciera que me está sentando mal el curso ya que ahora estoy invadido por el pesimismo y este es un sentimiento “reaccionario” ya que inmoviliza al individuo frente a las arbitrariedades y abusos de los poderosos.


Bueno querida amiga, ya me desahogué y confesé mis debilidades y contradicciones. Me siento mejor al haberlo compartido contigo.

Ahora otra vez a mirar adelante y  ser conscientes que en el contexto de la historia somos una insignificancia y los cambios reales tardan muchos, muchos años más.


Como te decía siempre, hay que evitar la “ansiedad histórica” traducida en prisa para lograr la mejora en las condiciones de vida de las personas. Perdona mi debilidad transitoria. Ya está superada. Por favor guarda el secreto. Tu fortaleza sigue ahí, intemporal y sin necesitar un sitio en el espacio. Por ti amiga, por tu sacrificio y por el de tantos, debemos continuar, por lo que trataremos de hacer las cosas lo mejor posible en lo lejano y también en lo más próximo a cada uno de nosotros.

Un beso y hasta siempre.


Joaquín Peral


                                                      ***




Comentarios

  1. Querido amigo, Tus escritos no son intrascendentes (no los valoraré literariamente ya q no tengo esa capacidad) pero nos ayudan a replantearnos los hechos q nos rodean, y eso no es poco. Te diría q “no dejes entrar al viejo” esa linda frase de Clint Eastwod q derivó en una canción hermosa de Toby Keith, abrazo grande

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  2. Querido Pepe
    Me atrapaste con tus relatos. Son un punto de vista de alguien que trasciende más allá de pasar por la vida. Te felicito por volcar en “papel” temas tan presentes a nuestra edad.
    Gran abrazo. Aprovecho desearte un buen año y a brindar porque este 2025, que ya está encima, venga mejor para todos.

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  3. Pepe, coincido plenamente con Manolete y con un Anónimo, de fechas 12 y 13/12/24. Como dije en reiteradas oportunidades, tus conceptos son imperdibles. No escribas para los demás, escribe para vos ,eso te hace feliz e irradias felicidad para quienes te seguimos, leemos y valoramos tus conceptos. Un fuerte abrazo para vos y tu familias y que este próximo 2025 te llene de bendiciones y fuerzas para seguir escribiendo. Tu amigo el Tucu Chichí Rodriguez

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